Blasco De Grañén

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megaurbanismo
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Blasco De Grañén

Mensaje por megaurbanismo » Vie, 10 Dic 2021, 16:48

Este trabajo esta dedicado al pintor gótico zaragozano Blasco de Grañén, también conocido como Maestro de Lanaja. Según documentación: activo principalmente en Aragón. Fue maestro de Pedro García de Benabarre.
Blasco de Grañén (? Zaragoza - id., octubre de 1459) Representante del estilo internacional, de escuela aragonesa, se caracteriza fundamentalmente por la importancia que le concede al carácter simbólico de lo representado, en busca siempre de la verdadera significación que se esconde tras la apariencia sensible.
Documentado entre 1422 y 1459. Se le identifica como uno de los autores más originales de la pintura gótica en Aragón en su etapa "internacional" avanzada, correspondiente al segundo tercio del siglo XV. Su estilo pictórico refleja puntos de contacto con el mundo de la miniatura y la tapicería franco-flamenca que pudo conocer a través de sus ilustres mecenas, como el arzobispo de Zaragoza Don Dalmau de Mur (1431-1456) su comitente en el retablo mayor de la Iglesia de Santa María de Albalate (Teruel), o la priora de Santa María de Sijena Doña Beatriz Cornel (1427-1451) que le encargó entre otras obras para el Monasterio, la pintura del retablo mayor de la parroquia de Ontiñena (Huesca), localidad perteneciente al señorío de Sijena. Este retablo de gran tamaño, sirvió de modelo al retablo mayor de la Iglesia de Lanajadel que se conservan dos tablas en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza.
Espero que la información e imágenes que he recopilado de este pintor aragonés, os resulte interesante y sirva para divulgar su obra.
Algunos datos de Blasco de Grañén
Blasco de Grañén, Zaragoza, ? - id., octubre de 1459. Pintor gótico, activo principalmente en Aragón.
Pintor con taller en Zaragoza, de reconocida fama, llegó a ser nombrado pintor del rey Juan II de Navarra. Tuvo como ayudante, entre otros, a Pedro García de Benabarre, con quien realizó en 1445, unos retablos para el monasterio de San Pedro de Siresa.
Fue un seguidor de las normas de Juan de Leví. En 1435, realiza el retablo para la cofradía de Santa María de la Iluminación de Zaragoza, los encargos se suceden, como en el año 1437 para la iglesia de Santa María de Épila, un retablo para el altar de Santiago. En Ejea de los Caballeros, se puede ver dos tablas suyas en el altar mayor, la de la Flagelación y la de Vía Crucis expuestas en la iglesia de San Salvador.
La elevada suma solicitada por Blasco de Grañen para dar cumplimiento al retablo de Ejea (diez mil sueldos) se justifica no sólo por el tamaño de la obra, sino también porque en el precio se incluía la cantidad de dos mil seiscientos sueldos que costaba la labor del trabajo en madera -imagen titular y, mazonería- que había encomendado el pintor a los afamados tallistas Domingo y, Mateo de Sariñena que volverían a colaborar con él en el retablo de San Jaime para la parroquia de Épila (Zaragoza).
En un documento de cobro del retablo de Agullón, realizado por su nieto Martín de Soria, se informa de su muerte ocurrida el año 1459 en Zaragoza.
En el momento de su muerte, octubre de 1459, su viuda, doña Blanca de Tena, junto con don Pedro Oriz, clérigo y rector de la iglesia de Santa Cruz de Zaragoza, parroquia a la que pertenecía el matrimonio Grañén por razones de vecindad, como ejecutores de las últimas voluntades del artista, se hicieron responsables de dar terminación a lo que el pintor había dejado sin concluir, entre otras cosas, el retablo de Épila y el retablo de Ejea de los Caballeros. Lo más fácil para ellos, dada la gravedad del problema planteado, fue encargar la finalización de las obras a un pintor conocido de profesionalidad comprobada, de ahí que se dirigieran al pintor zaragozano Martín de Soria, sobrino de Grañén, documentado en Zaragoza desde 1449 hasta 1487, año de su fallecimiento. Los trabajos de mazonería continuarían a cargo de los hermanos Sariñena, quienes darían por cumplida su labor a comienzos del mes de abril del año 1464.
Su discípulo
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Retablo de San Juan Bautista. 1470-80. Pedro García de Benabarre ? - Barbastro ? Pintor del gótico activo en Aragón y Cataluña, documentado entre los años 1445 y 1485. En 1455 dirigió el taller barcelonés de Martorell, en el que realizó los retablos de San Quirico y santa Julita y de Santa Clara y santa Catalina. Su obra más importante es el retablo de Bellcaire. Formado, según documentación con el pintor aragonés Blasco de Grañén en Zaragoza entre los años 1445 y 1447, juntos trabajaron en la elaboración de retablos para la iglesia del monasterio de San Pedro de Siresa.
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Grupo de fieles conversos, pintura al óleo, obra de Pedro García de Benabarre.
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San Sebastián y Policarpo destruyen los ídolos. San Sebastián habla a Marcos y Marceliano. Tabla, 160 x 68 cm. Obra de Pedro García de Benabarre.
Enlace interesante
Pintura gótica en Aragón: http://pintura-gotica-aragon.blogsp...as-giner-y.html
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Blasco de Grañén, pintor de retablos (1422-1459) Enlace: https://ifc.dpz.es/publicaciones/ver/id/2362

Algunas obras
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Virgen de Mosén Sperandeu de Santa Fé. Autor: Blasco de Grañén (Maestro de Lanaja). Óleo sobre tabla. 1439. Fundación Lázaro Galdiano. Tabla titular de un retablo dedicado a la Virgen María en el que se presenta a Nuestra Señora entronizada con el niño Jesús sentado sobre su rodilla izquierda, acompañado de cinco ángeles músicos situados alrededor del trono. Es una composición frecuente entre las obras del pintor aragonés Blasco de Grañén doc. En Zaragoza, 1422-1459) que la repite con ligeras variantes en los retablos realizados entre los años 1437 y 1439 para las localidades de Albalate del Arzobispo (teruel), Tarazona (Zaragoza), Lanaja y Ontiñena (Huesca). En este caso los cinco ángeles músicos ocupan la zona lateral y superior del trono reservándose la parte baja para el retrato del donante , su escudo sostenido por un ángel y una inscripción conmemorativa . Los instrumentos de música que táñen los cuatro ángeles que flanquean el trono son un arpa de mano, una flauta y una mandora. El ángel que asoma en la zona de arriba hace ademán de leer en el libro que sostiene en las manos. La virgen, de facciones finas y delicadas transmite dulzura maternal y melancolía,como si previera los dolores que le deparará el futuro(.....) A la izquierda del observador y derecha de Nuestra Señora se encuentra arrodillado , en actitud orante, Sperandeu de Santa Fe, ataviado como caballero según la moda del momento; en el lado derecho del observador e izquierda de Nuestra Señora se situa un angel en posición sedente con una cartela en las manos en la que figura el escudo con las armas de Santa Fe de Tarazona, - mano empuñando cruz patriarcal de oro en campoazul señal de su linaje. Los colores son vivos, con predominio del azul, el rojo y el verde, pero es el oro en relieve empleado en el fondo, en los nimbos de los personajes sagrados y en el borde del manto de la Virgen, lo que singulariza la obra y la identifica como de la escuela aragonesa cuatrocentista. El retablo del que forma parte esta pintura fue contratado por Luís de Santa Fe, hijo de mosén Sperandeu de Santa Fe, Caballero con el pintor Blasco de Grañen en la ciudad de Zaragoza, el 6 de marzo de 1438 por la cantidad de ciento veinte florines de oro de Aragó, para ser colocado en la capillafamiliar situada en la iglesia del antiguo convento de San Francisco de Tarazona. Del mismo retablo se conservan en el Ayuntamiento de Tarazona tres tablas las dos primeras pertenecientes al banco con las escenas del Beso de Judas, el Lavatorio de Pilatos y la Flagelación, la tercera correspondiente a la calle lateral derecha en el cuerpo del retablo, con las escenas de la Circuncisión y de Jesus entre los doctores de la Ley. (LACARRA DUCAY, Carmen en "Pintura Gótica Aragonesa", Fundación Lázaro Galdiano, Madrid 2004).

Antiguo Inventario Virgen de Mosén Sperandeo. Óleo sobre tabla. Virgen con el Niño en brazos, entronizados, sobre fondo de oro labrado con orla de mantos, coronas, nimbos, etc. Dorados y en relieve, acompañados de ángeles músicos. En primer término, abajo, a la izquierda, el donador, arrodillado, vestido con ropón de piel, teniendo ante si en el suelo el sombrero, jugando con él, a la derecha, angelito tenante de escudo con cruz patriarcal sostenida por brazo. Entre ambos, pergamino con letrero en minúsculas góticas: "Esti retaulo fizo fazer el muyt honorable moss spe / randeu de sancta fe caguellero a honor e regverencia / de la gliosa virgen maria el qual fue fecho en el / anyo de mil quatrocientos treinta el neue". Dimensiones: 1650 por 1070 mm. OBSERVACIONES: Marco dorado con chambrana. Catálogo nº 272. Foto Ruiz Vernacci, Hauser, Gudiol, 14536 y 14537. (CAMPS CAZORLA, Emilio 1949-1950) .

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Virgen con el Niño entronizada y ángeles. Autor: Blasco de Grañén (Maestro de Lanaja). 1437. Óleo sobre tabla, 161 x 97,5 cm. De procedencia desconocida, esta pintura al temple, que debió ser tabla titular de un retablo mariano, fue dada a conocer por Post en la colección Martin Beck de Nueva York (A History of Spanish Painting,1933,tomo IV Part II, p.642-644, fig.264).Este mismo estudioso americano señaló en el arzobispado de Toulouse otra obra que él consideró réplica de la pintura Beck,sin caer en la cuenta que se trataba de la misma pieza (Idem, 1966, tomo XIII, p.319, fig.128). La tabla, restaurada con motivo de esta exposición, fue adquirida en la Galería de antigüedades Abelardo Linares de Madrid para la colección Orts-Bosch, en 1984. Se trata de una obra aragonesa de hacia mediados del siglo XV, relacionada directamente con el denominado hasta hace poco “Maestro de Lanaja”, que ha sido identificado por M.ª Carmen Lacarra con el pintor Blasco de Grañén. Éste, documentado en Zaragoza, fue un partícipe activo de la segunda generación del gótico internacional en tierras de Aragón.La pintura aquí estudiada guarda estrecha relación con otras pinturas de Grañén, que representan a la Virgen María entronizada como reina del cielo con ángeles músicos, como la Virgen del arzobispo Mur (1437) procedente de Albalate del Arzobispo (Zaragoza, Museo de Bellas Artes), la Virgen de mosén Esperandeu de Santa Fe (1438-39) procedente de Tarazona (Madrid, Museo Lázaro Galdiano), otra en la Colección Ibercaja de Zaragoza y los ejemplos perdidos de los retablos de Lanaja y Ontiñena. Rosa Alcoy ha señalado el gran parecido que guarda la pintura que nos ocupa con el San Miguel Arcángel del Museu Nacional d´Art de Catalunya, adscrito también a Blasco de Grañén. Sobre fondo dorado -a modo de paño de honor trabajado al buril con motivos vegetales estilizados- María aparece en un gran sitial con pavimento de losetas cerámicas.Con la mano izquierda sostiene un collar de cuentas rojas con cruz y con la derecha sujeta al Niño Jesús, que aparece con nimbo crucífero y vestido con pieles. Completan el grupo, cuatro ángeles que rodean el trono. Dos de éstos colocan la rica corona estofada sobre la cabeza de la Virgen, otro entrega al Divino Infante un loro y el cuarto porta una filacteria que reza:“AVE REGINA CELORUM. AVE DOMINA ANGELORUM”.
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Huida a Egipto. Retablo Mayor de San Salvador. Iglesia de San Salvador. Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Pintura al temple sobre tabla. Autores: Blasco de Grañén y Martín de Soria (1438-1476). La Huida a Egipto se narra el el evangelio de San Mateo (2, 13-14), “Partido que hubieron ( Los Magos), el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo levántate, toma al Niño y a su Madre y huye a Egipto, y estáte allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al Ñiño para matarlo”.
La escena principal, la Huida a Egipto, se sitúa en primer plano. En planos más alejados , que muestran un hermoso paisaje rural , se sitúan otras escenas del ciclo narrativo sagrado (pregunta a los campesinos por parte de los soldados de Herodes, etc.). Al fondo obsérvese el maravilloso paisaje urbano de una ciudad amurallada, torreada, con bellas arquitecturas góticas en su interior bordeada por un caudaloso río (inspirado quizás en Zaragoza) que permite la circulación fluvial de pequeñas embarcaciones; los curiosos sobre el puente (que puede recordar el pintado por Jean Van Eyck en su obra “la Virgen del Canciller Rolin”) se deleitan en el fluir de las aguas y en el entorno paradisíaco que les envuelve. Aunque pudiera pensarse que el artista ha usado una perspectiva caballera típica del gótico internacional, con una línea de horizonte muy elevada, de forma que conforme nos elevamos en los registros de la tabla nos alejamos en profundidad, la impronta del mundo flamenco, especialmente en el naturalismo pisajístico parece evidente. Véase, no obstante, la parte superior dorada y con motivos decorativos , característica de Blasco de Grañén y del gótico internacional en general.
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Bodas de Caná. Retablo Mayor de San Salvador. Iglesia de San Salvador. Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Pintura al temple sobre tabla. Autores: Blasco de Grañén y Martín de Soria (1438-1476). El episodio de las Bodas de Caná se narra en el evangelio de San Juan (2, 1-11), “Díjoles Jesús : Llenad las tinajas de agua. Las llenaron hasta el borde y El les dijo : Sacad ahora y llevadlo al maestresala. Se lo llevaron y luego que el maestresala probó el agua convertida en vino...” .
Sin duda es una de las imágenes más seductoras e interesantes del retablo, no sólo por la fecha de 1454 que figura superpuesta en la panza de la tinaja situada en primer plano, (fecha cuatro años anterior a la muerte del Maestro Blasco de Grañén (1459), y dato que junto al documento de concordia de 1463 entre los representantes de Grañén, su viuda Gracia de Tena y el Rector de la Parroquia de Santa Cruz don Pedro Oriz y los representantes de la villa ejeana, en el que se dice que el Maestro había cobrado ya 7.400 sueldos de los 10.000 acordados para la hechura del retablo, puede hacernos pensar, salvo ardid de los firmantes como señala Lacarra, que el retablo estaba ya muy avanzado a la muerte de Grañén).
Nuevamente se recurre a la perspectiva en altura, cuanto más elevado más alejado, para representar un ambiente de la época del siglo XV en lo que se refiere a usos, atavíos, elementos culinarios (alimentos – pan, aves, cerezas ¿quizás con simbolismo lujurioso?, no lo parece estando Cristo y la Virgen en la escena- y bebidas – vino en vasijas cerámicas-, y forma de presentarlos), menaje ( platos, cuchillos , véase cómo comen directamente con la mano), mobiliario, actitudes de refinamiento, costumbres , diferencia y distancia de las clases sociales , apreciable no sólo en la relación de subordinación de los criados respecto a los señores o en las indumentarias cortas de aquellos, sino incluso en el tamaño inferior con que se representa a los sirvientes (tamaño ”espiritual” medieval, como es habitual hacerlo con los donantes, diferencia de tamaños que se salvará en el Renacimiento). Obsérvese la composición en T que, junto al ajedrezado del suelo, da profundidad a la escena. Apréciese igualmente los anacronismos de indumentarias, etc. correspondientes al siglo XV aragonés , para representar un hecho acaecido en el siglo I y en la ciudad de Jerusalén.
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La escena de Bodas de Caná representa el primer milagro de Jesús , en presencia de su Madre María y sus discípulos , en Caná de Galilea. Un sirviente vacía , en las grandes tinajas , agua de tono ligeramente azulado mediante una pequeña jarra cerámica, pero su contenido adquiere el color rojizo del vino al ser vertido en los grandes recipientes, ante la sorpresa tímida y encantadora de los servidores. Obsérvese también la delicadeza, la dulzura, en la posición de las manos y de la actitud en general, de algunos comensales o de los propios sirvientes (véase la exquisitez del criado que ocupa la posición central de la escena) y la riqueza de algunos tocados, collares, etc. reflejo del amaneramiento, del gusto selecto, del refinamiento del siglo XV, especialmente en el gótico internacional , también denominado con toda justicia “cortesano”.
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Bodas de Caná, retablo de San Salvador. Egea de los Caballeros. La figura del fondo, posible autorretrato de Blasco de Grañén
Quizás sea apreciable la mano del maestro en la techumbre de madera, en algunos rostros blanquecinos, de factura simple no muy naturalista, de narices afiladas y delgadas como el de la Virgen o los propios sirvientes, o en ese trono frontal y con tejadillo-dosel , decorado con motivos vegetales que recuerda , por ejemplo, al que cobija a Pilatos en la escena de “ Jesús ante Pilatos” del banco de este mismo retablo de Ejea, realizado claramente por Blasco de Grañén, o el trono de la misma escena de Pilatos en el retablo de los Sperandeu de Tarazona o en el rostro oval y suavemente inclinado de la Virgen similar , por ejemplo, al de la escena de “Jesús entre los doctores” del retablo del Convento de San Francisco de Tarazona.
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La 'Crucifixión' es una tabla pintada al óleo de 141,5 x 100 cm, que podría estar fechada entre 1440 y 1450. Se atribuye al pintor Blasco de Grañén. Colección particular. Madrid
Más info de esta obra:
https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cu ... 61024.html
Cultura afirma que la tabla de Blasco de Grañén fue adquirida en París por una galería madrileña por un "motivo especulativo", enlace: http://www.aragondigital.es/asp/noticia ... mp;secid=3
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Retablo de Santiago. Autor: Blasco de Grañén para el Monasterio de San Pedro de Siresa. Huesca. Estilo gótico internacional, mediados del siglo XV.
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Saint Michel pesant les ames. Obra de Blasco de Grañén
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San Miguel Arcángel. C. 1435-45. Temple sobre tabla, 172 x 80 cm. MNAC. Obra de Blasco de Grañén
Iglesia de San Salvador de Ejea de los Caballeros

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Esta iglesia de San Salvador de Ejea de los Caballeros (Zaragoza), se consagró en el año 1222, es decir, se construyó a principios del siglo XIII, fundiendo el arte románico con las emergentes formas góticas.
Un rasgo destacado, es la existencia de dos portadas historiadas con relieves esculpidos, que presentan un crismón sostenido por ángeles en la portada occidental, y la vida de Jesús con la Última Cena en el tímpano de la portada norte.
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El retablo mayor de la iglesia, es una magnífica obra del arte gótico internacional del siglo XV, iniciado el año 1438 por Blasco de Grañén y culminado casi treinta años después por Martín de Soria. Todo el retablo es magnífico artísticamente, y también como representación de un momento histórico, ya que ahí se puede encontrar información referente a la moda de la época, el instrumental, las formas de trabajar o la arquitectura.

Su web: https://www.ejea.es/
Retablo gótico de la Iglesia del Salvador de Ejea de los Caballeros
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Cuerpo del retablo, 156 x 88 cm. cada tabla. Adoración de los pastores, Circuncisión, Epifanía, Presentación en el templo, Huida a Egipto, Jesús ante los doctores, Bautismo de Jesús, Transfiguración, Bodas de Caná, Curación del ciego, Multiplicación de los panes y los peces, Resurrección de Lázaro, Entrada en Jerusalén Resurrección de Jesús, Duda de Santo Tomás, Ascensión de Jesús a los cielos, Pentecostés, Juicio Final.
Banco del Retablo: Ultima Cena y Oración en el Huerto * 135 x 189 cm. Beso de judas y Lavatorio de Pilatos * 135 x 191 cm.
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Retablo mayor de la iglesia parroquial de San Salvador en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), donde ocupaba el frente de su capilla mayor. El retablo es una obra grandiosa, por sus proporciones, con imagen titular de talla en bulto redondo y veinticuatro escenas pintadas al temple sobre tabla, que fue realizado durante el segundo tercio del siglo XV por artistas residentes en la ciudad de Zaragoza, según informa la documentación conservada.
El retablo se distribuía arquitectónicamente en banco de siete casas, la central destinada al sagrario-expositor, siete calles de tres pisos cada una, y coronamiento, más el guardapolvo. Todo ello enmarcado con mazonería dorada y enriquecido en la zona alta de su calle central, donde estaba la hornacina con la imagen titular, con una tuba con "lanterna" o pináculo calado ricamente tallado, según el gusto del Gótico florido.
A comienzos del siglo XVIII (1704) se modernizó el mueble, cubriéndose las pinturas góticas con otra decoración hecha al óleo por artistas locales.
Al mismo tiempo se procedió a modernizar la imagen del Salvador al aplicarle estuco y policromía después de retallarla en algunas zonas, y se sustituyeron sus ojos originales, pintados en madera, por otros vítreos, acordes con la moda del momento. Esta transformación, realizada con desigual fortuna, se acompañó de la construcción de dos puertas bajas colaterales, de acceso a la sacristía situada detrás de la cabecera del templo, lo que motivó la destrucción parcial de dos tablas del banco -dedicadas a la Flagelación y Jesús Camino del Calvario- que se colocaron arbitrariamente bajo éste, a derecha e izquierda de la mesa del altar.
La existencia de otra pintura anterior, más antigua y posiblemente de mayor valor que la existente en la superficie de las tablas, fue mencionada por algunos historiadores. Entre los primeros, cabe recordar a J. Ferrer y Racax: Idea de Exea. Compendio histórico de la muy noble y leal villa de Exea de los Caballeros (Pamplona, 1790, pág. 90), que al escribir de la iglesia parroquial de San Salvador dice lo que sigue: Para que en lo venidero haya alguna noticia de la actual disposición material de dicho templo, será bien exponer ahora, que su Retablo mayor esta a lo antiguo, pintado sobre tabla en veinte y dos quadros, que lo forman, los principales misterios del Salvador, cuya grande, y bella imagen de mazoneria, esta en el centro, habiendose renovado todo en el año mil setecientos y quatro". Y entre los últimos, a J. Cabezudo Astrain: "Nuevos documentos sobre pintores aragoneses del siglo XV" (Sem. A. A., VII-IX, 1957, págs. 68-69) que al estudiar a Martín de Soria y mencionar su parentesco con Blasco de Grañén, indica:
"Blasco de Grañén es autor de un magnífico retablo, hecho en 1440, para la parroquia del Salvador, de Ejea de los Caballeros, según un albarán que publicó don Manuel Serrano. De este retablo, que se tenía por desaparecido, he de consignar la particularidad de que está actualmente en el mismo lugar, pero repintado con otras pinturas (del siglo XVII al parecer) debajo de las cuales, se pueden advertir claramente los oros de los nimbos y de las fimbrias. Sería de desear que fuese levantada esta pintura posterior, para que apareciera en todo su esplendor el primitivo retablo, de cuya belleza puede juzgarse por dos trozos pequeños que quedaron sin repintar, a la altura de la mesa del altar, a la derecha e izquierda".
Hay que advertir que gran parte de su mazonería original desapareció en las reformas del siglo XVIII, así como también el sagrario expositor destinado a ocupar la parte central del banco, sustituidos ambos por trabajos de carpintería de la época.
Disposición de las escenas en el retablo Gótico (1438-1476)
Los pintores del siglo XV programaron las escenas a representar en el retablo de San Salvador de Ejea de los Caballeros atendiendo a la titularidad del templo al que se destinaba la obra. Se trataba de plasmar en imágenes la Vida del Salvador, desde su Infancia hasta su muerte, y completarla con su posterior Resurrección, más dos pasajes de los Hechos de los Apóstoles (Ascensión y Pentecostés) para terminar con su Segunda Venida para juzgar a vivos y muertos. Se puede considerar como la Historia de los orígenes del Cristianismo narrada en veinticuatro capítulos, inspirados en los Evangelios Canónicos y enriquecidos con los Apócrifos, según era frecuente en aquel tiempo.
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En el banco, de izquierda a derecha del observador, se dispusieron: la última Cena la Oración en el huerto, el Beso de judas, la Flagelación, Jesús ante Pilatos y Jesús camino del Calvario. En el cuerpo del retablo, comenzando por la zona más alta (tercer piso) de la calle lateral izquierda, según el punto de vista del observador, se encontraban: Adoración de los pastores, Circuncisión, Epifanía, Presentación en el templo, Huida a Egipto y Jesús entre los doctores de. la Ley. En el piso intermedio y en tí misma dirección, de izquierda a derech del observador, aparecían: Bautismo de Jesús, Transfiguración, Bodas de Caná, Curación del ciego, Multiplicación de los panes y de los peces, Resurrección de Lázaro. Finalmente, en el primer piso del cuerpo del retablo, también de izquierda a derecha del observador, estaban: Entrada en Jerusalén, Resurrección de Cristo, Duda de Santo Tomás apóstol, Ascensión de Jesús a los cielos, Pentecostés y Juicio Final.
Se podía hacer una lectura consecutiva de lo relatado en imágenes pintadas, advirtiendo que el piso más alto se dedicaba a la Vida de Jesús Niño, que en él central era su vida pública lo reflejado en las tablas y que en el piso inferior se atendía a plasmar lo sucedido al acabar su Ministerio público, desde los preliminares de la última Pascua (Entrada de Jesús en Jerusalén) hasta el Juicio Final. El banco constituía parte del relato de este postrer período, al estar dedicado a la Pasión.
Disposición de las escenas en el retablo Barroco (c. 1704)
Los pintores del siglo XVIII pintaron sobre las pinturas ya existentes utilizadas como soporte sin tener en cuenta su sentido iconográfico y, en la mayoría de los casos, representando escenas diversas a las existentes en su origen. Desconocemos cuál fue el criterio elegido para la elección de los temas en la nueva decoración pictórica, pero se advierte en ella una ausencia de relación en lo representado, al contrario de lo que se había dado en la primera.
En el banco se representaron las escenas de la Adoración de los pastores y de la Adoración de los ángeles, en composiciones apaisadas que comprendían, cada una de ellas, dos de las originales del siglo XV.
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En el cuerpo del retablo, comenzando por la zona más alta (tercer piso) de la calle lateral izquierda, según el punto de vista del observador, se encontraban: Visitación de María a Santa Isabel, Ascensión a los cielos, Pentecostés, Multiplicación de los panes y de los peces, Jesús y, los Peregrinos de Emaús, y, Asunción de María. En el piso intermedio, y en la misma dirección, de izquierda a derecha, Bautismo de Jesús, las Tentaciones de Cristo en el desierto, las Bodas de Caná, la Transfiguración, la Ultima Cena y la Resurrección de Cristo.
Finalmente, en el primer piso del cuerpo del retablo, de izquierda a derecha, se mostraban: Anunciación, Circuncisión, Purificación, Huida a Egipto y Jesús entre los doctores de la Ley.
El coronamiento en el retablo gótico lo constituían seis tablas colaterales de la tabla central oculta por el doselete que cobijaba la imagen titular. Dichas tablas, prolongación de las calles laterales, se cubrieron con pan de oro decorado con motivos ornamentales de carácter vegetal hechos a punzón, El efecto decorativo debía ser magnífico al culminar el mueble, pues su resplandor dorado se confundiría con la zona superior de los muros de la capilla y, el arranque de su bóveda. En el siglo XVIII esta zona más alta del retablo se ocupó con figuras de Virtudes (Caridad, Prudencia, cte.) entre angelotes. El guardapolvo presentaba originalmente figuras de profetas del Antiguo Testamento, anunciadores de la Venida del Mesías, alternando con escudos heráldicos de la Casa Real de Aragón. Es la zona que más ha sufrido el deterioro por el paso de los años y, no parece que se pintara encima una nueva decoración.
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Los autores del retablo Gótico: Blasco de Grañén y Martín de Soria
La documentación custodiada en el Archivo de Protocolos de Zaragoza, que se incluye al final del estudio, proporciona gran número de datos relativos a los autores del retablo. La obra se encargó a Blasco de Grañén el 22 de diciembre del año 1438, según capitulación firmada en Zaragoza ante el notario público don Alfonso Martínez, pero su realización, por una serie de factores, no se daría por acabada hasta 1476, en que el encargado de su terminación, por fallecimiento de Grañén en octubre de 1459, su sobrino Martín de Soria, nombraba al párroco de San Salvador, de Ejea, don Francisco Ezpel, su procurador para cobrar por su mediación los últimos pagos de la obra.
Destacado papel desempeñaron, los carpinteros hermanos Domingo y Mateo de Sariñena a los que había encargado Grañén la realización de la imagen titular y de la mazonería del retablo, lo que completarían después de fallecido éste, concluyéndolo en abril de 1464.
Blasco de Grañén se encuentra documentado entre los años 1422 y 1459, fecha de su fallecimiento. Desde el 18 de mayo de 1422, en que la muerte de su padre, Domingo Grañén, le convierte en tutor de su hermana menor, Marta, hasta el 4 de noviembre de 1459, en que se indica en el albarán de pago firmado por Martín de Soria que trabajaba en el retablo de Aguilón (Belchite, Zaragoza) junto con los pintores Juan Rius y Salvador Roig, que su tío Blasco de Grañén había fallecido "en días pasados", se suceden las noticias de su actividad profesional, desarrollada con notable éxito desde Zaragoza, donde residía en el barrio de la parroquia de Santa Cruz, para las tres provincias aragonesas. Así se refleja por el título de "Alguacil del señor rey de Navarra" (el infante don Juan 11 Rey consorte de Navarra, en virtud de su matrimonio con la reina doña Blanca de Navarra (1425-1441) y desde 1458 Rey de Aragón, con el nombre de Juan II hasta su fallecimiento, sucedido en 1479) con que fue honrado en el año 1450. Además del rey, otros miembros de la nobleza, de la Iglesia y de la alta burguesía de Aragón fueron clientes suyos, de modo que pasó a ser, en poco tiempo, uno de los más destacados pintores de su generación. Así, por ejemplo, el gran mecenas de las artes, don Dalmau de Mur y Cervelló, que ocupo la sede metropolitana de Zaragoza entre 1431 y 1456, le encargó, entre otras cosas, la pintura del retablo mayor de la iglesia parroquial en Albalate (Teruel), cuya tabla titular (230 x 145 cm.), con la Virgen y el Niño entronizados acompañados por ángeles músicos -uno de los temas más populares del maestro- se custodia en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza. El hecho de que la villa de Albalate, propiedad de la mitra zaragozana desde 114 9, fuera el lugar elegido por don Dalmau para convocar -con fecha de 10 de enero de 1452- un sínodo al que concurrieron representantes de todos los lugares que caían bajo la jurisdicción de la mitra zaragozana, pudo contribuir a divulgar su popularidad por las distintas tierras aragonesas. Pero, sin embargo, ya con anterioridad había trabajado para lugares turolenses como es el caso de la villa de Muniesa, donde llevó a cabo un retablo para su iglesia parroquial que terminaba de cobrar en 1433 encargos para Zaragoza capital y provincia (retablo de Santa Fe para Santa María la Mayor de Zaragoza, en 1446, retablo de Santiago el Mayor para Santa María de Épila, en 1437, retablo de San Martín de Tours para La Puebla de Albortón, en 1445, retablo para los Franciscanos de Borja, en 1447) alternaron con los de la provincia de Huesca, como el famoso retablo de Lanaja, que se encontraba en proceso de realización el 7 de junio de 1437, fecha en el que el pintor declara haber cobrado del Concejo de dicha localidad la suma de cien florines de oro, por la segunda tanda, de los trescientos veinticinco que costaba hacer el retablo. No menos popular es el de la parroquia de Ontiñena, réplica del anterior (y como éste, conocido por fotografías anteriores a 1939 al haber ardido en la última guerra civil), del que, sin conocerse la fecha exacta de su inicio, se sabe que lo encargó doña Beatriz Cornel, abadesa de Santa María de Sigena (1427-1451), por figurar sus armas en el guardapolvo del retablo desaparecido. Al pertenecer Ontiñena al Señorío de Sigena, así como otras villas, no es de extrañar este mecenazgo. De otros retablos queda constancia que fueron encargados por destacados miembros de la sociedad aragonesa, como sucede con el retablo de la Virgen con el Niño, contratado por el caballero Luis de Santa Fe, hijo de mosén Sperandeu de Santa Fe, residente en Tarazona, con Blasco de Grañén, el 6 de marzo de 1438, por la suma de ciento veinte florines de oro de Aragón. Su tabla principal, con la Virgen y el Niño, entronizados acompañados por ángeles músicos, más el retrato de mosén Sperandeu, se custodia hoy, en el museo Lázaro Galdiano, en Madrid. Y lo mismo sucede con el desaparecido tríptico de la iglesia parroquial de Belchite (Zaragoza), que sólo se conoce por fotografías dedicado a narrar escenas de la Vida de María.
Un artista tan prolífico tuvo que contar, necesariamente, con colaboradores y, discípulos que le ayudaran a cumplir los compromisos adquiridos, y, eso justificaría, tal vez, ciertas diferencias de calidad en cuanto al acabado de las obras, que advertimos en algunos casos.
En el capítulo de colaboradores cabe mencionar a Jaime Romeu, pintor de Zaragoza, que se cita como copartícipe suyo en la realización del retablo de San Bernardino de Siena, encargado a ambos por los cofrades de dicha cofradía, para su capilla en el convento de San Francisco de Zaragoza, con fecha de 27 de julio de 1451. Otros pintores zaragozanos mantuvieron relación con él, sin que, de la lectura de los documentos, se pueda saber si cabe incluirlos en el grupo de sus colaboradores. Así sucede con Pascual Ortoneda, para el que actúa como testigo Grañén en 1433, junto con otro pintor llamado Juan de Longares, y del que sabemos que en 1456, residente en Monzón, le debía a Grañén cierta cantidad de dinero. O con Antonio Ruill, pintor y procurador de la iglesia de la Santa Cruz de Zaragoza, al que abona cierta suma en 1434. O con Juan Arnaldín, hijo de Benito Arnaldín y hermano mayor de Jaimico, asímismo pintores, que actúa como testigo suyo en un albarán del año 1440, por su trabajo en el retablo mayor de San Salvador en Ejea. O con los pintores Pedro García y Pedro Benet, testigos en el contrato de aprendizaje de Petrico Fernández con Blasco de Grañén, en 1445, de los que el primero volvería a actuar de testigo en un albarán firmado por Grañén por el pago de su labor en el retablo de los franciscanos de Boria, en 1447. O con Miguel Vallés, miembro de otra ilustre familia de pintores, de origen castellano, residentes en Zaragoza, que en 1456 firma como testigo en el último pago del retablo de Borja, con el que, sin duda, mantuvo lazos de amistad, pues en febrero de 1457 era Grañén quien hacía de testigo en el inventario de los bienes dejados por Catalina Pilza, mujer de Miguel Vallés, que murió sin hacer testamento.
Como maestro de pintores, a los que enseñara su oficio, sabemos que tuvo de discípulos, a Jaime Arnaldin, apodado 'Jaimico", natural de Calatayud, miembro de una familia de pintores muy conocida en aquella ciudad y sus alrededores, que estuvo en su taller en Zaragoza desde septiembre de 1435 hasta el mes de abril de 1442, en que quedó cancelado el compromiso a gusto de ambos. Otro aprendiz suyo fue Petrico Fernández, hijo de Alfonso Fernández, natural de Belorado (Burgos), quien se comprometió como discípulo durante seis años, a contar desde el mes de noviembre de 1445. Algunos meses antes de morir, Grañén todavía actuaba como maestro de pintores, según cuenta un documento con fecha de 16 de agosto de 1459, en que tomó de aprendiz a "Miguelito, el hijo de Pedro de Balmaseda, vecino de la ciudad de Zaragoza, durante cinco años", lo que, como se sabe, no pudo cumplir al sorprenderle la muerte en el mes de octubre de ese mismo año.
A la luz de la documentación expuesta y de lo que se conserva pintado por su mano, no cabe duda de que Blasco de Grañén fue una de las personalidades artísticas más atractivas de las que trabajaron en Aragón en el segundo tercio del siglo XV Su estilo pictórico lo convierte en la gran figura del estilo gótico internacional tardío, con notables alusiones al mundo de la miniatura y de la tapicería franco-flamencas, que, indudablemente, conocía bien. Manifiesta en sus retablos una acusada individualidad, reflejada en la interpretación de la iconografía religiosa esencialmente dedicada a plasmar escenas evangélicas, destacando su aportación al tema de la Virgen entronizada con ángeles músicos, derivado de los trecentistas toscanos, al que sabe aportar un especial encanto, como se advierte en los ejemplos conservados de Albalate y de Tarazona, o en los conocidos por fotografías de Lanaja y Ontiñena. El dibujo resulta de gran expresividad, aún en las escenas de menor tamaño, y su policromía es de gran brillantez, enriquecida por la importancia concedida atoro, aplicado en los fondos y en nimbos y atavíos.
El retablo mayor de San Salvador en la parroquia de dicha advocación en Ejea de los Caballeros, contratado en 1438, seguía fielmente el modelo de otros retablos llevados a cabo por Blasco de Grañén en esa época, así, por ejemplo, el de los ya citados de Lanaja y, de Ontiñena, en la provincia de Huesca, conocidos por las fotografías realizadas con anterioridad a 1936. Las seis escenas de la Pasión de Cristo que ocupaban el banco en el mueble de San Salvador de Ejea, repiten fieImente, hasta en los menores detalles, las composiciones de igual iconografía realizadas en aquellos retablos y, también las que figuraban en el banco del retablo pintado por encargo de la familia Sperandeu de Santa Fe, de Tarazona, de las que se conservan, algo deterio radas, aquellas del Beso de judas, Jesús ante Pilatos y Flagelación, en el Ayuntamiento de Tarazona.
La elevada suma solicitada por Blasco de Grañen para dar cumplimiento al retablo de Ejea (diez mil sueldos) se justifica no sólo por el tamaño de la obra, sino también porque en el precio se incluía la cantidad de dos mil seiscientos sueldos que costaba la labor del trabajo en madera -imagen titular y, mazonería- que había encomendado el pintor a los afamados tallistas Domingo y, Mateo de Sariñena que volverían a colaborar con él en el retablo de San Jaime para la parroquia de Épila (Zaragoza).
En el momento de su muerte, octubre de 1459, su viuda, doña Blanca de Tena, junto con don Pedro Oriz, clérigo y, rector ,de la iglesia de Santa Cruz de Zaragoza, parroquia a la que pertenecía el matrimonio Grañén por razones de vecindad, como ejecutores de las últimas voluntades del artista, se hicieron responsables de dar terminación a lo que el pintor había dejado sin concluir, entre otras cosas, el retablo de Épila y el retablo de Ejea de los Caballeros. Lo más fácil para ellos, dada la gravedad del problema planteado, fue encargar la finalización de las obras a un pintor conocido de profesionalidad comprobada, de ahí que se dirigieran al pintor zaragozano Martín de Soria, sobrino de Grañén, documentado en Zaragoza desde 1449 hasta 1487, año de su fallecimiento. Los trabajos de mazonería continuarían a cargo de los hermanos Sariñena, quienes darían por cumplida su labor a comienzos del mes de abril del año 1464.
La biografía de Martín de Soria, que se puede reconstruir por medio de la documentación conservada en el Archivo de Protocolos de Zaragoza, informa de sus casi cuarenta años de actividad profesional como pintor de retablos, con residencia en Zaragoza ciudad (tal vez en el barrio de San Pablo), y, de su valía artística refrendada por el gran número de contratos en los que figura para trabajar en las tres provincias aragonesas. Estuvo casado con Catalina Velart, que le sobreviviría algún tiempo, y en el momento de testar (24-VI-1487) tenía cinco hijos. El hecho cierto de que fuera sobrino de Blasco de Grañén le pudo facilitar el inicio de su carrera artística y proporcionarle los primeros clientes. Así lo sugiere la documentación, pues en septiembre de 1452 Grañén figura como procurador de su sobrino, que por aquel entonces residía temporalmente en Sariñena (Huesca) y en noviembre de 1457, de nuevo aparece como su principal fiador en la capitulación de un retablo para el lugar de Aguilón (Zaragoza), firmado por Martín de Soria en colaboración con el pintor Juan Ríus...
Retablo gótico de la Iglesia del Salvador de Ejea de los Caballeros, más info: http://www.terra.es/personal/ccetinaz/
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Iglesia de San Salvador de Ejea de los Caballeros (Zaragoza)

Iglesia de Anento

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Iglesia parroquial de San Blas. Anento. Zaragoza. La iglesia es un edificio de mampostería y piedra sillar con bóveda de cañón apuntado y cubierta a dos aguas directamente sobre las bóveda. Tiene un pórtico a los pies del siglo XIX y otro hacia el sur ocupando todo el lado de la iglesia y la puerta primitiva; éste probablemente del siglo XIV. En este lado queda cubierta la puerta primitiva del siglo XIII: tiene arco de medio punto con dos arquivoltas decoradas con dientes de sierra y rosetas; del mismo momento son el ábside , la nave y la torre, con carácter militar.
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Iglesia de San Blas. Pórtico. Anento. Zaragoza
En el interior se conserva un rico museo: en el ábside, ricas pinturas murales del siglo XIV y el magnífico retablo mayor de pintura sobre tabla dedicado a San Blas, Sto Tomas de Becket y el Patrocinio de la Virgen; en las capillas laterales, tres retablos del siglo XVI: el de San Juan Bautista, de principios del siglo XVI; el de San Roque y el de San Antonio de la segunda mitad; hay además algunas tallas interesantes así como ricas obras de orfebrería. Sin olvidar el púlpito con yeserías, de principios del siglo XV.
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Iglesia de San Blas. Anento. Zaragoza. Retablo lateral 1
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Iglesia de San Blas. Anento. Zaragoza. Retablo lateral 2
Retablo Mayor. Iglesia de San Blas. Anento. Zaragoza
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Retablo Mayor. Iglesia de San Blas. Anento. Zaragoza. Varias imágenes.
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Iglesia de San Blas. Anento. Zaragoza. Detalles del Retablo Mayor
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Iglesia de San Blas. Anento. Zaragoza
Retablo mayor de Anento, más info: http://www.anento.es/retablo.php

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor gótico zaragozano Blasco de Grañén, también conocido como Maestro de Lanaja, hay informaciones algo imprecisas, las cuales he tratado de evitar, aún así espero disculpen alguna imprecisión.

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