Enrique De Estencop

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megaurbanismo
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Enrique De Estencop

Mensaje por megaurbanismo » Lun, 06 Dic 2021, 19:18

Este trabajo esta dedicado al pintor aragonés Enrique de Estencop, fue un pintor gótico que debió estar activo entre el último tercio del siglo XIV y quizá primeros años del siglo XV. Se supone que su ámbito de actuación debió estar en la zona dominada por la corona de Aragón.
Segun los especialistas, poco se sabe de Enrique de Estencop... tan solo que tuvo un taller de los más importantes y activos de Zaragoza a finales del siglo XIV y, por tanto de Aragón. A pesar de ello, hasta la fecha su nombre completo sólo ha sido escrito con letras de molde en una oportunidad, asociado al retablo de Ntra Sra de los Ángeles de Longares, su única obra identificada. De la cual se conoce el contrato para su realización.
Francisco de Aguilón, rector de Longares, contrató el retablo con Enrique de Estencop en septiembre de 1391 por 130 florines. El maestro Enrique aceptó entregar el políptico en once meses.
Deben de conservarse un buen número de obras, pero hasta la fecha no han podido ser catolagadas, un terreno propicio para los jóvenes investigadores.
Espero que escasa información e imágenes que he recopilado de este pintor aragonés del siglo XIV, os resulte interesante y sirva para divulgar su obra.

PINTURA GOTICA ARAGONESA. ESTILO ITALOGOTICO

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Retablo de la Resurrección. Tabla del Juicio Final. Miguel Serra (1381-1382). Pintura al temple sobre tabla. Museo de Zaragoza
Si la pintura mural y los frontales de altar sobre tabla predominan durante los periodos románico y gótico lineal, es en la segunda mitad del siglo XIV, con la implantación del estilo italogótico, cuando el retablo (retro-tabula, detrás del altar) se impone progresivamente como mueble litúrgico-devocional en edificios religiosos y capillas particulares, siendo el siglo XV un periodo de gran auge y esplendor del mismo.
La pintura mural, supeditada a la arquitectura como soporte, exigía de forma ineludible que los artistas, entonces considerados todavía socialmente como meros artesanos, se desplazaran al lugar de la obra para llevarla a cabo “in situ”; sin embargo la pintura sobre tabla permitió el surgimiento de talleres estables, sin la exigencia de itinerancia, en los principales núcleos urbanos de Aragón: Zaragoza, Calatayud, Tarazona, Daroca, Borja, Huesca, Barbastro, Teruel, Albarracín y otros. Los retablos se pintaban normalmente en los talleres y posteriormente se trasladaban a la ubicación de destino.
Sobre un sustrato pictórico de influencia europea se desarrollaron escuelas locales, autóctonas, con personalidad y rasgos propios como expresividad, dinamismo, tensión dramática, gusto por lo ornamental, profusión de oros y relieves, afán realista y retratístico, etc.
Los encargantes de retablos, también denominados donantes, mecenas, y comitentes, pertenecían a diversos sectores sociales, realeza, nobleza, autoridades eclesiásticas, cofradías y gremios de oficios, parroquias, concejos, burguesía y particulares poderosos. A menudo incluían su heráldica y se representaban como donantes en el retablo que financiaban.
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Retablo de la Resurrección. Tabla de la Resurrección de Cristo. Jaime Serra (1381-1382). Pintura al temple sobre tabla. Museo de Zaragoza.
Obsérvese la suavidad de la pintura italogótica, los fondos dorados, y la representación del donante de la obra fray Martín de Alpartil, cuya figura aparece también en la tabla del Juicio Final.
En la elaboración de los retablos intervenían diferentes oficios: los fusteros se encargaban de preparar la estructura de carpintería y las tablas idóneas, los mazoneros incorporaban al retablo bellas decoraciones lígneas talladas, (archetes, chambranas, tubas, doseles, lanternes o pináculos calados, pilares antorcha y trasfloridos, etc.) como aditamentos artísticos que servían también para ocultar las uniones de las diferentes tablas, los doradores aplicaban antes de la pintura ( en fondos, nimbos , adornos de vestiduras, mazonería, etc.) el pan de oro que los batifullas les proporcionaban, los pintores pintaban las escenas iconográficas y los escultores , en caso de retablos mixtos, realizaban las tallas o relieves requeridos.
Los talleres estaban dirigidos por un “maestro” pintor que habitualmente contaba con la ayuda de “aprendices” quienes a cambio de alojamiento en la propia casa del maestro, de comida, bebida, vestimenta, cuidados en la salud y en la enfermedad y enseñanza del oficio, estaban a su entera disposición. La existencia de varios aprendices manifestaba la importancia del maestro. Este era también ayudado por pintores “oficiales” que según su valía podían acceder con el tiempo a la categoría de “maestro”, difícil de lograr por su número limitado y por el control estricto que el gremio ejercía sobre sus integrantes y sus actividades.
No eran infrecuentes, por motivos laborales, los vínculos que se establecían entre maestro y yerno-pintor, o discípulo y viuda del maestro. Aunque gran parte de los modelos iconográficos eran comunes y repetitivos cada taller tenía su propio estilo y sus fórmulas técnicas peculiares. Los talleres de diferentes maestros solían formalizar ocasionalmente “contratos de compañía” (o de sociedad) para realizar en colaboración trabajos de cierta envergadura, cumplir fechas de entrega y conseguir pedidos en determinadas zonas que aseguraran su futuro profesional.
Las tablas de madera “bien seca” (para evitar alabeos por la humedad y los cambios de temperatura) se cubrían, antes de ser pintadas, con telas encoladas y varias capas de yeso cada vez más fino que se dejaban secar y se pulían para obtener una superficie adecuada que permitiera realizar la sinopia (dibujo de la composición), el dorado y el pintado al temple; el óleo no se usará en Aragón hasta el último cuarto del siglo XV.
El retablo es un espacio jerarquizado y se compone de sotabanco (no siempre), banco (o predela en nomenclatura italianizante) compuesto por un número impar de casas, cuerpo (estructurado horizontalmente en pisos y verticalmente en calles), coronamiento ( culminación de la calle central, también denominado ático o punta), y guardapolvo o polsera (elemento periférico en saledizo que lo enmarca y protege).
El número de calles del cuerpo es impar siendo la calle central la de mayor importancia jerárquica. En la tabla principal de ésta se representa habitualmente la advocación del retablo (Virgen entronizada con Niño, santos o santas universales o locales, Trinidad, Epifanía, Salvador, etc.).
En las calles laterales suelen representarse de forma narrativa escenas referidas al titular del retablo.
En el banco se pintan con frecuencia efigies de santos, escenas de la Pasión de Cristo, y a veces escenas de la propia advocación principal o secundaria, flanqueando todas ellas a la casa central que suele mostrar con frecuencia a Cristo Varón de Dolores saliendo del sepulcro entre La Virgen María y San Juan Eangelista.
En el ático se representa habitualmente el Calvario de Cristo o Crucifixión, aunque si el retablo está dedicado a la Virgen María puede representarse su Coronación como Reina de los cielos. La evolución del retablo en Aragón a lo largo del siglo XV fue estudiada magistralmente por don José Galiay Sarañana.
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Esquema básico de un retablo. El ejemplo que vemos se compone de banco con cinco casas, cuerpo con tres calles y dos pisos, ático y guardapolvos. En la tabla central se representa la advocación principal del retablo; sobre ella el ático en el que habitualmente aparece el Calvario o Crucifixión de Cristo. En las calles laterales se representa con frecuencia escenas relacionadas con la advocación principal y en el banco es habitual representar escenas de la Pasión de Cristo. El número de calles y pisos es variable.
Cuando un comitente encarga un retablo contacta con el pintor escogido y formalizan, con la intervención de testigos y valedores, un contrato ante notario. Se conservan numerosas capitulaciones en los Archivos de Protocolos Notariales que manifiestan el detalle y la minuciosidad de sus claúsulas.
Se especifica habitualmente las obligaciones de cada parte, las medidas del retablo (en palmos, codos), las calidades y tonos de los colores y oros a aplicar , la iconografía a representar (imágenes, escenas) , la duración de la obra (generalmente se exige que esté terminada para la fiesta litúrgica del santo representado) , el precio y la forma de pago ( habitualmente en tres tandas, la primera en el momento de la firma del contrato , o a veces tras el trabajo de fusta y mazonería, la segunda cuando el retablo está enyesado y dibujado y la tercera al término e instalación del mismo tras el visto bueno de dos maestros fijados por las partes).
Se determina igualmente si el traslado del retablo a su ubicación definitiva es a cargo del comitente o del pintor, se especifican posibles penalizaciones en caso de incumplimientos, etc.
El comitente suele requerir a menudo que el retablo se haga como el realizado por ese u otro pintor en determinada iglesia o capilla (no era un demérito o desdoro la copia), puede aportar un modelo o boceto al que se ajuste el pintor (o puede aportarlo éste como muestra), puede exigir al pintor que el retablo, o parte de él, sea “de su propia mano”, pues la participación de otros colaboradores del taller implica con frecuencia diferencia de calidades.
Normalmente el maestro realiza la pintura de las carnaciones en último lugar, dejando que sus ayudantes hagan previamente los dorados y pinten las indumentarias de los personajes, los paisajes, etc. El maestro suele encargarse personalmente al menos de la tabla principal, quizás de las escenas del banco (las más visibles y próximas al espectador), y a veces otras.
Retablo de Nuestra Señora de los Ángeles, Longares (Zaragoza)
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Retablo de Nuestra Señora de los Ángeles, Longares (Zaragoza) El retablo se encuentra ubicado en la sacristía de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Finales del siglo XIV (1391). Autor: Enrique de Estencop.

Su promotor fue el rector Francisco de Aguilón, quien se hizo retratar en actitud orante a los pies de la Virgen en la tabla titular, fue un servidor destacado de la corte del arzobispo Lope Fernández de Luna a la par que hombre muy próximo a fray Martín de Alpartir, comendador de Nuévalos y Torralba y todopoderoso tesorero de don Lope.
El retablo gótico de Ntra Sra de los Ángeles ocupó la cabecera de la parroquial hasta que a finales de 1527 se emprendió la edificación del templo existente. La nueva fábrica estaba en pie en 1529, momento en que el políptico del maestro Enrique debió retornar a su plaza, pero en 1544 se decidió acometer una segunda ampliación consistente en la adición de sendas naves colaterales con capillas entre los contrafuertes. La del lado del Evangelio quedó concluida entre 1554 y 1558, pero su gemela de la Epístola no sería erigida hasta bien avanzado siglo XVII.
Mientras tanto, los regidores de la parroquia encomendaron en 1558 al mazonero Domingo Tarín la realización de un gran retablo acorde con las nuevas proporciones de la capilla mayor para sustituir el mueble gótico. Tres años después estaba listo a falta de la pintura y policromía, por lo que el ordinario otorgó el oportuno permiso para desmontar el antiguo y asentar el nuevo. Tras mudar su advocación, con la substitución de la tabla del titular por otra de Santiago el Mayor, el políptico medieval fue relegado a una de las capillas sitas a la parte del Evangelio. Estas operaciones tuvieron lugar en 1561, fecha que también figura en la predela del retablo. De allí pasaría con posterioridad a 1896 a la sacristía, su actual ubicación. Por fortuna, la vieja tabla titular se guardó (al parecer, en 1896 servía para cubrir una ventana sin luz, emplazada sobre las sillas del coro) y permaneció en Longares hasta que en 1921 fue vendida al coleccionista de Barcelona Matías Muntadas. En 1956 ingresó en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde todavía se conserva.
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Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla central. (Actualmente conservada en el MNAC de Barcelona). Vemos a la Virgen con el Niño coronada y entronizada. Viste túnica dorada y manto azul y está rodeada por ángeles músicos. A sus pies está arrodillado el donante. Autor: Enrique Estencop (1391-1392).

Descripción del retablo
Consta de un pie o banco de siete compartimentos con otros tantos episodios de la Pasión. De izquierda a derecha contemplamos:

· Oración en el Huerto
· Prendimiento
· Jesús ante Pilatos
· Flagelación
· Cristo con la Cruz camino del Calvario
· Resurrección
· Juicio Final

La calle del lado del Evangelio se articula en tres encasamentos que de arriba-abajo representan:

· Anunciación
· Adoración de los Pastores
· Epifanía

En el lado de la Epístola aparecen en el mismo orden:

· Presentación del Niño en el Templo
· Muerte de la Virgen
· Coronación de la Virgen
La calle central estuvo en origen ocupada por la tabla de superior tamaño de Ntra Sra de los Ángeles, titular de la parroquia –ahora reemplaza por un Santiago renacentista- y un monumental Calvario –todavía en su lugar- que también supera en dimensiones a los episodios de las casas laterales. Los montantes están decorados con pequeñas pinturas de santos, ángeles y profetas, siendo el ornato de talla de la mazonería muy sumario, acorde con los usos de la época.
En cuanto a su autoría, Mª Carmen Lacarra ha reunido las principales propuestas de atribución formuladas respecto a la obra. En general, la historiografía se ha decantado por subrayar el carácter de puente entre las formas italogóticas y las internacionales que tienen sus tablas desde que en 1909 Elías Tormo señalara con agudeza que el estilo del retablo de Longares se situaba entre los de Pere Serra y Lluis Borrassà.
A pesar de ello, en 1930 Chadler R. Post valoró como superior el peso de la primera tendencia y propuso relacionar sus pinturas con el taller de Jaume Serra, datándolo en la década de 1360 –en relación, pues, con la cronología que entonces se asignaba a su retablo de la Resurrección-. Con posterioridad, José Gudiol retomaría la primera hipótesis y sin negar la presencia de elementos italianizantes pondría el acento en aquellos que lo aproximan a la nueva moda internacional, tales como el aumento sensible de la complejidad de las composiciones o el interés por la expresión del movimiento; unas apreciaciones muy ponderativas que le llevan a datar la pintura hacia 1400 y que Mª Carmen Lacarra asegura compartir.
Sin embargo, hoy se sabe que su autor fue Enrique de Estencop, cuyo taller fue uno de los más importantes de Zaragoza a finales del siglo XIV y, por tanto de Aragón. A pesar de ello, hasta la fecha su nombre completo sólo ha sido escrito con letras de molde en una oportunidad, asociado al retablo de Ntra Sra de los Ángeles de Longares, su única obra identificada. De la cual se conoce el contrato para su realización.
Francisco de Aguilón, rector de Longares, contrató el retablo con Enrique de Estencop en septiembre de 1391 por 130 florines. El maestro Enrique aceptó entregar el políptico en once meses.
Tal como lo advirtió José Gudiol, el retablo de Longares evidencia mejor que ningún otro para este reino el tránsito entre ambas corrientes, (la corriente del gótico, de influencia italiana dejaba paso a la nueva corriente del gótico internacional).

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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Pintura al temple sobre tabla. Es un retablo de tres calles y tres pisos con banco de siete casas. La tabla central actualmente muestra una imagen de Santiago Apóstol, aunque la tabla original que representa la Virgen con el Niño entronizada se conserva en el MNAC de Barcelona. En la calle lateral izquierda se representan tres escenas, Anunciación, Nacimiento y Adoración de los Magos y en la calle lateral de la derecha se representan las escenas de Presentación de Jesús en el Templo, Dormición y Coronación de la Virgen. En el Atico vemos el Calvario y en el banco o predela observamos varias escenas de la Pasión de Cristo: Oración en el Huerto de los Olivos, Beso de Judas y Prendimiento, Jesús ante Anás, Flagelación, Jesús Camino del Calvario, Resurrección, y Juicio Final que recuerda al representado por Jaime Serra en el retablo de la Resurrección del Museo de Zaragoza.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Escena de la Anunciación. Pintura al temple sobre tabla. Este evento se relata en el evangelio de Lucas (1, 26-38). Vemos al arcángel San Gabriel a la izquierda llevando un ramo de lirios en su mano izquierda, símbolo de la Pureza de la Virgen, y una filacteria con el Anuncio en la derecha. A través del Espíritu Santo en forma de paloma dirigida al oído de la Virgen se produce simultáneamente la Anunciación y la Encarnación del Niño Jesús en María. La estancia en la que se desarrolla la escena, cubierta con casetones, y su mobiliario (cama, baules), muestran una perspectiva incipiente, con evidentes deficiencias visuales.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla del Nacimiento del Niño Jesús y de la Adoración de los Pastores. Pintura al temple sobre tabla. Vemos un establo sencillo, de madera, cubierto a dos aguas, y en su interior observamos en primer término a San José sentado y barbado, a la Virgen María con manto azul y recostada, según la representación bizantina-oriental, al Niño Jesús fajado y calentado con el aliento del buey y la mula y a tres encantadores pastorcillos, de menor tamaño, siguiendo el criterio representativo medieval de perspectiva jerárquica. Véase las atractivas indumentarias características de finales del siglo XIV, la brillante policromía, la colocación del pesebre en diagonal para otorgar cierta profundidad a la escena, etc.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla de la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos. Pintura al temple sobre tabla. El acontecimiento, relatado por el evangelista Mateo (2, 1-12) es observado por tres angeles, desde el tejado del establo de Belén. Los Reyes Magos que han sido guiados hasta Belén por la Estrella pintada sobre el humilde tejado, se representan con coronas, nimbos y presentes de lujosa
orfebrería. Están adorando al Niño Jesús situado en el regazo de su Madre. No aparece San José pero si otro personaje femenino, quizás la profetisa Ana, que ayuda a María.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla de la Presentación del Niño en el Templo. Pintura al temple sobre tabla. Como se relata en el Evangelio de Lucas (2, 22-38) tras la Purificación de María, los padres de Jesús acudieron al Templo de Jerusalén para presentar al Niño según era preceptivo en la Ley judía. Vemos al Niño Jesús sostenido por el anciano Simeón, al que flanquean la Virgen y San José que lleva una cesta con la típica ofrenda de dos tórtolas o pichones. Otros personajes acompañan a lospresentes, uno masculino y dos femeninos, la profetisa Ana entre ellos. Se ha representado el templo de Jerusalén con bóveda de crucería y galería de arquillos conopiales.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla de la Dormición o Transito de la Virgen. Pintura al temple sobre tabla. Este acontecimiento es recogido en los evangelios apócrifos, no en los canónicos. Vemos a la Virgen ya fallecida sin dolor acostada sobre la cama y rodeada por los apóstoles apesadumbrados, por Cristo que toma su alma en forma de niña y por dos ángeles alados. El pintor ha escogido una composición ovalada para distribuir a los numerosos personajes que rodean a la Virgen María.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla de la Coronación de la Virgen. Pintura al temple sobre tabla. No hay referencias a este acontecimiento en los libros sagrados de la Biblia. Su origen está en un relato atribuido a Melitón, obispo de Sardes, luego divulgado por Gregorio de Tours en el siglo VI y en el siglo XIII por Jacobo de la Vorágine, a través de su obra La Leyenda Dorada. Vemos un gran trono gótico flanqueado por ángeles y en él la Virgen María, arrodillada, es coronada como Reina de los Cielos por Jesucristo sedente en el trono.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Banco. Escenas de Jesús atado a la columna y flagelado y Jesús camino del Calvario con la Cruz a cuestas. Pintura al temple sobre tabla. La flagelación de Jesús y Coronación de Espinas se relatan en Mateo (26, 66-68 y 27, 31), Marcos (14, 65 y 15, 16-20), Lucas (22,63-65), y Juan (19, 1-3). Jesús Camino del Calvario se relata en Mateo (27,32), Marcos (15, 21), Lucas ( 23, 26-32) y Juan (19, 17-18) En la escena de la Flagelación, vemos a Jesús atado a la columna, desnudo con perizonium blanco mientras es flagelado por varios sayones. En la siguiente escena vemos a Jesús, con nimbo crucífero dorado, camino del Calvario, vestido con túnica azul, rodeado por varios personajes, saliendo de la ciudad de Jerusalén rodeada
por sólidas murallas almenadas y torreadas.
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Enrique Estencop (1391-1392). Retablo de Nuestra Señora de los Angeles. Longares (Zaragoza). Tabla de la Crucifixión de Cristo. Pintura al temple sobre tabla. La escena de la Crucifixión se relata en Mateo(27,32-44), Marcos (15, 20-32), Lucas (23, 26-38), y Juan ((19, 17-24). Vemos en primer plano y en el centro de la escena a Cristo crucificado sobre el monte Gólgota. A la izquierda del espectador, al pie de la cruz, vemos a la Virgen María, a San Juan, el discípulo amado, y a las Santas Mujeres, llorando amargamente por el destino de Jesús. A la derecha observamos una representación del Expolio, o reparto de las vestiduras de Cristo entre los sayones que le han crucificado. A ambos lados de la cruz, y en segundo plano, vemos a varios personajes a caballo, entre ellos a Longinos el centurión romano que alanceó el cuerpo de Cristo y que tras los terremotos y oscurecimiento producidos al expirar el Señor pronunció
aquellas palabras de "Verdaderamente este era el hijo de Dios". Posiblemente está tambien Estefaton, soldado romano
que empapó una esponja en vinagre y colocándola en una caña dió de beber a Cristo.
Enlace interesante
Pintura gótica en Aragón: https://pintura-gotica-aragon.blogspot. ... ner-y.html
Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el pequeño trabajo recopilatorio dedicado al pintor gótico aragonés Enrique de Estencop.

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