CARDUCHO (Vicenzo Carducci)

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megaurbanismo
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CARDUCHO (Vicenzo Carducci)

Mensaje por megaurbanismo » Mié, 01 Dic 2021, 17:46

Este trabajo recopilatorio está dedicado al pintor italo español Vicenzo Carducci o Vicente Carducho, como fue conocido en España, que aprendió el oficio y ejerció de pintor, realizando sus mejores trabajos. Fue un afamado tratadista, entre otros que iban llegando a la escuela madrileña de Velázquez, reclamado por su hermano Bartolomeo

La obra de Vicenzo Carducci, tiene influencia manierista, trabajó para Felipe II en el Monasterio de El Escorial (Madrid) y otros templos religiosos, especialmente son destacables los 56 lienzos pintados para el Monasterio de El Paular, que relataran la historia de la Orden de los cartujos, monjes que ocupaban el poderoso Monasterio de El Paular en Rascafría (Madrid).

Vicente Carducho o Vicenzo Carducci (Florencia, h. 1576 - Madrid, 1638). Pintor italiano que desplegó una fecunda e influyente actividad en la corte madrileña, sobre todo con obras de asunto religioso en la línea del clasicismo contrarreformista evolucionando hacia un naturalismo a veces muy intenso.

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En Julio de 2011 la entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, presentóo el regreso al monasterio de El Paular, en Madrid, de los 52 lienzos del pintor Vicente Carducho (1576-1638) restaurados en el museo del Prado.

Hermano del también pintor Bartolomé Carducho, viajó con éste a España cuando tan sólo tenía nueve años. El motivo del traslado era la magna obra emprendida en El Escorial, que requería abundante mano de obra para decorar al fresco sus muros. Dado el gusto artístico del monarca Felipe II, los pintores italianos fueron muy bien recibidos. Vicente se educó, pues, en el último Manierismo practicado por su hermano mayor y otros pintores de la Corte como Zuccaro, Tibaldi o Navarrete el Mudo. Comenzó su labor profesional ya en el Barroco madrileño, entrando en competencia con la máxima figura de la Corte, Velázquez. Entre ellos se estableció una feroz rivalidad, que quedó recogida en el velado ataque del italiano al español en su tratado Diálogos de la Pintura, una de las primeras obras españolas que se ocupa de pintores españoles e italianos, sus biografías y estilos. El origen de este singular tratado existe en la educación a la italiana que recibió Vicente, puesto que en España el oficio de pintor se consideraba vil por su manualidad y jamás se había estudiado tal condición como una habilidad intelectual.

En los años que van de 1629 a 1632 Vicente Carducho español de origen italiano, pintó, por encargo del prior Juan Baeza, un ciclo de 56 cuadros sobre la vida de San Bruno de Colonia y sobre la historia de la orden cartujana para el gran claustro de la cartuja de El Paular en un valle de la sierra situada al norte de Madrid.

Por su tamaño, superior a los 10 m² (!) por cuadrado, y por el número de 56 de esas pinturas enormes fue el ciclo entonces (y sigue siéndolo ahora) el mayor ciclo de cuadros que jamás se ha llegado a pintar dentro y fuera de la orden cartujana, una “empresa de gigantes” Vicente Carducho fue “pintor del rey”, por lo que resulta equiparable a Diego Velázquez, su coetáneo y colega, aun en el aprecio del público de aquel entonces en el palacio real, tanto en Madrid, la capital, como en el resto de España.


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Conversión de san Bruno. El pintor italiano inicia su serie dedicada a la vida y milagros de san Bruno con la conversión a cartujo a raíz de ver cómo se castigaba a un hombre inocente. En este lienzo se puede observar la perfección de las proporciones y el uso de colores primarios.

La joya máxima del claustro de El Paular, fue una serie de 56 grandes cuadros con escenas de cartujos, contratados el 29 de Junio de 1626 (y que no se concluyeron hasta 1632) por el prior Don Juan de Baeza con el celebrado pintor Vicente Carducho. (tamaño 3,45 x 3,15 metros). Diego Angulo, al hablar del estilo jugoso y deslumbrante del pintor, dice que a ello “debió haber contribuido en no pequeña medida el encargo de la numerosa serie de lienzos de gran tamaño de la cartuja de el Paular. A este encargo debe, probablemente también, Vicente Carducho buena parte de su sentido de la grandiosidad y de la monumentalidad que, aunque tal vez innato él como buen florentino, se vio quizá fomentado por la pintura de estos enormes lienzos.

Vicente Carducho narra las historias en un tono equilibrado. Aunque abunden los temas de martirio no pone especial énfasis en subrayar la nota fuerte de la tragedia –él no pinta ningún cartujo del tono del mercedario San Serapio, de Zurbarán-, como tampoco sobresale por la expresión mística de sus personajes. El compone la historia sabiamente, los personajes adoptan las actitudes más adecuadas, el conjunto produce una impresión de monumentalidad y equilibrio, un tanto vacío, a veces, pero siempre grato. “Esta serie es una de las de carácter monástico más numerosos y antiguas que se pintan en España durante el siglo XVII. Desde este punto de vista, desempeña papel de primer orden dentro de nuestra pintura seiscientista.”

Carducho realizó este monumental encargo en su taller de la calle de Atocha, auxiliado por sus discípulos Bartolomé Román (1596-1659) y Félix Castello (nieto del Bergamasco), y entregaba los cuadros a medida que los iba realizando en la madrileña Hospedería del Paular. Por el conjunto de su trabajo le pagaron la suma de ciento treinta mil reales.

Entre tan copiosa serie, mencionamos como algunos de los más notables cuadros: “Entrevista del Papa y S. Bruno”, “Muerte del Venerable Odón de Novora”, “S. Bruno renunciando a la mitra de Regio”, “Dom Bosson, General de la Orden, resucita a un albañil muerto”, “La virgen de los Cartujos”, “La humildad de San Hugo”, “S. Dionisio cartujano”, “Martirio de monjes y conversos de la cartuja de Londres”, “San Hugo toma el hábito de cartujo”, “Muerte del padre Laudino en la cárcel”, “Aparición de la Virgen a S. Juan Fort”, “Aparición del padre Basilio de Borgoña a S. Hugo de Linconln, su discípulo”, “El milagro de las aguas”, etc.

A poco de producirse la desamortización, estos cuadros constituyeron de las primeras presas de los desamortizadores, pasando, en 1836, al efímero Museo de la Trinidad y, en 1870, al del Prado, donde permanecieron almacenados hasta 1896, en que se inició la almoneda o saldo de los mismos, “repartiéndose por diversas provincias, sin método de ninguna clase”. Su destino actual es el siguiente; 16 en el Museo del Prado, 14 en la Escuela de Bellas Artes de la Coruña, (de los cuales han sido restaurados, debido a que la sala es pequeña para los cuadros se suelen ir cambiando), siete en la catedral de Córdoba, seis en el Palacio Arzobispal de Valladolid y dos en cada uno de los siguientes sitios: monasterio de Poblet, cartuja de Miraflores, Museo Municipal de Poblet, Palacio episcopal de Jaca, Museo de Zamora y Universidad de Sevilla.

Espero que os guste la retrospectiva, que he realizado de Vicente Carducho en la sección de arte del foro de xerbar y contribuya en la divulgación de su obra.

Más datos biográficos


Carducho / Carducci - Vicenzo Carducci o Vicente Carducho - el apellido italiano también se encuentra bajo la forma Carduccio-, (Florencia; 1576 ó 1578 - Madrid; 1638); pintor de origen italiano, cuya actividad profesional la desarrolla en España.

Aunque nacido en Italia, se traslada muy joven a España siguiendo a su hermano Bartolomé, quien es contratado por Felipe II para la magna obra del Monasterio de El Escorial como pintor de frescos y retablos, y en cuyo taller aprendió el oficio. Tras la realización de diversos arcos de triunfo para la corte española, su primera gran obra es el retablo "Predicación de San Juan Bautista", para la Basílica de San Francisco el Grande, de Madrid, de concepción muy atrevida para la época.

En 1618, y ya como pintor del rey Felipe III, pintó el altar mayor del Monasterio de Guadalupe, dedicado a la Virgen de este nombre y situado en la provincia extremeña de Cáceres, entonces monasterio de la orden jerónima, que había tomado posesión del citado monasterio en 1389 y que lo ocupó hasta su exclaustración definitiva en 1835 (En la actualidad, y desde 1908, está ocupado por los franciscanos). Pintó también el retablo para el Convento de la Encarnación, en Madrid, entre 1613 y 1617.

En 1627 el rey Felipe IV convocó un concurso entre sus pintores de cámara con el tema "La expulsión de los moriscos en 1609", concurriendo al mismo Velázquez, Angelo Nardi, Eugenio Caxés y el propio Carducho. El premio fue para Velázquez, aunque no se conserva el cuadro con el que ganó. Lo único que se conserva de este concurso es un magistral esbozo de Carducho.

Se considera a V. Carducho uno de los principales precursores del realismo pictórico español, hasta la llegada de Velázquez fue V. Carducho la personalidad más influyente de la Escuela Madrileña, expuso sus concepciones artísticas en el libro Diálogo sobre la teoría de la pintura (1633). Además de sus trabajos para la realeza pintó en gran cantidad de templos eclesiales y conventos, destacándose las obras del Monasterio del Paular.

Cuadros del Monasterio de El Paular

Pero la magna obra de Vicente Carducho, con la que escribe una de las páginas de gloria de la pintura universal, es la realización entre 1626 y 1632 de 54 grandes cuadros para cubrir otros tantos huecos en el claustro de la cartuja del Real Monasterio de Santa María del Paular, situado en el valle del Lozoya, en la vertiente madrileña de la sierra del Guadarrama. Estos cuadros, conocidos como la serie cartujana, le fueron encargados a Carducho por el prior Juan de Baeza, y narran la vida del fundador de la orden, san Bruno de Colonia, así como la historia de la orden cartuja. Con la desamortización en 1835 fueron repartidos entre diversos museos e instituciones de España, pero sorprendentemente - y tras muchas vicisitudes - se conservan 52 de los 54 cuadros del ciclo (dos se perdieron, probablemente quemados por los republicanos durante la guerra civil española, 1936-1939).

Tras la exclaustración de los cartujos en 1835, el monasterio estuvo abandonado hasta que en 1954 el Gobierno del General Franco lo cedió en usufructo vitalicio a la orden de San Benito. En la actualidad, ocho monjes ocupan la que es ahora abadía benedictina, pero que fue durante 450 años priorato cartujo. Conseguida recientemente la vuelta al monasterio de las dos sillerías del mismo, que se hallaban depositadas desde la desamortización en San Francisco el Grande, queda ahora por delante la hermosa tarea de devolver al Paular los 52 cuadros repartidos por España, una vez se solucionen los problemas de autorizaciones, seguridad y humedades en el claustro que están planteados.

Sobre este tema existe una espléndida obra monográfica en español, <<Vicente Carducho en El Paular>>, autor Werner Beutler, 1998, editorial Verlag Locher, Köln.

Colaboradores

El pintor Eugenio Cajés (Madrid, 1575 - Madrid, 15 de diciembre de 1634), colaboro con Vicente Carducho en los frescos de la capilla de Virgen del Sagrario (1615-1616) de la Catedral de Toledo. En las capillas laterales, que decoro él solo, mostró su interés por los efectos de luz artificial de tradición veneciana en los lienzos de evangelistas y santos. Pintó una Santa Leocadia (1616) para la iglesia del mismo nombre y también con Vicente Carducho el gran retablo del monasterio de Guadalupe.


Sus obras más importantes:

Además de las pinturas del Paular las principales obras de Vicente Carducho se encuentran actualmente en el Museo del Prado.

- La predicación de san Juan Bautista

- La visión de san Antonio.

Tres cuadros de grandes dimensiones fueron pintados por Carducho en 1634 para el Salón de Reinos, del Palacio del Buen Retiro, palacio dinástico de Felipe IV, donde conmemoran la grandeza de la monarquía hispánica, mostrando las batallas en un marco de teatralidad y monumentalidad. Hoy están depositados en el Museo del Prado.

Son:

- La victoria de Fleurus, que conmemora la victoria de don Gonzalo de Córdoba de 1622, al frente del ejército de Felipe IV sobre a las tropas protestantes alemanas en Fleurus (Bélgica).

- La expugnación de Rheinfelden, conmemora la liberación de esta ciudad suiza por las tropas españolas al mando del duque de Feria, en 1633

- El socorro de la plaza de Constanza, en recuerdo del levantamiento del asedio que en 1633 consiguió el duque de Feria.

Algunas obras


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Expugnación de Rheinfelden. Obra de Vicente Carducho. 1634. Óleo sobre lienzo, 297 x 357 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real (Palacio del Buen Retiro, Madrid; Palacio Real, Madrid, pinturas descolgadas en el callejón de las tribunas, 1814-1818, nº 524).

El cuadro representa el asalto a la ciudad de Rheinfelden (Suiza) a cargo de las tropas del duque de Feria, que aparece en primer término, dando órdenes a sus oficiales. Al fondo se muestra la ciudad, con soldados escalando los muros y penetrando por las puertas y brechas abiertas en la muralla. Como anuncio de la victoria, sobre uno de los torreones, un soldado iza la bandera blanca con el aspa roja de Borgoña. Este triunfo hizo a los españoles dueños de la línea de comunicación entre Constanza y Basilea. Formó parte de la serie de lienzos de batallas que decoraban el Salón de Reinos del Buen Retiro.


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Dibujo preparatorio de ’La expugnación de Rheinfelden’ (1634), de Vicente Carducho. Colección The Trustees of the British Museum.)

La expugnación de Rheinfelden de Vicente Carducho conmemora la liberación de esta ciudad suiza por las tropas españolas al mando del duque de Feria, en 1633. Al igual que en las batallas de Constanza y Breisach, el ejército de Felipe IV seguía un plan, diseñado por el conde duque de Olivares para liberar la ruta del Rin del acoso de los suecos, que consistía en abrir un corredor estratégico para las tropas españolas entre Italia y los Países Bajos. Esta acción transcurrió durante la guerra de los Treinta Años, un conflicto de origen religioso que se convirtió en una lucha por la hegemonía europea. Entre 1618 y 1648 no sólo se enfrentaron las naciones protestantes y católicas, sino también los representantes de los Estados territoriales y los príncipes, las ciudades imperiales y el emperador, los Habsburgo (o Austrias) y la dinastía francesa. Un año después de la batalla, Vicente Carducho la representó de una manera artificiosa y teatral: retrató al duque de Feria de pie y en primer plano, sobre un fondo donde se describen con demasiado detalle las vicisitudes del combate.

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Victoria de Fleurus. Obra de Vicente Carducho. 1634. Óleo sobre lienzo. 297 x 365 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real (Palacio del Buen Retiro, Madrid; Palacio Real, Madrid, pinturas descolgadas en el callejón de las tribunas, 1814-1818, nº 522).

Esta pintura representa la batalla librada en Fleurus, cerca de Bruselas, el 29 de agosto de 1622, entre las tropas de la Liga Católica, comandadas por el general don Gonzalo Fernández de Córdoba, y las de la Unión Protestante, bajo el mando del conde Ernesto de Mansfeld y del príncipe Christian de Brunswick. La importancia de esta victoria estribó en haber librado Bruselas de la amenaza de las tropas protestantes.En la galería de los Uffizi se conserva un dibujo con dos jinetes que estuvo atribuido a Tempesta, pero que Pérez Sánchez mostró que es un estudio preparatorio para el grupo del primer plano de este cuadro. Carducho poseía varios volúmenes de grabados de Tempesta y parece lógico deducir que estas escenas de batallas pintadas por Carducho, Cajés, Castelo y Leonardo, que muestran planteamientos similares, tuvieran como principal fuente de inspiración los grabados de Tempesta.

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Socorro de la plaza de Constanza. Obra de Vicente Carducho. 1634. Óleo sobre lienzo. 297 x 374 cm. Museo Nacional del Prado. Procedencia: Colección Real (Palacio del Buen Retiro, Madrid; Palacio Real, pinturas descolgadas en el callejón de las tribunas, 1814-1818, nº 523).

Este cuadro celebra la liberación de la plaza suiza de Constanza del sitio a que estaba sometida por las tropas suecas del general Horn. Junto a la Expugnación de Rheinfelden y el Socorro de Brisach, es uno de los tres cuadros que conmemoran las victorias del ejército de Alsacia, mandado por el duque de Feria en 1633, cuya creación y subvención fue impulsada directamente por el conde-duque de Olivares. Formó parte de la serie de lienzos de batallas que decoraban el Salón de Reinos del Buen Retiro.

Conmemora un episodio de la guerra de los Treinta Años, enmarcado en un plan que concibió el conde duque de Olivares para expulsar a los suecos y a sus aliados de la ruta del Rin y facilitar el movimiento del ejército español.

En 1633, y al mando del duque de Feria, las tropas de Felipe IV consiguieron liberar de su asedio a la ciudad suiza de Constanza. En este lienzo, obra tardía de Vicente Carducho (1634), el artista realizó una composición convencional y poco afortunada: en primer plano representó al duque de Feria a caballo, escoltado por sus soldados y por un pequeño paje.

Erguido sobre su caballo en corveta y con la bengala en la mano derecha, el general adopta una actitud triunfal y grandilocuente, que intenta rememorar sin éxito la solemne grandeza de los retratos ecuestres de los reyes pintados por Velázquez. Al fondo se describe la batalla con tal precisión que podemos distinguir los muros de la ciudad asediada y los movimientos de las tropas, aunque la obra pierde frescura y verosimilitud.



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Anunciación. Monasterio de la Encarnación. (Madrid). Obra de Vicente Carducho. Óleo sobre tabla. El uso del óleo sobre tabla continuaba siendo una práctica relativamente frecuente entre los pintores españoles, pese a la difusión que había alcanzado un material más barato como era el lienzo. Así, Vicente Carducho empleó la tabla para pintar esta Anunciación del Ángel a María que adorna el retablo del Monasterio de la Encarnación.


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La obra posee los rasgos de la Escuela madrileña del Barroco del siglo XVII. La escena es de compleja composición, dividiendo la misma entre la parte terrenal donde María recibe al ángel, y la parte celeste donde se arremolinan multitud de angelotes que rodean a Dios Padre. Como nexo de unión aparece el Espíritu Santo, que en forma de paloma se dirige hacia María. Carducho emplea con gran habilidad sus pinceles para tratar los bellos ropajes del ángel, cuajados de hilos dorados y pedrería. La vara de azucenas que ofrece a la joven simboliza la virginidad de la misma.


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Anunciación de Vicente Carducho. Figura central del retablo mayor de la Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid


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La Sagrada Familia. 1631. 1,50 x 1,14 cm. Albacete. Diputación Provincial. Depósito del Museo del Prado. Las conclusiones de la Reforma Católica establecen la necesidad de plantear imágenes cercanas emocionalmente al fiel y comprensibles visualmente. Un tema predilecto de los pintores naturalistas, que fueron abanderados de la Reforma, es la Sagrada Familia, que defiende de paso el dogma de la virginidad de María y la divinidad de Cristo a la vez que su humanidad. Al mismo tiempo, resultaba una imagen entrañable ante la que cualquier feligrés podía reaccionar favorablemente. Carducho plasma la Sagrada Familia al completo, con la Virgen, el Niño, que se agita travieso en su regazo, Santa Ana y San Joaquín, padres de María, y al fondo, apenas visible en la penumbra, San José, a quien apenas se concedía importancia en la historia de Jesús. La Virgen aparece como una mujer joven, de aspecto saludable, que ha abandonado sus labores de costura ante la visita. El costurero queda en primer plano, como una muestra excelente de naturaleza muerta. Los rasgos técnicos de la pintura remiten al Naturalismo tenebrista, pues la escena se sume en la más absoluta oscuridad, de la cual sobresalen los cuerpos, destacados por fuertes fogonazos de luz sobre ellos. Este estilo tuvo gran aceptación en los primeros momentos del Barroco español.


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'San Juan de Mata renuncia al doctorado y lo acepta luego por inspiración divina'. 1632. Óleo sobre lienzo, 240 x 234 cm. Museo Bellas Artes de A Coruña. Depósito del Museo del Prado. Obra de Vicente Carducho.

El lienzo que nos ocupa pertenece a una serie monástica realizada para un convento de trinitarios, en la cual se relataban los principales hechos de los fundadores y monjes relevantes de la Orden. El tema refleja el momento en que a San Juan de Mata, trinitario fundador, recibe la oferta de ostentar el título de doctor, al cual rechaza por humildad. Más tarde, estando en oración, se le aparece la figura de San Pedro, quien le recomienda aceptarlo. Al final, San Juan acepta el honor y predica para todos sus adeptos. El lienzo es típico del Barroco de primera generación en España. Los golpes de luz llaman la atención del espectador sobre los episodios de la historia.


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Muerte del venerable Ódon de Novara. Lienzo. 342 x 302 cm. Museo del Prado Obra de Vicente Carducho


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Milagro del albañil realizado por la oración del R.P.D. Bosson. Óleo sobre lienzo, 345 x 315 cm. 1626 - 1632. Madrid, Museo Nacional del Prado. Obra de Vicente Carducho


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La estigmatización de San Francisco. Cortesía del Hospital de la VOT de San Francisco de Asís, de Madrid. Obra de Vicente Carducho

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San Bruno. 1626. Museo Nacional Colegio San Gregorio, Valladolid. Obra de Vicente Carducho


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Ataúlfo. 1634. 205 x 118 cm. Museo del Ejército. Depósito del Museo del Prado. Obra de Vicente Carducho


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Cabeza colosal de hombre. Museo del Prado. Obra de Vicente Carducho


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Ecstasy of Father Birelli. Lienzo. 60 x 48 cm. Museo del Louvre. París. Obra de Vicente Carducho


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Adoración de los Reyes Magos, 1619. Óleo sobre lienzo, 250 x 130 cm. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Algete. Madrid. Obra de Vicente Carducho


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La expulsión de los moriscos. 1627. Dibujo. Museo del Prado. Obra de Vicente Carducho


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La Visión de San Antonio de Padua. 1631. Óleo sobre lienzo. 277 x 107 cm. Museo del Hermitage. San Petersburgo. Rusia. Obra de Vicente Carducho


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San Juan de Mata entrega las cartas del Papa al rey de Marruecos. 1632. 2,41 x 1,98 cm. Museo del Prado. Obra de Vicente Carducho


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Santa Inés. 1637. 2,12 x 1,25 cm. Depósito del Museo del Prado. Obra de Vicente Carducho


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St. Bernard of Clairvaux. Lienzo. 60 x 48 cm. Museo del Louvre. París. Francia. Obra de Vicente Carducho


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Retablo relicario con la Anunciación (1604-1606), obra de Juan de Muniátegui, Vicente Carducho y Bartolomé Carducho. Procede del convento de San Diego en Valladolid. Museo Nacional Colegio de San Gregorio, Valladolid


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Santa Cena. Iglesia de las Carboneras, Madrid. 1622. Retablo Mayor, tabla central. Obra de Vicente Carducho


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Retabl Mayor de la Iglesia de las carboneras de Madrid.


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La Santa Cena (1622) es la obra central del retablo de la Iglesia de las carboneras de Madrid. De gran valor artístico La Santa Cena representa la última cena en una interesante perspectiva vertical en la que las texturas y volúmenes de los personajes cobran un gran protagonismo. Es obra de Vicente Carducho, pintor y tratadista nacido en Italia, llegó a ser pintor de cámara del rey Felipe III siendo su obra más importante la serie de cuadros sobre la historia de la Cartuja para el monasterio del Paular.

Más info

Intervención de Vicente Carducho en el Retablo Mayor del Monasterio de Guadalupe


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Iglesia del Monasterio de Guadalupe. Cáceres. Pinturas de Eugenio Cajés y Vicente Carducho. Esculturas: De Giraldo de Merlo


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Altar mayor Monasterio de La Virgen de Guadalupe (Cáceres)

El Retablo Mayor es de estilo barroco, de principios del siglo XVII, realizado en madera de roble y cedro sobre un zócalo de mármol. Está formado por tes cuerpos horizontales, tres calles verticales y ático. Las calles se separan por entrecalles flanqueadas por columas de fuste estriado de orden corintio. En el centro del segundo cuerpo encontramos la talla de Nuestra Señora de Guadalupe, el centro del tercer piso está ocupado por San Jerónimo y el ático por Cristo cruficado. El retablo es obra del flamenco Giraldo Merlo sobre trazas de Juan Gómez de Mora.


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En las calles laterales la escultura da paso a la pintura, pues en ellos encontramos diversos lienzos con escenas de la vida de la Virgen y del Nuevo Testamento, salidas en 1618 de la mano de Eugení Cajés (lado de la epistola) y Vicente Carducho (lado del evangelio). Las calles separadas por entrecalles alojan diversas esculturas con los padres de la iglesia y santos de la orden jerónima.

Cuadros de Carducho pintados para el Monasterio madrileño de El Paular


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En Julio de 2011 la entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, presentóo el regreso al monasterio de El Paular, en Madrid, de los 52 lienzos del pintor Vicente Carducho (1576-1638) restaurados en el museo del Prado.

Pero la magna obra de Vicente Carducho, con la que escribe una de las páginas de gloria de la pintura universal, es la realización entre 1626 y 1632 de 54 grandes cuadros para cubrir otros tantos huecos en el claustro de la cartuja del Real Monasterio de Santa María del Paular, situado en el valle del Lozoya, en la vertiente madrileña de la sierra del Guadarrama. Estos cuadros, conocidos como la serie cartujana, le fueron encargados a Carducho por el prior Juan de Baeza, y narran la vida del fundador de la orden, san Bruno de Colonia, así como la historia de la orden cartuja. Con la desamortización en 1835 fueron repartidos entre diversos museos e instituciones de España, pero sorprendentemente - y tras muchas vicisitudes - se conservan 52 de los 54 cuadros del ciclo (dos se perdieron, probablemente quemados por los republicanos durante la guerra civil española, 1936-1939).

Tras la exclaustración de los cartujos en 1835, el monasterio estuvo abandonado hasta que en 1954 el Gobierno del General Franco lo cedió en usufructo vitalicio a la orden de San Benito. En la actualidad, ocho monjes ocupan la que es ahora abadía benedictina, pero que fue durante 450 años priorato cartujo. Conseguida recientemente la vuelta al monasterio de las dos sillerías del mismo, que se hallaban depositadas desde la desamortización en San Francisco el Grande, queda ahora por delante la hermosa tarea de devolver al Paular los 52 cuadros repartidos por España, una vez se solucionen los problemas de autorizaciones, seguridad y humedades en el claustro que están planteados.

Sobre este tema existe una espléndida obra monográfica en español, <<Vicente Carducho en El Paular>>, autor Werner Beutler, 1998, editorial Verlag Locher, Köln.


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Conversión de san Bruno. El pintor italiano inicia su serie dedicada a la vida y milagros de san Bruno con la conversión a cartujo a raíz de ver cómo se castigaba a un hombre inocente. En este lienzo se puede observar la perfección de las proporciones y el uso de colores primarios. Obra de Vicente Carducho


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El milagro del manantial. La representación de los cartujos, con sus vestimentas blancas, alabando el milagro del manantial le sirve a Vicente Carducho como ejercicio pictórico para ordenar las figuras humanas y destacarlas ante la naturaleza, aunque en dependencia de esta. Obra de Vicente Carducho


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San Bruno renuncia al arzobispado. Tras la visita al papa Urbano II y la cesión del arzobispado en el Reggio di Calabria (Roma), san Bruno rechaza su cargo y se dedica de pleno a la vida monacal en la cartuja. Obra de Vicente Carducho


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La virgen María y san Pedro se aparecen a los primeros cartujos. La diferencia entre el mundo superior, celestial, y el terrenal se puede apreciar en este cuadro que muestra una de las apariciones a los cartujos. El lienzo tuvo que ser restaurado fotográficamente debido a los grandes daños que sufría. Obra de Vicente Carducho


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San Bruno reza en la soledad de la torre de Calabria. La vida de cartujo incluye el silencio de un retiro espiritual, el rezo por las personas perdidas y la meditación intelectual. Además, en este cuadro se puede apreciar el retrato del entorno que rodea las cartujas. Obra de Vicente Carducho


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Muerte de San Bruno. Con la pintura de la muerte de san Bruno Carducho imitó los métodos de Caravaggio y mostró su capacidad para utilizar todas las técnicas renacentistas. Obra de Vicente Carducho


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Visión de Dionisio Rickiel. Carducho fue capaz de distribuir luces en la inmensidad del lienzo y mostrar la conexión entre la vida de estudioso y hermitaño y la espiritual. Obra de Vicente Carducho


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Aparición de la virgen a un cartujo. En esta aparición, Carducho expone los miedos y las inseguridades de los cartujos a pesar de su aislamiento y dedicación intelectual. La inclusión de figuras monstruosas las utiliza a menudo para distinguir entre pensamientos y realidad. Obra de Vicente Carducho


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Muerte del venerable Ódon de Novara. Obra de Vicente Carducho. 1632. Lienzo 337 x 299302 cm. Museo del Prado.

El poderoso monasterio del Paular encargó a Vicente Carducho una serie de 56 lienzos que relataran la historia de la Orden de los cartujos, monjes que ocupaban el Paular. En este caso se ofrece la muerte del fundador, el venerable Odón de Novarra que, tendido en un pobre lecho de paja, tapado con un manta de arpillera, recibe la visión de Cristo en gloria. La escena en sí no tiene mayor complicación, pero hay varios elementos que llaman la atención. En primer lugar, tenemos un prodigioso bodegón en primer plano, con extrema sencillez y detallismo material, al estilo naturalista. Después destaca el contraste entre la pobreza de la celda y el esplendor de la visión divina. Una efigie de la Virgen corona el lecho. Otro elemento importante es el coro de frailes que visita al moribundo, entre los cuales se hallan retratados el propio autor, Vicente Carducho, de perfil riguroso. Además se ha querido ver a su amigo, el poeta Lope de Vega, a su derecha.

En Julio de 2011 por fin volvieron los cuadros de Vicente Carducho al Monasterio madrileño de Rascafría de El Paular, en la imagen observamos que ya están recolocados sobre los muros del claustro que los alojó desde 1632 hasta 1834. Los lienzos han sido restaurados por los talleres del Museo del Prado.

Mas info de la obra de Vicente Carducho en el Museo del Prado

La Cartuja de Granada

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Monasterio de La Cartuja de Granada. El Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como La Cartuja de Granada es un monasterio situado en Granada, que albergó a una comunidad de monjes cartujos desde su construcción hasta 1835. Aunque mezcla diversos estilos, representa una de las cumbres de la arquitectura barroca española.


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Entrada al Monasterio de La Cartuja de Granada

Surgió por la decisión que tomó en 1458 la comunidad del monasterio de Santa María de El Paular y se comenzó a construir en 1506 una vez que se fijó su emplazamiento, tras la cesión de unos terrenos por el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. El emplazamiento actual no corresponde a los terrenos cedidos por el Gran Capitán por lo que éste se desentendió del proyecto. En 1516 se reiniciaron las obras que durarían tres siglos sin llegar a acabar el proyecto inicial, y del que sólo se conserva parte, porque en 1842 fue destruido el claustro y las celdas de los monjes, y afectando a la casa prioral que fue destruida totalmente en 1943. Estuvo habitada hasta 1835 momento en el que los monjes fueron expulsados de la misma. Su construcción duró desde el S.XVI hasta el XIX.


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Cúpula del sagrario de la Cartuja de Granada, obra del pintor Antonio Palomino. Monasterio de La Cartuja de Granada

De exuberante decoración, sus espacios más célebres son la iglesia, la sacristía, de autor desconocido, y el sagrario que es obra del maestro Francisco Hurtado Izquierdo y cuenta con una impresionante cúpula pintada por Antonio Palomino. El edificio alberga en su interior una importante colección de pinturas, entre las que destacan las del cartujo Juan Sánchez Cotán.

El edificio consta de las siguientes partes:

- Portada, es del siglo XVI y de estilo plateresco.
- Claustrillo, es del siglo XVII con arquería dórica.
- Refectorio, es de crucería gótica de aristones y los arcos de medio punto. Se encuentra decorada con obras de Juan Sánchez Cotán.
- Sala de San Pedro y San Pablo o de profundis, cuenta con un retablo pintado también por Sánchez Cotán.
- Capilla de Legos, construida entre 1517 y 1519 por fray Alonso de Ledesma con estilo de último gótico. Adornada por cuadros de Carducho.
- Sala capitular, con bóveda de crucería y cuadros de Carducho.
- Capillas, son tres en total situadas en el claustrillo.
- Iglesia, se inicia su construcción a mediados del siglo XVI y finaliza en 1602. Está dividida en tres partes, cada una de ellas con un acceso diferente.
- Sancta Sactorum o Sagrario.
- Sacristía, comenzó a construirse en 1727 y se terminó en 1764. Ricamente ornamentada, es digno exponente de la fase final del barroco español. En la cúpula, pintada por Tomás Ferrer en 1735, destacan San Bruno, San Juan y otros fundadores de la Orden de los Cartujos.


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Bóveda de la Sacristía del Monasterio de La Cartuja de Granada.


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La Magdalena. Detalle escultórico del Sagrario de la Cartuja de Granada.


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Decoraciones al fresco de una de las cúpulas del Sagrario de la Cartuja de Granada.


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Retablo de mármol de San Bruno. Monasterio de la Cartuja de Granada.


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Sagrario de la cartuja de Granada.


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Santa Cena. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Altar fingido de San Pedro y San Pablo, Cartuja de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán. El cuadro con los dos santos se enmarca en un retablo fingido en grisalla a modo de trampantojo, en un alarde de dominio de la perspectiva.

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Sala Capitular del Monasterio de la Cartuja de Granada.


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Puertas y techo de la Sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada.


Obras de Vicente Carducho en la Cartuja de Granada


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Anunciación. Capilla de legos. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Peregrinos bebiendo de la fuente que mana de la tumba de San Bruno. Capilla de legos. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Visión del papa Victor III. Capilla de legos. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Capilla de legos. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Cartuja de Granada. Sala capitular. Está decorada con cuadros de Vicente Carducho


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Cartuja de Granada. Bóveda de la sala capitular. Obra de Vicente Carducho


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Aparición de la Virgen a San Bruno. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Aparición de la Virgen a San Bruno. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Martirio de cartujos. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Martirio de cartujos por Vicente Carducho. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Martirio de cartujos por Vicente Carducho. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Martirio de cartujos por Vicente Carducho. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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Martirio de cartujos por Vicente Carducho. Capilla capitular. Cartuja de Granada. Obra de Vicente Carducho


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El Refectorio de la Cartuja de Granada. Lienzo y Cruz pintados por Juan Sánchez Cotán.


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El Refectorio de la Cartuja de Granada, es de crucería gótica de aristones y los arcos de medio punto. Se encuentra decorada con obras de Juan Sánchez Cotán.

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Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como la Cartuja de Granada. Vistas del Claustro.


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La Cartuja de Granada. Entrada de la iglesia con San Bruno en la portada.


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La Cartuja de Granada. Vista del monasterio desde el sur-este.

PUES ESTO ES TODO AMIGOS, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO LA RECOPILACIÓN QUE HE REALIZADO DE LA IMPRESIONANTE OBRA DEL PINTOR ITALO ESPAÑOL VICENTE CARDUCHO.

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