Museo de San Marcos (Florencia)

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megaurbanismo
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Museo de San Marcos (Florencia)

Mensaje por megaurbanismo » Vie, 28 Oct 2022, 17:05

Este trabajo recopilatorio está dedicado al Museo de San Marcos de Florencia. Italia.
Imagen El museo de San Marcos, está situado en un antiguo monasterio construido entre el 1437 y el 1452 por Michelozzo (arquitecto, al igual que Brunelleschi, muy estimado por los Médici), alberga frescos del Ghirlandaio y de Fra Bartolomé, y numerosas pinturas de sus sucesores. Las celdas de los dormitorios están ricamente decoradas con numerosos frescos del Fra Angélico –todavía Beato-, por no hablar de aquellas que pertenecían a Cósimo el Viejo, mayor exponente de la familia Médici, que pagó por la reconstrucción de la iglesia y del monasterio, parcialmente destruidas en el siglo XV. Para la decoración pictórica del convento fue llamado Fra Giovanni Da Fiesole.
El Beato Angélico, capaz como ningún otro de darle forma al rigor de la doctrina de la orden dominica con obras como el Tabernáculo de los lineros (1433-1434), donde recoge la moralidad de Masaccio, rechazando su realismo, la Virgen en el trono y seis santos (1437-1440). La atracción principal del museo de San Marcos es el fresco de la Anunciación (1442), sobre la escalera que lleva a los dormitorios, símbolo de pureza, obediencia y fe.
De gran impacto es el ingreso de la biblioteca del convento dominico, encargado igualmente a Michelozzo, considerado uno de los mejores ejemplos de interior renacentista, con sus arcos soportados por estrechas columnas de capitel jónico.
En conjunto, el edificio se presenta como un complejo de proporciones monumentales, con todas las características de sobriedad y elegancia de la arquitectura florentina del Renacimiento. La planta baja contiene, alrededor del claustro contiguo a la iglesia, los ambientes en los que se desarrollaba la vida comunitaria: el Albergue para peregrinos, adyacente a la entrada, la sala capitular, la Sala del Lavabo, el Refectorio y el espacio contiguo reservado a la cocina y a las dependencias dedicadas a los servicio; también hay un pequeño claustro del siglo XV, llamado Claustro de la Spesa, y un patio denominado Corte del Granero. Casi paralelamente a las obras de remodelación arquitectónica, el edificio se enriqueció con un extraordinario ciclo pictórico realizado por el Beato Angélico, quien residió y trabajó en el convento en 1387 y entre 1400 y 1455; Fra Angélico decoró las celdas (Anunciación y episodios de la vida de Jesús), los pasillos, el claustro y la sala capitular (Crucifixión).
Las Colecciones. Algunas salas de la planta baja albergan una notable colección de retablos de Fra Angélico: en particular destacan un Juicio Final, el Tabernáculo de los Linaioli (los fabricantes de lino), una Deposición y las puertas del Armario de la Platería. Además, el Museo de San Marcos conserva algunas obras de Fra Bartolomeo (1472-1517), incluido el célebre retrato de Savonarola.
La biblioteca, la primera del Renacimiento abierta al público, conservaba los códices italianos, latinos y griegos que pertenecieron al humanista Niccoló Niccoli y que posteriormente pasaron a formar parte de la Biblioteca Laurenziana. Hoy la biblioteca conserva una importante colección de más de cien libros antifonarios miniados medievales y renacentistas provenientes de éste y de otros conventos confiscados.
Espero que a los amantes del arte que frecuenten esta sección del foro de xerbar os guste el trabajo dedicado al museo florentino de San Marcos.
Su web: http://www.polomusealetoscana.benicultu ... -san-marco
MUSEO DE SAN MARCOS
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El Museo de San Marcos (Museo San Marco), que tiene su sede en la parte monumental de un antiguo convento dominico, se encuentra en la Piazza di San Marco de Florencia (Italia), cerca de la Galería de la Academia.
Historia. Cosme de Médicis el Viejo, cedió el convento y la iglesia de San Marcos a los "Domenicani osservanti" de Fiesole en 1436.
Fundado en el siglo XIII, del antiguo edificio quedan algunos vestigios y trazas de frescos. Como narra en sus Vidas Giorgio Vasari, Cosme Pater Patriae no escatimó energía ni dinero para llevar a cabo una reestructuración radical del edificio, encargada al arquitecto Michelozzo; al acabar las obras, en 1452, el convento de San Marcos fue uno de los más modernos, bellos y confortables de Italia.
El proyecto de Michelozzo se concretó en un amplio edificio de sobrio estilo renacentista, gracioso y elegante, caracterizado por amplias superficies y espacios regulares compartimentados con claridad.

La obra maestra del arquitecto fue la sala de la biblioteca, espaciosa sala con columnas, que se convirtió, durante la época de Lorenzo el Magnífico refugio privilegiado de humanistas, entre los que puede citarse a Angelo Poliziano y Pico della Mirandola, que aquí podían consultar libremente textos en latín y griego, en la primera "biblioteca pública" que existió en el mundo occidental.
El Convento de San Marcos fue expropiado por vez primera en 1808, en la época napoleónica; se devolvió a los frailes dominicos después de la caída del emperador francés y durante la Restauración, el monasterio fue nuevamente confiscado por el Estado italiano en 1866, por un famoso R.D. del 7 de julio de 1866, que preveía la supresión de las órdenes religiosas.
Declarado bien monumental de importancia nacional, se abrió al público en 1869.
El convento de San Marcos es célebre, además de por sus obras de arte, por los numerosos personajes célebres que hospedó tras sus muros: san Antonino, fra' Girolamo Savonarola y sobre todo el fraile y pintor Giovanni da Fiesole, llamado Fra Angelico.
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Claustro de San Antonino, en el Convento de San Marcos. Florencia. Italia
El Museo
Del claustro de San Antonino (Chiostro di Sant'Antonino), construido por Michelozzo antes de 1440 y con frescos realizados un siglo después por Bernardino Poccetti, se accede a las estancias que constituyen el complejo museístico de San Marcos. Aquí Fra Angelico pintó sobre la luneta de cada puerta un fresco. Las lunetas del claustro fueron varias veces pintadas al fresco a finales del Cinquecento y principios del siglo XVII por Bernardino Poccetti y otros artistas con escenas ilustrativas de la Vida y milagros de San Antonino.
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Anónimo Gótico-Renacentista del Siglo XV. Anunciación. Fresco. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
La sala dell'Ospizio dei Pellegrini, esto es, el hospicio de peregrinos, donde se ofrecía hospitalidad a peregrinos y visitantes, se dedica a Fra Angelico y recoge muchas de sus más importantes pinturas sobre tabla, como el Descendimiento (h. 1435-1440), retablo pintado para la iglesia de Santa trinità, y la Madonna dei Linaioli, encargada por los linaiuoli (gremio de tejedores de lino) en 1433, en colaboración con Lorenzo Ghiberti.
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Fra Angélico. Crucifixión y santos, 1440, Convento-museo de san Marcos. Florencia. Italia
La Sala Capitular (Sala Capitolare) fue pintada al fresco con la compleja y alegórica Crucifixión y santos (Crocifissione) terminada en 1442, una verdadera obra maestra, durante cuya realización se dice que se emocionó hasta las lágrimas el propio pintor.
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Caporali. La Vierge à l'Enfant, entourée de quatre anges. Temple sobre tabla. 79 x 55 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
En el resto de las dependencias de la planta baja, entre las cuales estaba el Lavabo y dos refectorios, hay obras de los principales artistas del Quattrocento y del Cinquecento florentino: Domenico Ghirlandaio (Última Cena (Cenacolo) de 1482, una versión en escala reducida del Cenacolo di Ognissanti), Alesso Baldovinetti, Giovanni Antonio Sogliani y fra Bartolomeo.
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Ghirlandaio: Última Cena (Cenáculo de San Marcos) El fresco de Domenico Ghirlandaio con la representación de La Ultima Cena (h. 1482) decora el pequeño refectorio del convento dominico de San Marcos.
El segundo refectorio recoge obras de la llamada "escuela de San marcos", constituida por alumnos de fray Bartolomeo.
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Fra Bartolommeo. Girolano Savanarola. 1498. Tabla 53 x 47 cm. Museo de San Marcos. Florencia (Italia)
En la primera planta, donde está el bellísimo fresco de la ' Anunciación (Annunciazione) que acoge a los visitantes en lo alto de la escalera, están situadas las celdas de los monjes, con fresco de fra Angelico y alumnos con escenas que inspirasen los rezos de los monjes, sobre todo ligados a las escenas de la Pasión de Cristo. Al fondo del ala sur se encuentran las celdas que habitó Savonarola.
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Ejecución de Savonarola en la plaza de la Signoria. 1498. Tabla. Museo de San Marcos. Anónimo - (Anónimo Renacentista del Siglo XV) Museo de Sana Marcos. Florencia. Italia
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Reliquias de Savonarola (Savonarola's relics include a hair shirt and a spiked metal belt for the mortification of the flesh). Museo de Sana Marcos. Florencia. Italia
También es parte del museo la antigua biblioteca construida en la primera planta por Michelozzo por voluntad de Cosme de Médici, con una airosa estructura bien iluminada que facilitase la lectura y el estudio. Aún hoy custodia una gran cantidad de preciosos códices miniados. La mayor parte de los libros más preciosos (muchos de la época de Cosme el Viejo) se ha transferido a la Biblioteca Laurenciana después de la supresión del convento a principios del siglo XIX. La biblioteca conventual custodia aún una colección de obras de teología y filosofía y comprende también una parte de la biblioteca de Giorgio La Pira.
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Gozzoli. Natividad. 1441. Fresco. 177 x 148 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
En la Foresteria están reunidos numerosos restos pétreos provenientes de las demoliciones del siglo XIX del centro de Florencia y del ghetto, durante la época del "Risanamento" a caballo entre el siglo XIX y el XX.
San Marcos alberga aún una comunidad dominica, habitando los monjes el claustro interno.
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Biblioteca del convento de San Marcos (Florencia). Michelozzo Michelozzi. 1440. En esta obra de Michelozzo se aprecian algunos elementos de conservadurismo arquitectónico. Adapta el tipo de planta basilical de tres naves a una función distinta como es la de biblioteca. A pesar del empleo de columnas, éstas no siguen las proporciones clásicas. Los tirantes de hierro en las naves son un elemento que aparece también en pinturas de la época, como las de Fra Angélico.
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Vista de la Biblioteca del Museo de San Marcos. (Michelozzo's library in San Marco Museum, in Florence Italy)
FRA ANGÉLICO Y EL CONVENTO - MUSEO DE SAN MARCOS DE FLORENCIA
ImagenFra Angélico - (Guido di Pietro da Mugello). Italia. (1390-1455). Nació en el año 1400 en Vicchio (Toscana), siendo su verdadero nombre Guido di Pietro da Muguello.
En 1418 ingresó en un convento dominico en Fiesole y alrededor de 1425 se convirtió en fraile de la orden con el nombre de Giovanni da Fiesole.
Su obra combinó la elegancia decorativa del gótico con el estilo mas realista de otros maestros del renacimiento. Las expresiones de devoción en los rostros son muy logradas, así como la utilización del color que consigue dar mayor intensidad emotiva a la obra.
Su maestría en la creación de figuras monumentales, en la representación del movimiento y en la capacidad para crear planos de profundidad a través de una perspectiva lineal lo confirman como uno de los pintores mas importantes del primer renacimiento. Falleció el 18 de Marzo de 1455 en el convento dominico de Roma.
Las obras más numerosas y destacadas de Fra Angélico del Museo florentino de San Marcos son:
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Fra Angélico. Armario de la plata. 1450. Temple sobre tabla. Cada panel 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. 38,5 x 37 cm. Panel. Temple sobre tabla. La decoración de la puerta del relicario conocido como Armario de la plata, para la iglesia de la Santa Anunciación de Florencia, fue la última obra que conocemos de Fra Angelico. El tabernáculo estaba destinado a salvaguardar las donaciones que recibía la iglesia. El encargo se hizo hacia finales de 1448, siendo posiblemente su mecenas Pedro de Médicis. En principio, el antiguo proyecto tenía dos alas móviles aunque, finalmente, se realizó como una única tabla que se abría hacia arriba. Fra Angelico fue el destinatario del encargo y el que dio los modelos de las escenas, aunque la mayoría de las figuraciones están muy alejadas de su estilo arquetípico, lo que nos hace pensar en la colaboración amplia de su taller. Sabemos, incluso, que tres de las escenas las llevó a cabo Alessio Baldovinetti. De las tablas del relicario, que en principio formaban un conjunto de 41 escenas, se conservan únicamente 35. Comenzando con la escena de la Rueda mística de Ezequiel, Fra Angelico desarrolló los episodios más importante de la vida de Jesús. El último panel que cerraba la serie era el de la Coronación de María. El Armario de la plata desarrolla un estilo unitario, con gran profusión de detalles anecdóticos y una concepción espacial que sitúa en la época renacentista acontecimientos de la historia sagrada. Además de las diferentes fórmulas espaciales adoptadas para el Armario, el colorido es mucho más vivo y contrastado que las tonalidades armónicas de gama suave figuradas en los frescos para el convento de San Marcos. La última fase decorativa de San Marcos, el ala norte, fue realizada al tiempo que la puerta del relicario, lo que queda certificado al comprobar la similitud de las opciones de compositivas y la profusión de detalles narrativos en ambas obras. En las dos, la habilidad técnica de sus ayudantes desvirtúa un poco la concepción artística del monje pintor. Si la mística y mundo de contemplación de las mejores obras de San Marcos quedaba reducida en las escenas de las últimas celdas, la significación de este relicario se presenta aún más alejada en su aspecto devocional.
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Fra Angélico. La rueda mística. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. El Armario de la plata daba comienzo con esta interpretación simbólica del cielo, según el Libro de Ezequiel, uno de los cuatro profetas mayores del Antiguo Testamento. En el arco exterior de la Rueda mística figuran los profetas de los tiempos antiguos, que portan filacterias y están representados con los atributos habituales de la iconografía bíblica. En el círculo menor, también separados por las franjas donde se muestra su identificación, se presentan algunos apóstoles y evangelistas, recortados sus volúmenes sobre el fondo celeste, al contrario que la faja exterior, que exhibe detalles más naturalistas de formas vegetales. Fuera de la Rueda en llamas, la escena queda enmarcada en su base por Ezequiel, a la derecha, recostado y de movimiento sobrecogedor ante la visión mística. A la izquierda, San Gregorio, trasunto de la nueva Iglesia católica. En la parte de arriba, los pergaminos inscriben citas del Antiguo y Nuevo Testamento, siguiendo la distribución de las figuras de abajo, respectivamente. El lenguaje simbólico del libro del profeta se presenta en esta escena con el mismo carácter conceptual.
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Fra Angélico. Anunciación. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. Cada panel 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Renacimiento Italiano Correlativa a la visión alegórica de la Rueda mística de Ezequiel, en el Armario de la plata se presentaba esta Concepción de la Virgen, en la que Fra Angelico da una fórmula espacial distinta a la homónima de el Museo de El Prado o al fresco monumental de la Anunciación de San Marcos. El único punto en común se refiere al foco de luz, que aquí también parte de la izquierda. Las figuras se sitúan en primer plano, dejando vacío el eje estructural de la obra: la puerta que se abre a un patio en segundo término. Ambos protagonistas están recuadrados por una arcada de columnas corintias que fugan hacia el fondo siguiendo el efecto de profundidad. Los tiestos de flores, situados en los entablamentos de la construcción, continúan el desarrollo espacial. Al fondo, las copas de dos cipreses se recortan sobre el cielo, figurando en su centro la paloma del Espíritu Santo. Enmarcando la escena, dos rollos de pergamino explican el acontecimiento milagroso. Fra Angelico ha tenido en cuenta las reverberaciones del foco de luz y su proyección según la calidad de los elementos representados y los planos de profundidad. Junto al espacio creado, éste es el aspecto más destacado de la tabla. Mucho menos eficaz se presentan los tonos de color, de excesivo carácter decorativo, sobre todo en las franjas contrastadas de las alas del ángel.
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Fra Angélico. Natividad. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. El tema de la Natividad es uno de los menos representados por Fra Angelico de la historia sagrada. La escena del Armario de la plata guarda cierta relación con el fresco del mismo tema figurado en la celda 5 del convento dominico de San Marcos de Florencia, que pudo servir de referente compositivo. Pero la realización final de ambas obras corresponde a ayudantes del fraile pintor, que dio el modelo. El pesebre se presenta frontal al espectador, muy bien construido en su estructura. El centro compositivo, sobre el suelo, es la figura del Niño Jesús, al que Fra Angelico confiere un aura luminosa de fuerte intensidad. María y José, arrodillados, adoran al Hijo de Dios. Destaca en sus figuras el tratamiento de los pliegues, que dan volumetría y corporeidad. Al igual que el colorido, muy contrastado en los ropajes de San José, entre el vivo amarillo y el negro de su gorra. Al fondo, sobre la estructura de madera del pesebre, otro foco luminoso, en donde figura la estrella de Belén rodeada de ángeles. Destaca también el tratamiento detallista de algunos elementos, como la anecdótica figura de la vaca, las formas de la vegetación, o la presencia casi oculta de los pastores, a la izquierda del establo. No es muy frecuente encontrar elementos superficiales en las composiciones del beato Angélico. Pero eso determina, precisamente, la autoría de la obra, que pudiera ser de la mano de Benozzo Gozzoli, el discípulo más importante de Fra Angelico.
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Fra Angélico. La circuncisión. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. emple sobre tabla, 38,5 x 37 cm. Renacimiento Italiano Para el Armario de la plata, Fra Angelico proyectó 41 paneles que desarrollaban los episodios más importantes de la vida de Cristo. Si bien la concepción de las escenas son de mano del maestro, la realización última de las pinturas corresponde, con toda seguridad, a sus ayudantes. Una de las escenas más peculiares sobre la infancia de Jesús es esta Circuncisión. El episodio se ejemplifica en el primer plano de la composición. El núcleo central de los personajes, se sitúan delante del coro de una iglesia, que alcanza en su espacialidad grandes cotas de verosimilitud. Tras el arco que da comienzo al tramo de bóveda, sustentado por columnas de capiteles corintios en colores azulados, se desarrolla en perspectiva toda la nave, que termina, en el plano de fondo con el ábside de la iglesia, bañado por la potente luz que entra por sus muros horadados de ventanas. Así, la luz se distribuye ejemplarmente a lo largo de los planos de la composición, creando ella misma el espacio en profundidad. La escenografía creada por Fra Angelico no se corresponde con la verdad histórica. En este sentido, lo que trata de hacer el monje pintor es acercar a sus contemporáneos un momento determinado de la historia bíblica. Por eso, la mayoría de las escenas del Armario de la plata están muy determinadas por la creación de un espacio concreto. Por otra parte, entre las figuras del primer término, destaca la postura del Niño, con las piernas extendidas en forma de aspa, aspecto que luego será utilizado para la iconografía del martirio de San Andrés.
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Fra Angélico. Adoración de los Magos. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. Italiano Aunque Fra Angelico diera el boceto de todas las composiciones del Relicario de la plata, la Adoración de los Magos pudo estar ejecutada por alguno de sus discípulos. Fra Angelico repite el modelo escenificado en la predela del Tabernáculo de los lineros y en el banco de la Anunciación de Cortona, aunque la tabla del Armario de plata presenta una disposición de figuras casi amontonadas, debido a las reducidas dimensiones del panel. Si en las otras representaciones, la escena se leía fácilmente de izquierda a derecha, aquí Fra Angelico opta por una composición centralizada, donde la Virgen María con el Niño focaliza la imagen. Su figura se recorta rotunda sobre la oscuridad de la puerta del pesebre. El séquito de los reyes se sitúa a la izquierda del plano, mientras que en el otro lado, otro rey habla desenfadado con San José, que se presenta con las mismas vestiduras que en la Natividad. La escena está recorrida de detalles superfluos de carácter narrativo, como la figuración de las cabezas de los camellos al fondo en el ala izquierda, o la gorra de color negro de José, caída sobre los hombros. Al fondo se divisa las formas en miniatura de la ciudad, en medio de un paisaje abierto casi vacío.
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Fra Angélico. El beso de Judas. La matanza de los inocentes.. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. Cada panel 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. En pocas ocasiones Fra Angelico adoptó las formas dinámicas y los momentos más álgidos para la representación de un episodio dramático. Incluso en los martirios, los santos parecen esperar con serenidad su último destino. La obra que contemplamos, una de las tablas del Armario de la Plata, se escenifica en un primer plano muy cercano al espectador, a las afueras del palacio de Herodes, que contempla desde arriba la carga cruel de los soldados. Las expresiones de dolor de las madres con sus hijos degollados se repiten a lo largo de todo el friso. A la izquierda, los verdugos se avalanzan sobre las víctimas. Pero Fra Angelico utiliza también el color, muy contrastado incluso estridente, para conferir más potencia y dramatismo a la escena. La imagen es toda una amalgama de personajes, en donde las madres huyen hacia la derecha del cuadro y los soldados las persiguen en su camino, desde la izquierda. En el muro de pared del fondo, decorado con motivos de carácter clásico, Fra Angelico crea espacio con sus típicos tiestos de flores sobre la repisa del edificio. Aquí, llama la atención la desnudez de la planta trepadora, remitiendo a la estación del año en que se celebra el Día de los Santos Inocentes.
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Fra Angélico. El beso de Judas. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. Cada panel 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Fra Angelico se sirvió del modelo dado en una de las celdas del convento de San Marcos, para figurar este mismo motivo de la vida de Jesús. Centra la composición el beso traidor de Judas Iscariote, que aparece identificado con la aureola de color oscuro. A la derecha, el grupo de los apóstoles que estuvieron presentes en la traición: Santiago, Pedro y Juan, vestidos de la misma forma que en la imagen compañera de ésta en el Armario de la plata: La oración en el huerto de los olivos. A la izquierda, el grupo de soldados y dos sacerdotes, caídos en el suelo por la presencia de Jesús. En este caso, Fra Angelico sigue el Evangelio de San Juan, que recoge de esta manera la delación de Judas. Así, el fraile pintor utiliza el libro sagrado para figurar en primer término a un personaje tumbado en el suelo, con la antorcha en la mano y en postura de gran torsión, creando cierto espacio de comienzo. El artista vuelve a representar la escena en un paisaje naturalista de meticuloso tratamiento. Como en la Oración en el huerto, la gradación de luz continúa los planos de profundidad. Al igual que los restantes episodios del Armario de la plata, el episodio viene explicado por dos rollos de pergamino que recuadran la escena por arriba y en su base.
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Fra Angélico. Crucifixión. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. De fuerte contenido narrativo, esta Crucifixión destaca por su deseo de fidelidad a la historia sagrada y por la constitución de un espacio en profundidad bien constituido, que deja toda la fuerza expresiva a los grupos que informan el suceso de la Muerte de Cristo. El eje composicional está constituido por el Crucificado en el madero, al que flanquean las cruces del buen y del mal ladrón. En la figura del Cristo muerto Fra Angelico muestra sus conocimientos de anatomía y su habilidad pictórica para expresar las calidades de las telas: de extremosa transparencia es el paño de pureza que cubre el cuerpo de Cristo. En el lado del buen ladrón, se sitúan, en primer término, un grupo de figuras de santos que asisten a la desconsolada María; del lado de Gestas, a la derecha, unos soldados en diferentes planos de profundidad y posturas, que ayudan a la sensación espacial. Si en la Crucifixión del altar mayor de San Marcos se escenificaba el episodio ambientado en un fondo neutro, Fra Angelico coloca en esta ocasión el suceso en un marco naturalista al aire libre, en donde la orografía del terreno se presenta vacía de elementos y detalles. En todas las escenas que figuran en el Armario de la plata, Fra Angelico se esforzó por situar convenientemente las acciones en un lugar que determinara su mejor ejemplificación. El episodio de la Crucifixión destaca precisamente por el correlato entre el motivo representado y el espacio que ocupa.
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Fra Angélico. La venida del Espíritu Santo. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. El boceto que Fra Angelico confeccionó para el Armario de la plata, y que ejecutó posiblemente uno de sus ayudantes, presentaba la dificultad de figurar, en una misma escena, dos sucesos simultáneos en un contexto espacial diferente. El día siguiente al Domingo de Resurrección, los apóstoles y otros santos estaban reunidos en la habitación de una casa. Fue entonces cuando del cielo bajaron lenguas de fuego, el Espíritu Santo, que les confirieron el don de lenguas para transmitir la doctrina de Dios. En la parte superior de la obra está representada la Pentecostés, centrando el grupo de seguidores de Cristo la figura aureolada de María. En sus flancos, los cabezas de los santos recibiendo el Espíritu Santo, y la reacción reflejada en sus rostros. En el primer plano, ante la puerta de la casa, diferentes figuras de lugares distintos expresan su sorpresa al oír hablar en su lengua a los que figuran en la parte superior, en el interior de la casa. La solución espacial no consigue claramente su cometido, dando como resultado una escena de difícil lectura. Lo más sobresaliente de la obra es el juego de luces y sombras, según el grado de profundidad y el espacio en el que incide el foco de luz, diferenciando así a los sorprendidos extranjeros del acontecimiento milagroso de la venida del Espíritu Santo.
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Fra Angélico. El escarnio de Jesucristo. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. Fra Angelico construyó una auténtica caja espacial muy sumaria para la representación del Escarnio de Cristo. Tomando como modelo el fresco, en unos anterior, de la celda 7 del convento de San Marcos de Florencia, ha materializado los elementos que escarnecen a Jesús con los cuerpos de unos personajes que se recortan perfectamente sobre las paredes de color unitario donde transcurren los hechos. Si en aquél la fuerza expresiva estaba determinada por los colores chirriantes y los símbolos representados, en el del Armario de la plata, los rasgos narrativos de los protagonistas no hacen perder credibilidad a la escena. La iconografía de Cristo es la misma que en san Marcos, aunque el trono del Redentor se sitúa ahora más retrasado, casi al final del espacio en profundidad que ha creado Fra Angelico. Los planos delanteros han sido llenados en sus extremos por unos verdugos que conversan y el saludo burlón de uno de ellos, a la derecha, y la puerta horadada a la izquierda, sobre la que se sitúa una mujer desconocida, que mira hacia el foco argumental de la obra. El espacio del Cristo escarnecido se mantiene libre de obstáculos, con lo que la visión se dirige directamente al motivo central. Fra Angelico ha configurado un lugar creíble, un contexto espacial para servir de marco al episodio representado, cosa que viene amplificada por el colorido de la obra, que integra en cierto modo a los personajes y no confiere un carácter irreal a la representación, como en el fresco de San Marcos.
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Fra Angélico. Lamento por Cristo muerto. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. El lamento por el Cristo muerto es una de las escenas mejor confeccionadas de todas las que decoran el Armario de la plata. En primer término yace el cuerpo sin vida de Jesús, envuelto en el sudario, de calidades ejemplares. A su alrededor se distribuyen el resto de figuras. María Magdalena besa la mano del Redentor, mientras que María mira a su hijo desconsolada, cuya expresión es significativa del momento de dolor que figura la escena. San Juan evangelista se sitúa al lado de la cabeza de Cristo. Mientras, José de Arimatea coge el sudario que envuelve a Cristo, para su posterior entierro. Otras figuras de expresiones bien caracterizadas completan el núcleo central de la representación, formando una estructura piramidal. Más allá, a la derecha, el sepulcro está listo para albergar el cuerpo de Cristo. Por la parte izquierda, un camino de árboles apenas esbozado nos lleva al último plano de la escena, donde figuran las murallas de la ciudad de Jerusalén. Fra Angelico ha lograda un contexto muy preciso donde se desarrolla el episodio de la historia sagrada. Ha utilizado una correcta disposición de las figuras, unos colores muy armónicos aunque contrastados y una luz que se degrada y ensombrece según su incidencia. Fra Angelico ha compuesto una escena de estructura claramente legible, aun los elementos anecdóticos que aparecen, aunque éstos ejemplifican y simbolizan con mayor fuerza lo representado: en el primer plano del suelo, el más cercano al rollo de pergamino de la base, sobre un paño blanco se sitúan los clavos y la corona de espinas, como una metonimia de todo el episodio narrado.
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Fra Angélico. La oración en el huerto de los olivos. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. Cada panel 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia.
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Fra Angélico. Las Santas mujeres en el sepulcro. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. Cada panel 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos
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Fra Angélico. Última Cena. 1450. Fresco. 186 x 234 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. La Última cena que decora una de las celdas del lado norte del convento de San Marcos, es una de las configuraciones más peculiares de Fra Angelico. La escena está focalizada en la figura de Cristo, que reparte el pan y el vino entre los apóstoles. Ocho de ellos se sitúan sentados por detrás de la mesa en esquina, recortándose perfectamente sus figuras sobre el paño de fondo, de tonalidades de marrón mucho más fuertes que el resto de la pared. Todos ellos están aureolados y claramente caracterizados y, mientras algunos conversan entre ellos, otros rinden pleitesía a su maestro. Por delante de la mesa se sitúan los taburetes vacíos de los cuatro apóstoles que, de rodillas, ocupan un plano más cercano al espectador, a la derecha. De este grupo se destaca la figura del traidor, Judas Iscariote, con su nariz aguileña y una aureola de color oscuro que identifica su traición. En muy primer término, cerrando la composición por la izquierda, María, que no estuvo en la Última cena, contempla la escena con las manos en posición orante y de rodillas. Al fondo, el color claro de la pared, con dos ventanas y una puerta excavadas, amplificando el espacio, quedan perfectamente confeccionadas, entre la techumbre plana del edificio y las sombras que el proyecta el arco decorativo de la celda donde se sitúa el episodio.
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Fra Angélico. Juicio final. 1450. Detalle del Armario de la Plata. Temple sobre tabla. 38,5 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. Fra Angelico siguió el referente del Juicio Universal de la iglesia de Santa María degli Angeli en esta representación de su última obra, el Armario de la plata. Aunque la composición es la nota más acusada, aquí no se consigue la gran sensación espacial que en aquél. La obra tiene su eje estructural en el Dios del Juicio que figura en el ámbito celeste, en la parte superior. Jesucristo, cuya mandorla mística está muy decorada en sus bordes y le confiere fuerte luminosidad, está flanqueado por dos grupos de santos: al frente del de la izquierda se sitúa María, cuya túnica está ejemplarmente compuesta en sus pliegues, de tonalidad blanca muy matizada; a la derecha, San Juan Bautista. Ambos parecen un tanto distanciados de sus grupos, ejemplificando Fra Angelico de esta forma su carácter de máximos intercesores de Dios. Abajo, en la parte terrenal, un camino, menos pronunciado que el de Santa María de los Ángeles, del que salen hombres de las tumbas, determina la separación entre los bienaventurados y los condenados. Mientras que la zona de la izquierda es de gran armonía y colorido muy variado, en la derecha predomina la fuerte sensación de dinamismo y movimientos confusos de las figuras amalgamadas. Un detalle superfluo, en el centro del camposanto, enfatiza la narratividad del suceso: un ángel, tirándole del brazo, lleva a un hombre al infierno. El personaje se identifica claramente como un condenado por sus ropas harapientas y sus tonalidades marrón oscuro.
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Fra Angélico. El Juicio Universal. 1432-1435. Temple sobre tabla. 105 x 210 cm. Museo de San Marcos. Florencia. La estructura de madera de la tabla donde figura el Juicio Universal no sigue ni la típica forma de trípticos de la tradición tardogótica ni se compone como un retablo renacentista al uso. Hacia 1431, Ambrogio Traversari fue elegido abad de los camaldulenses de Florencia. Fue posiblemente entonces cuando encargó esta tabla a Fra Angélico, para la iglesia de Santa María de los Ángeles, que servía como respaldo de un banco donde se sentaban los obispos. De ahí su inusual trazado. El artista representó el tema del Juicio Final, en el que destacan el fuerte efectismo perspectívico y las diferentes expresiones con que figura las estancias de los bienaventurados, a la izquierda, y los condenados, en la parte derecha. La composición se estructura a partir de la fuerte línea de fuga que señala un camino excavado de tumbas abiertas, con el sarcófago de Cristo en el primer plano y en sección horizontal. A la derecha del mismo, se sitúa el grupo de condenados, en una composición de enorme dinamismo y actitudes expresivas de dolor, confusión y miedo. La zona de la izquierda es mucho más tranquila y sosegada; algunos bienaventurados se abrazan y otros miran hacia el ámbito celeste con actitudes de reverencia, dando gracias a Dios Padre, estableciendo de esta forma relación con el grupo de arriba. Aquí se sitúa el Altísimo, en la intemporalidad de su posición, ricamente ornamentado en su mandorla mística de oropel y luz, que circundan ángeles músicos y cantores. Del grupo que centra la composición, situados en semicírculo sobre nubes que se adaptan a la estructura de la tabla, dos alas de santos sentados que acompañan el veredicto divino. En los recuadros de los extremos de la zona terrena, el destino de los hombres: mientras los bienaventurados, en composición circular, vagan tranquilos en medio de un jardín de flores de minucioso detallismo, las escenas de dolor y lucha se apoderan de los presentados en las cavernas del infierno, a la derecha. La parte de la izquierda, representación del Paraíso prometido, es de colores armoniosos, luz aterciopelada y de delicada suavidad; por el contrario, representadas en muy primer plano, las imágenes de la parte derecha se componen con oscura luz y personajes amalgamados, reflejo de su sufrimiento. Abajo, el Demonio, que devora a algunos hombres, ilustra el destino de los condenados. Algunos historiadores han señalado la colaboración del taller de Fra Angelico en la realización de esta obra. De cualquier manera, lo que queda patente es el acierto compositivo y estructural del artista para un argumento que debía de presentarse explícitamente.
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Fra Angélico. Virgen de las Sombras. 1450 h. Fresco. 186 x 234 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. La obra de conjunto más importante que realizó Fra Angelico es la decoración de las celdas y la planta superior del convento de san Marcos en Florencia, ocupado por la orden dominica a la que pertenecía el pintor en 1436. Como miembro de la Orden de los Predicadores que era, Fra Angelico intentó emplear el arte como instrumento pedagógico, dejando de lado el misticismo de generaciones anteriores. Su faceta de maestro de transición entre el Gótico Internacional y el Quattrocento le deja siempre en una posición complicada. Este fresco que contemplamos está situado en el corredor al que se abren las celdas de los monjes, por lo que sería contemplado por todos sus compañeros de convento. La figura de la Virgen con el Niño en su rodilla preside la composición, sentada bajo una hornacina de clara inspiración renacentista; a ambos lados encontramos diversos santos portando sus atributos, dispuestos en diagonal para crear la sensación de perspectiva. Los fondos dorados han desaparecido para mostrar una pared con pilastras romanas, siguiendo la arquitectura de Michelozzo o Alberti, empleando pan de oro en las coronas de las figuras celestiales. Quizá la característica más destacable de Fra Angelico sea el colorido que aplica a sus obras, destacando los azules, rosas o rojos. A diferencia de Masaccio, hay cierta planitud en sus personajes, situándose más cerca de Gentile da Fabriano en buena parte de su producción. La Sagrada Conversación que contemplamos supone una importante novedad iconográfica al situar a los santos en un mismo espacio, rompiendo con la disposición sesgada de los polípticos. La unidad otorgada a la escena a través de la luz será interpretada más tarde por Piero della Francesca, Mantegna, Botticelli o Tiziano.
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Fra Angélico. Crucifixión con la lanza. 1450 h. Fresco. 196 x 199 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Este fresco de La lanzada es una de las tres Crucifixiones que figuran en las celdas del ala norte de San Marcos. La composición se presenta de manera muy sumaria, desde el propio fondo vacío, con el único elemento espacial de la pequeña línea del suelo y el montículo desde donde se levanta la cruz del Sacrificio. El soldado clava la lanza en el costado del Cristo muerto del que sale sangre y agua. El núcleo central de la composición está flanqueado por las figuras rotundas de San Marcos, que mira al Crucificado, la Virgen María, que se tapa la cara y vuelve su rostro, asistida por Santa Marta, de espaldas al espectador, y Santo Domingo arrodillado, en actitud de plegaria y compasión hacia Jesús. El espacio, por tanto, viene determinado por la distribución de las figuras a lo largo de diferentes planos de profundidad. El dramático momento de la acción de Longinos viene enfatizado por las actitudes de los protagonistas y en detalles como el de la sangre resbalando por el madero hasta el suelo. Fra Angelico ha conseguido una imagen aleccionadora de la Muerte de Cristo, cometido principal de los frescos de las celdas de San Marcos.
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Fra Angélico. Jesús cargado con la cruz. Fresco. 148 x 131 cm. Museo de San Marcos. Florencia.1441 h. Al lado de la representación del Cristo a la columna de la celda 27, se escenificaba ésta otra de Jesús con la cruz. Correspondiente a uno de los episodios de la Pasión de Cristo, hilo argumental de las estancias del ala oriental del convento de San Marcos, Fra Angelico sigue formulando una composición de gran simplicidad, pero también de gran significado para el contemplador. En medio de un paraje vacío, en donde predominan las líneas claras del macizo árido que ambienta la dificultad del viacrucis de Jesús, éste camina penosamente con la cruz a cuestas camino del Calvario. Por detrás de él y levemente más adelantada del plano del Salvador, se sitúa la figura de la Virgen, que acompaña a su hijo a su destino final. Aunque mostrando su rostro de riguroso perfil, los pliegues de la túnica de María, suavemente trabajados, dan el efecto de corporeidad de la figura. Interrumpiendo el camino de Cristo, Santo Domingo arrodillado mira fijamente a Jesús, en actitud de plegaria. El libro abierto del santo fundador de la orden se sitúa en el suelo, apenas esbozado en su color. La iluminación, proveniente de la derecha, unifica el cuadro de la escena, proyentando sombras en el macizo áspero que se figura como telón de fondo. Fra Angelico renuncia a cualquier detalle anecdótico que desvíe la atención del contemplador. Por eso una composición tan sintetizada en medio de paisaje de extrema aridez, lo que acentúa en cierto modo la potencia expresiva de los protagonistas. Posiblemente la obra la realizara un colaborador del fraile pintor, que seguro dio el modelo a ejecutar a su discípulo.
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Fra Angélico. Jesús es clavado en la cruz. 1445. Fresco. 169 x 134 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. El tema del Cristo clavado en la cruz es uno de los menos representados en la iconografía de la Pasión. Esta imagen está tomada del Libro de las lamentaciones de María, pero es poco lógica la representación por la que opta Fra Angelico en esta escena del convento de San Marcos: el Cristo está siendo clavado con la cruz erguida. El Crucificado, en cuya figura el artista muestra un gran conocimiento de la anatomía humana, está apoyado en una escalera. Flanqueando la cruz, por detrás de ella, se sitúan otros dos andamiajes, utilizados por los verdugos que se aplican en la acción del enclavamiento. La cabeza de Jesús se ladea hacia la izquierda de la composición, donde se sitúan la Virgen María y Santa Marta, que la consuela. El rostro de María es de una potencia expresiva muy importante. Marta la coge del brazo mientras mira a Cristo crucificado. En el ala derecha, cerrando la composición por este lado, dos sacerdotes conversan con un soldado que, de espaldas al espectador, figura un espacio por la posición de sus piernas abiertas. Salvo el pequeño montículo donde se alza la cruz, no existen otros elementos que remitan al efecto en profundidad. Fra Angelico ha eliminado incluso cualquier detalle anecdótico que haga perder potencia al argumento representado: el plano de fondo es neutro. Son los personajes y las miradas de los protagonistas los que crean el espacio de la escena.
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Fra Angélico. Retablo de San Marcos. 1439-42. Temple sobre tabla. 220 x 227 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia. La reforma del antiguo monasterio dominico de San Marcos, obra que llevó a cabo el arquitecto Michelozzo, tenía que contemplarse con una nueva decoración de la iglesia y de las celdas de los monjes. Cosme de Médicis, artífice de la remodelación, encargó a Fra Angelico la decoración del conjunto. La pieza más importante fue este retablo que debía figurar en el altar mayor de la iglesia del convento. Desde 1438 hasta 1442, fecha en que el papa Eugenio IV consagraría el templo dominico, Fra Angelico trabajó en la obra más ambiciosa de su carrera. La obra está dividida claramente en tres planos. En el más importante, el que articula toda la composición y sirve de transición del primer plano al fondo, Fra Angelico sitúa a la Virgen con el Niño, sentada en su trono, que se eleva sobre una escalinata de mármol. María mira a Jesús, que bendice con la mano derecha, mientras que sostiene la bola del mundo con la izquierda. La Madona se recorta en su corporeidad sobre el fondo de brocado en oro y negro que cubre el trono, el cual termina en una estructura arquitectónica de arco de triunfo, más convincente y mejor desarrollada que en el Retablo de Annalena. En el último plano de paisaje abierto, Fra Angelico figuró en sus extremos unos cortinajes recogidos y unas guirnaldas de flores que se dejan caer desde arriba y enmarcan perfectamente la escena representada. En el primer plano, sobre una alfombra profusamente decorada con motivos geométricos donde se distinguen las armas de la familia del mecenas, se sitúan los santos patrones del comitente, San Cosme y San Damián. Damián vuelve su espalda al espectador y, arrodillado, se dirige a María en actitud de súplica. A la izquierda, es Cosme el que, mirando al frente, invita al espectador a introducirse en la devoción a la Madona. El punto focal se va cerrando sobre la Virgen desde las diagonales que describen los santos que flanquean el trono de María, por este orden, San Lorenzo, San Juan Evangelista, San Marcos y, a la derecha, Santo Domingo, San Pedro Mártir y el santo teólogo Tomás de Aquino. Sus cabezas aureladas se recortan sobre el tapiz de fondo sujeto con argollas al muro. La contundencia y prestancia de la composición se ve reforzada por la tablita con la Crucifixión, que figura adosada en muy primer término. En la predela del retablo, seis escenas de la vida de San Cosme y San Damián completan el conjunto.
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Fra Angélico. Crucifixión y santos, 1440-42, en el Convento de San Marcos. Florencia. Italia. Fresco, 550 x 950 cm. Renacimiento Italiano. La sala capitular del convento de San Marcos era el lugar donde se reunían a diario los frailes dominicos, con lo que la figuración de la Crucifixión parece el motivo más convincente para la contemplación y educación en las Santas Escrituras de todos los habitantes del convento. La monumental representación se situaba en la pared del fondo de la sala, bajo la bóveda esquifada, con lo que era lo primero que se veía al entrar. El episodio tiene un marcado carácter narrativo y una gran cantidad de personajes, poco habitual en los frescos de Fra Angelico para San Marcos. Se presentan santos de todos los tiempos, para vincular a los frailes de todas las congregaciones en la adoración y compasión del Cristo crucificado. Centra la composición la anatomía de Jesús en la cruz, flanqueado por los otros dos ejes verticales con las figuras de los ladrones. A partir de aquí, los personajes se distribuyen en la línea horizontal de la composición. El grupo de la izquierda lo componen San Cosme, San Damián, San Lorenzo, San Marcos y San Juan Bautista. Llama la atención de este núcleo, la expresión de angustia de uno de los santos médicos, en el extremo, la mirada de San Marcos hacia el exterior de la pintura que, sentado, señala su Evangelio, y la actitud del Bautista, que hace de nexo de unión con el grupo siguiente, el de las santas mujeres que asisten a María, al cual señala. En el lado derecho se presentan, arrodillados, a Santo Domingo, San Jerónimo, San Francisco de Asís, San Bernardo de Claraval, San Juan Gualberto y San Pedro Mártir. Como apéndices verticales creando espacio, detrás de éstos y de pie, San Ambrosio, San Agustín, San Benito, San Romualdo y Santo Tomás de Aquino. La escena presenta una luz potente pero armoniosa, al igual que los colores, que todos responden a una misma gama muy suave. Las figuras se muestras separadas, recogidas, sin apenas relación entre ellas. Pero cada una expresa en soledad el tema fundamental de la obra: la compasión ante el Cristo muerto. Decorando los límites de la escenas, en la faja del arco, figuran sibilas y profetas con filacterias que explican el significado teológico de lo representado, mientras que en la base de la pintura, una línea de medallones presenta a santos dominicos en diferentes actitudes. El fresco es un auténtico catálogo ejemplificador utilizado por Fra Angelico para remover la conciencia del espectador y exhortarlo hacia la reflexión de la vida contemplativa.
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Fra Angélico. Tríptico de la cartuja del Galluzo, 1428-30. Temple sobre tabla. 170 x 79 cm. ( cada tabla). Convento de San Marcos. Florencia. Italia. Se presenta en la tabla central del Retablo de la cartuja de Galluzo el típico motivo de la Madona con el Niño. En la misma tradición tardogótica del retablo de San Pedro Mártir, se muestra a la Virgen María sentada sobre su trono, elegantemente vestida, al igual que el Niño, de pie en las rodillas de su madre y en actitud de bendecir. Las figuras son algo más estilizadas que en el antedicho retablo, además acentuado este efecto por el ribete dorado de sus ropajes. Sus colores siguen siendo suaves, atenuados y planos, aunque algunos pliegues, sobre todo en María, ayuda a calibrar su corporeidad. La espacialidad está aquí mejor conseguida, al comprobar el eficaz efecto en profundidad que proporciona el pedestal de mármol veteado donde se sitúa la Virgen. Además, se percibe fácilmente no sólo su materialidad, sino también su cualidad de elemento que ocupa un espacio real. Sin embargo, el trono de la Madona sólo queda intuido por el espectador, ya que está cubierto por un brocado de oro que enfatiza la planitud del fondo y limita de algún modo la especialidad antes comentada. Siguiendo el decorativismo y la dulce elegancia de la tela, la composición se remata con un fondo de oro y un arco apuntado con diferentes lobulillos adosados en su intradós. En la parte alta del retablo, se presenta entre arcos mixtilíneos la Santísima Trinidad: entre nubes de suave textura, Dios, Padre y Espíritu Santo, que se adhieren a las otras imágenes de las tablas laterales, San Gabriel en la izquierda, la Virgen de la Anunciación en el panel de la derecha. De cualquier manera, habría que calificar el retablo procedente de Galluzo como un tanteo más en el acercamiento y progreso de la pintura del primer renacimiento florentino. Las Madonas de años posterior se mostrarán más desplazadas de las servidumbres tardogóticas que aquí se observan todavía.
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Fra Angélico. Virgen de la Estrella. 1434. Temple sobre tabla. 84 x 51 cm. (total). 60 x 30 cm. (pintura). Museo de San Marcos. Florencia. Italia La denominada Virgen de la Estrella es la única pintura que se conserva del Beato Angélico en la que la Virgen no aparece acompañada por otras figuras de santos. La obra decoraba el frente de un relicario encargado por el comitente Fra Giovanni Masi, para la ornamentación de Santa María Novella, en Florencia. Se ha fechado antes de 1434, año de la muerte del clérigo Masi. La Virgen se presenta de pie vestida con amplia túnica de intenso color azul, recortado su volumen sobre el fondo dorado. Lleva al Hijo en sus brazos que acerca su cara a la mejilla de su madre, en actitud de complicidad y ternura, cercano a las vírgenes sentimentales de Fra Filippo Lippi. De la aureola dorada de la Virgen destellean rayos de luz, también en oro, que terminan en el vértice del arco, con la corona de Madre de Dios. Siguiendo la línea marcada de la figura de María, un arco ligeramente apuntado y decorado con medallones de estrellas, da paso a una faja donde se adaptan al marco algunos ángeles; unos con incensarios, el resto juntando las manos en actitud de oración. En el arco conopial con que termina la estructura del relicario queda el espacio para la representación de Dios Padre, cuya mirada se dirige a la imagen de abajo. Cristo, vestido con túnica roja destaca contundente sobre el azul de la mandorla, que indica su ámbito celeste. Abajo, en la base de la pintura, dos ángeles músicos sentados, enmarcan un jarrón con flores únicamente esbozado, el cual remite al protagonismo de María y su carácter mediador entre el Padre y el Hijo. En el pedestal del relicario figuran bustos de santos dominicos. Al igual que la identificación simbólica del jarrón, la estrella se refiere a la orden a la que pertenece el comitente: Santo Domingo suele presentar en su iconografía una estrella roja que lo identifica.
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Fra Angélico. Anunciación y Adoración de lo Magos. 1430-33. Temple sobre tabla. 84 x 50 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Después de sus inicios como ilustrador de libros eclesiásticos, Fra Angelico consiguió encargos de pequeñas pinturas, retablos de iglesia y decoraciones al fresco para conventos. Una de las pinturas de pequeñas dimensiones y pretensiones más interesantes es esta obra decorativa de un relicario para la iglesia florentina de Santa María Novella, donde aplica conceptos utilizados con anterioridad en las ilustraciones. En la tabla se representan superpuestos dos episodios importantes de la historia sagrada: la Anunciación y la Adoración de los Magos. Aunque la concepción espacial es mucho más avanzada, el artista no ha dejado atrás los fondos dorados y la profusión de riqueza de pan de oro del estilo gótico. Así, en la Anunciación a María, fondo y suelo parecen ser un mismo tapiz dorado, en el que apenas existe perspectiva y quedan irreconocibles los símbolos de la paloma del Espíritu Santo y el jarrón de lirios de pureza que centran la composición. El manto azul de la Virgen se encuentra profusamente decorado de oro en sus bordes, al igual que el atuendo del arcángel San Gabriel, incluso en sus alas, que se confunden con el tapiz de fondo. En la parte inferior, los Magos rinden pleitesía al Mesías en un espacio mejor compuesto, aunque la imagen pierde naturalidad y realidad por el efecto de oro del fondo. Tanto por la calidad dibujística y planitud de las figuras como por las reducidas dimensiones de la obra y su efecto general, el relicario de Santa María Novella, hoy en el Museo de San Marcos, está emparentado con la concepción tardogótica de las ilustraciones del Misal de Santo Domingo de Fiesole, aunque no debemos olvidar el conocimiento de Fra Angelico de la obra preciosista de Gentile da Fabriano, en especial su tabla de la Adoración de los Magos de la Galería de los Uffizi de Florencia.
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Fra Angélico. Tabla central del Tabernáculo de los lineros, Virgen con el Niño, 1433. Temple sobre tabla, 233 x 133 cm. Convento de San Marcos. Florencia. Italia. La Virgen y el Niño configuraba la escena principal del Tabernáculo de los lineros, obra que le encargó esta cofradía florentina de comerciantes en 1433. Sobre un pedestal de mármol, decorado con elementos clásicos de figuras geométricas de cuadrados y rombos de diferentes colores, se presenta la imagen de la Virgen sedente con el Niño en brazos, en actitud de bendecir, de pie sobre sus rodillas. El Salvador tiene grabado en su aureola dorada las señales de la cruz, en color rojo. La Virgen se recorta majestuosa sobre su trono, cuyos brazos están cubiertos de un rico brocado en oro, rojo y negro. Los pliegues de la túnica de María están bien formados y dan idea muy ajustada de la monumentalidad de la anatomía de la Virgen. El efecto espacial se completa con unos cortinajes, también dorados, cuyos pliegues acentúan la sensación de perspectiva, creando sombras y matizaciones luminosas bien conseguidas. El respaldo redondeado del trono parece continuarse en la misma estructura del tabernáculo, cuyo remate es en arco de medio punto, dejando una faja para la representación de diferentes ángeles músicos de proporciones estilizadas y posturas diversas, que también sugieren espacialidad. Entre el respaldo de la Virgen y el elemento arquitectónico de medio punto, una pequeña parte donde se representa la bóveda celeste, llena de estrellas, presidida por la presencia de la paloma del Espíritu Santo sobre una diminuta nube. En la tabla lateral de la izquierda, la figura potente del Bautista, con sus vestimentas y atributos típicos. Colocado sobre un suelo rocoso, San Juan parece ejecutar un pequeño movimiento hacia delante con su pierna derecha, lo que se asemeja a las creaciones escultóricas de Ghiberti y Donatello para las hornacinas de la iglesia florentina de Orsanmichele. La rotundidad del Bautista queda más patente al recortarse sobre el fondo dorado y al siluetear su figura Fra Angelico con una fina faja de color oro, como en el fondo. Si en una de las tablas del exterior San Marcos se presentaba absorto en la lectura, ahora, en la tabla de la derecha, el patrón de los lineros se presenta con los textos sagrados en la mano y en actitud de bendecir, mirando sesgado al espectador. La creación de su espacio y los pliegues de su túnica son similares a los de los otros santos representados en el Tabernáculo. El gran espacio que queda vacío por la parte superior en los paneles interiores de San Juan Bautista y el evangelista San Marcos, tiene la razón de no quedar sus cabezas por encima de la figura de la Virgen de la tabla principal. En el banco o predela del Tabernáculo, se presentan el Martirio de San Marcos, El sermón de San Pedro y una Adoración de los Magos en el centro. De esta forma se rinde homenaje al patrón de la cofradía y a la devoción renacentista por la Madre de Dios.
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Fra Angélico. El evangelista San Marcos y el apóstol San Pedro. Detalle del Tabernáculo de los lineros. 1433. Temple sobre tabla. 292 x 176 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Coronación de María. 1434. Temple sobre tabla. 69 x 37 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Retablo de San Pedro Mártir. 1428-1429. Temple sobre tabla. 137 x 168 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Descendimiento de la Cruz. Pala de Santa Trinidad. 1432. Temple sobre tabla. 176 x 185 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Llanto por Cristo. 1436-1441. Temple sobre tabla. 105 x 164 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia.
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Fra Angélico. Jesús en el sepulcro con la Virgen María y Santo Tomás de Aquino. 1441. Fresco. 165 x 142 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia.
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Fra Angélico. The Last Judgment. 1432-35; tempera on wood; Museo di San Marco, Florence
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Fra Angélico. Un ángel salva a Cosme y Damián de morir ahogados. Predela del Retablo de Annalena. Temple sobre tabla. 20 x 22 cm (cada panel). Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Ángel músico. Detalle del Tabernáculo de los lineros. 1433. Temple sobre tabla. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Anunciación. 1441. Fresco. 176 x 148 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Anunciación. 1450. Fresco. 230 x 297 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Anunciación. Pergamino. 7 x 7 cm.(Inicial), 47,5 x 35 cm.(página), Misal. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Coronación de María. 1440-1441. Fresco. 171 x 151 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Cosme y Damián ante la hogera. Predela del Retablo de Annalena. Temple sobre tabla. 20 x 22 cm (cada panel). Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Cosme y Damián ante Lisias. Predela del Retablo de Annalena. Temple sobre tabla. 20 x 22 cm (cada panel). Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Cosme y Damián crucificados y apedreados. Predela del Retablo de Annalena. Temple sobre tabla. 20 x 22 cm (cada panel). Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Cristo a la columna. 1441. Fresco. 165 x 142. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Crucifixión con los dos ladrones, la Virgen María, San Juan, Santo Domingo y Santo Tomás de Aquino. 1450. Fresco. 233 x 183 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Descenso de Jesús al limbo. 1450. Fresco. 183 x 166 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. El bautismo de Cristo. 1441. Fresco. 179 x 148 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. El escarnio de Cristo. 1440-1441. Fresco. 187 x 151 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. El martirio de San Marcos. Detalle de la predella del Tabernáculo de los lineros. 1433. Temple sobre tabla. 292 x 176 cm. Temple. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. El prendimiento. 1450. Fresco. 182 x 181 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. El sermón de San Pedro en presencia de San Marcos. Detalle de la predella del Tabernáculo de los lineros. 1433. Temple sobre tabla. 292 x 176 cm. Temple. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La adoración de los magos. Detalle de la predella del Tabernáculo de los lineros. 1433. Temple sobre tabla. 292 x 176 cm. Temple. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Glorificación de Santo Domingo. Pergamino. 47,5 x 35 cm.(Página). Misal. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Jesucristo peregrino es recibido por dos Dominicos. 1441. Fresco.108 x 145 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La curación de Paladia. Predela del Retablo de Annalena. Temple sobre tabla. 20 x 22 cm (cada panel). Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La dormición de la Virgen. 1434-1435. Temple sobre tabla. 19 x 50. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Los desposorios de María. 1434-1435. Temple sobre tabla. 19 x 50. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La curación del diácono Justiniano. Predela del Retablo de San Marcos. 1439-1442. Temple sobre tabla. 38 x 45 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La decapitación de Cosme y Damián. Predela del Retablo de Annalena. Temple sobre tabla. 20 x 22 cm (cada panel). Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La elección del nombre de Juan. 1434-1435. Temple sobre tabla. 27,3 x 24,9 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La oración en el huerto de los olivos. 1450. Fresco. 177 x 147 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. La Transfiguración. 1441. Fresco. 181 x 152 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Lamento por Cristo muerto. 1441. Fresco. 181 x 151 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Las Santas mujeres en el sepulcro. 1441. Fresco. 181 x 155 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Las tentaciones de Cristo. 1450. Fresco. (Fragmento). 174 x 137 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Noli Me Tangere. 1450. Fresco. 166 x 125 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Retablo de Annalena. 1437-1440. Temple sobre tabla. 180 x 202 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. San Pedro Mártir exhorta al silencio. 1441. Fresco. 108 x 145. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Santo Domingo abrazando al crucificado. 1442. Fresco. 340 x 206 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Tabla de la Crucifixión. Detalle del Retablo de San Marcos. 1439-1442. Temple sobre tabla. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Fra Angélico. Sepultura de Cosme y Damián. Predela del Retablo de San Marcos. 1439-1442. Temple sobre tabla. 37 x 45 cm. Museo de San Marcos. Florencia. Italia
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Claustro de San Marcos de Florencia, Italia
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Museo de San Marcos de Florencia, Italia

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el extenso trabajo recopilatorio del Museo italiano de San Marcos de Florencia. Un lugar donde rebosa el arte, con obras maestras de grandes maestros como Fra Angelico, Domenico Ghirlandaio, Fra Bartolomeo, entre otros y las reliquias de Savonarola .

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