JUAN DE FLANDES

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megaurbanismo
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JUAN DE FLANDES

Mensaje por megaurbanismo » Mié, 01 Dic 2021, 09:06

Este trabajo está dedicado al misterioso pintor Juan de Flandes, se le considera español –caso similar a “El Greco”- pues toda su carrera desde 1496, momento en que está documentada su presencia en Castilla al servicio de Isabel la Católica, desarrolla su carrera en España hasta su muerte en 1519 en Palencia, cuya Catedral le guarda recuerdo pues participó activamente en la puesta en escena de su Retablo del Altar Mayor. También está documentado su paso por la Universidad de Salamanca, donde firmó varias obras.
Se tienen noticias de su formación flamenca y su estancia italiana, pero no se sabe ubicar su año y lugar de nacimiento.
He realizado una pequeña recopilación de sus dispersas obras, espero que os guste.
Resumen Biográfico
Juan de Flandes (?, c. 1465 - Palencia, 1519). Pintor español de origen flamenco, uno de los más importantes representantes del Renacimiento en España.
Su existencia solo está documentada a partir del momento en que llegó a Castilla, en 1496, para asumir las funciones de pintor de la Corte, al servicio de la reina Isabel la Católica hasta la muerte de ésta en 1504. Probablemente discípulo de la Escuela de Brujas, y por lo tanto indirectamente de Jan van Eyck, Juan de Flandes realizó durante su periodo español numerosas obras en las que aúna la perfección técnica y el dominio de la composición con una extraordinaria sensibilidad hacia la luz y el paisaje castellanos.
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Retrato de Isabel la Católica. 1496-1503. Palacio de El Pardo. Madrid
Durante la primera fase de su estancia en Castilla (1496-1504) realizó algunos retratos, entre ellos uno de la reina, así como el Políptico de Isabel la Católica (pintado en colaboración con Michel Sittow) y el Retablo de San Juan Bautista. Del políptico subsisten unas 40 tablitas, muchas de ellas en el Palacio Real de Madrid, donde se exhiben montadas en un pequeño retablo.
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Supuesto retrato de Catalina de Aragón. 1496. Óleo sobre tabla. 31,5 x 22 cm. Museo Thyssen-Bornemisza
Otro retrato, identificado con dudas como de Catalina de Aragón, se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemisza, junto con una "Piedad" derivada de Hugo van der Goes.
Durante el periodo posterior a la muerte de la reina (1504-1519) trabajó en grandes retablos, entre los que destacan el de la capilla de la Universidad de Salamanca y el de la Catedral Vieja de la misma ciudad, así como, en Palencia, los de la iglesia de San Lázaro y la Catedral.
Entre sus obras maestras, destaca la gran "Crucifixión" recientemente adquirida por el Museo del Prado, que también posee varias tablas de la iglesia de San Lázaro.
ALGUNAS OBRAS:
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Crucifixión. Renacimiento. Óleo sobre tabla. 123 cm × 169 cm. Museo del Prado, Madrid. La crucifixión es una pintura del pintor renacentista hispano-flamenco Juan de Flandes. La obra fue realizada, se estima que entre 1509 y 1518, para el retablo mayor de la catedral de Palencia, una de las ciudades en que Juan de Flandes estuvo activo tras la muerte de la reina Isabel la Católica, al servicio de la cual había estado. En la actualidad se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
Historia de la obra. La crucifixión fue pintada por Juan de Flandes para el retablo mayor de la catedral de Palencia por encargo del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Esta tabla, destinada a la calle central, estaba flanqueada por un Camino del Calvario y un Entierro de Cristo. La Crucifixión permaneció allí hasta el año 1559, cuando fue sustituida por una talla que representaba a San Antolín. Gracias a un inventario realizado en 1668 se sabe que la pintura seguía en la catedral, en la Sala Capitular. En 1944 fue adquirida por Manuel Arburúa. La tabla permaneció en la colección particular de la familia Arburúa hasta que en 2005 el grupo contructor español Ferrovial la compró, para después entregarla al Museo del Prado en calidad de pago de impuestos que ascendían a siete millones de euros, en virtud del sistema de dación, que permite la trasmisión al acreedor del dominio de un objeto como forma de pago de una deuda. Se encuentra en el museo madrileño desde mayo de 2005.
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Análisis de la obra. La pintura responde a la técnica del óleo sobre tabla. La perspectiva adoptada por el pintor es la del punto de vista bajo, lo cual, junto con el predominio de las líneas rectas y la monumentalidad del conjunto, lo cerca a la manera de Mantegna y le confiere un aire italiano. El formato apaisado contribuye a que la cruz domine la composición, alrededor de la cual se sitúan los personajes en semicírculo. En el lado izquierdo coloca a la Virgen, el apóstol Juan, María de Cleofás y María Salomé. En el lado derecho, y en primer plano, sitúa a un soldado con armadura, de espaldas. Detrás de la cruz, y en un plano inferior al de los demás personajes, aparecen María Magdalena y dos hombres a caballo. Sobre la plataforma rocosa del primer plano, ante la cruz, el pintor dispone una serie de elementos con valor simbólico: un frasco de ungüento, alusivo a la redención por Cristo del hombre; unas piedras preciosas, que remiten al Paraíso accesible gracias al sacrificio de Jesús; la calavera y los huesos aluden al lugar de la crucifixión, el Gólgota, donde algunas tradiciones situaban también la tumba de Adán. Por otra parte, el paisaje seco, característico de las llanuras castellanas, encierra también alusiones a los textos que cuentan la muerte de Jesús: la nube oscura, las aves, la presencia conjunta del sol y la luna, etc. El cuadro revela el gran dominio técnico de Juan de Flandes, patente en la calidad pictórica de algunos elementos, como las joyas.
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La ministra de Cultura, de la época (Carmen Calvo), contempla esta obra maestra de la pintura hispano-flamenca entregada al Estado por el grupo Ferrovial. La Crucifixión o El Calvario, fue pintado para el retablo de la catedral de Palencia, pero nunca llegó a su destino. Recientemente esta obra la ha adquirido el Museo del Prado.
Artículo de ElPaís.com «El Prado recibe 'La Crucifixión' de Juan de Flandes en pago de impuestos»: http://www.elpais.com/articulo/cultura/ ... ucul_2/Tes
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Retablo Mayor. Catedral de Palencia. Al agrandar el retablo con dos calles más para la nueva ubicación se rellenaron con las tablas contratadas a Juan de Flandes, diez en total porque las otras dos que están colocadas arriba fueron hechas por su discípulo Juan Tejerina (Visitación y Epifanía). Estas pinturas siguen un programa coherente con el tema de la vida de Jesús desde la Anunciación hasta la cena de Emaús. El conjunto de tablas es de gran valía y calidad dentro de la pintura española de principios del siglo XVI. Algunas tallas de las que entregó Juan de Flandes no llegaron a ser colocadas o se suprimieron después, como la del tema de la Crucifixión, de formato apaisado que estaba en el centro del primer piso, formando tríptico con la de su derecha e izquierda.
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Catedral de Palencia. Altar Mayor. Fue en 1519 cuando se trasladó el Altar Mayor y su retablo, al lugar que hoy ocupa en la actualidad, y que hasta ese momento estaba ocupado por el coro. La orden para su traslado fué dada por el obispo Fonseca. A destacar en el retablo mayor, las tallas de Felipe Vigarny y el conjunto de pinturas de Juan de Flandes (siglo XVI). En un armazón decorado con motivos claramente renacentistas, se insertan tallas de santos y apóstoles y las tablas que desarrollan un completo ciclo cristológico centrado en las escenas de la Pasión y la Resurrección.
El retablo mayor proyectado por Pedro de Guadalupe en 1504, tiene once calles verticales separadas por pilastras platerescas, en sus numerosos aposentos se encuentras tallas de Vigarny y Ródriguez de León, así como la magnifica colección de doce tablas de Juan de Flandes que constituyen la obra maestra del pintor de los Reyes Católicos.  En lo alto un Calvario obra de Juan de Balmaseda, que representa a un Cristo agonizante, San Juan y la Virgen, obra del siglo XVI. En el centro de retablo se instaló en el siglo XVIII una escultura de San Antolín firmada por Gregorio Fernandez. El Sagrario decorado con numerosas imagenes en madera, fué obra de Pedro Torres, Tomasillo y su yerno. Dos rejas cierran el altar, ambas de hierro forjado y ambas obra de Cristóbal de Andino. La mayor de 1520, da al crucero y consta de dos cuerpos y crestería, presidiendo el crucifijo y los floreros y escudos del obispo don Antonio de Rojas y déan Zapata. La otras más pequeña, frente a la Sacristía, en puerta de esviaje o sesgada, colocada en 1531, también de dos cuerpos y crestería que lleva medallones con los bustos de San Antolín y los apóstoles Pedro y Pablo. Los púlpitos de hierro forjado, fuerón hechos en 1563 por Gaspar Rodríguez para ser colocados y asentados en la reja del Coro, siendo trasladados en 1607 al sitio actual. Las paredes laterales están cubiertas con dos colecciones de cuatro tapices cada una. A destacar una gran lampara vótiva de plata de 1561 realizada por Martín de Aranda, platero de Valladolid. Se dispuso "para que estuviera pendiente en medio y luciera".
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El Altar Mayor de la catedral de Palencia, se cubre con bóveda de crucería, donde se pueden admirar numerosos escudos dorados y policromados de diversos tamaños, lo cual bóveda y escudos son dignos de admirar. En las paredes exteriores del Altar Mayor encontramos dos paños, se trata de cuatro arcosolios conopiales, los dos centrales a modo de altares.

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Camino al calvario. 1500. Retablo de la catedral de Palencia. Obra de Juan de Flandes

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Isabel la Católica. Autor: Juan de Flandes. Oleo sobre tabla. 21 x 13 cm. 1485 h. Museo del Prado. Esta pequeña tablita flamenca se ha considerado tradicionalmente como el retrato de la reina castellana, Isabel la Católica. Probablemente fuera un retratito destinado a ser enviado a sus pretendientes, para concertar la boda. Era ésta una costumbre muy extendida en las monarquías europeas, para trabar alianzas políticas que se basaban en las alianzas matrimoniales. La monarquía española se valió de estos retratos con frecuencia. La reina tenía preferencia por los artistas flamencos y a ellos encargó toda su colección.
La efigie de la soberana se ha reducido a lo imprescindibles, apenas su rostro, que no debemos dudar se halla idealizado hasta cierto punto. El fondo es neutro, oscuro, para resaltar la tez clara de la mujer. El tocado es extremadamente sencillo, según la moda castellana. La cabeza no se halla de frente riguroso, sino de tres cuartos, a la usanza flamenca, que da algo de dinamismo a la figura sin plantear una postura demasiado agresiva, como lo sería un perfil o un frente absoluto.
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La resurrección de Lázaro. Tabla. 110 x 84 cm. Museo del Prado. Madrid. La reina Isabel la Católica, a quien Juan de Flandes hizo un retrato, encargó al pintor numerosas obras. Una de ellas pudo ser un retablo, del cual formarían parte esta tabla y otras que se encuentran en el Museo del Prado de Madrid.
El estilo flamenco de su autor se refleja en los rostros afeados característicos del arte nórdico, así como en el detallismo de la representación de paisaje, telas, anatomías, etc. El colorido es brillante, para que llame la atención del espectador una vez colocado en el retablo, en la cabecera de la iglesia en cuestión.
El tema representado es un episodio bíblico, la resurrección de Lázaro por Cristo. Lázaro, de piel oscura, medio desnudo y medio amortajado, se levanta del sepulcro. Está recién escapado del reino de los muertos: pálido, escuálido, con los cabellos desgreñados... El artista se recrea en estos datos que describen la muerte como algo horripilante. Las mujeres que aparecen en la escena ayudan a datar la tablita, debido a la moda de sus trajes: María lleva una larga falda de verdugones, propia de los Reyes Católicos, con un tocado que se remata en una larguísima trenza dorada. Este tipo aparece en muchísimos cuadros de la época, caracterizando a damas nobles, como pudiera ser la princesa Salomé.
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La venida del Espíritu Santo (Pentecostés). Autor: Juan de Flandes Óleo sobre tabla . 110 x 84 cm. 1514/18. Museo del Prado. Madrid. Tal vez la Reina Isabel la Católica encargara a Juan de Flandes un retablo en el cual se incluiría esta tabla, así como otras que se encuentran en el Museo del Prado.
El tema del cuadro que nos ocupa es la Pentecotesia, o llegada del Espíritu Santo. Este apareció en una de las primeras reuniones de los primitivos cristianos, celebrada en casa de uno de ellos. Voló sobre las cabezas de María y los Apóstoles, dándoles el don de lenguas para que pudieran predicar la venida de Cristo a la tierra por los cuatro confines.
Juan de Flandes plantea una escena protagonizada por la Virgen. Sentada en un trono con adornos clásicos, nos recuerda que los postulados renacentistas se están imponiendo en Castilla, pese al éxito de la Pintura Flamenca en la corte de los Reyes Católicos.
María, con tocas de viuda, estaba leyendo los Sagrados Testamentos al resto de la reunión, pero la llegada de la paloma ha dejado el libro abierto en su regazo, mientras ellas se recoge en actitud orante. Los apóstoles que la rodean miran asombrados al cielo, que resplandece en aureolas doradas, mientras que las lenguas de fuego se esparcen sobre ellos.
Los rostros y el abigarramiento del espacio son características flamencas, que tiende a un realismo de raíz empírica, lejos de frío racionalismo del Renacimiento italiano.

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La lamentación sobre Cristo muerto (Piedad con San Juan y la Magdalena). Juan de Flandes, c. 1500. Óleo sobre tabla, 23 x 30 cm. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Esta tablita procede de la colección francesa del duque de Blacas de Aulps y entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1956. El primer catálogo donde apareció fue el de 1958 y en él, por indicación de Friedländer, se adscribió a Hugo van der Goes. La atribución a Juan de Flandes fue sugerida por Winkler y recogida por Ebbinge-Wubben en la publicación de la Colección de 1969, aunque Elisa Bermejo, con anterioridad había incluido la obra en la monografía del artista y la había fechado hacia 1500.

Esta composición, que no sabemos si fue diseñada como una obra autónoma o formó parte de un conjunto más complejo, está inspirada en una pintura perdida de Van der Goes, conocida a través de copias como la que se conserva en Granada, en el Instituto Gómez Moreno. Juan de Flandes tomó de Van der Goes el grupo principal con Cristo y la Virgen, introdujo cambios en san Juan y María Magdalena, presentes también en la pintura de Van der Goes, pero sobre todo modificó el paisaje que sirve de marco a la escena. Este dramático episodio, en el que la Virgen expresa su dolor con el significativo gesto de llevarse la mano al pecho, se ha colocado a los pies del Gólgota, y Juan de Flandes ha optado por incluir en él un fragmento del Calvario con el Buen Ladrón, que todavía permanece en los maderos. Esta variante, respecto a la pintura de Van der Goes, se complementa con un macizo rocoso, a la izquierda, que sirve para equilibrar el conjunto y que deja, en el centro, un espacio para una vista que, con sus lomas y árboles, nos introduce en los últimos planos de la pintura. Las figuras de la Magdalena, que permanece arrodillada a la izquierda, y de san Juan, en el centro, se insertan con dificultad en el espacio, hecho que es más evidente en el caso del apóstol, por su postura y proporción.

Los sugestivos y extraños troncos de árboles partidos que Juan de Flandes introduce en la ladera de la colina y entre las cruces tal vez sean una alusión, como ha sugerido con reservas Santiago Alcolea, al papel de Cristo reseñado en tres pasaje de Isaías5. Este mismo historiador subrayó la presencia de estos troncos, toscamente biselados, en otras pinturas del artista, como una Lamentación, conservada en una colección privada. Un antecedente significativo para este detalle se encuentra en la tabla con el mismo asunto de Geertgen tot Sint Jans de la Gemäldegalerie de Viena.

Volviendo a la pintura de Hugo van der Goes mencionada más arriba, Juan de Flandes también sustituyó sus modelos por otros de tipología propia. Así, dentro de su producción hallamos ejemplos parecidos a la Magdalena del Museo Thyssen-Bornemisza en varias figuras del políptico de la reina Isabel la Católica. El grupo central de esta Lamentación sobre Cristo muerto, pero con las modificaciones propias del cambio de formato, se adaptó a la escena central de la predela del altar de San Miguel de Salamanca.

Mar Borobia / museothyssen.org

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Christ and the Woman of Samaria. Tabla. 24 x 18 cm. Museo del Louvre. París. Francia
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Christ Appearing to His Mother. 1500-1504. Oak. 21.6 x 16 cm. Gemäldegalerie. Berlín. Alemania
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La ascensión del Señor. Tabla. 110 x 84. cm. Museo del Prado. Madrid
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La oración del huerto. Tabla. 110 x 84 cm. Museo del Prado. Madrid
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Piedad con San Juan y la Magdalena. 1500. Óleo sobre tabla. 23 x 30 cm. Museo Thyssen-Bornemisza
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Saints Michael and Francis. 1505. Metropolitn Museum of Art. New York
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Santiago matamoros, c. 1500
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Herodias's Revenge's. 1496. Museum Mayer van den Bergh, Antwerp
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La boda de Cana. 1498
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Camino al calvario. 1500
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El milagro de los panes y los peces. Óleo sobre madera. 21 x 15 cm. 1501
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La cena de Emaús. 1497
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Pilatos juzga a Jesús. Óleo sobre madera. 21 x 15 cm. 1501
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Way to Stys. 1500
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La transfiguración. 1498
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Christ and the woman from Canaan (c. 1496-1504); Royal Palace, Madrid (part of the polyptich of Isabel of Castile)
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Christus wird ans Kreuz genagelt. C. 1496-1504
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Johanna die Wahnsinnige (1473-1555). C. 1500
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Virgen y niño
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La adoración de los reyes. 1496
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Supper in the House of Simon the Pharisee (c. 1496-1504); Royal Palace, Madrid (part of the polyptich of Isabel of Castile)
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Philipp der Schöne (1478-1506). C. 1500
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La tentación de Cristo en el desierto, tabla que pertenecía al Políptico de Isabel La Católica. National Gallery de Washington.
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La décollation de saint Jean-Baptiste. 1496-99
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Navidad de Nuestro Señor Jesucristo 1508-1519
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Martirio de San Pelayo, detalle. Iglesia de San Pelayo. (Olivares de Duero, Valladolid)
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El Bautismo de Cristo, c. 1508-1519
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Santa Apolonia y Santa Magdalena. Reproducción de la tabla de Juan de Flandes.Antiguo retablo Universitario. medidas 48cm x 24cm x 7cm.

Políptico de Isabel la Católica en el Palacio Real de Madrid

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Políptico de Isabel la Católica, obra de Juan de Flandes en colaboración de Michel Sittow, hacia 1496-1504. Patrimonio Nacional. Palacio Real de Madrid.

Tablas:

La Multiplicación de los panes y los peces.
La Resurrección de Lázaro.
Cristo y la mujer cananea.
Cristo apacigua la tempestad en el lago Tiberiades.
La Transfiguración.
Cristo en casa de Simón el Fariseo.
La Entrada de Cristo en Jerusalén.
El Prendimiento de Cristo.
Los improperios en casa de Caifás.
Cristo ante Pilatos.
Las tres Marías ante el sepulcro.
La bajada de Cristo al Limbo.
Noli me tangere.
La cena con los discípulos de Emaús.
La venida del Espíritu Santo.

Dimensiones: Óleo sobre tabla, 21 x 16 cm (cada una)
Colección: Isabel la Católica, 1505, Castillo de Toro; Margarita de Austria, Palacio de Malinas, 1516 y 1530; y Carlos V e Isabel de Portugal, 1530, Alcázar de Madrid
Localización: Palacio Real de Madrid
Número de inventario: 10002018 a 10002032

Descripción:

El llamado Políptico de Isabel Católica es un extraordinario conjunto de obras sobre tabla de pequeño tamaño, con bellísimas escenas de tipo miniatura de la vida de Cristo, destinadas a un uso devocional de carácter privado de la reina, por lo que posiblemente nunca debieron estar montadas como retablo, sino sueltas para su examen de forma individualizada. Es lógico que Isabel quisiera figurar junto a su marido Fernando de Aragón en algunas de las tablas de tan importante encargo, como así parecen estar representados en la Multiplicación de los panes y los peces, y sólo con el rey, en la Entrada de Cristo en Jerusalén, ambas en el Palacio Real de Madrid.

En origen, estaba compuesto de cuarenta y siete tablas, según el inventario de bienes de la reina realizado tres meses después de su muerte, el 25 febrero de 1505, en el Castillo de Toro, procediéndose de inmediato a su desmembramiento ante su venta en pública almoneda. Como consecuencia de ello, sólo han llegado hasta nosotros un total de veintisiete pinturas, hoy repartidas por varias colecciones europeas y americanas. El lote más importante, compuesto de treinta y dos piezas, fue el adquirido por su yerno Felipe I el Hermoso, que después pasaría a su hermana Margarita de Austria, quien lo destinó a su palacio de Malinas, según figura en el Inventario de sus bienes de 1516. A la muerte de Dª Margarita en 1530, veinte de ellas fueron heredadas por su sobrino Carlos V, quien las regaló a su mujer Isabel de Portugal, incorporándose de esta forma a las colecciones reales españolas. Diversas vicisitudes a lo largo de su historia han provocado que el conjunto se redujera tras la invasión napoleónica al actual número de quince piezas, que conserva Patrimonio Nacional.

El único artista que aparece como autor en las fuentes documentales es Michel Sittow, pintor estonio al servicio de Isabel la Católica desde 1492, a quien se atribuyen en el citado Inventario de Dª Margarita de 1516 dos de las tablas del conjunto -la Ascensión de la colección inglesa del conde de Yarborough y la Asunción de la National Gallery de Washington-. Las otras veinticinco tablas conservadas se han venido adjudicando, desde el estudio de 1887 del gran hispanista alemán Carl Justi, al otro gran pintor que trabaja para la reina desde 1496, Juan de Flandes, al establecerse claras conexiones con obras seguras del artista, como el Retablo de la vida del Bautista, realizado por encargo de la reina para la Cartuja de Miraflores en Burgos en el año de entrada a su servicio en 1496, o el Retablo de San Miguel del Museo Diocesano de Salamanca o el Retablo mayor de la Catedral de Palencia, obras que han servido de fundamento para establecer su catálogo razonado. No obstante, el conjunto presenta una verdadera homogeneidad artística, con una pintura basada en el formato y en la factura técnica de la miniatura, que refleja la formación y colaboración de ambos pintores en los centros flamencos de Gante y Brujas de hacia 1470-1480, con una clara influencia de la obra del Maestro de María de Borgoña y de Gerard David.

patrimonionacional.es
PUES ESTO ES TODO AMIGOS, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO LA EXPOSICIÓN DEDICADA AL PINTOR ESPAÑOL DE ORIGEN FLAMENCO JUAN DE FLANDES.

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