Museo Nacional de Cerámica 'González Martí' (Valencia)

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megaurbanismo
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Museo Nacional de Cerámica 'González Martí' (Valencia)

Mensaje por megaurbanismo » Dom, 23 Oct 2022, 15:32

Este trabajo recopilatorio está dedicado al Palacio del Marqués de Dos Aguas. Actualmente alberga el Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias 'González Martí'. Este palacio es un claro ejemplo del estilo rococó español, aunque la arquitectura estructural del edificio pertenece al siglo XV perteneciente a la familia Rabassa de Perellós, tuvo en sus inicios una estructura gótica siguiendo el estilo de otros palacios valencianos de la época, con fachada con torre almenada y galería corrida en la parte superior.
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Reformado totalmente en el XVIII por el primer marqués de Dos Aguas, su fachada barroca fue proyectada por el grabador y pintor valenciano Hipólito Rovira que sustituyó la severidad de la antigua fachada por una gran abundancia decorativa de estilo plenamente rococó. La decoración de alabastro de la portada, obra ejecutada por Ignacio Vergara, contiene elementos iconográficos alusivos a sus propietarios, rematándose el conjunto por una hornacina que alberga una imagen de la Virgen del Rosario.
A lo largo del siglo XIX el edificio sufre otra serie de reformas estructurales, pero fundamentalmente de carácter ornamental tanto en la fachada como en patio interior a partir de relieves y estucos decorados con figuras alegóricas relacionadas con las Bellas Artes y el comercio.
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El Palacio del Marqués de Dos Aguas fue declarado monumento histórico-artístico en 1941, el palacio fue comprado por el estado en 1949 para ubicar la colección de cerámica donada por Manuel González Martí. En el museo desde entonces se han sucedido numerosas intervenciones que comprenden la restauración del inmueble, mejoras en su infraestructura y la renovación de los espacios museológicos.
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Durante los últimos años del siglo XX el Palacio fue restaurado, siguiendo el proyecto del arquitecto Ginés Sánchez Hevia, abriendo sus puertas al público, totalmente renovado, en 1998.
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En la composición de su magnífica portada se hace referencia a los dos ríos mas caudalosos de la Región Valenciana: el río Turia y el río Júcar, representados por dos grandes figuras humanas desnudas; a su lado descienden dos caudales de agua en alusión al título de los marqueses, también en lo alto de la puerta se esculpe el complicado escudo de los marqueses, y en lo más alto una imagen, en tamaño natural, de la Virgen del Rosario, elegida como especial patrona por la casa de Dos Aguas.
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Carroza del Marqués de Llanera. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
En su interior aún podemos observar hoy las carrozas del siglo XVIII y los salones decimonónicos con su decoración original, recientemente restaurada, mientras que la segunda planta acoge el Museo Nacional de Cerámica González Martí, con una importante colección de piezas desde la Antigüedad a los más modernos diseños.
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Sala de baile. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
El catálogo en línea del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias "González Martí" permite el acceso a 323 fondos del museo y a 406 imágenes digitales de los mismos, que conforman una muestra representativa de los 26.209 bienes culturales inventariados, que se irán incorporando al catálogo progresivamente.
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La colección es bastante heterogénea debido, en parte, a la personalidad y al gusto como coleccionista del fundador del Museo, don Manuel González Martí. Las colecciones de cerámica son el núcleo principal, con más de 14.800 fondos, fundamentalmente de cerámica valenciana: Paterna, Manises y Alcora.
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El catálogo del Museo Nacional González Martí también recoge una selección significativa de las colecciones de muebles, indumentaria, numismática, pintura y artes gráficas del Museo.
Espero que os guste la recopilación que he conseguido del Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias 'González Martí' y del palacio valenciano 'Marqués de Dos Aguas' y en la medida de lo posible, contribuya en su divulgación.
Palacio del Marqués de Dos Aguas
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El Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia, es uno de los lugares mas céntricos de la ciudad de Valencia, situado en la calle Poeta Querol, 2. Es un magnífico edificio artístico, mansión señorial que fue de los Marqueses de dos Aguas, actualmente propiedad del Estado Español, donde se halla instalado desde 1949 el espléndido y valioso Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias "González Martí".
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El Palacio del Marqués de Dos Aguas en una fotografía de 1870
Este monumental edificio, que llama la atención de cuantos lo contemplan por la originalidad y riqueza de la decoración artística de sus fachadas y de su espléndido interior, fue construido en el siglo XV por una de las familias de más rancio abolengo de Valencia.
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Detalle de la torre del Palacio del Marqués de Dos Aguas
Dicen los historiadores, que la casa de los Marqueses de Dos Aguas fue considerada en Valencia durante siglos, como dechado de nobleza y opulencia y que, su fortuna provenía de los años mil quinientos, en cuyo tiempo una familia de mercaderes, los Rabassa, se enriquecieron, primero con los tratos mercantiles y luego con los arriendos de los derechos de la Generalidad, o sea los contratos de contribuciones indirectas.
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Vestíbulo. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
Un noble caballero, don Francisco Perellós, descendiente de los condes de Tolosa, casó a principios del siglo XV con la hija única del acaudalado mosén Gines de Rabassa, y los descendientes de este matrimonio tomaron el apellido Rabassa de Perellós. Esta familia adquirió por compra la baronía de Dos Aguas en el año 1496, elevada a marquesado por el rey Carlos II, en 1699.
Los Rabassa de Perellós continuaron sus negocios con la Generalidad, al mismo tiempo que ocupaban elevados puestos en la gobernación política de Valencia y acumulaban dotes y herencias importantes por medio de enlaces matrimoniales con otras importantes familias nobles valencianas.
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En su origen el palacio del Marqués de Dos Aguas era una construcción gótica de tres cuerpos dispuestos alrededor de un patio y con una sola torre almenada en la esquina noroeste. La fachada disponía de una galería corrida.
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Patio de accceso del palacio del Marqués de Dos Aguas
El actual palacio es producto de una radical reforma llevada a cabo en 1740 sobre la antigua casa solariega de los Rabassa de Perellós, titulares del Marquesado de Dos Aguas y llevada a cabo por el primer Marqués de Dos Aguas Ginés Rabassa de Perellós como muestra de su poder y linaje.
De planta cuadrangular irregular, organizado en torno a un patio y con torres en las esquinas, sus fachadas se alzan con planta baja y dos alturas. En un lateral se abre la puerta principal, realizada en alabastro por el valenciano, Ignacio Vergara (1715-1776), fundador y profesor de la Escuela de Bellas Artes de Santa Bárbara, luego de San Carlos, sobre diseño de Hipólito Rovira Meri (1693-1765), protegido del Marqués de Dos Aguas.
Hipólito Rovira se encargaría de decorar la señorial casa. La fachada fue pintada al fresco con tonos azules, pero bien pronto desaparecieron, siendo vuelta a pintar esta vez por José Ferrer, alias Ferreret (1728-1782), aunque esta decoración también acabaría por desaparecer.
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La portada. En la composición de esta magnifica portada se hace referencia a los dos ríos mas caudalosos de la comunidad valenciana: el Turia y el Júcar, representados por dos grandes figuras humanas desnudas; a su lado descienden dos caudales de agua en alusión al titulo de los marqueses.
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En la parte derecha de la portada vemos representadas dos cabezas de cocodrilo, un carcaj con flechas y una vasija por cuya boca se derrama el agua. Sobre este conjunto una de las dos grandes figuras antes aludidas y más arriba decoración de yedra a cuyo tronco se enrosca una serpiente. Completa el conjunto diversa decoración de tipo vegetal.
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En el lado izquierdo, un león recostado, otra vasija derramando agua y otro carcaj con flechas. Sobre el lomo del león descansa el pie del otro gigante que destaca sobre la puerta dintelada. Rodea el conjunto diversa decoración de tipo vegetal.
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En el dintel de la puerta el complicado escudo de los marqueses, el escudo de los Rabassa de Perellós y sus diversos entronques nobiliarios. Abrazan el escudo las figuras de dos salvajes con mazas.
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Y en lo alto de la puerta en una artística hornacina, la bellísima imagen, a tamaño natural de la Virgen del Rosario, elegida como especial patrona por la casa de Dos Aguas.
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A los pies de la Virgen dos mujeres arrodilladas una de ellas con una cornucopia de la que se derraman frutos y la otra con una vasija a sus pies de la que salen monedas. En toda la portada se desprende una desbordante voluptuosidad y se enmarca dentro del estilo llamado rococó.
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En la fachada recayente a la calle Poeta Querol, encontramos una portada, bastante más sencilla que la principal. En la plazoleta que forma este espacio una fuente da un toque romántico a este maravilloso palacio. En este mismo lugar y hasta hace bien poco se encontraba una fuente, similar que ha sido sustituida por la que ahora vemos.
En 1853 hereda el titulo por no haber sucesión directa familiar, don Vicente Dasí Lluesma. Este realiza entre 1854 y 1873 una espectacular reforma del edificio, basada principalmente en la decoración ornamental del interior y el exterior del edificio. Así en un claro estilo ecléctico, combina rococó, neo-imperio y motivos chinescos. Así es frecuente la presencia de decoradores italianos y franceses, ajustándose los adornos de rejas y balcones al gusto napoleónico de aquellos años.
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En el patio interior se sustituyeron las ventanas góticas por balcones con relieves de figuras alegóricas alusivas a las artes (arquitectura y escultura) y también a la agricultura y el comercio, base de la fortuna del marqués.
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En el centro se colocó una pequeña fuente cuyo motivo central es un niño que cabalga sobre un cisne. Este mismo motivo podemos encontrarlo idéntico en los Jardines de Monforte.
En esa época toda la fachada estaba decorada con frescos de Hipólito Rovira, pero en 1867 el palacio sufrió una nueva remodelación -obra de José Ferrer-, y de ella desaparecieron las pinturas, que estaban en mal estado por la humedad, siendo sustituidas por estucos en tonos grises y rosas imitando mármoles, y además se realizaron también los balcones de sabor francés, con barandillas ondulantes.
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Comedor y detalle lámpara. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Sala Roja y detalles techo. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia.
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Pinturas de José María Brel. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
Todo el interior fue estucado y pintado por Salustiano Asenjo, y en su decoración intervinieron José María Brel, Plácido Francés, Rafael Montesinos, Ramiro Contreras y Aznar, Franchini y Nicoli entre otros.
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Salita de porcelana. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Oratorio. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia. Del oratorio se encargó Molinelly, la decoración interior Franchini y Nicoli.
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Salón Chino. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia.
La sala chinesca fue pintada por Vicente Flores e intervinieron los arquitectos señores Fornes y Ramón Maria Jiménez.
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Sala de la Lumbrera. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Escalera principal, techos y lámpara. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
Los fondos de las paredes se estucaron con alabastro de las minas de Niñerola -de donde se extrajeron también los bloques de mármol alabastrino que utilizó Vergara para labrar la bellísima portada del palacio-, próximas a la villa de Dos Aguas, que da nombre al marquesado.
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Planta superior, detalle de los frescos del techo. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, tocador de diario, detalle techo. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia.
El interior se decoró también con bellas pinturas y artísticos mármoles en los salones, donde fueron famosos los bailes y conciertos con la actuación de los mejores cantantes y músicos que se desplazaban a Valencia, especialmente invitados por los Marqueses de Dos Aguas.
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Sala de baile. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
Ubicado en la planta noble del palacio, responde al modelo de salón de baile palaciego del siglo XIX. Conserva su mobiliario original y tiene la particularidad de contar con una tribuna cerrada por celosía de yeso, donde se situaban los músicos que de esta forma no podían ver a los danzantes. Preside el techo la obra "El consorcio de don Jaime y Valencia por la Religión", pintado por Salustiano Asenjo en 1865, mostrando una alegoría de la derrota de las tropas moriscas por el rey Jaime I en 1238. En las esquinas del techo cuatro medallones de Venus y Cupido se deben a Plácido Francés.
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El salón de fiestas guarda el mobiliario original, el techo fue pintado por el pamplonés Salustiano Asenjo Arozarena (1834-1897) con el tema "El Consorcio de Valencia y don Jaime I por la Religión" (1865) donde se narra la derrota de los moriscos por parte del rey Jaime I. Los medallones de este techo son obra de Plácido Francés (1834-1902) y representan a Venus y Cupido. En este salón destaca la presencia de una tribuna en la pared cerrada por una celosía, donde se asentaban los músicos mientras tocaban, sin necesidad de que estos pudieran ver a los nobles de la sala bailando.
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Sala de personajes ilustres. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Vestíbulo acceso a planta superior. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Vestíbulo, detalle. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Fumoir. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, detalle de dos lienzos. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, detalle de dos cuadros religiosos. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, dormitorio del marqués. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, tocador de diario, detalle techo y lámpara. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, dormitorio del marqués, detalle bañera. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, dormitorio del marqués, detalle sofá. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, tocador de lujo. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, tocador de diario, joyero. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
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Planta superior, tocador diario. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia

El museo
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Panel de azulejos de Manises de ambiente culinario del siglo XIX
Actualmente la segunda planta del Palacio del Marqués de Dos Aguas, acoge el Museo Nacional de Cerámica González Martí, con una importante colección de piezas desde la Antigüedad a los más modernos diseños.
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Panel de azulejos del siglo XVIII. En el siglo XVIII se da en Valencia un extraordinario florecimiento de la azulejería polícroma, que se aplica tanto a revestimiento mural como pavimentos, retablos piadosos de santos, estaciones del Vía Crucis, voladizos de balcones, etc. Es una azulejería barroca, muy colorista y decorativa, con motivos populares. Éste es uno de los típicos paneles de cocina valenciana de la segunda mitad del s. XVIII, que representa la escena de un banquete que bien puede ser de la alta burguesía o de la nobleza. En estos paneles el pintor refleja vivamente las costumbres de la época.
En el Museo Nacional de Cerámica González Martí podemos destacar la carroza de gala del Marques de Dos Aguas, otra carroza del Marqués de Llanera y una silla de manos fechada en el siglo XVIII.
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Carroza de gala. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Valencia
En su interior, en la planta baja aún podemos observar una silla de mano y dos carrozas del siglo XVIII y los salones decimonónicos con su decoración original, recientemente restaurada.
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Carroza de las Ninfas. Antigua berlina de gala de los marqueses de Dos Aguas fechada de 1753, diseñada y pintada por Hipólito Rovira y tallada por el escultor Ignacio Vergara. Toda la caja va suspendida por correas de cuero y el modelo es casi idéntico al de la "Carroza de Oro" del príncipe de Liechtenstein, también de mediados del XVIII. Su rica ornamentación rococó a base de tallas doradas en madera, junto con las magníficas esculturas y pinturas, tiene un programa iconográfico similar al de la Portada del Palacio, alusivo al Título de la Casa de Dos Aguas.
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Silla de manos. Realizada en madera, recubierta de cuero pintado y decorada con escenas galantes. Su fabricación es española, de estilo netamente rococó y de mediados del siglo XVIII. El interior va forrado con un precioso brochado de plata sobre raso blanco.
Con el paso de los años y por el cambio de residencia de sus propietarios, el antiguo palacio de Dos Aguas fue adquirido por el Estado español en el año 1949, para instalar en él la colección de cerámica reunida por el profesor don Manuel González Martí y su esposa, doña Amelia Cuñat y Monleón, con los nuevos fondos adquiridos después, creándose el Museo Nacional de Cerámica.
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Conjunto de muebles de porcelana. Salita compuesta por muebles de madera lacada en negro y placas de porcelana de Meissen y de la Real Fábrica de Berlín (marcadas KPM), a juego con la lámpara y goteras, realizada en Dresde en 1867 para un príncipe portugués, y adquirida en una subasta del parisino Hotel Drouot por el marqués de Dos Aguas, instalándose entonces en el mismo lugar que hoy ocupa en el palacio.
La restauración artística del edificio fue minuciosa, así como la instalación del gran número de valiosas obras en las grandes salas, efectuándose la solemne inauguración del Museo Nacional de Cerámica, el día 18 de junio de 1954 por el entonces ministro de Educación Nacional, don Joaquín Ruiz Jiménez, que ostentaba la representación del Jefe del Estado, acompañado del ministro de la Gobernación don Blas Pérez González.
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Traje usado para la representación de la ópera de la ópera Madama Butterfly de Giacomo Puccini. Museo Nacional de Cerámica González Martí
Es verdaderamente magnifico el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias, no sólo por la exposición de obras artísticas, sino, además, por la historia y anécdota de usos y costumbres, fiestas y solemnidades de pasadas épocas. Allí se muestran notables retablos del más puro barroco valenciano, donde se representan variedad de imágenes, muestra y recuerdo de la piedad valenciana en las calles de la ciudad, ante las que se celebraban aquellas típicas "festes de carrer", tan numerosas en pasados siglos y como numerosos eran los retablos. Y la esplendida reproducción de la cocina valenciana en un feliz muestrario gastronomito de primeros del siglo XIX donde, entre utensilios típicos, paneles de azulejos con brillantes tonos, representan curiosos tipos y escenas de ambiente culinario. Y la extensa variedad de platos policromados y de dorado reflejo metálico, muestra feliz de la cerámica popular de Paterna y de Manises, con la espléndida y variada colección de azulejos donde se encuentran -desde el dorado "all i oli" a la policromada paella-, como invitación a suculento yantar, la diversidad de la cocina valenciana.
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Abanico imperio. La artesanía del abanico tiene una gran raigambre en Valencia, donde todavía, en pueblos de alrededor, existe una gran actividad en torno a él. El Museo conserva numerosos ejemplos de tal artesanía, tanto local como de otros lugares de España, Francia, Alemania, China o Japón. El que aquí se muestra es de estilo imperio, con varillaje de hueso calado, profusamente decorado con motivos vegetales de flores y roleos estilizados, siendo fechable hacia 1820.
También sedas y abanicos -las dos industrias que tan famosas fueron en la Valencia de pasadas épocas-, junto a las galas femeninas en trajes y bordados del ochocientos: la "clavariesa", con su vistoso atuendo típico; la dama, con su fino traje de calle; la novia, con sus magnificas galas.
Y en los paneles, con los retablos, con las esculturas cerámicas, con los frisos artísticos, con los azulejos policromados o de severos tonos góticos, viejas banderas históricas, reposteros magníficos, tapices decorativos, cuadros y grabados, panoplias con diversidad de armas, muebles artísticos, armaduras de bruñido acero, suntuosas carrozas doradas que recuerdan los antiguos tiempos del palacio de Dos Aguas, con sus fiestas esplendidas, sus minués danzados, su música y sus conciertos en los magníficos salones radiantes de luz y de color, y un desfilar de empolvadas pelucas, casacas bordadas y trajes lujosos de encopetadas damas, descendiendo de literas y carrozas, antes la reververencia constante de nobles y caballeros.
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Instalación museográfica de la Cocina. La cocina del Museo corresponde a un montaje museográfico de 1954, siendo una de las estancias más visitadas y conocidas. Evoca el ambiente de una cocina valenciana tradicional, ricamente revestida de azulejería. En sus paredes podemos ver paneles de principios del siglo XIX referidos a la preparación y consumo de los alimentos. Los azulejos sueltos que recubren los muros en la zona de los fogones representan alimentos y objetos cotidianos usados en las cocinas de mediados del siglo XIX. Los paneles devocionales de la zona alta se exponían en las fachadas o sobre las puertas, perteneciendo a los siglos XVIII y XIX.
Entre 1969 y 1972 el palacio es ampliado construyéndose una nueva ala y una nueva torre, concretamente la más cercana a la iglesia de San Juan de la Cruz o de San Andrés. Siguiendo el mismo estilo que el resto del palacio está ampliación se encuentra tan bien realizada que es difícil para los no entendidos percatarse que esa zona es de nueva construcción.
Algunas obras del Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí
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El Museo de Cerámica González Martí esta ubicado en el palacio del Marqués de Dos Aguas, sito en la ciudad de Valencia. Se creó el 7 de febrero de 1947, a partir de la donación al Estado de la colección de cerámica de D. Manuel González Martí, inaugurándose como Museo el 18 de junio de 1954.
En 1969, al haber incrementado sus fondos con numerosos objetos de mobiliario, indumentaria, pintura, etc., se dispuso que el Museo exhibiera, junto con la cerámica, objetos de arte suntuario, pasando a denominarse "Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí".
Posiblemente el rasgo más señalado de esta reforma sea su portada principal, realizada en piedra alabastrina.
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Del contenido del Museo destaca la colección de cerámica medieval cristiana procedente de Manises y Paterna; Carroza de los Ninots (realizada por Rovira y Vergara hacia 1750); el mobiliario de Dresde, la sala Japonesa con el mobiliario original; un conjunto de cerámicas de la antigüedad: griegas, ibéricas y romanas; una producción de azulejos medievales valencianos y producciones de la Real Fábrica de Alcora.
En la última planta puede verse la reconstrucción de una antigua cocina valenciana.
Su Web: http://mnceramica.mcu.es/seleccion.html
Algunas obras del Museo Nacional de Cerámica González Martí
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Reloj y candelabros de Sèvres. Juego de reloj y candelabros en bronce dorado, con aplicación de placas de porcelana de Sèvres que llevan pintados unos amorcillos. Esos juegos usados como guarnición de chimeneas o sobre consolas, estuvieron muy en boga en los siglos XVIII y XIX.
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Tejido Copto. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Egipto a finales del siglo pasado permitieron descubrir el arte copto, realizado por los primeros cristianos instalados allí. Los tejidos son una de las facetas más atractivas de su artesanía, destacando en ellos su simetría y estilo esquemático, pudiéndose fechar entre los siglos III al V.
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Pendientes y Cruz de pecho. Realizados en plata con piedras de estrás en el tercer cuarto del siglo XVIII, son del tipo llamado "girandole", de moda en España a partir de mediados de aquel siglo. Se trata de la popularización de un modelo culto, ya que aderezos semejantes realizados en diamantes u otras piedras preciosas figuran en retratos de damas aristocráticas de la época.
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Peineta. Las peinetas son imprescindibles en el tocado femenino español de finales del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX, realizándose en varios materiales. Las valencianas son preferentemente de metal, bien de latón o de plata. Destacando entre las numerosas piezas de joyería popular que posee el Museo está la peineta de plata sobredorada con el busto de Fernando VII, evocadora del calor popular hacia el rey en la restauración de la corona tras la Guerra de la Independencia.
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Vestido femenino del siglo XIX. Entre los fondos de indumentaria que posee el museo destacamos este vestido femenino fechado hacia 1889, compuesto por cuerpo y falda en seda bordada de color oro miel. De elaboración manual e inspirado en la moda internacional, revela el alto poder adquisitivo y social de su propietaria.
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Naveta de plata. Pertenecientes a la orfebrería religiosa posee el Museo algunas piezas que hoy se exhiben principalmente en el oratorio del Palacio. Ésta es una naveta para contener el incienso, realizada en plata y del siglo XVII, con punzón que representa una torre almenada enmarcada por cuatro flores de lis.
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Retrato de una mujer de cuerpo entero. Óleo sobre lienzo firmado por Ignacio Pinazo en 1911. Realizado con una pincelada muy suelta y muy poco empastado apenas abocetado. Los colores, en tonos pastel predominando los rosas, parecen mezclados directamente en el lienzo. Todo esto nos revela la proximidad de Pinazo al Impresionismo
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Lekythos Griego. La cerámica griega, especialmente la ática y la jónica, están representadas entre los fondos del Museo. Esta pieza es un lekythos ático, de figuras negras, representando una danza de sátiros en torno a un jinete, fechable entre los años 500-490 a. de C.
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Bacia de loza alcoreña. Los modelos de la fábrica de Alcora, así como las decoraciones de las piezas, van acusando los cambios de los estilos decorativos que se suceden en el siglo XVIII sin perder calidad hasta los últimos tiempos. Realizada a mediados del siglo XVIII, entre la primera (1727-1742) y la segunda época (1742-1798). Este tipo de pieza fue utilizada para el aseo personal. En sus bordes ondulados se representan motivos florales y en el centro un jardín con peana y busto.
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Copa de Terra Sigillata. Copa con dos asas, realizada a molde y decorada a la ruedecilla en toda su superficie. Es originaria de un taller del Sur de las Galias de época del emperador Tiberio (14-37 d. C).
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Zafa o fuente con decoración negra bajo vidriado. Gran fuente hispanomusulmana de mesa, para el servicio colectivo, fechable en el siglo XI, y decorada en manganeso bajo cubierta de vidriado de color melado. Procede de Benetússer donde se halló entre un conjunto de cerámicas sin señales de uso, tal vez del depósito de una tienda o de un centro distribuidor.
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Jarrita esgrafiada con goterones de vedrío. Procede de la cisterna del palacio que los Luna, señores de Paterna, tenían en esa población. Su forma deriva de precedentes hispanomusulmanes, así como la técnica y el carácter de la decoración, sin embargo debió producirse en el primer cuarto del siglo XIV por moriscos.
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Plato con jinete, de Paterna. Los adelantos técnicos en materia cerámica que introdujeron los musulmanes fueron retomados por los alfareros moriscos de Paterna. A finales del siglo XIII o principios del siglo XIV iniciaron la producción de una loza cubierta con estaño y decorada en verde de cobre y negruzco o violáceo de manganeso. Esta loza constituye la vajilla de lujo del momento siendo una de las primeras lozas valencianas de exportación. Su estilo es netamente mudéjar y sus temas reproducen tanto elementos de iconografía musulmana, como otros de clara filiación cristiana como este caballero en su corcel.
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Plato de loza azul de Manises. Este plato valenciano puede fecharse en el tránsito de los siglos XIV y XV. Su campo se divide en dos mitades, una con atauriques y la otra con una "piña". Ambos motivos son de clara influencia islámica, el primero reproduce modelos malagueños, el segundo poco común y muy geometrizado sigue las pautas del estilo azul geométrico complejo. El azul cobalto se introdujo en Valencia a principios del siglo XIV. La loza decorada exclusivamente en azul se data en la segunda mitad del siglo XIV.
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Bote de "Castañas" en azul, de Manises. El bote aquí representado es del siglo XV y es llamado "de la castaña" por la semejanza de su decoración con estos frutos. Pertenece al estilo azul clásico naturalista al reproducir en sus motivos hojas y frutos, en clara inspiración gótica. Su producción, más bien escasa, corresponde al gusto de una clientela delicada de alto poder adquisitivo.
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Tres escudillas de halcones. La técnica del reflejo dorado pasó a Valencia ambién a través del mundo islámico probablemente de Málaga o de Murcia. Es la que más fama le ha dado a la población de Manises, aunque se fabricase también en otros lugares del Reino de Valencia. La cerámica así decorada fue muy apreciada y de alto valor, exportándose por toda Europa y siendo encargada por dignatarios de distintos países. Estas tres escudillas pertenecen todas al siglo XV, a pesar de presentar diferentes grados de esquematización en el tema de la rapaz o halcón que representan.
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Placa de techo con castillos y leones S. XV. Además de los socarrats y destinados a estancias de más prestancia, se colocaron placas vidriadas y decoradas en azul cobalto para los techos. Se sabe que la tribuna real de la catedral de Barcelona tenía un techo decorado así, conservando el mismo Museo de Cerámica de Barcelona una de sus placas con las barras distintivas de la Corona de Aragón. Nuestro ejemplar procede del derruido Palacio señorial de Patraix (Valencia).
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Plato-brasero. Esta gran fuente de presentación sigue una forma característica del siglo XV, denominada plato-brasero, del que hay múltiples ejemplares, la mayoría de ellos decorados con heráldica noble. Cuando no estaban en uso se colgaban de la pared mostrando el reverso, donde se representaban águilas u otros motivos ornamentales, o se exhibían en alguna hornacina o credencia como objeto de prestigio. El Agnus Dei del escudo central hace referencia a la familia Cabanilles, mientras el relleno restante es de atauriques en reflejo dorado. Es obra de Manises, fechándose a mediados del s. XV.
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Socarrat con un toro. Entre las piezas más características de Paterna, o atribuidas a esta población aunque no se hiciesen allí en exclusiva, están los "socarrats", datados entre los siglos XV y XVI. Son placas de techo no vidriadas y cocidas una sola vez, que se destinaban a cubrir el entrevigado de los techos, siempre decoradas con almazarrón rojo u óxido negro. Su decoración es suelta y poco minuciosa: los hay con representaciones animales, florales, geométricos, barcos o figuras humanas, en suma parecida temática a la de la azulejería coetánea, aunque más espontánea.
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Lebrillo decorado con el tema del "pardalot". A partir del siglo XVII, el reflejo dorado se populariza y pierde calidad tanto técnica como artística. Pasa a ser utilizado mayoritariamente por las clases medias y populares, aunque mantiene un cierto mercado nobiliario. Este lebrillo presenta un color cobrizo, por la escasez de plata en la composición de la fórmula del pigmento, y su decoración consiste en las "matas de clavelitos" y el "pardalot", pájaro fantástico y desproporcionado. Pertenece al siglo XVIII.
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Gran fuente de Alcora, estilo Bérain. La manufactura de Alcora nace por voluntad del conde de Aranda, noble ilustrado que funda esta fábrica a imitación de otros nobles o de los mismos reyes Luis XIV de Francia, Augusto de Sajonia o Carlos III de España, todos ellos impregnados de las ideas surgidas en la Europa del momento, el colbertismo y la ilustración. Intenta como tantos otros, alcanzar un prestigio mediante producciones de calidad y ocupación a los súbditos de uno de sus señoríos. La loza salida de la fábrica del conde es de una gran calidad y sus decoraciones muy cuidadas. Ésta es de influencia francesa, del llamado estilo Bérain, creado por el decorador de Luis XIV del mismo nombre, fechándose en la primera mitad del s. XVIII (1727-1742).
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Mancerina de loza alcoreña del pintor "Soliba". La mancerina, platillo con barandilla para encajar en ella la jícara del chocolate y evitar que se vuelque, se encuentra entre las piezas de Alcora que gozan de más fama y aprecio popular. Las hay en forma de paloma, redondas, de pámpano o como ésta con forma de venera o concha. Aunque parezca pieza poco importante, los más afamados pintores no desdeñaron decorarlas. Muestra de ello es esta mancerina firmada por Miguel Soliva (+1755) principal pintor de la primera época (1727-1742).
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Plato policromo de Ribesalbes. En Ribesalbes, pueblo cercano a Alcora, se establecieron algunos operarios de la fábrica del conde de Aranda, quien pronto tomó medidas contra esta competencia. En 1784 se exigió marcar las piezas de acuerdo con su procedencia, siendo la A la marca de Alcora. Incluso ésto no impidió la falsificación de piezas. Con el tiempo la producción de Ribesalbes se afianzó y produjo piezas que combinaban el estilo de Alcora y la espontaneidad de Manises.
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Gran jarro de Manises del siglo XIX. La loza de Manises del s. XIX populariza la técnica polícroma de Alcora creando una producción masiva y de gran aceptación, no sólo en tierras valencianas sino en un ámbito muy extenso. Parte de su éxito, además de la vistosidad que presenta, se debe a sus precios muy bajos, siendo transportada a otros lugares de España e incluso de ultramar. En Manises se fabrica una gran variedad formal, para el uso o la decoración. Este jarro presenta algunos de sus temas más característicos, de tipo floral, animal y arquitectónico.
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Aguamanil y jofaina de Manises. Destacando entre las producciones funcionales de la loza manisera del siglo XIX encontramos este aguamanil y su jofaina, que en su decoración denota cierto refinamiento, ambas adornadas con relieves y profusamente decoradas. Son piezas grandes utilizadas como lavamanos.
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Plato de pedida o de "demanà". Entre las piezas más típicas y de mayor sabor popular de la loza manisera están los llamados platos o jarros de "demanà", es decir de la pedida de la novia, por representar buena parte de su ajuar, y no sólo de las joyas sino también del vestuario o elementos de cocina que la mujer aportaba al matrimonio, éste en concreto fechable en la segunda mitad del siglo XIX.
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Jarroncito de Alfonso Blat. El primer ceramista que rompe con la tradición de la loza popular valenciana es Alfonso Blat (1904-1970), director de la Escuela de Cerámica de Manises desde 1948 hasta su jubilación. Blat renovó la expresión estética en la cerámica actualizándola con formas sumamente cuidadas y con barnices muy estudiados de elevada dificultad técnica, con los que consigue efectos de un gran refinamiento. Este pequeño jarrón fue realizado hacia 1950.
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Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí - Palacio del Marqués de Dos Aguas . Dirección: Calle del Poeta Querol 2, Valencia, 46002. Estilo: Barroco. Rococó. Autor: Hipólito Rovira. El barroco valenciano escultórico se manifiesta en esta audaz composición del Palacio del marqués de Dos Aguas, realizada sobre dibujo de Hipólito Rovira Broncandel. Se cuenta entre las más originales soluciones del rococó español, altamente estimada por su imperioso movimiento y el estudio epidérmico del desnudo. La profusión de motivos y el inquieto gesto no alteran la armonía rítmica de sus líneas en correspondencia. No reduce ni mitiga el gesto sinuoso, ni la exaltada dignidad del personaje alegórico. En un juego intelectualista profano, el autor especula con los efectos corporales y universales de las cosas, sirviéndose de una estilización lingüística llena de secretas alusiones.
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Detalle de la Portada del Palacio del Marqués de Dos Aguas, diseñado por Hipólito Rovira.
Hipólito Rovira Meri, conocido como Rovira Broncandel. (Valencia 1693 - 1763) Pintor y grabador. Estudia en el taller de Joan Baptista Ravanals, para luego trasladarse a Roma. Allí estaría a las órdenes de Sebastiano Conca (1724). A su regreso a España se instala primero en Madrid y trabaja para fray Vicent Ripoll. Poco después vuelve a su localidad natal y allí entra al servicio del marqués de Dos Aguas. Como grabador realizó obras de gran calidad como la estampa del sermón de Las tres púrpuras de Alcira de Jaume Cervera o los retratos del conde de Alcira y el marqués de Busianos. De su faceta como pintor cabe destacar la decoración del camarín de San Luis Beltrán del monasterio de Santo Domingo en Valencia. A él también se debe el diseño de la ornamentación del palacio de Dos Aguas de Valencia.
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La fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas sirve de asiento a un programa alegórico complejo, que tiene relación con el carácter nobiliario de la obra y la fecundidad de las tierras de la comarca valenciana. La escultura, que cumple una importante función en el conjunto, debe su mérito a Ignacio de Vergara y a Luis Domingo. 1740.

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí, está albergado en el singular Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia.

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