
Luis Egidio Meléndez (Nápoles, 1716 - Madrid, 1780). Hizo casi toda su carrera en Madrid y se le considera uno de los mejores pintores de naturalezas muertas del siglo XVIII. En contraste con su actual reputación, conoció una gran miseria.
Hijo del miniaturista de Oviedo Francisco Meléndez de Rivera Diaz (1682-h.1758) que se trasladó a Madrid con su hermano el pintor Miguel Jacinto Meléndez en búsqueda de una mejor instrucción artística, mientras Miguel se convertía en pintor de cámara del rey Felipe V, Francisco tomaría rumbo a Nápoles en donde nacería su hijo Luis Eugenio, algunos años después la familia retornaría a Madrid, allí el joven Luis Eugenio recibe formación como pintor de su padre y Louis Michel van Loo (1707-1771).
Fue asistente de Van Loo de 1742 a 1748. A fin de paliar sus penurias, la Casa Real le encargó una extensa serie de bodegones, de los que se conservan varias decenas en el Museo del Prado. Dejó un extraordinario autorretrato (Louvre de París), con el que demostró que era igualmente diestro pintando la figura humana; de hecho, el estudio de desnudo que sostiene en su mano se interpreta como una demostración de sus facultades. De todas formas, su especialidad fueron los bodegones, que actualmente alcanzan cotizaciones astronómicas en el mercado internacional.
A Luis Meléndez hace años que lo conozco, he tenido el placer de contemplar algunas obras en el Prado -junto con Zurbarán y Sánchez Cotán-, es de lo mejorcito que ha dado nuestro país en la especialidad de los bodegones. Espero que la información que obtenido de este excelente pintor español, os resulte interesante y contribuya en la divulgación de su obra.
Algunas obras

Bodegón con besugos, naranjas, ajo, condimentos y utensilios de cocina.. 1772. Óleo sobre lienzo, 42 x 62,2 cm. Museo del Prado. Obra de Luis Egidio Meléndez.
Discípulo de Van Loo, Luis Meléndez ha sido considerado el Chardin español por sus cualidades de gran bodegonista. Se documentan 44 bodegones para el Palacio de Aranjuez, fechados entre 1760 y 1772. En estas naturalezas muertas se recrea en la realidad cotidiana con un dibujo exigente y una valoración del volumen y de la luz. El bodegón que contemplamos está compuesto por dos besugos, dos naranjas, una cabeza de ajos, un almirez, una alcuza y una sartén, dispuestos los elementos sobre una mesa y un paño blanco, lugar donde firma y fecha la obra el artista. Su compañero es el Bodegón del salmón.
Luis Eugenio Meléndez, nació en Nápoles en el año 1716, fue conocido como "el Chardin hispano" a causa de la brillantez, recogimiento y vibración de sus pinturas. Pertenecía a una familia de pintores: era sobrino de Miguel Jacinto Meléndez e hijo de Francisco Meléndez, que contribuyó a la formación de la Academia de San Fernando. Luis, bien dotado para seguir la tradición familiar, estudió en el taller de Van Loo con éxito precoz y singular. Fue seleccionado junto a otros doce compañeros por la junta preparatoria de la Academia e ingresó como alumno en la institución, pero fue expulsado a causa de los panfletos que su padre publicó en contra de la Academia en 1747. Esta expulsión no afectó a su formación como demuestra su autorretrato del Louvre, pintado un año antes, que delata la perfección y calidad de su arte, pero sí lo hizo respecto a su futuro, ya que cayó en desgracia ante los poderosos académicos y nunca pudo acceder a un puesto oficial bien remunerado.
Tras su expulsión, Meléndez viajó por italia; residió en Roma y en su Nápoles natal, donde trabajó para el futuro Carlos III. En 1755 volvió a España con la intención de ocupar un lugar como pintor de cámara, cin conseguirlo. En 1772 desapareció de la escena del arte y en 1780 falleció en Madrid.
Dos besugos acaparan el protagonismo del lienzo y, en torno a ellos, se subordinan los demás motivos: naranjas, un paño de cocina, una cabeza de ajos, un envoltorio probablemente conteniendo especias, dos lebrillos de Alcorcón, una sartén de mango largo, un almirez, cuya mano se proyecta al fondo, y una alcuza, que al igual que las restantes superficies refleja un cuidado estudio de la luz, definidora de los volúmenes que diversifica las tonalidades e independiza las materias. El artista muestra aquí su tendencia a las formas geométricas puras y propende a revelar las trazas íntimas de cada objeto, otorgándoles su perfecta dimensión espacial.

Bodegón con salmón, limón y recipientes. 1772. Óleo sobre lienzo, 41 x 62,2 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real. Obra de Luis Egidio Meléndez.
De una fase avanzada en la producción del pintor puede ser considerado este soberbio exponente de su virtuosismo en la captación de los elementos, todos ellos tratados con un lenguaje directo y realista. En primer término, un limón se contrapone, aislado, al grupo que constituyen una rodaja de salmón fresco y varios cacharros de cocina; estos últimos son una vasija de cobre, un perol del mismo metal y un puchero de Alcorcón sobre el cual, a modo de tapa, figura un trozo de loza; detrás se adivina el mango, posiblemente de un cucharón. El plano que sustenta el conjunto desaparece en el fondo, subrayado su límite por una cucharilla de largísimo asidero.
Este prodigioso bodegón trata de enlazar con la mejor tradición bodegonista del Siglo de Oro español, en el cual destacaron las figuras de pintores de naturalezas muertas de la talla de Zurbarán, Sánchez Cotán y otros. Su autor, Luis Meléndez, se dedicó a este tema, considerado género menor, pese a lo cual puso su excelente capacidad artística al servicio del mismo. Realizó un encargo para el príncipe Carlos, futuro Carlos IV, para el Real Sitio de Aranjuez. Era una serie de treinta y seis lienzos terminada entre 1759 y 1772. El que tenemos aquí recurre a efectos de luz que se habían aplicado durante el naturalismo del siglo XVII: fondo oscuro, indefinido, objetos dispuestos en friso en primer plano, iluminación frontal muy fuerte y de origen artificial. La composición está afianzada con solidez sobre esquemas geométricos y el punto de vista, muy cercano y bajo, dota a los objetos de una monumentalidad que va más allá de la esencia de los mismos. Rasgo típico de su tiempo es el mayor recargamiento de la mesa con los víveres; mezcla, heterogénea pero armoniosamente, una gran cantidad de elementos, a través de los cuales puede apreciarse el dominio del autor en representar una amplia variedad de texturas diferentes: los ojos transparentes y viscosos del besugo, sus escamas frías y húmedas, la piel rugosa de las naranjas, el tacto áspero del lino, los brillos metálicos de los metales, unos pulidos y otros no... Es una obra excelente, digna del primer Barroco español, y ejemplar dentro de nuestra valiosa tradición de bodegonistas.

Bodegón con limas, caja de jalea, mariposa y recipientes. Tercer cuarto del siglo XVIII. Óleo sobre lienzo, 35 x 48 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real. Obra de Luis Egidio Meléndez.
En primer término unas limas dispuestas con el habitual desorden del artista, ocupan prácticamente la mitad del lienzo; detrás de ellas una orza de miel, de tipo popular con vidriado verde, como las de Biar o Lucena, muestra el detalle propio del pintor. En último término se dispone una caja de jalea abierta sobre plato de castañuela, y, una salva con pie, de plata o peltre sobre la que descansa una taza de cerámica mejicana de tipo Tonalá. La mariposa que sobrevuela el conjunto, resulta interesante por su rareza.

Bodegón con servicio de chocolate y bollos. 1770. Óleo sobre lienzo, 50 x 37 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real. Obra de Luis Egidio Meléndez.
El lienzo describe un servicio de chocolate, con su chocolatera de cobre, alto palo de molinillo en vertical y largo mango en horizontal; delante, un plato grande contiene un pocillo, un bollo y unos bizcochos, uno de los cuales descansa directamente sobre la mesa; en primer término unos medallones de chocolate se desparraman desde su envoltorio de papel. Obra excepcional por la representación de objetos de valiosa porcelana como el pocillo o jícara, que posiblemente sea oriental de Compañía de Indias, como merecía el chocolate que fue considerado en la época más que una bebida, un acontecimiento social.

Bodegón con granadas, manzanas, acerolas y uvas en un paisaje. 1771. Óleo sobre lienzo, 62,5 cm x 84 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real. Obra de Luis Egidio Meléndez.
Meléndez ha conseguido integrar distintas frutas en una desordenada asociación temática que reúne granadas abiertas mostrando la riqueza de sus transparentes granos, con uvas, peros y acerolas. La composición se estructura de manera original, aprovechando unos desniveles del terreno a manera de bancales, siendo su base la lisa superficie de una piedra de bordes irregulares. El lugar escogido como escenario es un paisaje, donde destacan los arbustos en semipenumbra, recortándose sus perfiles sobre un cielo nuboso.

Bodegón con perdices, cebollas, ajos y recipientes. Último tercio del siglo XVIII. Óleo sobre lienzo, 41,6 x 62,3 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real. Obra de Luis Egidio Meléndez.
Son poco frecuentes los temas de caza en la obra de Meléndez. En este caso, dos perdices de multicolor plumaje sirven de principio argumental a la composición, en primer término, junto a ellas, las cabezas y dientes de ajo, los paquetes de papel y las cebollas. En segundo plano, dos lebrillos de Alcorcón conteniendo tres platos de loza decorada, de la serie de la adormidera, probablemente talaverana o de Puente del Arzobispo. Se aprecia el método habitual en el pintor, oponiendo cuerpos diversos, tendiendo a valorar los volúmenes puros de aquellos de considerable tamaño con efecto casi arquitectónico.

Bodegón con arenques, cebolletas, pan y utensilios de cocina. 1760 - 1770. Óleo sobre lienzo, 50,3 x 36,7 cm. Museo Nacional del del Prado. Procedencia: Colección Real. Obra de Luis Egidio Meléndez.
En primer término unos arenques ahumados ofrecen sus irregulares superficies junto a unas cebolletas de pulido contorno; al lado de ellos un pan abombado aporta su nota clara y maciza. En segundo plano se ve una jarra o puchero, panzudo, de alfarería, típico del siglo XVIII, cubierto con una tejoleta (fragmento) de plato talaverano o de Puente del Arzobispo, con la decoración llamada de œrosilla que casi oculta un lebrillo de Alcorcón; del borde del recipiente emerge un mango de madera. Una alcuza, una vinagrera de loza y un cesto completan el efectismo verista del cuadro.

Frutero con ciruelas, uva y manzanas, 1762, pintura que presenta tres clases de fruta de las más representadas por Luis Meléndez.

Bodegón con peras, botella, cesta y barril. Colección privada. Autor: Luis Eugenio Meléndez

Bodegón de ciruelas y moras. Óleo sobre lienzo, 37 x 50 cm. Colección privada. Autor: Luis Eugenio Meléndez

Naturaleza muerta de frutas (1771), conservada en el Palacio de los Borbones en San Lorenzo de El Escorial.. Autor: Luis Eugenio Meléndez

Sagrada Familia, c. 1732, pintura realizada para María Luisa de Parma, conservada en el Museo del Prado. Autor: Luis Eugenio Meléndez

Luis Egidio Meléndez. Autorretrato a los treinta años. 1746. Óleo sobre lienzo, 100 x 82 cm. Museo del Louvre. Luis Egidio Meléndez. Aunque nacido en Nápoles, Meléndez desarrolló su producción en Madrid. Se dedicó casi en exclusiva al bodegón, género típico del Barroco. Sus modelos suelen ser franceses, lo cual motivó que se le apodara el "Chardin español". El grueso de su producción se encuentra en el Museo del Prado. Fuera de España, las únicas obras en museos extranjeros son un bodegón de la National Gallery y un curioso autorretrato que cuelga en la somera sala de pintura española del Museo Nacional del Louvre.

Naturaleza muerta con naranjas, jarro y cajas de dulces, c. 1760/1765. Óleo sobre lienzo, 48,3 x 35,2 cm. Museo de Arte Kimbell. Obra de Luis Egidio Meléndez.
Como era habitual en Meléndez, en esta pintura presenta una reproducción completamente realista de las formas de las frutas y de las cajas de dulces, que resaltan nítidamente gracias a la luz intensa que proviene de la parte derecha de la pintura. El bote de cerámica de Manises provoca una sombra dura sobre las cajas que se encuentran en su parte posterior. Precisamente, en una de las cajas que recibe la luz directa se puede ver la inscripción del monograma "M" proveniente del apellido del autor
Ver más obras de Luis Egidio Meléndez en el Anexo de la Wikipedia
Enlaces interesantes
Museo del Prado: https://www.museodelprado.es/aprende/en ... 0df1f833e4
Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/Cate ... %C3%A9ndez
Artcyclopedia: http://www.artcyclopedia.com/artists/me ... gidio.html
Pues ésto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor español de origen italiano Luis Egidio Meléndez, fue un célebre especialista en bodegones del siglo XVIII, fue conocido como "el Chardin hispano". Hoy en día sus bodegones siguen siendo un referente y dignos de admiración, por su gran realismo, naturalidad, composición y atractivo colorido, son un deleite para la vista y hasta para el gusto. Sin duda es uno de los grandes bodegonistas españoles.