Espero que esta presentación divulgativa sea del agrado de los amantes al arte, que frecuentan esta sección del foro de xerbar.

Campus Museo Nacional del Prado
MUSEO DEL PRADO

El Museo del Prado es una de las pinacotecas más importantes del mundo, y cuenta con una amplia colección de pintura española, italiana y flamenca. Está situado en Madrid. Junto con otros dos centros, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía, forma en el Paseo del Prado el llamado Triángulo del Arte de Madrid, meca de numerosos turistas de todo el mundo.

Edificio Villanueva del Museo del Prado.
Un poco de historia:
El edificio que alberga el Museo del Prado fue concebido inicialmente por Carlos III, dentro de sus afanes ilustrados, como Gabinete de Historia Natural, en el marco de una serie de instituciones de carácter científico a ubicar en el proyecto de reurbanización del llamado Salón del Prado. A estos efectos, Carlos III va a contar con uno de sus arquitectos favoritos, Juan de Villanueva, autor, además de la sede del Museo, del cercano Jardín Botánico.

El proyecto arquitectónico de la actual pinacoteca fue aprobado por Carlos III en 1786, manifestándose como la culminación de la carrera de Villanueva y una de las cimas del neoclasicismo español, aunque, para ser sinceros, dada la larga duración de las obras y avatares posteriores, el resultado definitivo se apartaría bastante del diseño inicial.

Pese a que la construcción se desarrollara durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, hasta el punto de su práctica finalización a principios del siglo XIX, la llegada de las tropas francesas a España y la guerra de la Independencia iban a dejar dura huella en el edificio, destinado a fines militares (Cuartel de caballería), llegando a situarse casi en la ruina total. Sólo con el interés manifestado por Fernando VII y, sobre todo, de su 2ª esposa Isabel de Braganza, se iniciaría, a partir de 1818, su recuperación, sobre la base de nuevos diseños del propio Villanueva, sustituido, a su muerte, por su discípulo Antonio López Aguado.

La galeria principal de Pintura del Prado
El 19 de noviembre de 1819 se inauguraba discretamente el Museo Real de Pinturas (primera denominación del museo), mostrando algunas de las mejores piezas de las Colecciones Reales Españolas, trasladadas desde los distintos Reales Sitios. Fallecida su gran impulsora meses antes, en reconocimiento de su labor se bautizaría con su nombre al salón ovalado (actual Sala 12, de Velázquez) que en aquel entonces tenía un balconaje desde el cual se podía observar la galería de escultura de la planta baja (luego convertida en salón de actos y actual Sala de las Musas, aún por inaugurar). En este comienzo el museo contaba con 3 salas y 311 cuadros, a los que en años sucesivos se irían añadiendo nuevas salas y obras de arte, destacando la incorporación de los fondos del polémico Museo de la Trinidad, creado a partir de obras de arte requisadas en virtud de la Ley de Desamortización de Mendizábal (1836) fusionado con el Prado en 1872. Tras el destronamiento de Isabel II en 1868, el Museo Real había pasado a ser nacional, medida ya irreversible al fusionarse con el de la Trinidad.

Durante el siglo XIX y buena parte del XX, el Prado vive una situación de cierta precariedad. Las deficientes medidas de seguridad, con personal del museo residiendo en él y montones de leña almacenados para las estufas, provocan la alarma de algunos entendidos. Es célebre el artículo de Mariano de Cavia, que informaba de un (ficticio) incendio que había arrasado el Prado. Los madrileños se acercaron al lugar alarmados, y la falsa noticia ayudó a la adopción de algunas mejoras de urgencia.
A pesar de diversas ampliaciones de alcance menor, el Prado sufre limitaciones de espacio, más graves a partir de los años 60, cuando el boom turístico dispara el número de visitantes. Poco a poco, la pinacoteca se adapta a las nuevas exigencias técnicas; el sistema de filtraje y control del aire se instala en los años 80, coincidiendo con la restauración de muchas pinturas de Velázquez. El tejado, construido con materiales dispares y mediante sucesivos remiendos, sufre ocasionales goteras y no será renovado enteramente hasta los años 90.
Ampliaciones y reformas
Entre las reformas más importantes, por orden cronológico, cabe citar la de Narciso Pascual y Colomer, que diseñó la basílica y el ábside del cuerpo central (1853); la de Francisco Jareño, que desmonta la cuesta por la que se accedía a la fachada norte y crea una escalera monumental, abriendo ventanas en la parte baja (1882 y 1885); en 1927, Fernando Arbós construyó dos pabellones en la parte posterior del edificio; hacia la mitad del siglo se llevó a cabo la reforma de Pedro de Muguruza, con una remodelación de la galería central y una nueva escalera para la fachada norte (que contó con bastantes críticas, ya que destruyó la espléndida escalera ideada por Jareño), con la intención de dar más luz a la zona de la cripta; Chueca Goitia y Lorente realizaron a su vez ampliaciones en las salas (1956 y 1967). La incorporación del Casón del Buen Retiro, para albergar las colecciones de pintura de los siglos XIX y XX, se decidió en 1971.

Actualmente, y siguiendo el proyecto de Rafael Moneo, se ha culminado la ampliación del Museo. Esta ampliación no ha supuesto cambios sustanciales para el Edificio Villanueva, centrándose en una ampliación hacia el claustro de Jerónimos (el Cubo de Moneo) de forma que el museo cuente con una superficie nueva para actividades complementarias. La ampliación se presentó el 27 de abril de 2007 si bien la inauguración oficial se anuncia para Noviembre de 2007, con una amplia selección de pintura española del siglo XIX, que ha permanecido almacenada unos diez años.

Nueva entrada, tras la ampliación del Claustro de la Iglesia de San Jerónimo
Algunas curiosidades
Ningún museo o institución en el mundo alberga tantas obras de los siguientes artistas como el Museo del Prado:
- Goya (unas 120 pinturas, incluyendo casi todos sus cartones para tapices)
- Tiziano (unas 30), junto con importantes series de Tintoretto y Veronés
- El Greco (35)
- Patinir (varias de sus obras maestras, de su cortísima producción)
- Rubens (alrededor de 80 obras, algunas pintadas a dúo con otros artistas)
- Velázquez (unas 45 pinturas, de las apenas 100 catalogadas)
- Murillo, Ribera, Zurbarán, Maino, Carducho, Alonso Cano, Vicente López, Sorolla, Fortuny...

La Gloria de Tiziano, 1551-54. Óleo sobre lienzo, 346 × 240 cm
En el museo se encuentra el cuadro llamado La Gloria pintada por Tiziano para Carlos V, que junto al retrato de la Emperatriz le acompañarían en su retiro del monasterio de Yuste en Cáceres-Extremadura.
Se guarda también el Retrato ecuestre de la reina Margarita del pintor Bartolomé González, mostrando dos de las joyas más famosas del Joyero de la Corona de España: la perla llamada Peregrina (actualmente en poder de Elizabeth Taylor) y el diamante el Estanque, hallado en tierra de Madrid y tallado por Jacome Trezzo.
Se encuentran asimismo las pinturas con que Goya decoró su finca de Madrid llamada “La quinta del sordo”. Adquirida la propiedad por el barón Emil d’Erlanger, ordenó su traslado a lienzo y, tras presentarlas en París, al no despertar el interés del Museo del Louvre, decidió legarlas al Prado.
En sus inicios, el museo abría apenas dos o tres días a la semana, y cerraba siempre que llovía, se supone que para evitar masificaciones y suciedad. Por otro lado, durante mucho tiempo las salas no estaban debidamente pavimentadas, y el polvo debía eliminarse regando el suelo con agua.

Cristo bendiciendo, de Fernando Gallego, Museo del Prado.
Colecciones del Museo
Pintura española. Con gran diferencia, la mayor colección del mundo. Cronológicamente abarca desde murales románicos del siglo XII hasta Goya (siglos XVIII-XIX), incluyendo pintura medieval, con Bartolomé Bermejo y Berruguete, renacentista, con autores como Pedro Machuca y Juan de Juanes, manierista con el protagonismo absoluto de El Greco, y barroca con Zurbarán, Ribera, Murillo y Velázquez. Sólo las colecciones de estos cuatro autores suman 200 pinturas.

Luis Meléndez. Bodegón con manzanas, peras, cajas de dulce y recipientes, 1759. Óleo sobre lienzo, 37,5 x 50,3 cm.
Del siglo XVIII, destacan aparte de Goya los bodegones de Luis Meléndez y la variada colección de Luis Paret, considerado el mejor pintor español de estilo rococó. Actualmente se trabaja en la puesta en valor de la pintura española del siglo XIX posterior a Goya, que incluye riquísimos fondos desde el Neoclasicismo hasta Fortuny y Sorolla que recientemente se han inaugurado 12 salas incorporándolas a la colección permanente del museo en el edificio Villanueva.

El Museo del Prado en Octubre de 2009 reordenó el esplendor del siglo XIX en doce nuevas salas y 176 obras

Vista de las nuevas salas del Museo del Prado dedicadas a las colecciones del siglo XIX, con las que la pinacoteca superará la barrera temporal de Goya y prolongará el recorrido del visitante con obras de Sorolla, Fortuny, Madrazo y Rosales.

’El testamento de Isabel la Católica’, de Eduardo Rosales, en una de las nuevas salas del Museo del Prado dedicadas a las colecciones del siglo XIX.
La Pintura extranjera y la escultura están en otros temas independientes indicados en la cabecera.
Enlaces interesantes:
Museo del Prado (Página web oficial) http://www.museodelprado.es/
Centro virtual Cervantes: http://cvc.cervantes.es/actcult/museoprado/default.htm
Commons alberga contenido multimedia sobre Museo del Prado, http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Prado
Comenzamos el viaje virtual de los famosos cuadros del Museo Nacional del Prado dedicados a los Maestros Pintores nacionales
VELÁZQUEZ

Detalle de su atorretrato en Las Meninas. Museo del Prado.

Las Meninas. Considerado el cuadro más importante de Diego Velázquez y el estandarte del Museo del Prado. Titulado: Las Meninas o la familia de Felipe IV. Fue pintado por Velázquez en 1656, óleo sobre lienzo, 381 x 276 cm. Museo Nacional del Prado.
Retrato de la infanta Margarita, hija de Felipe IV (1605-1665), rodeada de su servicio o “familia” en una sala del Alcázar de Madrid. El cuadro más famoso de Velázquez encierra una compleja composición construida a partir de una admirable habilidad para el uso de la perspectiva, de la plasmación de la luz y de la representación de la atmósfera.
Las interpretaciones sobre el tema y la plasmación del mismo han sido múltiples. Las más numerosas subrayan la reivindicación de la nobleza de la pintura frente a las prácticas artesanales. Velázquez se autorretrata pintando el propio cuadro a la izquierda del lienzo, afirmando así la supremacía del arte de la pintura. La infanta Margarita (1651-1673), vestida de blanco, aparece rodeada en el centro de la composición por sus damas de compañía, las “meninas” María Agustina de Sarmiento e Isabel de Velasco, dos bufones de la corte, María Bárbola y Nicolasito Pertusato, y un perro mastín. Detrás de ella, aparecen conversando un guardadamas, la dueña Marcela de Ulloa, y, en la puerta, al aposentador José Nieto. Los reyes, Felipe IV y Mariana de Austria (1634-1696), se reflejan en el espejo del fondo, dando lugar a un juego espacial de extraordinaria complejidad.

La Rendición de Breda. Obra de Diego de Velázquez. También conocido como 'Las Lanzas'. 1634-1635, óleo sobre lienzo, 307 x 367 cm. Museo Nacional del Prado.
La rendición de Breda, una de las obras más famosas de su autor, fue pintada para el Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro en 1634-1635. Ese salón de ceremonias se decoró con doce cuadros de batallas que mostraban victorias obtenidas por los ejércitos de Felipe IV entre 1625 y 1633...

La fragua de Vulcano. Obra de Velázquez. 1630. Óleo sobre lienzo, 223 cm x 290 cm. Este lienzo fue adquirido por Felipe IV en 1634, citándose en el inventario de 1701 del Palacio del Buen Retiro, y en los inventarios de 1772 y 1794 del Palacio Real de Madrid. Ingresó en 1819 en el Museo del Prado.
El dios Apolo, coronado de laurel y vestido con túnica anaranjada, entra en la fragua de Vulcano para avisarle del adulterio de su esposa Venus, diosa de la belleza, con Marte, dios de la guerra. Apolo, dios de la poesía y de la música, conocedor de la verdad representa la superioridad de las Artes frente a la Artesanía, representada en Vulcano, dios romano del fuego y protector de los herreros. Esta obra, ideada totalmente por Velázquez sin mediación de encargo alguno, encierra una alabanza a su profesión de artista elevando la pintura al nivel de la poesía y la música, y distanciándola de la práctica artesana.
Destacan en esta obra, realizada en Roma durante el primer viaje de Velázquez a Italia, las referencias a la estatuaria grecorromana en el tratamiento de los desnudos y al barroco clasicista italiano. La composición está basada, aunque ampliamente modificada, en un grabado de Antonio Tempesta.

Los borrachos o Triunfo de Baco. Obra de Diego Velázquez.1628-29, óleo sobre lienzo, 165 x 225 cm. Museo del Prado. Esta obra es la primera de tema mitológico que pinta Velázquez, instalado en la corte desde 1623. En 1629 Velázquez recibe, según cédula real, cien ducados en pago por su primera pintura mitológica. En ella desarrolla un discurso pictórico sobre las bondades del vino y su capacidad para consolar a las gentes de las penalidades de la vida diaria.

Cristo en la cruz. Óleo sobre lienzo. 100 x 57 cm. Museo Nacional del Prado. Obra atribuida a Diego Velázquez, tal vez de su taller, con firma apócrifa y fecha 1631, conservada en el Museo del Prado, desde 1946.

El Cristo crucificado o Cristo de San Plácido, es una pintura de Diego Velázquez, óleo sobre lienzo 250 × 170 cm. Este lienzo es onservado en el Museo del Prado desde 1829.
Durante su primer viaje a Italia entre 1629 y 1630 Velázquez pudo estudiar las obras de los grandes maestros. Sus estudios del desnudo a partir de obras clásicas se pondrán de manifiesto en La fragua de Vulcano y La túnica de José, pintadas allí. Esos estudios habrían posibilitado el magistral desnudo de este cuadro, por la fusión que demuestra de serenidad, dignidad y nobleza. Es un desnudo frontal, sin el apoyo de escena narrativa, con el que Velázquez hace un alarde de maestría y consigue que el espectador pueda captar la belleza corporal y la serena expresión de la figura. Por su espiritualidad y misterio esta obra inspiró al escritor y filósofo español Miguel de Unamuno un extenso poema titulado El Cristo de Velázquez.

La coronación de la Virgen, obra de Diego Velázquez. Pintado para el oratorio del cuarto de la Reina en el Alcázar madrileño. Hacia 1635. Óleo sobre lienzo. 176 x 124 cm. Museo Nacional del Prado. Cuadro de devoción privada de Isabel de Borbón", en el que destaca el equilibrio y la serenidad de la composición, llamada a la meditación sosegada e íntima. Como precedentes formales se han apuntado pinturas y estampas de varios autores: El Greco, Martin de Vos o incluso Rubens, aunque en todo caso la interpretación personal de Velázquez supera cualquier filiación. Tanto la disposición de los personajes sagrados y el gesto de la Virgen como el tono rojizo de las vestiduras son posiblemente una sutil alusión al temprano culto al Corazón de María.

Las hilanderas o La fábula de Aracne. Obra de Diego Velázquez. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo, 220 cm x 289 cm. Museo Nacional del Prado.
Representación compleja y altamente intelectual del mito clásico de Aracne. Según la fábula narrada por el autor romano Ovidio (Metamorfosis, Libro VI, I), Aracne era una joven lidia (Asia Menor) maestra en el arte de tejer, que retó a Atenea, diosa de la Sabiduría, a superarla en habilidad. Ésta, consciente durante la competición de la supremacía de la mortal y viendo su burla al representar en su tapiz la infidelidad conyugal de su padre Zeus, convirtiéndose en toro y raptando a la ninfa Europa, convirtió a Aracne en araña.
El mito aparece representado en dos planos bajo la apariencia de un día cotidiano en la Fábrica de Tapices de Santa Isabel. Al fondo de la escena el rapto de Europa aparece hilado en el tapiz que cuelga de la pared y, ante él Atenea, vestida con armadura, castiga a Aracne. Las mujeres que observan el suceso, y que podríamos confundir con clientas de la fábrica, serían en realidad las jóvenes lidias testigos del momento. En primer término, las hilanderas representarían el desarrollo del concurso. Atenea, hilando en la rueda y Aracne devanando una madeja.
Esta obra ha sido interpretada por los estudiosos como una alegoría a la nobleza del arte de la pintura y una afirmación de la supremacía del propio Velázquez. La complejidad iconográfica elevaría la creación pictórica a la altura de otras artes mejor consideradas en el siglo XVII, como la poesía o la música, y las referencias a grandes pintores, como Tiziano y Rubens elevarían a Velázquez a la altura de los grandes genios de la Historia del Arte. Este cuadro fue pintado para don Pedro de Arce, montero Real. Sus dimensiones fueron ampliadas en el alto y en el ancho tras el daño sufrido por la obra en el incendio del Alcázar de Madrid en 1734. Estuvo expuesto en el Palacio del Buen Retiro entre 1734 y 1772, citándose después en los inventarios de 1772 y 1794 del Palacio Real de Madrid. Ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1819.

La Adoración de los Reyes Magos o Epifanía. Obra de Velázquez, 1619, óleo sobre lienzo, 203 x 125 cm. Museo del Prado

San Antonio Abad y San Pablo ermitaño, obra de Velazquez. 1633. Oleo sobre lienzo. 257 x 188 cm. Museo del Prado

Mercurio y Argos de Velázquez. Museo del Prado

Felipe III a caballo, de Velázquez, h. 1628, óleo sobre lienzo, 300 x 314 cm. Museo del Prado

La reina Margarita de Austria, de Velázquez, a caballo, óleo sobre lienzo, 279 x 309 cm. Museo del Prado

La Infanta doña Margarita de Velázquez. Museo del Prado

Don Diego del Corral y Arellano, oidor del Consejo Supremo de Castilla, hacia 1632 de Velázquez. Museo del Prado

Doña Antonia de Ipeñarrieta y Galdós y su hijo Luis, c. 1632, de Velázquez. Museo del Prado

Doña Maria de Austria, reina de Hungía, 1630, de Velázquez. Museo del Prado

El bufón Don Sebastián de Morra, c. 1645, de Velázquez. Museo del Prado

Don Luis de Góngora y Argote, de Velázquez. Museo del Prado

Francisco Pacheco. Su maestro y suegro, c. 1622, de Velázquez. Museo del Prado

Felipe IV, cazador, Museo del Prado, de Velázquez. Museo del Prado
Velázquez en el Museo del Prado https://www.museodelprado.es/aprende/en ... eccb5978e9
GOYA

Los fusilamientos del 3 de Mayo, seguramente sea la obra más famosa de Goya. Título oficial: El 3 de mayo en Madrid: Los fusilamientos de patriotas madrileños. Francisco de Goya y Lucientes. 1814. Óleo sobre lienzo, 268 cm x 347 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real.
Representación de los fusilamientos de patriotas de Madrid por el ejército de Napoleón, como represalia al levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra la ocupación francesa.
Los soldados franceses, de espaldas a la derecha de la composición, apuntan a los madrileños que han de morir. El dramatismo y la tensión de la escena quedan subrayados por el uso de la luz, que ilumina fuertemente a los héroes permitiendo diferenciar sus caracteres y actitudes en un detallado estudio psicológico de los personajes.
Esta obra fue realizada junto a su pareja, El 2 de mayo de 1808 en Madrid: La lucha con los mamelucos (P748), a iniciativa del regente don Luis en 1814. Ambas pudieron servir para decorar un arco de triunfo durante la entrada de Fernando VII en su retorno a Madrid o como conmemoración en las celebraciones del 2 de mayo.
El lienzo sufrió daños durante su traslado a Valencia en 1937, durante la Guerra Civil española, ya restaurados.

El 2 de mayo de 1808 en Madrid: La lucha con los mamelucos. Francisco de Goya y Lucientes. 1814. Óleo sobre lienzo, 268,5 cm x 347,5 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real.
En 1814 Goya se dirige al regente, el cardenal don Luis de Borbón, proponiéndole la realización de obras que rememoraran hechos de la Guerra de la Independencia (1808-1812): "....para perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa". Se representa aquí la revuelta del pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808, que atacó con navajas y cuchillos a los mamelucos, soldados turcos del ejército francés de Napoleón, que se llevaban a Francia a los hijos menores de Carlos IV y María Luisa, lo que determinó el comienzo de la Guerra de Independencia ese mismo día.
Junto a El 3 de mayo en Madrid: Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío (P749), pudo decorar un arco de triunfo que adornara las calles de Madrid durante la entrada de Fernando VII, o se utilizó para la celebración conmemorativa del 2 de mayo.
En el lateral izquierdo se observan las huellas del accidente que el lienzo sufrió en 1937 en el traslado de los fondos del Museo, con destino a la Sociedad de Naciones en Ginebra, durante la Guerra Civil.

La familia de Carlos IV. Francisco de Goya y Lucientes. 1800, óleo sobre lienzo, 280 x 336 cm. Esta obra figura en 1814 en el Palacio Real de Madrid y en 1824 en las colecciones del Museo del Prado.
Retrato de la familia del rey Carlos IV (1748-1819) realizado entre Aranjuez y Madrid en la primavera y verano de 1800, poco tiempo después de ser nombrado Goya primer pintor de cámara, en el que resalta la maestría del pintor para individualizar caracteres.
Los precedentes de esta compleja composición son el Retrato de Felipe V con su familia de Louis-Michel van Loo (P2283) y Las Meninas de Velázquez (P1174), ambas obras en las colecciones del Museo del Prado.
Los personajes retratados están presididos por los reyes en el centro, María Luisa de Parma (1751-1818) y Carlos IV, junto a sus hijos el infante don Francisco de Paula (1794-1865) y la infanta doña María Isabel (1789-1848). En el grupo de la izquierda, el príncipe de Asturias y futuro Fernando VII (1784-1833), vestido de azul, el infante don Carlos María de Isidro (1788-1855), segundo en la sucesión al trono, la infanta doña María Josefa (1744-1801), hermana del Rey, y una joven no identificada. En el grupo de la derecha, el infante don Antonio Pascual (1755-1817), hermano del Monarca, doña Carlota Joaquina de perfil (1775-1830), reina de Portugal e hija mayor de los Reyes, y los príncipes de Parma, la infanta doña María Luisa (1782-1824), que sostiene en brazos a su hijo el infante don Carlos Luis, y su marido don Luis de Borbón (1799-1883), futuro rey de Etruria.
Destaca el cuidado en el diseño de los trajes, a la última moda, de las joyas, posiblemente creaciones del joyero de la corte Chopinot y de las condecoraciones, como la banda de la Orden de Carlos III, de la recién creada Orden de María Luisa, el Toisón de Oro y las cruces de la Inmaculada y de San Jenaro.
La armoniosa, clara y a un tiempo compleja composición, revela la maestría del artista. La sutil definición de los caracteres atestigua la capacidad del pintor para analizar al ser humano.

El propio Goya, además, se autorretrató al fondo de la composición con la misma escrupulosa veracidad.
Más info: https://www.museodelprado.es/aprende/en ... 77093e8554

La maja desnuda. Obra de Francisco de Goya. 1795 - 1800. Óleo lienzo, 98 cm x 191 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Palacio de Manuel Godoy, Madrid, 1800; bienes requisados a Godoy, Academia de San Fernando, «almacén de cristales», entre 1808-13, a partir de entonces en una sala reservada de la Academia (1901); ingresó en el Museo del Prado en 1902.
Imagen de Venus desnuda, tendida sobre un diván de terciopelo verde con almohadas y colcha. La leyenda ha querido ver en la modelo a la duquesa de Alba, aunque también ha sido identificada con Pepita Tudó, amante de Godoy desde 1797.
En 1800 aparece citada por primera vez en el palacio de Manuel Godoy sin su pareja, La maja vestida (P741), como sobrepuerta. En 1808 aparece mencionada por segunda vez junto a La maja vestida (P741), en el inventario realizado por Frédéric Quilliet, agente de José Bonaparte, de los bienes de Manuel Godoy, quien quizás las encargó. Y en 1813 se describe a las damas como Gitanas en el inventario de incautación de bienes de Godoy por el rey Fernando VII.
Esta obra ingresó en el Museo del Prado en 1901, procedente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde había permanecido a lo largo de dos periodos: entre 1808-1813 y de 1836 a 1901, habiendo sido secuestrada por la Inquisición en el intervalo.

La maja vestida. Obra de Francisco de Goya. Está realizado en óleo sobre lienzo, 95 x 188 cm. Fue pintado entre 1802 y 1805. Se encuentra en el Museo Nacional del Prado, Madrid, desde 1910, después de un largo periodo en la Real Academia de San Fernando.
En origen, esta pintura y su «hermana», La maja desnuda, recibían el nombre de «gitanas» y no de «majas». Así aparecen en el inventario de los bienes de Manuel Godoy, que fue su primer propietario. Se supone que se colocaban una sobre otra, la vestida sobre la desnuda, para sorprender al público cortesano.
El traje blanco de esta Maja se ciñe de tal forma a la figura, en particular el sexo y los pechos, que parece más desnuda que la otra. La cintura la resalta mediante una lazada rosa. La nota de color del cuadro la pone la chaquetilla corta o bolero, similar al de los toreros, de mangas anaranjadas con los puños rematados con encaje negro. Lleva zapatos dorados de pequeño tamaño.
Goya la pintó con pinceladas sueltas, pastosas y muy libres, a diferencia de la Maja desnuda, en que el pintor es más cuidadoso en el tratamiento de las carnaduras y sombreados. La figura de la maja está bañada con una luz que destaca las diferentes texturas.
Se retrata a la misma mujer recostada en un lecho y mirando directamente al observador. No se sabe, a ciencia cierta, quién es la retratada. Se apuntó la posibilidad de que se tratara de la decimotercera duquesa de Alba María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, amiga de Goya. No obstante, dado que el primer propietario fue Godoy, se ha considerado más probable que la modelo directamente retratada haya sido la entonces amante y luego esposa del propio Godoy, Pepita Tudó.
También ha suscitado dudas el objeto rojizo que se asoma bajo los cojines; algunos pensaron que era la empuñadura de una daga o puñal, lo que acentuaría las connotaciones novelescas y eróticas del retrato. Otras fuentes creen que es un abanico cerrado.

La gallina ciega, 1789, de Goya.

La merienda a orillas del Manzanares, 1776, de Goya.

El quitasol, 1777, de Goya.

La boda, 1792 de Goya.

Los zancos, 1791-92, de Goya.

Saturno devorando a su hijo. 1819-1823, de Goya.

Duelo a garrotazos. 1819-23, de Goya.

El aquelarre en la actualidad, con bordes recortados. 1821-23, de Goya

La romería de San Isidro muestra las constantes estilísticas más características de las Pinturas negras. 1819-23, de Goya.
Francisco de Goya en el Museo del Prado
EL GRECO

La Trinidad, obra de "El Greco".1577-1579, óleo sobre lienzo, 300 x 179 cm. Esta obra del convento de Santo Domingo el Antiguo de Toledo pasó a la colección del escultor Valeriano Salvatierra, fue adquirida en 1827 por Fernando VII y se trasladó al Museo del Prado en 1832.

La Santa Faz, Museo del Prado. El Greco.

La Crucifixión, óleo sobre lienzo, 312 x 169 cm, firmado, h. 1600. El Greco.

La Resurrección de Cristo, óleo sobre lienzo, 275 x 127 cm, firmado, posterior a 1590. El Greco.

La Anunciación, obra de El Greco. Óleo sobre tabla, 49 x 37 cm. Museo del Prado, Madrid.

La Adoración de los Pastores, obra de El Greco. 1540-1614 óleo sobre lienzo (319 x 180 cm) Museo del Prado, Madrid.
Esta impresionante obra la realizó el Greco para presidir el altar de su propia tumba en Santo Domingo el Antiguo, de Toledo. Su profundo sentimiento religioso, con un misticismo cada vez más exacerbado, se refleja en la expresión de asombro o recogimiento de los pastores ante la contemplación de la imagen luminosa del Niño Jesús, que parece desvelar cuidadosamente la Virgen con sus manos. La imagen del pastor arrodillado, probable autorretrato, que une sus manos en actitud de recogimiento y oración, parece reflejar el propio fervor del pintor, con sus ojos a la altura de Jesús, quien parece establecer con él un intenso diálogo con la mirada.

La Coronación de la Virgen, Museo del Prado de el Greco. Museo del Prado

Fábula. Obra de El Greco. Hacia 1580. Óleo sobre lienzo. 50 x 64 cm. Pequeña pintura, recortada respecto a su tamaño original y de enigmático asunto, fue también denominada Proverbio, Alegoría o, simplemente, Escena de género; se conocen tres versiones originales, además de algunas copias y reinterpretaciones antiguas.
Más info: http://www.museodelprado.es/enciclo...abula-el-greco/

El Caballero con La Mano en el Pecho 1577-79 óleo sobre lienzo (81 x 66 cm) Museo del Prado, Madrid. Quizá sea el retrato más aclamado de El Greco

Caballero anciano. 1587-1600, Museo del Prado. El Greco.

Un Fraile trinitario o dominico, Museo del Prado. El Greco.
Más info de El Greco en el Museo del Prado https://www.museodelprado.es/aprende/en ... b6840808d0

Puerta de Goya del Museo del Prado, Madrid.

Vista general nocturna del museo de El Prado, en Madrid, en la Noche Europea de los Museos el 16 de mayo de 2015.