SÁNCHEZ COTÁN, Juan

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megaurbanismo
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SÁNCHEZ COTÁN, Juan

Mensaje por megaurbanismo » Mié, 01 Dic 2021, 08:28

Este trabajo está dedicado al pintor barroco español Juan Sánchez Cotán (1560-1627). Su obra es poco numerosa, pero tiene varios bodegones que están consideradas verdaderas obras de arte.

Según algunos especialistas: "Sánchez Cotán fue un pintor de escaso mérito en los temas religiosos, que sin embargo tenía unas extraordinarias dotes como bodegonista".

Personalmente pienso que era un pintor muy completo, basta contemplar la magnífica obra religiosa que pintó en la cartuja de Granada. Además de los libros de arte; conozco a este pintor, por un pequeño cuadro; “Bodegón de caza, hortalizas y frutas” que así se llama, en el Museo del Prado, siempre me ha llamado la atención; por la atracción que me causa siempre que lo veo, haciendo fijar la vista en él y no en otros bodegones de otros artistas que le acompañan.

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Juan Sánchez Cotán (¿Orgaz (Toledo) 1560? ~ Granada 1627) pintor español, célebre por sus bodegones, se le considera adscrito al barroco.

Poco se sabe aún de la infancia y la temprana juventud de Sánchez Cotán, se considera que nació un 25 de junio en Orgaz o si no en el Alcázar de San Juan esto en el año 1560 o en el 1561. Los primeros datos ciertos en relación a su vida señalan que tras ser discípulo de Blas del Prado en Toledo, hacia el año 1603 abandonó su carrera artística seglar y al siguiente año ingresó en la cartuja del Paular en donde prosiguió su arte ya con tonos religiosos imbuidos de un singular misticismo: el de la búsqueda de cierta transcendencia o sublimación de lo terrenal a través del retrato y la elaboración de, precisamente, lo terrenal; en 1612 se dirigió a Granada, donde tomó definitivamente los hábitos de monje cartujo durante el año 1613.

Su temperamento místico muy signado por la Contrarreforma se trasunta de un modo muy especial en las más sencillas y aparentemente más seculares de sus obras.

Su arte. Por su obra este pintor es ubicado entre la influencia veneciana y la llamada "escuela" de El Escorial.

Sánchez Cotán ha llegado a lograr merecida fama en la pintura de bodegones en los cuales resulta característica la composición aparentemente sencilla ( y en tal caso, prácticamente casi nada barroca ) aunque dotada tal composición de profunda armonía dada en gran medida por una estudiadísima distribución de los colores, con una sobriedad tonal que parece estar iluminada por una luz interna que dota a los cuadros de una sutil aura mística: sus figuraciones frecuentemente proporcionan una extraña sensación de silencio y quietud.

En efecto: cada uno de los elementos, de la composición está analizado por Sánchez Cotán hasta el más mínimo detalle y la estructura oculta en la cual están distribuidos al parecer "naturalmente" se ajusta a formas estrictamente geométricas, a los elementos que él representa por fútiles que parezcan ( sea una hogaza de pan, un cardo, unos pájaros, una copa etc.) se les atribuye un simbolismo dado en el conjunto.

El tipo de composición más frecuente que realiza Sánchez Cotán es aquella en la cual esquina a los objetos en un ángulo suavemente curvado ya sea sobre la izquierda o ya sea sobre la derecha del cuadro.

Por el ascetismo, por la escasez de alimentos, la pobreza pecuniaria en ellos representada y los sugestivos espacios vacíos, sus bodegones han recibido el calificativo de bodegones de cuaresma - ya que parecen buscar consolar los ayunos más que excitar los apetitos- , tales bodegones entonces merecen su propia tipología . Por este motivo son obras sin precedentes ni paralelos ( por ejemplo se encuentran excentos de ciertas opulencias que se encuentran en bodegones como los de los flamencos Pieter Claesz o Wilhelm Claesz Heda). Tales cuadros de Sánchez Cotán ejercieron sin embargo un gran influjo sobre pintores como Juan van der Hamen, Felipe Ramírez, los hermanos Vicente y Bartolomé Carduccio y, especialmente, sobre Zurbarán.

Por otra parte realizó Juan Sánchez Cotán obras de temática religiosa entre las que se destacan los lienzos de la cartuja de Granada. Sus obras religiosas evidencian un cierto arcaísmo relacionado con la pintura flamenca devocional y, en menor grado, la influencia del manierismo italiano. Se considera que, en cierto modo, adoptó el caravaggismo.

Algunas de sus principales obras

• Bodegón con caza, hortalizas y frutas o Bodegón con cardo y francolín (1602, Museo del Prado, Madrid).
• Bodegón con el membrillo, la col, el melón y el pepino (1603, San Diego Museum of Art, San Diego (California, EE UU).
• Bodegón con cardo y francolín. Colección de Bárbara Piasecka Johnson, Princeton, Nueva Jersey EE UU.
• Bodegón con aves de caza y verduras, 1600-1603. Instituto de Arte de Chicago. EE UU.
• Bodegón con cardo y zanahorias, Museo de Bellas Artes de Granada.
• Bodegón con flores, hortalizas y un cesto de cerezas, la última obra localizada del maestro Sánchez Cotán.
• Retrato de Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda. 1590. Museo del Prado, Madrid.
• Estudios de la fundación de la gran cartuja. Cartuja de Granada.
• Pinturas del Refectorio de la Cartuja de Granada.
• Altar fingido de San Pedro y San Pablo, Cartuja de Granada.
• Persecución de los cartujos en Inglaterra bajo el reinado de Enrique VIII. Cartuja de Granada.
• La Virgen despertando al Niño. Museo de Bellas Artes de Granada.
• Anunciación. Museo de Bellas Artes de Granada.
• Aparición de la Virgen del Rosario a los cartujos. Museo de Bellas Artes de Granada.
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He realizado esta recopilación de información e imágenes de este pintor español, que espero contribuya en la divulgación su obra y además guste a los visitantes de esta sección de arte del foro de xerbar.





Algunas obras


Sánchez Cotán en el Museo del Prado

Sánchez Cotán, Juan (Orgaz, Toledo, 1560-Granada, 1627). Primer pintor español de quien conocemos bodegones, en su mayoría pintados antes de 1603. Bautizado en la iglesia parroquial de su localidad natal el 25 de junio de 1560, vivió y trabajó en Toledo. Es posible que fuera discípulo de Blas de Prado, pintor que goza de la distinción de ser el primer bodegonista español documentado, pero del que no se han identificado obras de ese género. Parte de la familia de Sánchez Cotán residió en Orgaz (Toledo); en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) vivieron su hermano Alonso Sánchez Cotán, escultor, y los dos hijos artistas de éste, Alonso, también escultor y ensamblador, y Damián, dorador y estofador. El suceso central en la vida de Sánchez Cotán fue su decisión, a la edad de cuarenta y tres años, de abandonar Toledo para hacerse cartujo. En septiembre de 1604 profesó como hermano lego en la cartuja de Granada. En 1610 residía en la cartuja de El Paular (Segovia), y en enero de este año se comprometió, con su sobrino Alonso Sánchez Cotán, a pintar un retablo para la iglesia parroquial de San Pablo de los Montes (Toledo). Vuelto al convento granadino, entre 1615 y 1617 pintó para el mismo una serie de episodios de la historia de la orden cartujana (cartuja de Granada); se afirma que Vicente Carducho los estudió en una visita a Granada en 1626-1627 antes de acometer su propia serie para El Paular. La orden no solo valoró el talento de Sánchez Cotán para la pintura de temas religiosos, sino también sus aptitudes prácticas, con las que colaboró en el mantenimiento del convento. Durante esta etapa de su vida su fe religiosa parece haberse intensificado; sus primeros biógrafos lo rodearon de un halo de santidad, y según una leyenda se le apareció la Virgen María para que la retratase. Murió en la cartuja de Granada el 8 de septiembre de 1627, fiesta de la Natividad de la Virgen y aniversario de su profesión en la orden. Se desconocen los motivos que llevaron a Sánchez Cotán a ingresar en una de las órdenes más estrictas. Su cambio de estado fue la razón de que en agosto de 1603 hiciera testamento e inventario de sus bienes, documentos insólitamente detallados que arrojan alguna luz sobre su carrera artística y su estilo de vida. Esas fuentes apenas reflejan las convicciones religiosas latentes en el artista; solo sugieren una piedad convencional. En el inventario se citan un hábito franciscano y un rosario. Tenía pocos libros, pero uno de ellos era la segunda parte de Flos sanctorum de Alonso de Villegas (Toledo, 1584), una lectura piadosa popular y obra de consulta esencial para los pintores; incluso es posible que Sánchez Cotán conociera al autor. La situación económica del artista parece haber sido desahogada; en su testamento no se mencionan deudas, prestó dinero a menudo y dejó instrucciones detalladas para el reparto de su herencia entre sus familiares. El hecho de que uno de sus deudores fuera El Greco demuestra que se conocieron. Todo indica que Sánchez Cotán vivió en Toledo con comodidades; su casa estaba bien amueblada, con guadamecíes, un tapiz francés de figuras y escudos de armas en las paredes. También poseyó instrumentos musicales, un arpa y una vihuela, y un libro de música; esta afición hace pensar que fuera un hombre cultivado. Un autorretrato que había comenzado antes de salir de Toledo es hoy desconocido. El inventario de 1603 cita dos pinturas mitológicas de tema erótico, un Juicio de Paris y una copia de El rapto de Europa, de Tizia­no (Isabella Stewart Gardner Museum, Boston), que acaso fueran de su mano. Sánchez Cotán disfrutó de una carrera artística convencional mientras vivió en Toledo. Aceptó encargos de pinturas religiosas para iglesias y también otros de menor importancia, por ejemplo pintar las armas del arzobispo de Toledo en casa de un zapatero. Sorprende que en la documentación de su carrera toledana no haya mención de discípulos ni ayudantes. Su inventario alude a retratos y copias de pinturas venecianas para coleccionistas particulares, así como paisajes. De unas sesenta pinturas reseñadas en ese documento, la mitad eran de asunto religioso, once retratos y solo nueve bodegones. A juzgar por eso, las pinturas devotas de caballete serían una producción básica del artista, generalmente imágenes piadosas de la Virgen y santos más que escenas narrativas. Las que realizó en Toledo presentan un estilo de figuras plenamente formado, refinado y dulce, derivado de los pintores de la escuela de El Escorial, que se mantuvo virtualmente inalterado a lo largo de su carrera. No cabe duda, sin embargo, de que la vertiente realmente notable del arte de Sánchez Cotán, según se reconoció ya en el siglo XVII, fueron sus bodegones.


Obras


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Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda. Obra de Juan Sánchez Cotán. 1590, óleo sobre lienzo, 102 x 61 cm. [P3222]. Museo del Prado. Procedencia: Bienes de Juan Sánchez Cotán, 1603; Juan Gómez de Mora; Colección Real (Palacio de El Pardo, Madrid, antecámara, 1701, s.n.; colección Felipe V, Quinta del duque del Arco, El Pardo-Madrid, tercera pieza de invierno, 1745, [nº 41]; Quinta del duque del Arco, pieza tercera, 1794, nº 61).

Probablemente se trata del retrato de la barbuda de Peñaranda que aparece entre los cuadros que el pintor Juan Sánchez Cotán (1560-1627) dejó a Juan Gómez en 1603. Otro retrato de la barbuda de Peñaranda se cita en 1629 en la colección de Pedro Salazar de Mendoza. Ambos cuadros estaban en Toledo y es muy probable que se tratara del mismo. Su identificación con el ejemplar del Museo del Prado se basa en razones estilísticas, pues la técnica minuciosa y detallada es cercana a la que caracteriza la pintura de Sánchez Cotán, quien, según revela el inventario ya citado de 1603, se dedicó con cierta asiduidad al género retratístico. También el uso de la luz para modelar suavemente los rasgos es propio del pintor cartujo. Brígida del Río fue un personaje popular a finales del siglo XVI. Prueba de su fama es su mención en varias obras literarias y la creación de varias imágenes que la representan. Entre las primeras figuran títulos importantes y difundidos de la época, como el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599 y 1604), el Tesoro de la lengua castellana de Sebastián de Covarrubias (1611), o el Donado hablador de Jerónimo Alcalá (1624). En cuanto a sus retratos, se sabe que a finales del siglo XVI poseía uno el arzobispo Juan de Ribera y en 1659 se cita otro en la colección del marqués de Astorga. El cuadro del Prado se difundió a través del grabado, pues fue el modelo que utilizó el citado Sebastián de Covarrubias para una de las imágenes de sus Emblemas morales (1610), donde se aclara que la figura es el retrato de la barbuda de Peñaranda. Se trata de uno de los varios retratos de mujeres barbudas que han circulado por España. Algunos, como el de Ribera, han llegado hasta nosotros, y otros se conocen por sus referencias documentales. El tema fue utilizado también por Miguel de Cervantes, quien se sirvió de él para construir uno de los episodios cómicos de la segunda parte del Quijote. Con frecuencia, a las mujeres barbudas se las incluye en el amplio catálogo de enanos, bufones y gentes de placer. Todos ellos comparten una anormalidad física o psíquica que invita a dejar constancia gráfica de su paso por este mundo. El carácter documental de muchas obras de este tipo está atestiguado en este caso por la inscripción que aparece en la parte superior izquierda, en la que se identifica a la retratada, se indica su edad y se precisa la fecha en la que se pintó el cuadro. Todo ello sirve para afirmar la veracidad de la imagen. Sin embargo, como han señalado Fernando Rodríguez de la Flor y Jacobo Sanz, a las barbudas le estaba asociada una serie de valores específicos que trascienden los límites de la mera curiosidad natural y que afectan a esferas como la moral. Son connotaciones que hay que tener en cuenta para comprender mejor el origen y la función de estos retratos. Los tratados de fisionomía y la literatura de carácter científico atribuían el crecimiento de la barba y otras características masculinas a la preponderancia en el hombre de humores de carácter cálido, que son los mismos que se atribuyen a las barbudas, y que justificarían el tópico acerca de la lujuria y las pésimas costumbres de estas mujeres a las que con frecuencia se asocian nociones demoníacas (Texto extractado de Portús, J. en: El retrato español en el Prado. Del Greco a Goya, Museo Nacional del Prado, 2006, p. 72).


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Bodegón de caza, hortalizas y frutas. Obra de Juan Sánchez Cotán, 1602. óleo sobre lienzo, 68 x 89 cm, firmado. [P7612]. Museo del Prado. Procedencia: Colección del infante Sebastián Gabriel de Borbón, hasta 1835; Museo de la Trinidad, hasta 1861; restitución al infante Sebastián Gabriel de Borbón; herederos del infante don Sebastián; adquirido en 1991, con fondos del Legado Villaescusa.

Bodegón colocado en el interior de una alacena en el que se pueden observar apoyados en la superficie: un grupo de dos serines, dos jilgueros y dos gorriones en una caña, tres zanahorias, dos rábanos y un gran cardo blanco cerrando la composición. Y colgados del alfeizar superior: tres limones, siete manzanas, un jilguero, un gorrión y dos perdices rojas.

La composición destaca por su sobriedad, intimismo e intensidad, características que se enfatizan gracias a la luz lateral que produce grandes sombras, creando una ilusión perfecta y plenamente realista propia de las naturalezas muertas pintadas por Cotán que se convertirán en el prototipo del bodegón español.

Este cuadro fue pintado para Juan de Salazar, miniaturista en El Escorial y albacea testamentario de Sánchez Cotán. Perteneció posteriormente al infante don Sebastián Gabriel (1811 - 1875), a quien le fue incautado en 1835. Pasó al Museo Nacional de la Trinidad, siendo devuelto años más tarde a sus herederos, entre los que permaneció hasta 1991, momento en el que fue adquirido para el Museo del Prado con fondos del legado Villaescusa y beneficios de la exposición Velázquez (1991).



Otros bodegones


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Bodegón con membrillo, repollo, melón y pepino. Obra de Juan Sánchez Cotán. 1600-03. Óleo sobre lienzo, 60 x 81 cm. San Diego Museum of Art. El bodegón del Museo de San Diego (California), firmado «Ju Sánchez Cotán F.» (). La ordenación geométrica de sus componentes, membrillo, repollo, melón y pepino, en movimiento curvilíneo decreciente, forma una hipérbola que el pintor podría haber tomado de Arquímedes.

Fray Juan Sánchez Cotán posee varias obras muy similares a ésta, como el Bodegón del Cardo en el Museo del Prado. La interpretación que se ha dado a estas naturalezas muertas de escasos alimentos, todos ellos austeros y geométricamente dispuestos sobre un nicho, ha tratado de encontrar un significado religioso a la obra, pero nada ha sido demostrado. Como en otras obras del autor, los elementos de la composición penden de cordeles blancos o reposan sobre lo que parece ser el alféizar de una ventana o el nicho de una fresquera. Los vegetales que en este caso se incluyen en el lienzo son frutos de huerta, propios del verano. La elección de esta época para los bodegones también la encontramos en Caravaggio, uno de los primeros en practicar el bodegón. Ejemplo de estas frutas se encuentran en su Cesto de frutas de la Pinacoteca Ambrosiana de Milán.


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Bodegón del cardo. Obra de Juan Sánchez Cotán. Óleo sobre lienzo, 62 x 82 cm. Museo de Bellas Artes de Granada, pudiera proceder de la Cartuja de Granada y en tal caso sería el más tardío de los bodegones de Sánchez Cotán conocidos en la actualidad. Se ha llamado bodegón de cuaresma, pues en su composición, deudora del bodegón del Prado, las piezas se han reducido drásticamente quedando únicamente las verduras.


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Bodegón con aves de caza y verduras. Obra de Juan Sánchez Cotán, 1600-1603. Óleo sobre lienzo, 68 x 88 cm. Instituto de Arte de Chicago. EE UU. Obra Juan de Sánchez Cotán. El Bodegón, de Chicago, Art Institute, s asmeja al bodegón de San Diego, del que se repiten las piezas vegetales con el añadido de un pimiento sobre el antepecho, Sánchez Cotán agrega en éste cuatro aves colgadas del techo: ánade real, sisón, tórtola y carraca.


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Bodegón con flores, hortalizas y un cesto de cerezas, la última obra localizada del maestro Sánchez Cotán. Óleo sobre lienzo, 89 x 109 cm. La obra es propiedad de una acaudalada familia de banqueros franceses. La pintura es una rareza en la obra del artista: la única que incluye flores. Llegó a exhibirse en una exposición de 1936, pero bajo la autoría de Zurbarán. Un sello certifica que el cuadro salió de España durante la Guerra Civil.

El paradero de la obra del maestro Juan Sánchez Cotán (Orgaz, 1560 - Granada, 1627) ha perdido un eslabón en su halo de misterio. El pintor toledano que convirtió el bodegón en todo un género ejecutó un total de nueve naturalezas muertas. De ellas, solo seis estaban localizadas y catalogadas. La séptima, Bodegón con flores, hortalizas y un cesto de cerezas, acaba de ser identificada; pertenece a los David-Weill, una acaudalada familia de banqueros franceses cuya matriarca, Eliane David-Weill, legó la pintura a sus hijos hace dos años. El cuadro se encuentra ahora mismo en las dependencias de una galería de arte madrileña, Caylus.

Sánchez Cotán fue el primero en otorgar a sus bodegones la categoría de género pictórico. Sus frutas y verduras impregnadas de metafísica le consagraron en vida y le convirtieron después en verdadero artista de culto. Gracias al testamento que realizó al abandonar Toledo e ingresar como cartujo en Granada, se sabe que pintó nueve bodegones. Ahora solo quedan dos de ellos en paradero desconocido.

Sometido a una sencilla operación de limpieza, el último Sánchez Cotán se expuso el pasado mes de abril en la Fundación Gulbekian de Lisboa. Por el momento, se desconoce si sus propietarios franceses tienen la intención de ponerlo a la venta, aunque la noticia de su localización ha levantado ya grandes expectativas entre coleccionistas públicos y privados.

Bodegón con flores... es un óleo de 89 - 109 centímetros, con una composición algo diferente a la de los restantes trabajos del artista. De los que se le conocen, es el único en el que el pintor incluyó flores: en concreto, azucenas blancas y rosadas, similares a las utilizadas por El Greco en algunas de sus composiciones. El elemento central del cuadro es un cesto de mimbre cargado de cerezas y rematado con claveles. Dos manojos de espárragos, un plato de judías verdes, alhelíes, rosas y azucenas ocupan la base de la alacena. La negritud del fondo del lienzo recrea sus clásicos vacíos profundos poblados de sombras y misterios de forma que lo natural vuelve a unirse con lo sobrenatural. Como en el resto de su obra, la colocación de los objetos, siempre escasos, parecen organizados en función de alguna regla matemática o procedente de mundos esotéricos.

El historiador y comisario Peter Cherry explica, en el número de octubre de la revista Ars Magazine, que se trata de un lienzo en el que se muestran los cuatro lados de su habitual escena a través del marco de una ventana proyectada en perspectiva desde un punto de vista bajo. Dentro del marco están todas sus naturalezas muertas, de forma que convierte la superficie del cuadro en una abertura ficticia, una estructura donde localizar objetos de tamaño natural.

La obra fue realizada para decorar la parte alta de un interior y debe contemplarse de abajo hacia arriba, única manera de apreciar la perspectiva del bodegón. Hasta su retirada del mundo civil, a los 43 años, Sánchez Cotán era ya un artista cotizado. Los encargos le llovían. El bodegón localizado habría sido pintado por deseo de una rica familia toledana. En su estudio, Peter Cherry argumenta con detalle cómo esta obra figura entre las primeras naturalezas muertas españolas con flores.

Aunque el paradero del bodegón fue un misterio durante mucho tiempo, su trayectoria está documentada. Actualmente es propiedad de los David-Weill, una familia de banqueros franceses con propiedades en Cataluña. La madre, Eliane, creó una importante colección de arte y en la década de los 60 compró el bodegón de Sánchez Cotán en la sala Parés de Barcelona. Décadas antes, en 1936, la obra formó parte de una exposición de bodegones de la colección de Juan Martínez de la Vega, aunque en esa muestra se exhibió bajo la autoría de Zurbarán con una interrogación añadida.

Enrique Lafuente Ferrari fue el primer especialista que publicó una investigación detallada sobre el bodegón y demostró la autoría de Sánchez Cotán, desmontando de golpe todas las dudas que pudieran plantearse. Es un trabajo que ahora se ve complementado con la tesis de Peter Cherry. Un sello estampado en el bastidor prueba que el cuadro estuvo en Suiza, lo que parece indicar que durante la Guerra Civil, sus propietarios lo entregaron a la junta de salvación de obras de arte creada por la República, encargada de proteger piezas de arte de propiedad pública o privada.


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Bodegón con cardo y francolín. Obra de Juan Sánchez Cotán. 1600. Óleo sobre lienzo, 73.3 x 62.2 cm. Colección de Barbara Piasecka. Pinceton.

"La sala de subastas Christie's subastó en Londres, subastó el 7 de diciembre de 2004 un bodegón del español Juan Sánchez Cotán batiendo un récord al venderse por casi seis millones de euros, el precio más alto alcanzado por una naturaleza muerta española.

La obra del granadino Sánchez Cotán (1560-1627), un bodegón titulado Cardo y francolín, datada en el año 1600, ha sido adjudicada a un postor privado estadounidense y que desembolsó 5,85 millones de euros. "Se trata de un récord mundial de una obra de Sánchez Cotán en una subasta. Además, es un récord para un bodegón español", según confirmaron en la sala de subastas Christie's".

La importancia de ese cuadro radica en que es el único, de los seis trabajos de Cotán verificados por los expertos, a la venta en el mercado del arte, ya que cuatro se hallan en museos de varios países y otro en los fondos de un coleccionista privado en Madrid. (elpais.com)



Atribuciones


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Bodegón con frutas y verduras. 1600, óleo sobre lienzo, 69.5 x 96.5 cm. Colección del Banco Inversión. Madrid. Obra atribuida a Juan Sánchez Cotán.


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Bodegon con cardo, zanahoria y membrillo, óleo sobre lienzo, 46 x 61 cm. Colección particular. Obra atribuida a Juan Sánchez Cotán.


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Bodegón de frutas en un recipiente con dos albaricoques, óleo sobre lienzo, 111,5 x 67 cm. Colección particular. Obra atribuida a Juan Sánchez Cotán.


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El cardo rosa - Le Cardon rose, Musée des Beaux-arts de Strasbourg. Obra atribuida a Juan Sánchez Cotán.



Obra religiosa


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Visión de San Hugo. Obra de Juan Sánchez Cotán. Óleo sobre lienzo, 328 x 254 cm. Museo de Bellas Artes de Granada. Esta obra fue pintado para una capilla del claustro pequeño de la cartuja, representa una visión del santo obispo en la que se le anunciaba la fundación de la primitiva cartuja.


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San Bruno, fundador de la Cartuja. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Visión de San Hugo, Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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La Virgen despertando al Niño. Obra de Juan Sánchez Cotán. Óleo sobre lienzo, 110 x 81 cm. Museo de Bellas Artes de Granada (110 x 81 cm), estudio de iluminación artificial a la manera de Cambiaso y los pintores manieristas.

Las naturalezas muertas fueron protagonistas de prácticamente toda la producción pictórica de Juan Sánchez Cotán, quien además era monje. Sin embargo, realizó algunos cuadros de temática religiosa, entre los cuales se incluye esta intimista escena de la Virgen que despierta a su bebé. La calidad del autor a la hora de realizar las figuras y dar volumen o textura a los objetos es inferior a la que muestra en sus bodegones. Pero la delicadeza y elegancia que derrocha en las figuras de la madre y el hijo es difícil de encontrar en otros autores. La escena se desarrolla en lo que podría ser la típica cocina pobre de un hogar castellano, con unos pocos cacharros de barro y latón, y un humilde fogón al fondo que llama nuestra atención con su luz. El foco principal proviene de la vela que dulcemente María aproxima al rostro sonriente del pequeño. El cuadro se convierte de esta manera en un documento de la época barroca en sus comienzos, al tiempo que permitía fácilmente al fiel identificarse con los humildes protagonistas de la escena.


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Anunciación. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán. Obra restaurada en 2010. El tema iconográfico de esta pintura se corresponde con uno de los episodios más importantes del Nuevo Testamento, la Anunciación o Salutación Angélica, tema que ha sido ampliamente estudiado por el experto en iconografía cristiana, Louis Réau. Este tema se basa tanto en fuentes canónigas como apócrifas. La referencia más importante se encuentra en el Evangelio de San Lucas (1: 26-38). Se identifican varios personajes: la Virgen María arrodillada en un reclinatorio, el arcángel Gabriel que desciende volando, y el Padre Eterno que envía al Espíritu Santo dentro de un rompimiento de gloria, además de una serie de angelotes y querubines que revolotean alrededor de ellos. Se trata de una composición sencilla, que ha sido dividida en dos planos, un plano inferior y terrenal y un plano superior y divino, cuyo vínculo de unión sería el ángel que vuela entre ambos mundos.


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Aparición de la Virgen del Rosario a los cartujos. Obra de Juan Sánchez Cotán. Óleo sobre lienzo, 333 x 231 cm. Museo de Bellas Artes de Granada. Antonio Palomino afirma que el pintor se retrató en él, suponiéndose por tal motivo que el monje que aparece en primer término a la derecha sea su autorretrato.


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Inmaculada. Iglesia de Santiago Apóstol, Valladolid. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Inmaculada. Óleo sobre lienzo, 145 x 103 cm. Colección particular. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Saint Joseph with the Infant Christ. Oil on Canvas, 87.6 x 66.7 cm. Obra de Juan Sánchez Cotán


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La Sagrada Familia con San Juanito. Óleo sobre lienzo, 170 x 131 cm. Obra de Juan Sánchez Cotán


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El milagro de San Francisco. 1620. Colección particular. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Imposición de la casulla a San Ildefonso. Óleo sobre lienzo, 244 x 280 cm. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Jesús atado a la columna. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Detalle del lienzo Camino del Calvario. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Piedad. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Crucificado. Óleo sobre lienzo, 220 x 120 cm. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Detalle del lienzo 'Descanso de la Huida a Egipto'. Museo de Bellas Artes de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Cristo crucificado. Óleo sobre lienzo, 127 x 84 cm. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Saint Louis de Gonzague recevant la première communion de Saint Charles Borromée, oil on canvas, 111 x 147 cm. Obra atribuida a Juan Sánchez Cotán


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San Sebastián. San Diego Museum of Art. USA. Obra de Juan Sánchez Cotán


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San José con el Niño Jesús, c. 1612. Barnard Castle, Bowes Museum. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Adoración de los pastores. Óleo sobre lienzo, 61 x 102 cm. Colección particular. Obra de Juan Sánchez Cotán



La Cartuja de Granada


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Monasterio de La Cartuja de Granada. El Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como La Cartuja de Granada es un monasterio situado en Granada, que albergó a una comunidad de monjes cartujos desde su construcción hasta 1835. Aunque mezcla diversos estilos, representa una de las cumbres de la arquitectura barroca española.


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Entrada al Monasterio de La Cartuja de Granada

Surgió por la decisión que tomó en 1458 la comunidad del monasterio de Santa María de El Paular y se comenzó a construir en 1506 una vez que se fijó su emplazamiento, tras la cesión de unos terrenos por el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. El emplazamiento actual no corresponde a los terrenos cedidos por el Gran Capitán por lo que éste se desentendió del proyecto. En 1516 se reiniciaron las obras que durarían tres siglos sin llegar a acabar el proyecto inicial, y del que sólo se conserva parte, porque en 1842 fue destruido el claustro y las celdas de los monjes, y afectando a la casa prioral que fue destruida totalmente en 1943. Estuvo habitada hasta 1835 momento en el que los monjes fueron expulsados de la misma. Su construcción duró desde el S.XVI hasta el XIX.


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Cúpula del sagrario de la Cartuja de Granada, obra del pintor Antonio Palomino. Monasterio de La Cartuja de Granada

De exuberante decoración, sus espacios más célebres son la iglesia, la sacristía, de autor desconocido, y el sagrario que es obra del maestro Francisco Hurtado Izquierdo y cuenta con una impresionante cúpula pintada por Antonio Palomino. El edificio alberga en su interior una importante colección de pinturas, entre las que destacan las del cartujo Juan Sánchez Cotán.

El edificio consta de las siguientes partes:

- Portada, es del siglo XVI y de estilo plateresco.
- Claustrillo, es del siglo XVII con arquería dórica.
- Refectorio, es de crucería gótica de aristones y los arcos de medio punto. Se encuentra decorada con obras de Juan Sánchez Cotán.
- Sala de San Pedro y San Pablo o de profundis, cuenta con un retablo pintado también por Sánchez Cotán.
- Capilla de Legos, construida entre 1517 y 1519 por fray Alonso de Ledesma con estilo de último gótico. Adornada por cuadros de Carducho.
- Sala capitular, con bóveda de crucería y cuadros de Carducho.
- Capillas, son tres en total situadas en el claustrillo.
- Iglesia, se inicia su construcción a mediados del siglo XVI y finaliza en 1602. Está dividida en tres partes, cada una de ellas con un acceso diferente.
- Sancta Sactorum o Sagrario.
- Sacristía, comenzó a construirse en 1727 y se terminó en 1764. Ricamente ornamentada, es digno exponente de la fase final del barroco español. En la cúpula, pintada por Tomás Ferrer en 1735, destacan San Bruno, San Juan y otros fundadores de la Orden de los Cartujos.


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Bóveda de la Sacristía del Monasterio de La Cartuja de Granada.


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La Magdalena. Detalle escultórico del Sagrario de la Cartuja de Granada.


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Decoraciones al fresco de una de las cúpulas del Sagrario de la Cartuja de Granada.


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Retablo de mármol de San Bruno. Monasterio de la Cartuja de Granada.


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Sagrario de la cartuja de Granada.


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Sala Capitular del Monasterio de la Cartuja de Granada.


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Puertas y techo de la Sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada.


Pinturas de Sánchez Cotán de la Cartuja de Granada

El edificio de la Cartuja de Granada alberga en su interior una importante colección de pinturas, entre las que destacan las del cartujo Fray Juan Sánchez Cotán.


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Altar fingido de San Pedro y San Pablo, Cartuja de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán. El cuadro con los dos santos se enmarca en un retablo fingido en grisalla a modo de trampantojo, en un alarde de dominio de la perspectiva.


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Altar fingido de San Pedro y San Pablo, Cartuja de Granada, sala de profundis (otra imagen). Obra de Juan Sánchez Cotán.


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Sala De Profundis. Monasterio de la Cartuja de Granada. Está decorada con obras de Juan Sánchez Cotán


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San Bruno mostrando a sus discípulos el lugar de la primera cartuja. Sala De Profundis. Monasterio de la Cartuja de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Crucifixión. Sala De Profundis. Monasterio de la Cartuja de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Santo Rostro. Sala De Profundis. Monasterio de la Cartuja de Granada. Obra de Juan Sánchez Cotán


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Descanso en la huída de Egipto. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Historia de los mártires de Inglaterra. Óleo sobre lienzo, 292 x 240 cm. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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San Hugo y otro santo obispo. Óleo sobre lienzo, 147 x 164 cm. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Martirio de Cartujos. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Martirio de Cartujos. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Crucifixión de fray Juan Sánchez Cotán. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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La Verónica. Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Descanso en la huida de Egipto. Óleo sobre lienzo, 275 x 183 cm. Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Bautismo de Cristo. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Santa Cena. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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Detalle de la Santa Cena. Refrectorio de la Cartuja de Granada. Obra de Sánchez Cotán


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El Refectorio de la Cartuja de Granada. Lienzo y Cruz pintados por Juan Sánchez Cotán.


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El Refectorio de la Cartuja de Granada, es de crucería gótica de aristones y los arcos de medio punto. Se encuentra decorada con obras de Juan Sánchez Cotán.


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Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como la Cartuja de Granada. Vistas del Claustro.


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La Cartuja de Granada. Entrada de la iglesia con San Bruno en la portada.


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La Cartuja de Granada. Vista del monasterio desde el sur-este.

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado la reedición de este trabajo recopilatorio del pintor Barroco toledano Juan Sánchez Cotán. Quizá el mejor bodegonista español, en él se inspiraron otros grandes maestros como Zurbarán, Juan van der Hamen, Felipe Ramírez y los hermanos Vicente y Bartolomé Carducho. También son destacables algunos de los numerosos cuadros que pintó para la cartuja de Granada.

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