VALDÉS (Juan De Valdés Leal)

Responder
Avatar de Usuario
megaurbanismo
Mensajes: 551
Registrado: Mié, 01 May 2019, 17:32

VALDÉS (Juan De Valdés Leal)

Mensaje por megaurbanismo » Mié, 01 Dic 2021, 17:34

Este trabajo está dedicado al gran pintor sevillano Juan de Valdés Leal, es uno de los grandes artistas del barroco andaluz. Realizó casi toda su obra en Sevilla. Poseedor de una sensibilidad pictórica inclinada hacia lo dramático, fue el artista más relevante tras Murillo en la escuela sevillana de las últimas décadas del siglo XVII. Su hijo Lucas Valdés fue su discípulo y continuó el oficio.

Reconozco que de este pintor sabía poco, preparando otros trabajos, me he encontrado con su figura y he profundizado en su obra, dándome cuenta de su gran importancia.

Según cuentan sus biógrafos, fue muy amigo de Murillo y se dice que no se consideraba satisfecho de sus pinturas hasta que Murillo las examinaba y aprobaba.

El estilo de Valdés Leal es oscuro, dramático y apasionado, lo contrario de su admirado Murillo que gustaba dar a sus obras gran brillo y luminosidad a sus obras religiosas.

Es conocido fundamentalmente por sus dos pinturas «de jeroglífico» sobre las postrimerías humanas: las alegorías Finis gloriae mundi (El fin de las glorias mundanas) e In ictu oculi (En un abrir y cerrar de ojos). Las pintó en 1672 para la iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla, donde se conservan, y su asunto macabro alude al tema de la vanitas (vanidad humana) y amonesta sobre la caducidad de los bienes temporales y la brevedad de la vida terrena.


Imagen

El pintor y escultor Juan de Valdés Leal en un retrato de Manuel Cabral y Aguado en la Galería de Sevillanos Ilustres de la Universidad de Sevilla.

Juan de Valdés Leal. España. (1662-1690). Nació en Sevilla en el año 1622, fue el artista mas relevante de la escuela sevillana –Junto a Murillo- de las últimas décadas del siglo XVII.

Las tres notas mas destacadas de este artista son el pesimismo, el humorismo y el dramatismo, tenía inclinación por la temática macabra o grotesca pero con un sentido del movimiento, brillante colorido y dramática iluminación.

Uno de sus primeros encargos de importancia fueron 4 lienzos de grandes proporciones para el convento de las hermanas Clarisas de la sevillana localidad de Carmona. Igualmente recibió el encargo de realizar un retablo para las Carmelitas de Córdoba, terminándolo en 1656.

Tras regresar a Sevilla, se entregó al barroco más puro y sevillano, con obras con predominio del tema religioso en su mayor extensión, destacando los Desposorios de la Virgen de la Catedral de Sevilla y las pinturas para el convento de San Jerónimo. Juan de Valdés Leal nació en Sevilla en 1622, de padre portugués y madre sevillana, realizó su formación artística en la ciudad hispalense, habiendo conjeturas que la sitúan en el taller de Herrera el Viejo. Se trasladó con su familia a Córdoba, contrayendo allí matrimonio.

En 1660, Valdés Leal pasa a presidir la Academia sevillana de pintura, de la cual era fundador junto a Murillo, su antecesor en el cargo. En 1661 nace su hijo Lucas Valdés, que con el tiempo se convertiría en colaborador y posteriormente continuador de la obra de su padre.

En 1664 ingresa en la Hermandad de la Santa Caridad, donde sus postrimerías han pasado a la historia del Arte convirtiendo el Templo de San Jorge, del Hospital de la Caridad, en un museo del barroquismo sevillano.

Igualmente, para este Hospital realizó dos tallas de la Virgen del Rosario, siendo la faceta escultórica muy desconocida en este autor.

En 1686, afectado por una enfermedad irreversible, fue poco a poco dejando su carrera pictórica, hasta concluir con su muerte en 1690.

Espero que este trabajo recopilatorio nos sirva a todos, para conocer un poco más a Valdés Leal y divulgar su magnífica obra.


Algunas obras

Valdés Leal en el Museo del Prado


Imagen

Jesucristo camino del Calvario y la Verónica. Hacia 1660. Óleo sobre lienzo, 161 x 211 cm. Museo del Prado. Obra de Valdés Leal.

La escena podría ser ilustración del sentimiento religioso sevillano; quizá el encargo le fuese solicitado al pintor para satisfacer determinadas necesidades devocionales concretas, y para ello ha utilizado recursos compositivos, de técnica y de iluminación, que insisten en realzar el carácter terrible del pasaje aquí representado de la Pasión de Cristo. No se trata de una composición sencilla; con muchos personajes, pintada en diferentes planos y llena de fuertes diagonales y escorzos es un ejemplo del triunfo del pleno barroco. La técnica utilizada es de pinceladas largas y sueltas e incluso atrevidas.
En el primer término aparece Jesucristo en una de sus caídas camino del Calvario. El Cirineo, en forzada postura, trata de ayudarle con la Cruz, mientras un sayón acude a azotarle con violencia. La Verónica, situada a su derecha, ya le ha enjugado el rostro, que se refleja en el lilenzo que lleva en las manos. La luz, que penetra por el lateral izquierdo, se dirige con fuerza a las caras y a los brazos, acusando aún más el dramatismo de los rostros, en absoluto bellos, pero sí muy expresivos, y de las actitudes. El Salvador se vuelve hacia el espectador con expresión triste y serena, que contrasta con la crispación y el dolor del resto de las figuras. Pese a la monumentalidad con la que están tratados los personajes, predomina la sensación de inestabilidad en los mismos. Al fondo, a la derecha, el autor ha dispuesto un grupo centrado por la Virgen, mostrando su dolor y detrás aún se representa la comitiva que conduce a los ladrones, cuyas figuras distorsionadas están tratadas con una factura más rápida y abocetada que en el resto. A la izquierda, la composición se cierra con dos personajes ataviados con turbantes, que probablemente aludan al paganismo o al judaísmo, tal como es frecuente en los pasos procesionales.


Imagen

Un mártir en la orden de San Jerónimo. 1657. Óleo sobre lienzo, 249 x 130 cm. Museo del Prado. Obra de Juan de Valdés Leal.

Obra perteneciente a una serie para el Convento de San Jerónimo de Buenavista en Sevilla, en la que se describen varios episodios de la vida de San Jerónimo y se efigia a los principales santos y frailes de la orden, estando situadas originalmente todas las pinturas en la sacristía del convento. La presencia de este fraile dentro de la serie jerónima está motivada por su fama de haber resistido siempre las tentaciones carnales en defensa de su castidad. La obra capta una presencia juvenil, en cuyo rostro aparece reflejada una intensa concentración espiritual. El representado lleva palma con tres coronas, como atributo de su castidad y también un libro que hace alusión a los estudios teológicos que Fray Diego realizó en la Universidad de Salamanca hasta que una enfermedad de los ojos le obligó a abandonarlos, enfermedad que le causó continuos padecimientos a lo largo de su vida. La escena que se desarrolla al fondo de la composición coincide con un episodio que el Padre Sigüenza narra, dentro de la vida de Fray Diego de Jerez, sobre las tentaciones que el fraile hubo de padecer (Texto extractado de Valdivieso, E.: Juan de Valdés Leal, Sevilla, 1988).


Imagen

San Jerónimo. 1656-57. Óleo sobre lienzo, 252 x 133 cm. Museo del Prado. Obra de Juan de Valdés Leal. Está firmado en la base de la columna. Pertenece a la serie de santos realizada para la sacristía del Convento de San Jerónimo de Sevilla, dispersada en el siglo XIX.

A lo largo del siglo XVII se pintan grandes series de cuadros para las órdenes religiosas que incluyen figuras exentas de santos y escenas de composición más compleja. Es el caso de este cuadro, que pertenece a una serie de santos realizada hacia 1657 por Valdés Leal para la sacristía del Convento de San Jerónimo de Sevilla. Todos ellos comparten características similares: el santo de pie, visto de abajo a arriba y acompañado de los atributos que le identifican. En esta ocasión son el capelo cardenalicio, la mesa con recado de escribir y el león al que curó la pata cuando estaba retirado haciendo penitencia. La perspectiva y el tamaño dan lugar a una obra muy monumental y solemne. La huella del artista es evidente en toda la obra, de una factura muy libre y muy segura, y se observa sobre todo en el rostro del santo, de gran expresividad.


Imagen

San Ambrosio absolviendo al emperador Teodosio. Hacia 1673. Óleo sobre lienzo, 166 x 110 cm. Museo del Prado. Obra de Juan de Valdés Leal.

Tras prohibirle San Ambrosio la entrada en el templo a Teodosio, pasaron meses sin que éste pudiera acceder a la iglesia. El Emperador al no poder entrar en la catedral mandó a Rufino, su capitán general, para que convenciera al arzobispo de Milán. San Ambrosio se mantuvo firme en su decisión. No obstante Teodosio lo intentó de nuevo presentandose en la puerta del templo donde el santo le instó a realizar penitencia pública por su delito. El Emperador lo aceptó con gran humildad, con lo que San Ambrosio le permitió el acceso a la iglesia.

Como ya señalara Kinkead (1982), la escena que representó Valdés en este cuadro carecía de tradición pictórica y su yuxtaposición con la anterior (P07821) es absolutamente insólita. Cabe suponer, que su inclusión en la serie se debiera a la intención de aludir a la armonía ideal entre el poder espiritual y el temporal, subrayando como esta armonía sólo podría alcanzarse mediante el reconocimiento por parte de este último de la soberanía de la Iglesia en su esfera propia.

Destinado a formar pareja con el (P07821), éste presenta grandes semejanzas compositivas y ambientales con él. La escena se desarrolla de nuevo ante las puertas de una iglesia gótica, los edificios del fondo vuelven a evocar la Sevilla del siglo XVII, con una torre que alude de nuevo a la Giralda, y el pintor nos introduce en la escena a través de una escalinata. En ella aparece San Ambrosio con las vestiduras blancas propias de la Pascua bendiciendo benignamente a Teodosio, que revestido con su capa, pero ya sin corona, se arrodilla ante él juntando las manos en señal de reverencia y aceptación. La agitación que preside la escena anterior ha sido sustituida aquí por un aire de calma y meditación. Los clérigos que rodean al santo testifican, con su aire de concentración, la grandeza del acontecimiento que es comentada por dos caballeros a la derecha. Uno de ellos mira hacia el espectador introduciendole en la escena e invitándole a meditar sobre su significación. Y en el primer plano aparece un mendigo lisiado que ejerce el efecto de repoussoir ejerciendo el mismo efecto que los soldados de la obra anterior.

En este cuadro se encierra de nuevo una galería de retratos contemporáneos. Kinkead (1982) cree que algunos de ellos pueden ser Andrés Andrade de la Cal (el hombre situado más a la derecha y que mira al espectador), Justino de Neve (el canónigo que aparece detrás de San Ambrosio) y Juan Antonio de Miranda (el joven canónigo de pie situado el segundo a la izquierda de San Ambrosio). Todos estos personajes fueron retratados por Murillo, y alguno de ellos, como Neve, estuvo próximo a Spínola, que colaboró con él en la fundación del Hospital de Venerables de Sevilla.


Imagen

San Ambrosio nombrado gobernador de Milán o El nombramiento de San Ambrosio como gobernador. Hacia 1673. Óleo sobre lienzo, 164 x 94 cm. Museo del Prado. Obra de Juan de Valdés Leal.

Tras morir su padre en las Galias, San Ambrosio volvió con su madre y sus hermanos a Roma, donde creció y se educó. El cónsul Probo fue quien hizo al santo su consejero y le nombró gobernador de las provincias de Liguria y Emilia, con sede en Milán, en el año 370.

El nombramiento de San Ambrosio como gobernador, que no tiene más significación religiosa que la de construir un prefiguración de su consagración como arzobispo y cuya presencia en esta serie pudo deberse al deseo de establecer un paralelismo -o mejor, una identidad- entre las virtudes que debían presidir tanto el buen gobierno civil como el eclesiástico, no había sido representado anteriormente, por lo que Valdés carecía de precedentes en los que apoyarse. Debido al formato marcadamente vertical de los lienzos optó, tanto en este caso como en otros, por representar la escena en la mitad inferior y llenar la superior con una descripción del escenario arquitectónico, que sirve para dotar de solemnidad a la representación.

El cónsul Probo aparece a la izquierda, sentado en un trono con dosel, llevando una corona dorada (lo que explica que a veces haya sido confundido con el propio emperador Valentiniano) y vistiendo una capa carmesí con revestimiento de armiño, y Ambrosio, vistiendo también ropajes seglares, se arrodilla ante él para recibir el bastón de mando representativo de la autoridad de su nuevo cargo. Situada en el centro de la escena, en el cruce de dos diagonales, y con la cabeza enmarcada por la reja del fondo, su figura resalta vívidamente y atrae la atención gracias a los fuertes contrastes lumínicos y cromáticos de que se vale el pintor. Alrededor de Probo y Ambrosio aparece un grupo de cortesanos que asisten al evento que cumplen, por una parte, una función constructiva, ya que sirven para introducirnos en la escena y fijar la profundidad espacial al tiempo que equilibran la composición, marcando dos masas verticales oscuras a los lados que encuadran la figura de San Ambrosio, que resalta gracias a su aislamiento y a sus brillantes vestiduras blancas brillantemente ilumindas. Y, por otra, ambos constituyen sendas llamadas de atención hacia la significación del evento. El de la izquierda, sentado, es el único que mira hacia el santo. El de la derecha señala con la mano izquierda hacia Ambrosio y vuelve la cabeza hacia el resto de los asistentes, como si reclamara su atención. La actitud de estos últimos ha sido calificada alguna vez de distraída, pero no lo es; más bien parecen estar discutiendo y asimilando la significación de las palabras de Probo al santo. Su aire calmo y reconcentrado, de meditación en unos casos y en algún otro casi de adoración, confiere un carácter prácticamente religioso a la ceremonia política.

Por otro lado ni las vestimentas de los personajes, de aspecto vagamente renacentista, ni el escenario, de carácter barroco, son convincentemente romanos, como es habitual en Valdés Leal, que nunca se preocupó de dotar a sus obras de propiedad arqueológica. Aquí sólo el aspecto macizo y pesado de la arquitectura y la aparición de sendos relieves con bustos de emperadores romanos coronados de laurel remiten a la Antigüedad. En cuanto al mono tallado que aparece sosteniendo el trono de Probo ha sido interpretado por Kinkead (1982) no como una alusión directa a la estupidez, si no a la malicia, de la autoridad secular, constituyendo de ese modo un augurio de los acontecimientos que habría de vivir en el futuro Ambrosio.


Imagen

La consagración de San Ambrosio como arzobispo. Hacia 1673. Óleo sobre lienzo, 166 x 109,5 cm. Museo del Prado. Obra de Juan de Valdés Leal.

San Ambrosio tras ser nombrado por el emperador Valentiniano gobernador de la Liguria y la Emilia partió hacia Milán donde se encotró con una ciudad llena de bandos y contiendas entre arrianos y católicos. Al morir Auxencio, obispo y cabeza de los arrianos, se palnteó la elección de un nuevo arzobispo, generando más disputas entre ambos bandos. Como gobernador de la provincia Ambrosio intentó mediar para imponer la paz pero cuando iba a empezar a hablar, una voz de un niño se oyó que decía: "Obispo Ambrosio". El hecho se tomo como algo divino y consiguió que tanto arrianos como católicos se unieran para que Ambrosio fuese arzobispo. Éste, que no estaba bautizado ni quería el puesto, hizo todo tipo de tretas para resistirse y quedar ante la gente como indigno de aquel honor. Pero al final el emperador atendió la peticiones de los milaneses y confirmó la elección de San Ambrosio.

La consagración de San Ambrosio no había sido tampoco un tema excesivamente representado, ya que en otros ciclos aparece sustituido por el de su inopinada y tumultuaria elección por el pueblo milanés. Sin embargo, en esta ocasión Valdés tenía numerosos ejemplos en los que apoyarse -las representaciones de escenas similares de las vidas de otros santos- y no hay duda de que utilizó alguno de ellos, valiendose seguramente de un grabado para el grupo central. Basta con ver las varias representaciones de la consagración de San Agustín del siglo XVII para percatarse de las similitudes entre todas ellas y de su semejanza con esta de Valdés: el santo aparece siempre arrodillado, de perfil y rodeado por tres obispos, que le colocan la mitra, y al lado hay un joven clérigo arrodillado sosteniendo un libro abierto.

Siguiendo un esquema compositivo similar al de El nombramiento de San Ambrosio como gobernador (P07819), Valdés Leal ha situado la escena en la mitad inferior de la representación, llenando la superior con la descripción del ámbito arquitectónico, que en este caso, y deseando seguramente evocar la catedral de Milán, es una iglesia gótica que, curiosamente, si se tienen en cuenta las alusiones a la arquitectura sevillana que se encuentran en otros cuadros de la serie, no hace pensar en la catedral de Sevilla. La escena de la consagración se desarrolla en el primer término, en un lugar en alto situado en el presbiterio, y es presenciada, desde la nave y a un nivel muy inferior por una abigarrada multitud encabezada por un grupo de monjas. Al fondo aparece, ante una capilla, una representación escultórica del Calvario, y tras la escena principal hay, en el presbiterio, un retablo barroco, flanqueado por columnas salomónicas y cobijado por un dosel rojo, en el que se representa El bautismo de Cristo. Probablemente se trata de una alusión al hecho de que en el momento de su elección San Ambrosio no era aún cristiano y tuvo que recibir el bautismo sólo ocho días antes de que se le impusiera la mitra episcopal.


Imagen

San Miguel Arcángel. Hacia 1656. Óleo sobre lienzo, 205 x 109 cm. Museo del Prado. Obra de Juan de Valdés Leal.


Imagen

Jesús disputando con los Doctores. 1686. Óleo sobre lienzo, 200 x 215 cm. Museo del Prado. Obra de Valdés Leal.

Más info de Valdés Leal en el Prado



Valdés Leal en Sevilla


Imagen

In ictu oculi (El triunfo de la muerte o En un abrir y cerrar de ojos). 1672. Óleo sobre lienzo. 220 x 216 cm. Hospital de la Caridad de Sevilla


Imagen

Finis Gloriae Mundi (El fin de las glorias mundanas) 1672. Lienzo. 270 x 216 cm. Iglesia del Hospital de la Santa Caridad de Sevilla. Estas dos obras son las más conocidas de Valdés Leal.


Imagen

Asunción de la Virgen. Valdés Leal, 1.672. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Convento de san Agustín. Posiblemente los mejores cuadros del altar que Valdés realizó fueron los de los retablos colaterales del convento de san Agustín de Sevilla, La Inmaculada Concepción y La Asunción de la Virgen (1.670-1.672). Son pinturas de aparatosas y dinámicas composiciones, con logrados efectos de luces y sombras en las figuras situadas en el primer plano sobre fondos en los que una pincelada fluida disuelve las formas. La composición describe una marcada diagonal que acentúa el ritmo ascendente desde un ámbito terrenal de luces crepusculares hasta la zona de rompimiento de gloria, donde vibrantes tonalidades áureas intensifican la sensación espacial de ingravidez.


Imagen

El Milagro de las Abejas. Valdés Leal, 1.673. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Palacio Arzobispal.


Imagen

San José con el Niño Jesús. Valdés Leal, 1.675. Museo Bellas Artes de Sevilla.


Imagen

San Ignacio exorcizando a un endemoniado. Valdés Leal, 1.636-40. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede de la Casa Profesa Compañía de Jesús.


Imagen

San Francisco recibiendo la ampolla de agua. Valdés Leal, 1.665.


Imagen

San Ignacio recibiendo del Cielo el nombre de Jesús. Valdés Leal, 1.637. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede de la Casa Profesa Compañía de Jesús.


Imagen

San Ignacio y san Francisco contemplando la Eucaristía. Valdés Leal, 1.674. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede de la Casa Profesa Compañía de Jesús.


Imagen

Aparición de la Virgen a san Ignacio en Pamplona. Valdés Leal, 1.664. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede de la Casa Profesa Compañía de Jesús.


Imagen

Aparición de Cristo a san Ignacio camino de Roma. Valdés Leal, 1.664. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede de la Casa Profesa Compañía de Jesús.


Imagen

San Ignacio haciendo penitencia en la cueva de Manresa. Valdés Leal, 1.660. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede de la Casa Profesa Compañía de Jesús.


Imagen

Asunción de la Virgen. Valdés Leal, 1.680. Museo Bellas Artes de Sevilla.


Imagen

La Virgen con San Juan y las Marías camino del Calvario. Valdés leal, h. 1657. Óleo sobre Lienzo, 134,5 x 203,5 cm. Museo de Bellas rtes de Sevilla.

Pertenece al conjunto de obras sobre pasajes de la pasión y muerte de Cristo que Valdés realiza entre los años 1656-1659 al parecer por encargo de la devoción particular. La escena describe de manera muy eficaz la dramática tensión colectiva del grupo de personajes que, encabezados por un decidido San Juan, acuden al encuentro de Cristo en su camino hacia el Monte Calvario. El fondo de celaje oscuro y amenazador potencia la impresión de tristeza presagiando el dramático encuentro final.


Imagen

El taller de Nazareth. Valdés Leal, 1.680-84. Donación BBV. Museo Bellas Artes de Sevilla.


Imagen

Fray Alonso Fernández Pecha. Valdés Leal, 1.657. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.


Imagen

Fray Juan de Ledesma. Valdés Leal, 1.657. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.


Imagen

Flagelación de san Jerónimo. Valdés Leal, 1.657. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.
La interesante serie de la vida de San Jerónimo fue realizada por Valdés Leal para decorar la sacristía del convento hispalense de San Jerónimo de Buenavista. La constituyen dieciocho lienzos en los que se narran episodios de la vida del Santo y se ensalza la historia del la orden religiosa con la presentación de sus principales miembros, algunos vinculados a la vida del propio convento. Se inicia la serie con El Bautismo de San Jerónimo, firmado y fechado por Valdés en 1.657. Mucho más afortunadas son las escenas de La Tentación y La Flagelación, espléndidamente resueltas con la intensidad dramática y vigoroso cromatismo característicos del pintor. Fuera de España se encuentran los episodios de San Jerónimo discutiendo con los rabinos y La muerte de San Jerónimo.


Imagen

Fray Pedro de Cabañuelas. Valdés Leal, 1.657. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.


Imagen

Fray Fernando de Talavera. Valdés Leal, 1.657. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.


Imagen

Inmaculada. Valdés Leal, 1.672. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Convento de san Agustín.


Imagen

Fray Pedro Fernández Pecha. Valdés Leal, 1.657. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.


Imagen

El Bautizo de San Jerónimo. Valdés leal. 1657. Óleo sobre lienzo, 220 x 225 cm. Museo de bellas Artes de Sevilla. Procede del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista.

Dentro de la serie de la vida de San Jerónimo, se representa este pasaje del bautizo del santo. En el interior de la iglesia, se disponen dos planos bien diferenciados. A la izquierda, a mayor altura, aparece la pila bautismal y un obispo, tocado con la tiara pontificia, esperando el momento de bautizar al santo. Éste, que se dispone a la derecha del lienzo, en un plano inferior, se representa como un joven de diecinueve años, que es a la edad a la que se bautizó, recibiendo el alba de bautismo que le ofrece un sacerdote vestido de rojo púrpura. Sobre la pila se adivina la Paloma del Espíritu Santo y en segundo plano, una serie de personajes. En el ángulo superior izquerdo, con la aparición de dos ángeles que contemplan la escena, se inicia una diagonal que culmina en el personaje del ángulo inferior izquierdo, que en un forzado escorzo, porta entre sus manos una bandeja dorada con un cofre.


Imagen

Santa Isabel de Hungría curando a un enfermo. Valdés Leal, hacia 1715-19. Museo Bellas Artes de Sevilla.


Imagen

Las tentaciones de San Jerónimo. Valdés Leal. Museo Bellas Artes de Sevilla.


Imagen

San Ignacio exorcizando a un poseso. 1660-64. Lienzo, 210 x 164 cm. Museo de Bellas Artes, Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio haciendo penitencia en la Cueva de Manresa. 1660. Lienzo, 213 x 142 cm. Museo de Bellas Artes, Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio y San Francisco de Borja contemplando una alegoría de la Eucaristía. Lienzo, 218 x 160 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio contemplando el monograma de la Compañía de Jesús. 1660-64. Lienzo, 207 x 160 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio recibiendo la bula de fundación del Papa Paulo III. 1660-64. Lienzo, 217 x 160 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

Resurrección de Niños en el convento de santa Paula. Lucas Valdés, hacia 1.700. Museo Bellas Artes de Sevilla.
Hijo y discípulo de Juan Valdés Leal, Lucas Valdés continuó y finalizó gran parte de obras pendientes de su maestro debido al ictus cerebral que éste sufrió. Así sucedió con las pinturas murales de la iglesia del Hospital de los Venerables o las del monasterio de san Clemente.
De su producción propia destacaban las decoraciones del claustro del convento de los Trinitarios Descalzos de Sevilla y la del claustro convento Casa Grande de San Francisco de Sevilla, ambas desaparecidas como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. Su principal discípulo fue Domingo Martínez.


Imagen

Retrato milagroso de san Francisco de Paula. Lucas Valdés, 1.710. Museo Bellas Artes de Sevilla. Procede del Convento de los Mínimos.


Imagen

Santa Catalina. 1659-1660. Lienzo, 141 x 53 cm. Iglesia de la Magdalena. Capilla de la Quinta Angustia. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

Santa Catalina. 1657-59. Lienzo, 164 x 108 cm. Catedral. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

La imposición de la casulla a San Ildefonso, c. 1661. Catedral de Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

Santa María Magdalena, San Lázaro y Santa Marta. 1657-59. Lienzo, 111 x 167 cm. Catedral. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

La liberación de San Pedro. Juan De Valdés Leal. 1657-59. Óleo sobre lienzo, 188 x 221 cm. Catedral de Sevilla.

Entre 1657 y 1659 Valdés Leal realiza una serie de obras para la catedral de Sevilla entre las que destaca esta Liberación de san Pedro que contemplamos. El maestro crea una de las escenas más sugerentes de su producción, protagonizada por el bello ángel que se dispone a liberar a san Pedro de la mazmorra mientras los soldados duermen. Una aureola de resplandor rodea la figura que muestra sus alas desplegadas y una capa roja que sujeta con los brazos. Sus ropajes revolotean en el espacio, dejando ver la potente pierna derecha que avanza hacia el santo. Pedro aparece tumbado, elevando su mirada hacia la figura del ángel, mostrando en su naturalista rostro el asombro que le produce la visión. Alrededor de los dos personajes principales, iluminados por un potente foco de luz, aparecen dos soldados en absoluta penumbra, creando Valdés Leal un sensacional juego lumínico caracterizado por el claroscuro. Ese potente foco de luz procedente del ángel crea unos espectaculares reflejos en los elementos metálicos de los soldados.Entre el ángel y el santo apreciamos un evidente contraste tanto en las actitudes físicas y espirituales como en los ropajes de ambos, incluso en el tratamiento del color que hace el maestro de cada una de las figuras. Mientras que san Pedro está realizado con tonos pardos y opacos, el ángel liberador presenta tonalidades transparentes en las que dominan los rosáceos. El resultado es sorprendente, poniendo de manifiesto Valdés Leal su elevada categoría pictórica.


Imagen

Fray Alonso de Sotomayor y Caro. 1657. Óleo sobre lienzo. 225 x 175 cm. Colección particular. Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Fernando entrando en Sevilla. Obra de Valdés Leal en 1682. (Las pinturas del muro del coro fueron realizadas por Lucas Valdés). Real Monasterio de San Clemente. Sevilla


Imagen

La retirada de los sarracenos. 1653. Óleo sobre lienzo, 330 x 325 cm. Ayuntamiento de Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Procesíon de Santa Clara con la Sagrada Forma. 1652-53. Óleo sobre lienzo, 295 × 295 cm. Ayuntamiento de Sevilla. Obra de Valdés Leal


Imagen

El Triunfo de la Cruz. Autor: Valdés Leal, su hijo Lucas Valdés fue su ayudante, decora el techo de la sacristía. Iglesia de los Venerables. Sevilla


Imagen

El Triunfo de la Cruz. Autor: Valdés Leal, su hijo Lucas Valdés fue su ayudante. Detalle. Iglesia de los Venerables. Sevilla


Imagen

San Pedro y San Clemente venerando a Cristo. 1687. Pintura de la bóveda del presbiterio de la Iglesia del Hospital de los Venerables. Sevilla. Autor: Valdés Leal, su hijo Lucas Valdés fue su ayudante.


Imagen

Imagen

Bóveda del presbiterio. Iglesia de los Venerables. Sevilla. Autor: Valdés Leal, su hijo Lucas Valdés fue su ayudante.

Dentro de la iglesia se pueden ver pinturas murales al fresco realizadas por Valdés Leal. Las del presbiterio representan la invención de la Santa Cruz, las del techo de la sacristía forman un pequeño espacio con perspectiva (trampantojo); a cada lado del presbiterio hay pinturas realizadas por Valdés Leal y su hijo Lucas Valdés: en la del lado derecho se representa a San Fernando entregando la mezquita al Arzobispo y en la del lado izquierdo se muestra a San Fernando ante la Virgen de la Antigua. Las urnas relicarios que aquí se encuentran y los cobres son de procedencia flamenca; las pinturas sobre mármol de la Inmaculada y de la Virgen con el Niño fueron realizadas por Sassoferrato.

Las pinturas que cubren la bóveda y los muros fueron realizadas por Valdés Leal y su hijo Lucas Valdés -No se sabe en qué grado cada artista-. Simulan tapices y representan el Triunfo del Pontificado.


Imagen

El Altar Mayor de la Iglesia del Hospital de los Venerables. Sevilla, visto desde los pies de la nave.


Imagen

Bóveda de cañón del presbiterio. Iglesia de los Venerables. Sevilla. Autor: Valdés Leal, su hijo Lucas Valdés fue su ayudante.


Imagen

Retablo Mayor de la iglesia del Hospital de los Venerables, Sevilla. En el Retablo Mayor, que data de 1.889, se representa en el cuerpo central La Última Cena, de Lucas Valdés, hacia 1.700. Sobre este lienzo, en el ático, La Apoteosis de san Fernando, también obra de Lucas Valdés; a cada lado están representados en sendos óleos san Clemente y san Isidoro, realizados por Virgilio Mattoni. Lugar muy destacado del retablo es el ocupado por la Virgen de Belén, obra anónima del siglo XVI, escoltada por relieves de san Juan Bautista y san Juan Evangelista, atribuidos a Martínez Montañés y que datan de la primera mitad del siglo XVII.


Imagen

Don Miguel de Mañara leyendo la Regla de la Santa Caridad. 1681


Imagen

Entrada y coro de la Iglesia y Hospital de la Caridad (Sevilla), con la pintura de Valdés Leal Exaltación de la Santa Cruz.


Imagen

Entrada y Coro de la iglesia del Hospital de la Caridad, Sevilla. Pintura: Exaltación de la Santa Cruz, autor Valdés Leal.


Imagen

Retablo del altar mayor de la Iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla. El retablo mayor constituye una de las partes más destacadas del templo, el diseño y la construcción fueron realizados entre 1670 y 1675 por Bernardo Simón de Pineda, las esculturas son obra de Pedro Roldán y el dorado y la policromía corresponden a Valdés Leal. El retablo consta de un banco sobre el que se levanta el primer cuerpo dividido por columnas de estilo salomónico. En su centro hay un brillante grupo escultórico de gran tamaño que representa el Entierro de Cristo, se encuentra completado por un bajo relieve que contribuye a aumentar la sensación de profundidad del grupo principal. El cuerpo superior del retablo aparecen representadas de forma alegórica la Fe, la Esperanza y la Caridad rodeadas de niños. Por último, en los laterales del retablo se encuentran dos figuras de San Roque, como protector de las epidemias y San Jorge como titular del templo.


Imagen

Detalle del retablo mayor de la iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla. Esculturas de Pedro Roldán, el dorado y la policromía corresponden a Valdés Leal.


Imagen

"La Virgen del Rosario protegiendo las naves española en la Batalla de Lepanto", obra de Juan de Valdés Leal. Este cuadro titulado es un lienzo enmarcado por yeserías doradas donde se conmemora la batalla de Lepanto (esa en la que Miguel de Cervantes perdió un brazo). Iglesia de la Magdalena de Sevilla.

Sobre una nube podemos ver a la Virgen del Rosario que según la tradición intercedió el 7 de octubre de 1571 para que las tropas cristianas lograran la victoria tras la oración del Papa Pío V.

Hay que decir que los frailes dominicos, antiguos propietarios de la iglesia, tenían una devoción especial al Santo Rosario.


Imagen

Juan Valdés Leal. Triunfo (monumento a San Fernando), Sevilla. estampa calcográfica en Fernando de la Torre Farfán, Fiestas de la Santa Iglesia [...] de Sevilla, al nuevo culto de [...] San Fernando... Sevilla, 1671. Sevilla. Fundación Focus-Abengoa


Imagen

Juan Valdés Leal. Puerta principal de la iglesia que sale a gradas enfrente del triunfo, Sevilla. estampa estampa calcográfica en Fernando de la Torre Farfán, Fiestas de la Santa Iglesia [...] se Sevilla, al nuevo culto de [...] San Fernando..., Sevilla, 1671. Sevila. Fundación Focus-Abengoa


Imagen

Autorretrato. Juan de Valdés Leal. (Sevilla, 1622 - 1690) Pintor español. Hijo de padre portugués y madre sevillana, recibió su formación artística en su ciudad natal, quizás en el taller de Herrera el Viejo, antes de trasladarse con su familia a Córdoba, población esta en la que contrajo matrimonio en 1647. Era ya por entonces un pintor introducido en los círculos artísticos, ya que muy poco después recibió un importante encargo para las clarisas de Carmona (cuatro grandes lienzos) y, en 1656, concluyó el retablo para los carmelitas de Córdoba, que presenta muchos de los rasgos más brillantes de su estilo.

Al concluir esta obra, se trasladó a Sevilla, urbe por entonces mucho más importante y dinámica que Córdoba y centro sin igual de creación artística, con figuras como Bartolomé Esteban Murillo, de quien se cree que Valdés fue enconado rival, entre otros motivos, porque los comitentes no remuneraban sus obras tan bien como las de aquél.

En Sevilla, Valdés Leal dio rienda suelta al barroquismo que triunfaba en aquella época y por el que se sentía particularmente atraído por su temperamento dramático. Obras importantes de este período son los Desposorios de la Virgen de la catedral de Sevilla y las pinturas para el convento jerónimo de Buena Vista.


Imagen

'La cabeza de san Juan Bautista', de Juan de Valdés Leal (1654-1655). Colección de la Kunsthalle de Hamburgo


CONTINÚA MÁS ABAJO...

Avatar de Usuario
megaurbanismo
Mensajes: 551
Registrado: Mié, 01 May 2019, 17:32

Re: VALDÉS (Juan De Valdés Leal)

Mensaje por megaurbanismo » Mié, 01 Dic 2021, 17:40

... CONTINUACIÓN


Más obras de Valdés Leal


Imagen

San Andés. 1647. Óleo sobre lienzo. Iglesia de San Francisco. Córdoba. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Jerónimo. 1656-57. Obra de Valdés Leal


Imagen

El sacrificio de Isaac. 1658. Obra de Valdés Leal


Imagen

Carrying the Cross, c. 1661. Obra de Valdés Leal


Imagen

Miracle of St Ildefonsus, c. 1661. Obra de Valdés Leal


Imagen

Capilla de San Fernando de la Catedral de Jaén. Se observa el cuadro del santo vestido de rey atribuido a Juan de Valdés Leal.


Imagen

Coronación de San José. 1665-70. Obra de Valdés Leal


Imagen

Ecce Homo. 1657-59. Obra de Valdés Leal


Imagen

Ascension of Elijah, c. 1658 . Obra de Valdés Leal


Imagen

La imposición del nombre de Jesús, c. 1680. Obra de Valdés Leal


Imagen

Saint Dominic de Guzmán, 1675-79. Obra de Valdés Leal


Imagen

Saint John the Evangelist, 1675-79. Obra de Valdés Leal


Imagen

Saint Thomas of Villanueva Giving Alms to the Poor', oil on wood, c. 1653, El Paso Museum of Art. Obra de Valdés Leal


Imagen

Piedad, c. 1655. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Asunción de la Virgen. 1659. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Inmaculada Concepción con San Andrés y San Juan Bautista. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Inmaculada Concepción con San Felipe y Santiago. 1654. Óleo sobre lienzo, 234 × 167 cm. Museo del Louvre, (París). Obra de Valdés Leal


Imagen

Inmaculada con San Antonio y San Eloy (La Virgen de los plateros). Obra de Valdés Leal, c. 1655. Óleo sobre lienzo. 220 x 222 cm. Museo de Bellas Artes de Córdoba. Altar callejero del gremio de la platería en Córdoba.

Valdés Leal realiza esta obra durante su documentada estancia en Córdoba hacia 1645, donde estudió con Antonio del Castillo y contrajo matrimonio con la hija de un platero. El destino de esta Inmaculada era el altar que el gremio de la platería tenía instalado en la antigua calle de la Pescadería, y que fue retirado de su emplazamiento en 1841 con motivo del denominado decreto liberal Iznardi. Emulando la composición de la "Inmaculada con Fray Juan de Quirós" de Murillo, conservada en el Palacio Arzobispal de Sevilla, se representa a la Virgen sobre peana de fina platería y al santo patrono del gremio junto a San Antonio de Padua, santo también de especial significado para los plateros.


Imagen

La Anunciación. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Inmaculada Concepción con dos Donantes. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Inmaculada Concepción con San Felipe y Santiago. Obra de Valdés Leal


Imagen

La Inmaculada Concepción con San Felipe y Santiago el Menor. Obra de Valdés Leal


Imagen

The Christ of Medinaceli being pulled through the streets of Meknes. 1681. Obra de Valdés Leal


Imagen

The Conversion and Baptism of St. Augustine by St. Ambrose. 1675. Obra de Valdés Leal


Imagen

Angeles volanderos. Obra de Valdés Leal


Imagen

Alegoría de la Salvación. Obra de Valdés Leal


Imagen

Aparición de la Virgen a San Ignacio en Pamplona. Obra de Valdés Leal


Imagen

Ángel con flagelo. 1665-69. 118 x 111 cm. Banco de España, Madrid. Obra de Valdés Leal


Imagen

Cabeza cortada de San Juan Bautista. Obra de Valdés Leal


Imagen

Cabeza cortada de San Pablo. Obra de Valdés Leal


Imagen

Cabeza degollada de San Pablo. Obra de Valdés Leal


Imagen

Camino del Calvario, 1661. Obra de Valdés Leal


Imagen

Cristo servido por los ángeles. 1663-64. Obra de Valdés Leal


Imagen

El Arcángel San Miguel. Obra de Valdés Leal


Imagen

El Arcángel San Rafael. Obra de Valdés Leal


Imagen

El arrepentimiento de San Pedro. 1647-49. Óleo sobre lienzo, 127 x 98 cm. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. Obra de Valdés Leal


Imagen

El arrepentimiento de San Pedro. 1647-49. Óleo sobre lienzo, 190 × 103 cm. Museo Diocesano (Córdoba). Obra de Valdés Leal


Imagen

El obispo de Asís entregando la palma a Santa Clara. Obra de Valdés Leal


Imagen

La aparición de Cristo a San Ignacio camino de Roma. Obra de Valdés Leal


Imagen

Las bodas de Caná. 1660 . Tabla, 24 x 34 cm. cm. Museo del Louvre. París. Obra de Valdés Leal


Imagen

Las bodas de Caná. 1661. Lienzo, 107 x 80 cm. Colección particular. Madrid. Obra de Valdés Leal


Imagen

Retrato de un arzobispo. 1680-85. Lienzo, 104 x 89 cm. Massachusetts: Mead Art Museum. Amherst. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ambrosio recibiendo su última comunión. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio recibiendo la aprobación de las Constituciones del Papa Paulo IV. 1674-75. Lienzo, 272 x 370 cm. Iglesia de San Pedro. Capilla de San Joaquín y de Santa Ana. Lima. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio despidiéndose de San Francisco Javier. 1674-75. Lienzo, 272 x 370 cm. Iglesia de San Pedro. Capilla de San Francisco Javier. Lima. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Ignacio proponiendo la constitución de la Compañia de Jesús. 1674-1675. Lienzo, 272 x 370 cm. Iglesia de San Pedro. Capilla de San Francisco Javier. Lima. Obra de Valdés Leal


Imagen

San Marcos el Afligido y San Eloy. Colección particular. Las Arenas. Vizcaya. Obra de Valdés Leal


Imagen

Santa Bárbara. 1654-1656. Lienzo, 85 x 62 cm. Rosario. Argentina. Obra de Valdés Leal


Imagen

Santa Polonia y una Santa Carmelita. Iglesia del Carmen Calzado. Códoba. Obra de Valdés Leal


Imagen

Santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna (Saint Thomas of Villanueva Giving Alms to the Poor, oil on wood painting by Juan de Valdés Leal, c. 1653, El Paso Museum of Art). Obra de Valdés Leal.

Enlaces interesante

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Vald%C3%A9s_Leal

https://leyendasdesevilla.blogspot.com/ ... lla-y.html

https://www.oya-es.net/reportajes/leal.htm


Imagen

Iglesia de San Andrés en Sevilla.

PUES ESTO ES TODO AMIGOS, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO EL TRABAJO RECOPILATORIO DEDICADO AL PINTOR SEVILLANO JUAN DE VALDÉS LEAL, DESPUÉS DE MURILLO Y ZURBARÁN ES QUIZÁ, EL MEJOR REPRESENTANTE DEL BARROCO SEVILLANO.

Responder