José García y Ramos

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megaurbanismo
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José García y Ramos

Mensaje por megaurbanismo » Vie, 31 Dic 2021, 09:53

Este trabajo recopilatorio está dedicado al pintor sevillano José García y Ramos. Sus temas preferidos son de carácter costumbrista y se le reconoce en muchos ámbitos como el más importante exponente de la pintura regionalista andaluza de su tiempo.
La mayoría de sus obras reflejan la vida diaria de la Sevilla de finales del siglo XIX. Fue discípulo de José Jiménez Aranda. También influyo en su obra Mariano Fortuny.
José García y Ramos es un pintor e ilustrador español, nacido en Sevilla en 1852 y fallecido en la misma ciudad en el año 1912.
Siento un niño ya estaba matriculado en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, además de aprender los secretos del oficio en el taller de José Jiménez Aranda.
En 1872 se trasladó con éste a Roma, junto a su maestro, donde subsistió gracias a la venta de pinturas de pequeño formato. En la Ciudad Eterna entra en contacto con Fortuny, cuya obra tuvo una importante incidencia sobre su personalidad artística.
Después de una breve estancia de dos años en España, en 1877 regresó a Italia. Tras su periplo por este país, se traslada a París en 1881 y un año después volvía a Sevilla definitivamente.
En 1893 ingresó en la Academia de Bellas Artes como académico.
El conjunto de su obra le convierte en uno de los mayores exponentes del Regionalismo andaluz. Inspirado en temas cotidianos, reproduce la gracia de los personajes populares y el ambiente festivo de la ciudad. Muchas de sus escenas aparecen empapadas del romanticismo de la época con personajes como saltimbanquis o bandoleros.
El dibujo suelto y ágil, además de la fluidez y soltura de su factura, son los rasgos definitorios de su numerosa producción. En sus obras finales se advierte un abandono de la vitalidad inicial que le caracterizaba, volviéndose mucho más apagado.
Algunas de sus obras más conocidas son "La cofradía" "La salida de un baile de mascaras","El primer ensayo" o el "Rosario de la Aurora". Una de sus obras más bellas se titula "Joven con pandereta" de rico colorido y perfección técnica en el dibujo. En 1877, visitó Nápoles y Venecia y en 1882 regresó a España tras una estancia en París. En Sevilla fue nombrado profesor de la Escuela de Artes Industriales y académico de la de Santa Isabel. Trabajó también como ilustrador en publicaciones como "La Ilustración Artística", "La Ilustración Española y Americana" y "Blanco y Negro". Falleció en 1912 en Sevilla.
Se trata de un pintor perteneciente a la escuela decimonónica sevillana y uno de sus máximos exponentes. Su dibujo es grácil y su pincelada colorista.
A su memoria se dedicó una glorieta en los Jardines de Murillo de la capital hispalense, en 1917 a propuesta de un grupo de artistas sevillanos. El Ayuntamiento aceptó la propuesta, siendo los propios artistas los que financiaron las obras. La citada glorieta se finalizó en 1923.

ESCUELA SEVILLANA
En el reinado de Fernando VII se advierte en Sevilla la actividad de un modesto grupo de pintores neoclásicos, entre los cuales destaca Juan de Hermida (al que se cita, pero no he encontrado obra), no precisamente por su clasicismo sino por ser el primero que, con discreta técnica practicó una pintura de carácter costumbrista. Además también se pueden incluir a los siguientes, con obras importantes:
• Antonio Cabral Bejarano (1798-1861). Figura dominante en el panorama de la pintura romántica sevillana. En su taller de pintura se formaron numerosos pintores, como sus propios hijos: Francisco Cabral y Aguado Bejarano y Manuel Cabral y Aguado Bejarano, los hermanos Gustavo Adolfo Bécquer y Valeriano Bécquer o Manuel Barrón, entre otros.
• José Domínguez Bécquer (1805-1841). Representó diferentes escenas de carácter popular, también practicó el retrato, la pintura religiosa, el dibujo y la acuarela. Fue padre del célebre poeta Gustavo Adolfo Bécquer y el pintor Valeriano Domínguez Bécquer y también primo Joaquín Domínguez Bécquer reconocido pintor costumbrista.
• Joaquín Domínguez Bécquer (1811-1871), pintor costumbrista. Fue el tío del poeta Gustavo Adolfo Bécquer y del pintor Valeriano Domínguez Bécquer así como primo del también pintor costumbrista José Domínguez Bécquer, con quién colaboró en muchas obras.
• Valeriano Domínguez Bécquer (1833-1870). Pintó escenas costumbristas y retratos. Estudió con su tío el pintor Joaquín Domínguez Bécquer. Pese a su escasa obra, es uno de los pintores más característicos del costumbrismo romántico. Fue hijo del pintor José Domínguez Bécquer, sobrino del también pintor Joaquín Domínguez Bécquer y hermano del famoso poeta Gustavo Adolfo Bécquer. También pintó notables retratos y caricaturas e ilustraciones junto a su hermano Gustavo Adolfo que también hizo sus pinitos en la pintura.
• José Roldán y Martínez (1808-1871), es considerado uno de los pintores más representativos del romanticismo sevillano. Su obra está dedica principalmente a la realización de retratos y a la pintura de temas costumbristas. Su arte estuvo muy influenciado por la figura de Murillo, tanto en la selección de temas como en la técnica pictórica y el colorido. Representó con frecuencia en sus lienzos niños de la calle, mendigos y pilluelos, tal como ocurría en la pintura española del siglo XVII.
• Andrés Cortés y Aguilar (1815-1879), pintor fundamentalmente costumbrista. Fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal y perteneció a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Fue un pintor versátil en todo, su obra abarca desde el paisaje al bodegón, desde el retrato al paisaje de género. A pesar de ser un trabajador incansable, actualmente es poco conocido a nivel popular.
• José María Romero y López (1815-1880), fue un pintor romántico que desarrolló su actividad artística en la ciudad de Sevilla, en la que se cree que nació y murió, aunque no existe constancia documental. Destacó como retratista, especialmente de niños, aunque también realizó obras de temática religiosa, campo en el que se le considera un continuador de Murillo.
• Manuel Barrón y Carrillo (1814-1884). Máximo exponente y, posiblemente, mejor representante del paisajismo romántico andaluz y sevillano. Sus destacables paisajes le dieron notoria fama. Por ellos Barrón ostenta un importante reconocimiento, siendo considerado por tanto un excelente paisajista. Famosos son aquellos que dedica a los entornos urbanos, paisajes en los que pinta figuras humanas dando a estas obras un toque escenográfico y costumbrista. Estudiaría en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, así como en la escuela de Antonio Cabral Bejarano, donde además ejercería posteriormente la docencia, siendo un insigne profesor para las asignaturas de dibujo del yeso, perspectiva y paisaje.
• Francisco Cabral y Aguado Bejarano (1824-1890). Su producción artística está compuesta principalmente por temas costumbristas andaluces, retratos, temas religiosos y copias de las obras de Murillo. Hijo del pintor Antonio Cabral Bejarano y hermano del también pintor Manuel Cabral y Aguado Bejarano.
• Manuel Cabral y Aguado Bejarano (1827-1891). Es uno de los mejores representantes del costumbrismo andaluz dentro del romanticismo español. Hijo del pintor Antonio Cabral Bejarano y hermano del también pintor Francisco Cabral y Aguado Bejarano.
• José Jiménez Aranda (Sevilla 1837-1903). Es uno de los más destacados representantes de la pintura andaluza del siglo XIX. Sus escena costumbristas y retratos son de verdadero mérito. Su formación transcurre en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y sus primeras creaciones se identifican con el costumbrismo de la época, aunque pronto destaca por sus cualidades como dibujante. En 1871 se instaló en Roma, donde conoció a Fortuny. Fue amigo de Joaquín Sorolla, al que influyó en su obra.
• Luis Jiménez y Aranda (1845-1928). Pintor costumbrista, hermano de los también pintores artísticos José y Manuel Jiménez Aranda, este último poco conocido. Se especializó en la pintura histórica, aunque también cultivó la costumbrista, ambas con un estilo verista y de gran acento dibujístico que revela la gran influencia de su hermano José.
• José Villegas Cordero (1848-1921). Se dedicó a la pintura de historia, costumbrista y de casacones. Formado primero en el taller sevillano del pintor José María Romero, y en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, completó su aprendizaje junto a Eduardo Cano de la Peña. Una vez concluidos sus estudios, el joven artista viajó a Madrid, donde conoció personalmente a Fortuny, lo que le hizo interesarse por la pintura de género.
• José García Ramos, (1852-1912). Se trata de un pintor costumbrista perteneciente a la escuela decimonónica sevillana y uno de sus máximos exponentes. Su dibujo es grácil y su pincelada colorista. La mayoría de sus obras reflejan la vida diaria de la Sevilla de finales del siglo XIX. Fue discípulo de José Jiménez Aranda. También influyo en su obra Fortuny.
• Gonzalo Bilbao Martínez (1860-1938), considerado como uno de los mejores pintores impresionistas sevillanos, también practicó durante años el costumbrismo y la la temática de historia principalmente. Se inicia desde niño en el dibujo alentado por José Jiménez Aranda. Fue maestro de Alfonso Grosso Sánchez.
Espero que os guste la recopilación de este pintor sevillano, y en la medida de lo posible que este trabajo contribuya en la divulgación de su obra.

Algunas obras

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Baile por bulerías. Autor: José García Ramos. 1884, óleo sobre lienzo, 52 x 28 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Donación de don Alfonso Grosso. La pintura de García Ramos está caracterizada por un seguro, elegante y firme dibujo gracias al que los personajes consiguen una excelente vitalidad expresiva. Su pincelada es fluida y rápida, aplicando una capa pastosa de pintura, en sintonía con el estilo realista impuesto por Pradilla en el último tercio del siglo XIX. Los contenidos de sus escenas son siempre anecdóticos y triviales, incorporando apuntes de humor, ignorando la tragedia y la dramática situación de las clases populares de su tiempo.
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Hasta verte, Cristo mío. Autor: José García Ramos. Óleo sobre lienzo. 1882-1900. Museo BB.AA. Sevilla (Depósito del Museo del Prado). El mundo de la diversión en la Sevilla decimonónica es retratado por los pinceles de García Ramos con una gracia difícilmente superable, tal y como podemos observar en esta composición en la que encontramos ecos de Fortuny y Jiménez Aranda, con los que contactó durante su estancia en Roma. El elegante y firme dibujo y la pincelada rápida y empastada caracterizan su producción, en un estilo muy cercano a Pradilla.
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Pelando la pava. Autor: José García Ramos. 1882-1900. Óleo sobre lienzo. Colección Particular. La obra de García Ramos se ha venido considerando como el exponente del temperamento popular andaluz, mostrando en ellas la gracia de los ambientes de su tiempo, rebosando vitalidad y alegría al mostrar a los personajes plena naturalidad. Son temas siempre tomados de la vida cotidiana, captada con un sentimiento festivo y amable, poblando las majas y los majos sus escenas.
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Cortejo español. Autor: José García Ramos. 1885. Óleo sobre lienzo, 54,3 x 33,5 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga
Este cuadro, pintado durante una breve estancia de García Ramos en Granada en 1885, y mencionado durante muchos años como en paradero desconocido, es quizá una de las escenas costumbristas de ambientación andaluza más famosas de todas las pintadas por este artista a lo largo de su fecundísima carrera, además de ser pieza extraordinariamente representativa de su mejor arte en este género.
El lienzo ha sido recogido en alguna ocasión con el título de Pelando la pava, expresión castiza andaluza que alude al recatado cortejo de las parejas durante su noviazgo, prolongado en interminables conversaciones de largos paseos o, como en este caso, a ambos lados de la reja de la casa de la novia, muralla infranqueable para cualquier intento de escarceo de los amantes, casi siempre vigilados estrechamente por amigos o parientes.
El tema fue tratado por García Ramos en otras ocasiones, aunque lejos de la audacia compositiva con que el artista plantea en esta ocasión la escena. Así, a la sombra de un fuerte sol de atardecer, un mozo serrano, ataviado con sus mejores galas, y con su caballo ricamente enjaezado, escucha ensimismado a su enamorada, acodado en los hierros de su reja. La pareja es sorprendida por un alegre grupo de mujeres que les miran con sonrisa burlona. Una de ellas se quita la sombrilla para poder contemplar mejor a los novios, haciéndose sombra con su abanico, mientras otra se adereza las flores que adornan su pelo y una tercera canta haciendo sonar su pandereta. Al fondo, entre las copas de los árboles, asoma el caserío sobre una colina, identificado con el famoso barrio del Albaicín de Granada.
El cuadro muestra la especial habilidad de García Ramos en la distribución espacial de la composición, situando los distintos puntos de atención de la escena en tres planos diferentes muy marcados, que sugieren la profundidad de la calle, proyectando hacia el primer término la figura del caballo, en atrevido escorzo. Por su parte, el grupo de las tres muchachas está resuelto con una factura extremadamente delicada y primorosa, de colorido encendido y brillante, consiguiendo efectos tan bellos como el rostro en penumbra de la que se protege del sol con el abanico, los brillos del raso de la sombrilla o los lunares del vestido de la mujer que toca el pandero. Finalmente, el desarrollo del caserío y el celaje demuestran las dotes de García Ramos para los paisajes urbanos, que pintó en gran cantidad, aunque casi siempre poblados de figuras. Por lo demás, el sentido decorativo y anecdótico de la escena, insistiendo en un folclorismo típico muy apreciado por la clientela de su tiempo, no oculta sin embargo la maestría técnica del pintor, de dibujo preciso y certero, que describe con un particular realismo, virtuosista y minucioso, hasta los más pequeños detalles de los diferentes elementos que integran la composición, espléndidamente ambientados en una atmósfera al aire libre, captada a partir de apuntes tomados del natural, y perfectamente creíble.
Testimonio del proceso de elaboración con que García Ramos trabajó esta pintura, son los dos dibujos preparatorios que conserva de su mano el Museo del Prado. Así, el primero de ellos es un rapidísimo apunte a pluma, de trazo borroso y enmarañado que encaja las figuras principales de la composición, aunque apenas sugiere el paisaje del fondo. En otro apunte, el artista estudia aisladamente el grupo de las tres mujeres, que aparecen sin embargo en diferente disposición, bailando y tocando todas ellas el pandero.
Un grabado del cuadro fue reproducido el 8 de marzo de 1886 en La Ilustración Artística.
José Luis Díez / carmenthyssenmalaga.org
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Pareja de baile. Autor: José García Ramos. 1.885. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Donación de don Alfonso Grosso. A lo largo de su etapa más productiva, entre 1882 y 1900, las obras de García Ramos se vendieron muy bien, convirtiéndose en un pintor famoso no sólo en Sevilla sino en el ámbito nacional, especialmente por sus colaboraciones con "La Ilustración Española y Americana" una de las publicaciones más famosas de la época. Sin embargo, no consiguió el reconocimiento oficial a pesar de participar regularmente en las Exposiciones Nacionales. Esta ausencia de reconocimiento le llevó a la frustración y el desánimo pero no quiso, o no pudo, cambiar su estilo, amargándose los últimos años de existencia.
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Hermanos, sálvese quien pueda. Autor: José García Ramos. 1882-1900. Óleo sobre lienzo. Sevilla. Colección Particular. Las pinturas de García Ramos nos presentan de una manera sensacional la vida cotidiana de la Sevilla decimonónica, incluso algunos episodios más dramáticos como esta escena en la que unos escapados toros de un encierro rompen la formación de una procesión, produciéndose la lógica estampida de los hermanos que portan los faroles o los estandartes, yaciendo en el suelo uno de ellos mientras los demás están en disposición de huir o se han quedado petrificados por el miedo. La iluminación, el soberbio dibujo y el empleo de una pincelada suelta que recuerda al estilo de Pradilla definen esta escena, en la que las tonalidades rojizas y rosáceas tiene un papel preponderante.
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Retrato de señora. José García Ramos, 1.911. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Donación de don Alfonso Grosso. García Ramos fue no de los mayores exponentes del regionalismo andaluz, se inspiró en temas cotidianos, reproduciendo la gracia de los personajes populares y el ambiente festivo de la ciudad. El dibujo suelto y ágil, además de la fluidez y soltura de su factura, son los rasgos definitorios de su numerosa producción.
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Malvaloca. 1.912. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Donación de doña María Álvarez Quintero. Obra de José García Ramos
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Citando a banderillas. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Donación de don Alfonso Grosso. Obra de José García Ramos
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El niño del violín. 1.905. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Donación de don Alfonso Grosso. Obra de José García Ramos
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La tormenta o La anulación de la procesión. Colección particular. Obra de José García Ramos
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Cartel de las Fiestas de la Primavera de Sevilla - 1890. Este es el primer cartel anunciador de la Feria de Abril que se conserva. El autor del mismo es José García Ramos, máximo representante del costumbrismo y pintura regionalista sevillana del siglo XIX.
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Joven con bandolina, acuarela sobre papel, 93 x 63 cm. Colección privada. Obra de José García Ramos
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Joven con fondo rojo, óleo sobre lienzo, 55 x 45,5 cm. Colección privada. Obra de José García Ramos
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Joven junto a la ventana, óleo sobre lienzo, 49,5 x 32 cm. Colección privada. Obra de José García Ramos
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Cuesta de San Gregorio, El Albaicín, óleo sobre tabla, 27 x 17,5 cm. Colección privada. Obra de José García Ramos
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Cortejo a caballo, óleo sobre tabla, 27,5 cm de diámetro. Colección privada. Obra de José García Ramos
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Salida de un baile de máscaras, 1905. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga. Obra de José García Ramos

Web interesante http://postalesyfotosantiguasdesevilla. ... res-i.html

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor e ilustrador sevillano José García y Ramos. Fue no de los mayores exponentes del regionalismo andaluz, se inspiró en temas cotidianos, reproduciendo la gracia de los personajes populares y el ambiente festivo de la ciudad. El dibujo suelto y ágil, además de la fluidez y soltura de su factura, son los rasgos definitorios de su numerosa producción.

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