
Antonio Muñoz Degrain (Valencia, 1840 – Málaga, 1924) fue un pintor español de estilo ecléctico, mezcla de romanticismo con modernismo.
Empezó a estudiar arquitectura, estudios que dejó para dedicarse a la pintura. Acudió a la Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, pero es más bien un pintor autodidacto.
En 1862 se da a conocer en la Exposición Nacional. Recibe premios en ediciones posteriores.
En 1870 su amigo Bernardo Ferrándiz le requiere para decorar el techo del Teatro Cervantes en Málaga, ciudad a la que se traslada. Allí enseñó en la escuela de San Telmo. Entre sus alumnos se encuentra Pablo Ruiz Picasso.
En 1898 es nombrado Director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
En sus comienzos realizó una pintura realista. Realiza cuadros de temas históricos. Destaca sobre todo como paisajista. Trata los temas con gran imaginación y ciertas implicaciones simbolistas. Al final de su vida, pinta con pinceladas cortas y vivas, de un cierto impresionismo tardío.
Entre sus obras, se pueden destatar:
- Paisaje del Pardo al disiparse la niebla (1867), premiado en la Exposición Nacional. Museo del Prado.
- Los amantes de Teruel (1884), primera medalla en la Exposición Nacional. Museo del Prado.
- Antes de la boda (1882), Museo del Prado.
- Chubasco en Granada (1881). Museo del Prado.
- Paisaje de la Sierra de las Agujas, tomado desde la loma del Caball-Vernat (1864). Museo del Prado.
- La oración o Monjas en oración (1871). Museo del Prado.
- Desdémona (1887). Museo del Prado.
- Magdalena contemplando a Jesús. 1909-1910. Museo de Bellas Artes. Valencia
- Crepúsculo en Magdala (1902). Museo de Bellas Artes. Valencia.
- Amor de madre (1912-1913. Museo de Bellas Artes. Valencia.
- El Tajo, lluvia (1915). Museo de Bellas Artes. Valencia.
- Safo (1908-1909). Museo de Bellas Artes. Valencia.
- Las espigadoras de Jericó (1905). Museo de Bellas Artes de Valencia.
- Noche clara en la Caleta (1914). Museo de Málaga.
- Ofelia en el bosque (1902). Museo de Málaga.
- Panorama de Aragón (1912). Museo de Málaga.
- Puerto de Bilbao (1900). Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga.
- Lavanderas (1903). Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga.
- Marina (Vista de la Bahía de Palma de Mallorca) (c. 1905-1910). Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga.
- El baño de las ninfas (c. 1915). Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga.
- Conversión de Recaredo (1888). Palacio del Senado.
- Otelo y Desdémona (1881). Museu do Chiado, Lisboa.
- Vista del Valle de la Murta (1864). Premiado en la Exposición Nacional.
- El coloso de Rodas (1914). Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.
Espero que esta recopilación realizada de Muñoz Degrain, guste a los visitantes de esta sección del foro de xerbar y además contribuya en su divulgación.
Algunas obras
Muñoz Degrain en el Museo del Prado
Muñoz Degrain, Antonio (Valencia, 1840-Málaga, 1924). Pintor español. Por decisión paterna inició en su juventud los estudios de arquitectura, que pronto abandonó por la pintura. Alumno de la Academia valenciana de San Carlos desde los doce años, fue discípulo del pintor Rafael Montesinos, aunque su formación fue esencialmente autodidacta. Allí sería compañero de Francisco Domingo Marqués, quien le retrataría años más tarde en su estudio. Artista de carácter vehemente y exaltado, rasgos que se traducirían literalmente en sus pinturas, participó asiduamente en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes desde 1862 hasta 1915, siendo sus éxitos en estos certámenes los que marcarían decisivamente la trayectoria artística del pintor. En efecto, además de recibir una mención honorífica en 1862 y una tercera medalla en 1864 por su cuadro Vista del valle de la Murta (Alcira), obtuvo sendos segundos premios en 1867, por su Paisaje de El Pardo, al disiparse la niebla, y en 1871 por La oración (ambos en el Prado). Llamado en 1870 para decorar el Teatro Cervantes de Málaga, se estableció en esa capital andaluza, a la que consideró siempre como su ciudad de adopción. Allí casaría y sería nombrado profesor supernumerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en 1879, siendo años después maestro de toda una generación de artistas, entre ellos el jovencísimo Picasso, quien le mostraría siempre su afecto y respeto. La primera medalla obtenida por Muñoz Degrain en 1881 con el cuadro titulado Otelo y Desdémona (Museu do Chiado, Lisboa), le propició una pensión del Gobierno para hacer por fin el deseado viaje a Roma, visitando entonces varias ciudades de la Toscana y Venecia. Es en Italia donde realiza su gran cuadro Los amantes de Teruel (Prado), obra maestra de toda su producción y una de las piezas capitales de la pintura española de todo el siglo XIX, que el pintor envió desde Roma a la Exposición de Bellas Artes de 1884, en la que obtuvo la primera medalla. A partir de entonces, su creciente prestigio le reporta numerosos honores y recompensas públicas. Caballero de las órdenes de Isabel la Católica, Carlos III y Alfonso XII, recibió la medalla de honor de la Exposición Nacional de 1910 y obtuvo en 1898, a la muerte de Carlos de Haes, la cátedra de Paisaje de la Academia de San Fernando de Madrid, institución de la que será nombrado miembro al año siguiente y director desde 1901, cargo al que renunció en 1912, siendo asimismo presidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Presentó con igual éxito sus cuadros a exposiciones internacionales, como las Universales de Filadelfia (1876), Múnich (1883) y Chicago (1893). Artista de fecundísima producción y desprendida generosidad, en su vejez hizo muy importantes donaciones de obras suyas a los museos de Valencia y Málaga, sus dos ciudades más queridas, así como un espectacular conjunto de cuadros sobre temas del Quijote a la Biblioteca Nacional de Madrid.
Obras
- Antes de la boda, óleo sobre lienzo, 119 x 93 cm, firmado, 1882 [P3779].
- Paisaje de El Pardo, al disiparse la niebla, óleo sobre lienzo, 200 x 300 cm, firmado, 1866 [P4518].
- Granada y Sierra Nevada, óleo sobre lienzo, 50 x 67 cm, firmado [P4519].
- Chubasco en Granada, óleo sobre lienzo, 97 x 144,5 cm, firmado, 1881 [P4520].
- Los amantes de Teruel, óleo sobre lienzo, 330 x 516 cm, firmado, 1884 [P4521].
- Paisaje fantástico (un fuego), óleo sobre lienzo, 38 x 56 cm, firmado [P4522].
- La laguna de Venecia, óleo sobre lienzo, 222 x 251,5 cm, firmado, 1886 [P5496].
- Desdémona, óleo sobre lienzo, 207 x 275 cm, firmado, 1887 [P5502].
- Los escuchas, óleo sobre lienzo, 80 x 90 cm, firmado, 1881 [P5621].
- Vista de los Pirineos de Navarra, óleo sobre lienzo, 108 x 137 cm [P6003].
- Paisaje de la Sierra de las Agujas, tomado desde la loma del Caball-Vernat, óleo sobre lienzo, firmado, 1864 [P6223].
- Un episodio de la inundación de Murcia, óleo sobre lienzo, 102 x 165 cm, firmado, 1892 [P6417].
- Lampecia y Febe, óleo sobre lienzo, 70 x 111 cm, firmado, 1920 [P6520].
- Un fanfarrón en una hostería, óleo sobre lienzo, 94 x 122 cm, firmado, 1881 [P6569].
- La oración, óleo sobre lienzo, 94 x 145 cm, 1871 [P6668].
- Rincón de un patio toledano, óleo sobre tabla, 48 x 30 cm, firmado, 1904 [P6754].
- Puesta de sol, óleo sobre lienzo, 52 x 65 cm, firmado [P6759].
- El examen de doctrina, óleo sobre lienzo, 150 x 196 cm, firmado, 1876 [P6792].
- Jesús en el Tiberíades, óleo sobre lienzo, 75 x 200 cm, firmado, 1909 [P7153].
- La umbría de Sierra Nevada, óleo sobre lienzo, 196 x 135 cm [P7339].

Los amantes de Teruel. 1884. Óleo sobre lienzo, 330 x 516 cm. Museo del Prado. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
El argumento de la muerte por amor, procedente muchas veces de la literatura legendaria, fue un tema recurrente en la pintura decimonónica española. Basado en el relato extraido por Juan Yagüe del Archivo de las Casas Consistoriales de Teruel, Muñoz Degrain plasma el amor imposible de Isabel Segura y el empobrecido noble Diego de Marsilla en el año de 1212, escogiendo el pintor el momento del trágico desenlace de la pasión de ambos amantes. Así, en el oscuro interior de la iglesia turolense de San Pedro, yace el cuerpo de Diego de Marsilla amortajado con el traje de guerrero, sobre un catafalco cubierto de rosas y laureles como homenaje a sus triunfos de caballero. Sobre su pecho reposa la cabeza de su amada que acaba de exhalar su último suspiro tras besar los labios de su eterno e imposible amor.
La modernidad en la aplicación de la materia pictórica, con la que logra el pintor una alta expresividad, más la exaltación de los colores y la poderosa luz mediterránea son los elementos más llamativos del cuadro. La composición equilibrada y la adecuación de las figuras al espacio son elementos que prueban su sometimiento al academicismo más correcto. Fue adquirida en 1884 para el Museo del Prado, pasando después al Museo de Arte Moderno.

Paisaje del Pardo al disiparse la niebla. 1866. Óleo sobre lienzo, 200 cm x 300 cm. Museo del Prado. Madrid. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
En primer plano, uno de los guardas de la reserva del Monte de El Pardo (coto de caza de la Monarquía Española). Al fondo el Guadarrama, con aspecto más alpino y enriscado de lo que es en realidad. Mi paisaje favorito.

La oración o Monjas en oración. Obra de Antonio Muñoz Degrain. 1871. Óleo sobre lienzo, . Museo del Prado. Otra faceta tradicional de la mujer: el convento. El matrimonio y la maternidad eran, según un tópico tradicional de la época, el destino natural de la mujer. La que no conseguía ese objetivo debía ingresar en un convento. Con esta obra obtuvo un segundo premio en 1871.

Antes de la boda. Obra de Antonio Muñoz Degrain, 1882, óleo sobre lienzo, 119 x 93 cm. Museo del Prado.
Bellísimo estudio de doña Isabel de Segura, protagonista de la leyenda decimonónica Los amantes de Teruel dramatizada en verso por Hartzenbusch.
La novia, dispuesta a casarse con don Rodrigo de Azara, prometido elegido por su padre, refleja en su rostro la profunda tristeza y desesperación por no poder desposarse con su verdadero amor don Diego de Marsilla.
La modernidad del arte de Muñoz Degrain queda especialmente patente en esta obra, donde el detallismo con el que está realizada la figura de doña Isabel contrasta con la pincelada suelta y desvaída del fondo, donde apenas pueden identificarse los perfiles de los tapices que decoran las paredes, y el joyero y el jarrón que se encuentran sobre la mesa de la derecha. Esta técnica proviene directamente de la admiración del artista por la pintura veneciana del siglo XVI, donde priman la cualidad puramente pictórica de la obra, y la exhuberancia y colorido finales, frente a la linealidad del dibujo.
Del mismo autor se conserva el cuadro relacionado con el mismo tema Los amantes de Teruel (P04521), realizado en 1884 y presentado junto a éste en la Exposición Nacional de 1884.
Este cuadro fue adquirido por el Estado por Real Orden de 28 de noviembre de 1884 para el Museo del Prado, desde donde ingresó en el desaparecido Museo de Arte Moderno.

Desdémona. Obra de Antonio Muñoz Degrain, 1887. Óleo sobre lienzo, 207 x 275 cm. Museo del Prado. La influencia del colorido veneciano está presente en esta segunda versión del mismo tema. Pero aquí el único protagonista es el dolor que los celos injustificados de Otelo provocan en Desdémona.

Chubasco en Granada, óleo sobre lienzo, 97 x 144,5 cm, firmado, 1881. Museo del Prado. Obra de Antonio Muñoz Degrain
Una tormenta cae torrencialmente sobre uno de los espacios más pintorescos de la ciudad granadina, donde el río Darro discurre junto a la calle que sube al barrio del Generalife.
La elección de esta ciudad como escenario pictórico es significativa en Muñoz Degrain, atraído por el pasado histórico de la ciudad y sus posibilidades para recrear episodios legendarios árabes, en muchos casos con la Alhambra como escenario. El argumento tormentoso de esta pintura, confiere además un sentido fuertemente romántico a la vista de la ciudad.
La obra fue una de las más alabadas de este artista, quien la concibió en principio como ambientación para recrear una escena de rapto, finalmente realizada en otro lienzo. Estuvo presente en la Exposición Nacional de 1881 con el título Recuerdos de Granada. Degrain consigue alcanzar con esta vista unas muy altas cotas de lirismo y la melancolía que serán comunes a toda su obra. Fue adquirida en 1882 para el Museo del Prado, pasando después al Museo de Arte Moderno.

Paisaje de la Sierra de las Agujas, tomado desde la loma del Caball-Vernat, óleo sobre lienzo, firmado, 1864. Museo del Prado. Obra de Antonio Muñoz Degrain. Figuró en la Exposición Nacional de 1864 donde obtuvo una medalla por su valor artístico.
Vista panorámica de la sierra de las Agujas en los alrededores de Corbera (Valencia). La obra supone un claro revulsivo en el panorama del paisaje español, animado por el realismo que estaba imponiéndose desde Europa a través de paisajistas como Carlos de Haes. La exaltación del color, en el que se introducen azules y malvas intensos, es sin embargo una característica propiamente suya. Degrain rehusó en este caso introducir figuras que animasen el paisaje o marcaran una narración anecdótica, evitando distraer al espectador de la grandiosidad imponente de la Naturaleza.

Paisaje de Granada (Granada y Sierra Nevada), óleo sobre lienzo, 50 x 67 cm. Museo del Prado. Obra de Antonio Muñoz Degrain
Muñoz Degrain en el Museo de Bellas Artes de Valencia

El Líbano desde el mar (detalle). Museo de Bellas Artes de Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
Formado inicialmente, por decisión paterna, en los estudios de arquitectura, que abandonó por los de pintura, Antonio Muñoz Degraín (Valencia, 1849 - Málaga, 1924) fue alumno de la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia desde los doce años, donde fue compañero de Francisco Domingo Marqués.
Asiduo participante de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes desde 1862 hasta 1915, fue galardonado en 1861 con una mención de honor, y una tercera medalla en 1864, así como segundos premios en 1867 y 1871. En 1881 obtuvo la primera medalla con la obra Otelo y Desdémona, cuyo boceto se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Este galardón le permitió obtener la pensión del Gobierno para viajar a Roma, ciudad en la que realizó su gran cuadro Los amantes de Teruel, obra enviada desde Roma con la que obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1884.
Fue titular de la cátedra de pintura de la Escuela de Bellas Artes de Málaga, donde tuvo como alumno a Picasso. En esta ciudad andaluza, a la que había acudido en 1870 llamado por el pintor Bernardo Ferrandis para decorar el teatro Cervantes, se estableció y en ella se casó. Más tarde obtuvo la cátedra de Paisaje de la Academia de San Fernando de Madrid y fue nombrado Director en 1901. También fue Presidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Artista de fecunda producción, cultivó todos los géneros de la pintura, como así ha querido reflejarse en esta muestra, aunque siempre se le ha considerado como un atrevido y personal paisajista gracias a su innovador y peculiar uso del color. Viajero infatigable se siente atraído por los paisajes de Oriente Próximo, a donde viajó en diferentes ocasiones.
Su generosidad nos ha permitido contar con un importante conjunto de obras gracias a la donación efectuada al Museo de Bellas Artes de Valencia.
En este museo se exponen algunas de las obras más importantes de este destacado pintor valenciano.

El Líbano desde el Mar. 1909. Óleo sobre lienzo. 63 x 105,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Amor de madre. Obra de Antonio Muñoz Degrain. 1912 -13, óleo sobre lienzo, 204 x 160.5 cm. Fue donado por el autor al Museo de Bellas Artes de Valencia en 1913. En esta obra el artista representa un magnífico homenaje y reconocimiento a todas las madres.
Como observamos el cuadro es impresionante. Las inundaciones y riadas han sido una característica de la zona mediterránea desde hace milenios, y con frecuencia han tenido trágicas consecuencias. Aquí vemos una de ellas: el nivel del agua está subiendo y la casa, una barraca valenciana, ya no es un lugar seguro. La mujer intenta salvar a su hijo aunque ello implique perder su vida. El niño es su única preocupación. Pero unas aguas turbias y agitadas la arrastrarán inexorablemente… ¿Sirvió para algo este sacrificio? El autor no dio ninguna respuesta así que los espectadores deberemos dar la nuestra.
Como contrapunto a ese dramatismo, la belleza de la naturaleza con árboles en flor y doradas naranjas sobresaliendo indemnes de la riada… La vida seguirá a pesar de esta tragedia individual.

Las espigadoras de Jericó. 1905. Museo de Bellas Artes de Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
Con este cuadro obtuvo una medalla de honor en el certamen de 1910. Era costumbre que después de segar los campos las mujeres recogiesen las espigas perdidas por los segadores. Se trataba de una forma de subsistir, no de ganarse la vida. Es un tema que ya habían tratado de forma realista autores como Millet o Léon Augustin L'hermitte. Pero como es habitual en los paisajes de Muñoz Degrain, aquí tenemos una visión idealizada e idílica de lo que en realidad era una vida muy dura. Sin embargo el cuadro es de una gran belleza, con el colorido y la luminosidad típicos del autor.

Crepúsculo en Magdala. Obra de Antonio Muñoz Degrain. 1902. Mixto sobre lienzo. 135,4 x 200,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Muñoz Degrain viajó por el Próximo Oriente y el resultado fueron una serie de lienzos (Las grutas de los profetas de Jerusalén, Espigadoras de Jericó, Vado del Jordán, etc.) y también este cuadro. La figura de María Magdalena es sólo un pretexto para introducir este paisaje de Tierra Santa, que como la mayoría de los de este autor, son imaginarios, construidos con sus recuerdos. Además nos la representa como mujer arrepentida y dispuesta a sufrir las consecuencias de su pecado.

Anacoreta. 1912-1915. Óleo sobre lienzo. 152,6 x 87,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Constantinopla a orillas del Bósforo. 1914. Óleo sobre lienzo, 101 x 170,7 cm. Museo Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Un rincón de Venecia. 1914. Óleo sobre lienzo, 101 x 170,7 cm. Museo Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Un vado en el río Jordán. 1902-1905. Óleo sobre lienzo. 92 x 122 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Ofelia en el bosque. Museo de Bellas Artes. Málaga. Obra de Antonio Muñoz Degrain

La Gruta de los Profetas. Hacia 1912. Óleo sobre lienzo, 153 x 220 cm. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Magdalena contemplando a Jesús. Obra de Antonio Muñoz Degrain. 1909-1910. Óleo sobre lienzo. 132 x 87,3 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. El convento no era la única salida de la mujer que no se casaba. También estaba la prostitución, una solución despreciada, propia de las mujeres de clase humilde. Aunque, como María Magdalena, siempre tienen abierta la puerta a una vida respetable si se arrepienten de su anterior vida lujuriosa…

Lavandera. Alrededores de Valencia, h. 1859. 24.6 x 52.8 cm. Museo de Bellas Artes de Valencia. El duro trabajo de las mujeres humildes está representado de forma natural, sin dramatismos, como formando parte del orden natural de la sociedad.

El Tajo, lluvia (1915). Museo de Bellas Artes de Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Estanque, hojas caídas y cisnes. 1913. Óleo sobre lienzo, 202 x 264.6 cm. Obra de Antonio Muñoz Degrain

El herrero en bodas de oro. 1909. Óleo sobre lienzo, 133.4 x 88.4 cm. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Otelo y Desdémona (Boceto) 1880. Óleo sobre lienzo, 39.2 x 56.8 cm. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Desfiladero de los Gaitanes. 1913. Óleo sobre lienzo, 216,5 x 151,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Río Piedra. Monasterio de Piedra. Paisaje. 1904. Óleo sobre lienzo. 89 x 135 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Safo. 1908-1909. Óleo sobre lienzo, 187 x 124 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

El santo entierro. Boceto. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Jesús en el Lago Tiberíades (boceto) 1909. Óleo sobre lienzo. 61 x 87 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Árbol centenario. 1915. Museo de Bellas Artes. Valencia

El mar Muerto. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

El Valle de Josafat. 1913. Óleo sobre lienzo. 87 x 134 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia

El Vesubio. 1882-1884. Óleo sobre lienzo. 87,2 x 133,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Fuente de la Sultana. 1912. Óleo sobre lienzo. 198,6 x 136,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Jerusalén (olivos y lirios). 1907. Óleo sobre lienzo. 89 x 134,2 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

La Gruta de los Profetas. 1912. Óleo sobre lienzo. 153 x 220 cms. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

La Laguna Estigia, Boceto. 1909. Óleo sobre lienzo. 96,5 x 60 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Los Estanques de Salomón. 1910-1912. Óleo sobre lienzo. 130 x 189,5 cms. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Torrente de Cedrón. Palestina. 1907. Óleo sobre lienzo. 131,5 x 86,5 cms. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Un palomar en Andalucía. 1903. Óleo sobre lienzo. 130 x 196 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Un vado en el río Jordán. 1902-1905. Óleo sobre lienzo. 92 x 122 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Vista de Roma desde la Academia Española de Bellas Artes. Óleo sobre lienzo. 100 x 175 cm. Museo de Bellas Artes de Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain
Muñoz Degrain en el Museo de Málaga

El árbol sagrado. Museo de Bellas Artes. Málaga. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Puente de la sultana. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Ofelia en el bosque. 1902. Óleo sobre lienzo, 67,10 x 99 cm. Museo de Bellas Artes. Málaga. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
Una exuberante vegetación plagada de azuladas flores acompaña a Ofelia en su destino. Muñoz Degraín trasladó la tensión dramática de la escena a la propia naturaleza del paraje. Ulilizará una pincelada suelta y nerviosa para la realización de los troncos de los árboles, empleando mayor cantidad de materia en las pinceladas verdosas de la parte superior del lienzo. La luz tamizada por la espesa vegetación, imprime un aspecto mágico y fascinante a la escena, destacando con sus reflejos plateados las aguas del río, lecho mortuorio de la joven. Frente a Ofelia, junto al gran sauce de peladas ramas, dos palomas blancas revolotean juntas simbolizando, quizá, la virtud femenina. Presenta la belleza femenina más simbolica de principios de siglo, una mujer de cabellos largos y sofisticada corona de flores sobre su cabeza, ideal que también trasladó a otras féminas.
Una vez más, Muñoz Degrain recurre a un personaje de la literatura clásica para mostrar su particular visión estética sobre la locura. Ofelia, personaje de la tragedia de Hamlet y una de las más estremecedoras creaciones femeninas de la literatura, fue una víctima inconsciente del amor y de la piedad filial.

Panorama de Aragón, 1912. Museo de Málaga. De nuevo el paisaje como protagonista principal. Un día claro y soleado en primer plano y con suave bruma en los planos del fondo. En el centro un barranco con charcas refleja el cielo. Contraste cromático entre los amarillos y verdes de los primeros planos y los tonos violáceos del resto.
Las figuras humanas, un pastor de lado y una mujer de espaldas, se diluyen en este paisaje. El vestido blanco de la mujer es en realidad una variadísima gama de malvas. En el tratamiento de la mujer hay un elemento nuevo: ya no es la visión tópica de los diversos estereotipos femeninos de la época. Ahora es la mujer burguesa que admira el paisaje y se interesa por los corderos recién nacidos, algo más próximo a nuestra sensibilidad.

Noche clara en la Caleta. 1914. Óleo sobre lienzo, 983 x 170 cm. Museo de Málaga. Obra de Antonio Muñoz Degrain.

Techo del Teatro Cervantes. Boceto. Museo de Bellas Artes. Málaga. Obra de Antonio Muñoz Degrain
Otras obras

Los molineros sacan del agua a Don Quijote. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Ruinas en las inmediaciones de Jerusalén. 1845. Patrimonio Nacional. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Cervantes en Argel. Biblioteca Nacional. Madrid. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Un peregrino. 1915. Óleo sobre lienzo, 132 x 69 cm. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Dama adornando un altar. Biblioteca Nacional. Madrid. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Puesto ya el pie en el estribo. Biblioteca Nacional. Madrid. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Juramento de Minaya Alvar Fáñez. 1847. Patrimonio Nacional. Obra de Antonio Muñoz Degrain

El descendimiento. Colección particular. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Nocturno veneciano. Colección particular. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

La Laguna de Venecia. (Detalle). Museo Provincial. Santa Cruz de Tenerife

Escena en Cuba. 1890-1900. Colección Privada. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Alcazaba de Málaga. Colección privada. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Paisaje urbano. Colección Ateneo Mercantil. Valencia. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Una vista de El Cairo. Colección particular. Obra de Antonio Muñoz Degrain

Otelo y Desdémona. Obra de Antonio Muñoz Degrain, 1881. Museu do Chiado, Lisboa. Los celos han sido una importante fuente de inspiración literaria (Shakespeare, “Otelo, el Moro de Venecia”), musical (la ópera “Otello” de Verdi) y pictórica. El boceto de esta obra se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

Pitonisa. Estudio. 1886. Obra de Antonio Muñoz Degrain. Otra actividad que durante siglos fue típica de las mujeres: la adivinación del futuro. Con técnicas muy diversas (lectura de las rayas de la mano, cartas, posos de café, etc.) y con nombres muy diversos (adivinas, pitonisas, meigas, etc.) muchas mujeres se ganaban la vida aprovechándose de la credulidad de las gentes y su necesidad de conocer el futuro…

El coloso de Rodas. 1914. Óleo sobre lienzo, 211 x 278 cm. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
Es una de las mejores obras de la etapa madura del artista, concebida en 1905 durante su segundo viaje a Oriente Próximo y su paso por la ciudad portuaria de Rodas. La atmósfera oriental se acentúa con el fuerte colorido, sobre todo en los violetas, rosados, verdes y naranjas. El asunto, representado con fantasía desbordante, es la celebración de antiguos festejos en honor de Palas Atenea, diosa de la guerra y de la sabiduría. La legendaria estatua que da nombre al cuadro se recorta al fondo, como una gigantesca sombra.

La conversión de Recaredo. 1888. Óleo sobre lienzo, 350 x 550 cm. Palacio del Senado, Madrid. Obra de Antonio Muñoz Degrain.
Esta pintura representa el momento en que el rey visigodo Recaredo abjura del arrianismo, hasta entonces la religión oficial de su reino, en presencia de su esposa, la reina Badda y del arzobispo Leandro, a la izquierda, coronado por el nimbo de la santidad. El monarca está colocado sobre una plataforma que parece de bronce dorado, en cuya base se lee una inscripción que hace referencia al lugar, la basílica de Santa Leocadia de Toledo, y la fecha de la ceremonia, el 8 de mayo del 589.
Muñoz Degrain dejó testimonio de una carta de sus preocupaciones arqueológicas y representativas, tan propias del género, a la hora de concebir la pintura. En su opinión "todo asunto histórico exige... un estudio detenido, no sólo de la historia política y social, sino también de las costumbres, la indumentaria, la manera de ser y los detalles más nimios". Por eso se lamenta de su escaso conocimiento de los visigodos, limitado a las coronas votivas de Guarrazar, y asocia con ellas la época paleocristiana y bizantina, por lo que se sirve, también, de los mosaicos de San Vital en Rávena y los de Santa Sofía en Constantinopla. Explica la colocación de algunos nobles, en primer término a la derecha, que presentan al rey "las ofrendas del oro, la mirra y el agua que purifica y redime"; advierte que "detrás del trono presencian el acto, desde una galería, damas y caballeros de la corte (Díez García ha identificado el modelo del noble barbado en la cabeza de anciano del cuadro de Veronés, Jesús entre los doctores, del Museo del Prado), y en el fondo, por encima de los tapices que limitan el recinto, se ven los mosaicos polícromos de cristal y oro que adornan las paredes del templo de Santa Leocadia". Justifica, asimismo, la licencia histórica de haber colocado a San Leandro en lugar preferente pues "aunque ocupaba el tercer lugar después del Metropolitano de Mérida ... fue el alma del Concilio y tomó parte principalísima en la conversión de Recaredo". De todas formas, aparte de esta explicación, recogida desde antiguo en los catálogos del Senado, otras fuentes históricas, algunas de las cuales también aparecen en los mencionados catálogos (en concreto el Diccionario portátil de los concilios, de Francisco Pérez Pastor, Las glorias nacionales, de Ambrosio de Morales, o la Historia de España del Padre Mariana y la de Modesto Lafuente), dan puntual cuenta del mencionado acontecimiento.
Este cuadro le fue encargado al pintor valenciano con objeto de decorar el Salón de Conferencias del Palacio del Senado, donde estuvo antaño, junto a la Entrada de Roger de Flor en Constantinopla. La elección de Muñoz Degrain para su realización se debió al extraordinario éxito que había obtenido previamente su obra Los amantes de Teruel (Madrid, Museo del Prado, Casón del Buen Retiro), primera medalla en la Exposición Nacional de 1884. Con este tema, los comitentes senatoriales quisieron subrayar la importancia simbólica que concedían a la unidad religiosa, impuesta por Recaredo, que en la historiografía del siglo XIX había sido interpretada como la primera manifestación de la unidad de España.
Desde un punto de vista formal, es una obra extraordinariamente audaz en cuanto a su ejecución, aunque responde a la delirante imaginación artística que es habitual en la etapa de madurez del pintor valenciano. La materia pastosa, como dada a brochazos, en la que destacan los estridentes efectos refulgentes del raso carmesí y del amarillo broncíneo, se extiende por todo el lienzo para producir una extraordinaria suntuosidad cromática global, que sugiere una ceremonia misteriosa y alucinante, más allá del hecho concreto que describe. Los elementos arqueológicos no sólo son impropios y anacrónicos, sino que, utilizados con tal desmesura acumulativa, terminan por generar un agobio sensorial, inusitado dentro del género, pero profundamente incardinado en las corrientes finiseculares más avanzadas. Por eso La conversión de Recaredo es una obra excepcional dentro de los parámetros habituales de la pintura de historia, más cerca de la emoción y el delirio, gestados en elementos plásticos, aunque también temáticos, que de la evocación edificante de un suceso patrio.
El Museo de Bellas Artes de San Pío V de Valencia conserva un boceto de esta pintura, asombrosamente sumario, con grandes manchas yuxtapuestas, de intensos y alucinantes colores.
El cuadro, que, como otros de la serie, apenas tuvo proyección pública contemporánea (Estuvo en la Exposición Universal de París de 1889), fue, no obstante, acogido con extraordinario entusiasmo por los comitentes senatoriales, que acordaron doblar el precio previamente estipulado. (Texto de Carlos Reyero Hermosilla, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, págs. 290 y 292).

Monumento a Antonio Muñoz Degrain (Valencia). Antonio Muñoz Degrain, pintor nacido en Valencia en 1843 y fallecido en Málaga en 1924. Nombrado hijo predilecto de la ciudad en 1910. Busto en mármol sufragado por el Circulo de Bellas Artes en su mayor parte y colocada en su lugar de emplazamiento en 1915. Esta escultura es una obra del escultor valenciano Francisco Marco DÍaz-Pintado. El busto se alza sobre un pedestal que toma la forma de banco de piedra obra de Vicente Rodriguez. En la base del busto figura la inscripción Al pintor Muñoz Degrain MCMXV. Como nota curiosa hemos de indicar que el busto de nuestro amigo fué levantado todavía en vida del pintor. Esta escultura está expuesta en los jardines de la Glorieta. Valencia.

Monumento a Antonio Muñoz Degrain (Málaga). El monumento a Antonio Muñoz Degrain es un busto situado en el Parque de la ciudad española de Málaga. Se sitúa sobre un pedestal obra de Diego García Carreras muy cerca del Auditorio Eduardo Ocón.
Su autor es Francisco Marco Díaz-Pintado, data de entre 1918 y 1923 y homenajea al pintor valenciano Antonio Muñoz Degrain y es una copia de otro situado en Valencia.

Antonio Muñoz Degrain. Autorretrato
Pues esto es todo amigos, espero que este trabajo recopilatorio está dedicado a Antonio Muñoz Degrain (1840–1924) fue un pintor español de estilo ecléctico, mezcla de romanticismo con modernismo. Empezó a estudiar arquitectura, estudios que dejó para dedicarse a la pintura. Acudió a la Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, pero es más bien un pintor autodidacto.