ZURBARÁN (Francisco De Zurbarán)

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megaurbanismo
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ZURBARÁN (Francisco De Zurbarán)

Mensaje por megaurbanismo » Mar, 30 Nov 2021, 16:55

Continuando con la presentación de mis pintores favoritos... Este trabajo recopilatorio está dedicado a Francisco de Zurbarán, otro grande de la pintura española, qué como los grandes maestros, marcó estilo. Un estilo muy rígido y tenebrista de luces y sombras, siempre empleando en sus obras un gran realismo. Era muy austero como los monjes para los que trabajaba.

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Probable autorretrato de Zurbarán (detalle de su obra San Lucas como pintor, ante Cristo en la Cruz).

Biografía según la enciclopedia del Museo del Prado

Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598-Madrid, 1664). Pintor español, hijo de un acomodado negociante vasco establecido en Extremadura desde 1582. Entre los años 1614 y 1617 aprendió la pintura en Sevilla con el poco conocido pintor Pedro Díaz de Villanueva. En este periodo tendría ocasión de conocer a Pacheco y Herrera, maestros famosos, y de establecer contactos con sus coetáneos Velázquez y Cano, aprendices como él en la Sevilla de la época. Al cabo de unos años de aprendizaje, seguramente más fecundos en diversas enseñanzas de lo que se ha venido considerando, Zurbarán volvió a su provincia natal sin someterse al examen gremial sevillano. Este último hecho le será reprochado posteriormente. Se estableció en Llerena durante once años (1617-1628), donde se casó dos veces y fue padre muy joven. Zurbarán recibía encargos de la ciudad de Llerena y de diversos conventos e iglesias de Extremadura.

Desgraciadamente se han perdido casi todas las obras de su primera etapa, pero la existencia de un taller en Llerena demuestra una actividad ya considerable. En 1626 los dominicos sevillanos de San Pablo contrataron a Zurbarán para pintar una serie importante de cuadros pero mal remunerada. Poco después, los mercedarios calzados de la Casa Grande de Sevilla le propusieron un sueldo tres veces superior para un encargo de ­semejante magnitud. Del conjunto de San Pablo se conservan el espléndido Crucificado (Art Institute of ­Chicago), primera obra fechada en 1627, y tres magníficas figuras completas de los padres de la Iglesia (Museo de Bellas Artes de Sevilla). En dos escenas de la Vida de santo Domingo (iglesia de la Magdalena, Sevilla), como en varios cuadros del importante ciclo de la Merced Calzada, se advierte la participación de diversos asistentes. Sin embargo, el portentoso San Serapio (1628, Wadsworth Atheneum, Hartford), indudablemente autógrafo, revela las cualidades propias del joven maestro: sorprendente plasticidad de las formas, armonía de las tonalidades y sabia distribución de las luces. El Museo del Prado conserva dos de las más bellas escenas de la vida de san Pedro Nolasco, mientras que el resto se halla disperso en museos y colecciones del mundo entero.

En 1629, por insólita proposición del Consejo Municipal, Zurbarán se instala definitivamente en Sevilla. En dicha fecha pinta cuatro lienzos importantes para el colegio franciscano de San Buenaventura (Musée du Louvre, París, y Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde). Empieza entonces para el pintor extremeño el decenio más prestigioso de su carrera. La fuerza expresiva de su pincelada, añadida a su obediencia a la hora de satisfacer los deseos de sus comitentes, lo convierten en el mejor intérprete de la Reforma católica del siglo de oro español. Recibe encargos de todas las órdenes religiosas presentes en Andalucía y Extremadura. Pinta para los jesuitas (Visión del beato Alonso Rodríguez, 1630, Real Academia de San Fernando, Madrid), para los dominicos (Apoteosis de santo Tomás de Aquino, 1631, Museo de Bellas Artes de Sevilla) y también para los conventos sevillanos de los carmelitas, los trinitarios y los mercedarios descalzos. El éxito de Zurbarán culminó en 1634 con una invitación de la corte, quizá sugerida por Velázquez, para participar en la decoración del salón grande del Buen Retiro. Allí pintó Zurbarán los diez «Trabajos de Hércules» para las sobreventanas y dos grandes lienzos de batallas. Once de dichas pin­turas se conservan en el Museo del Prado. De retorno a Sevilla, el maestro extremeño siguió trabajando para sus comitentes monásticos. Casi todas las pinturas de dos impresionantes series, probablemente las mejores de su producción, se han conservado. El conjunto de la cartuja de Jerez de la Frontera se halla disperso entre varios museos (Metro­politan Museum of Art, Nueva York; Museo Nacional de Poznan, Polonia; Museo de Cádiz). Los cuatro grandes lienzos del retablo mayor (Anunciación, Adoración de los pastores, 1638, Circuncisión, 1639, y Ado­ración de los Reyes, todos en el ­Musée de Peinture et de Sculpture, Grenoble) son de una solemnidad casi litúrgica. El cromatismo resplandeciente de la indumentaria y la perfección técnica de estos lienzos pertenecen a lo mejor de su obra. De la misma calidad es la serie del monasterio de Guadalupe, único encargo importante del pintor conservado in situ.

Los ocho grandes cuadros de la sacristía, pintados en Sevilla en las mismas fechas (1638-1639), representan episodios poco conocidos de la vida de los monjes jerónimos, Misa del padre Cabañuelas, Aparición del Cristo al padre Salmerón, Fray Gonzalo de Illescas escribiendo, etc. En la capilla adyacente, tres episodios de la vida de san Jerónimo están pintados hacia 1645, con un estilo tenebrista que revela la fuerte influencia de Ribera. A partir de 1640, los grandes encargos van ­disminuyendo mientras que se desarrolla el mercado americano. En 1644, Zurbarán pinta, con colaboración de su obrador, un retablo para la colegiata de Zafra, y en 1655, los tres célebres lienzos apaisados de la sacristía de la cartuja sevillana de Santa María de las Cuevas (Museo de Bellas Artes de Sevilla).

A mediados del siglo, Sevilla sufrió una profunda depresión económica. Una gran epidemia de peste golpeó la ciudad en 1649, reduciendo considerablemente su población. Su hijo y colaborador, Juan, muere de este «mal de contagio». Francisco de Zurbarán aumentó entonces la producción de su obrador con series de fundadores de órdenes, de santas vírgenes o de césares para el Nuevo Mundo. En 1658, probablemente movido por las dificultades del mercado sevillano, se trasladó a Madrid donde pronto vinieron a instalarse su mujer y la única hija sobreviviente de este tercer matrimonio.

En su última época hallamos varias obras aisladas, a menudo firmadas, que no pertenecen a ningún conjunto. Se trata de lienzos de devoción privada de pequeño tamaño y ejecución refinada. Se advierte entonces una evolución de su estilo, de modelado más suave y aterciopelado. El viejo pintor tuvo al parecer una buena clientela privada pero su salud decayó pronto (su última obra firmada es de 1662), y falleció en 1664 después de una larga enfermedad que empobreció a su familia. Sin embargo, no llegó a vivir en la miseria como se ha repetido demasiadas veces. En su testamento no se encuentra deuda alguna y deja unos muebles lujosos, aunque el resto de sus posesiones en Madrid sean más bien modestas. Zurbarán es, por supuesto, el gran pintor de la vida monástica que él expresa con un realismo candoroso, y una extrema sencillez. Nadie como él ha sabido traducir con tanta precisión y exactitud los diversos hábitos conventuales. Sus retratos de monjes son de una veracidad impresionante y con escasos elementos sabe expresar los más intensos éxtasis místicos. Excluye toda grandilocuencia y toda teatralidad, incluso podemos hallar algo de torpeza en el momento de resolver los problemas técnicos de la perspectiva geométrica. Tampoco le interesan los escorzos ni la sugerencia de espacios ilusionistas a la italiana. Sus composiciones severas, rigurosamente ordenadas, alcanzan un nivel excepcional de emoción piadosa.

Con respecto al tenebrismo, Zurbarán lo practicó sobre todo en su primera época sevillana, no solo en sus conocidas series monásticas sino también en obras de devoción privada. Nadie le supera en la manera de expresar la ternura y el candor de los niños santos: virgencitas en éxtasis, inmaculadas muy jovencitas, niños de la espina o santas adolescentes, son otros aspectos encantadores de su talento. Su técnica excepcional para representar los valores táctiles de las telas y de los objetos hace de él un bodegonista de muy alto nivel. Bajo su pincel, los objetos sencillos alcanzan una trascendencia poética sublime (Bodegón, 1633, Norton Simon Foundation, Pasadena). Su sobriedad, la fuerza expresiva y la plasticidad de sus figuras, añadidas a sus evidentes dotes de colorista, lo sitúan en la cumbre de los maestros españoles del siglo de oro. Quizás es de todos ellos el que más conmueve nuestra sensibilidad moderna.

Obras de Zurbarán en el Museo del Prado

- Defensa de Cádiz frente a los ingleses, óleo sobre lienzo, 302 x 323 cm, 1634 [P656].
- Visión de san Pedro Nolasco, óleo sobre lienzo, 179 x 223 cm, firmado, 1629 [P1236].
- Aparición del apóstol san Pedro a san Pedro Nolasco, óleo sobre lienzo, 179 x 223 cm, firmado, 1629 [P1237].
- San Francisco yacente, óleo sobre lienzo, 80 x 190 cm (en dep. en el Museo de Cáceres) [P1238]. Atribución dudosa.
- Santa Isabel de Portugal, óleo sobre lienzo, 184 x 98 cm, 1635 [P1239].
- Hércules separa los montes Calpe y Abyla, óleo sobre lienzo, 136 x 167 cm, 1634 [P1241].
- Hércules vence a Gerión, óleo sobre lienzo, 136 x 167 cm, 1634 [P1242].
- Lucha de Hércules con el león de Nemea, óleo sobre lienzo, 151 x 166 cm, 1634 [P1243].
- Lucha de Hércules con el jabalí de Erimanto, óleo sobre lienzo, 132 x 153 cm, 1634 [P1244].
- Hércules y el toro de Creta, óleo sobre lienzo, 133 x 152 cm, 1634 [P1245].
- Lucha de Hércules con Anteo, óleo sobre lienzo, 136 x 153 cm, 1634 [P1246].
- Hércules y el cancerbero, óleo sobre lienzo, 132 x 151 cm, 1634 [P1247].
- Hércules detiene el curso del río Alfeo, óleo sobre lienzo, 133 x 153 cm, 1634 [P1248].
- Lucha de Hércules con la hidra de Lerna, óleo sobre lienzo, 133 x 167 cm, 1634 [P1249].
- Hércules abrasado por la túnica del centauro Neso, óleo sobre lienzo, 136 x 167 cm, 1634 [P1250].
- San Diego de Alcalá, óleo sobre lienzo, 93 x 99 cm, h. 1655 [P2442].
- San Jacobo de la Marca, óleo sobre lienzo, 291 x 165 cm, firmado, h. 1659-1660 [P2472].
- San Lucas como pintor, ante Cristo en la cruz, óleo sobre lienzo, 105 x 84 cm, h. 1630-1635 [P2594].
- Bodegón, óleo sobre lienzo, 46 x 84 cm, h. 1658-1664 [P2803].
- La Inmaculada Concepción, óleo sobre lienzo, 128 x 89 cm, 1630-1635 [P2992].
- Retrato de fray Diego de Deza y Tavera, arzobispo de Sevilla, óleo sobre lienzo, 211 x 161 cm, h. 1631 [P3009].
- San Antonio de Padua con el Niño Jesús, óleo sobre lienzo, 148 x 108 cm, 1635-1650 [P3010].
- Santa Eufemia, óleo sobre lienzo, 83 x 73 cm, h. 1635-1640 [P3148].
- San Buenaventura, óleo sobre lienzo, 291 x 165 cm (en dep. en la iglesia de San Francisco el Grande, Madrid) [P3468].
- El Salvador bendiciendo, óleo sobre lienzo, 100 x 72 cm, firmado, 1638 [P6074].
- Agnus Dei, óleo sobre lienzo, 38 x 62 cm, h. 1635-1640 [P7293].
- Martirio de Santiago, óleo sobre lienzo, 252 x 186 cm, firmado, h. 1639 [P7421].
- Cristo crucificado con donante, óleo sobre lienzo, 246 x 167 cm, firmado, 1640 [P7707].
- Alegoría de la Caridad, óleo sobre lienzo, 206 x 140 cm [P7776].


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Estatua del pintor Francisco de Zurbarán en LLerena (Badajoz).


Otras obras relevantes de Zurbarán en otros centros

- San Hugo en el refectorio de los Cartujos, 1630-1635 (262 x 307 cm.), Museo de Bellas Artes Sevilla
- La Virgen de las Cuevas, 1655 (267 x 320 cm.), Museo de Bellas Artes de Sevilla
- Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, 1631. Óleo sobre lienzo, 475 × 375 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla
- Inmaculada, 1632. Óleo sobre lienzo, 252 × 168. Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona
- Santa Margarita, 1631 (149 x 112 cm.), Nacional Gallery Londres
- Santa Águeda, 1630-1633, (127 x 60 cm.), Museo Fabre, Montpellier (Francia)
- Santo Domingo en Soriano. Iglesia del antiguo convento de San Pablo el Real (Sevilla)
- San Jerónimo flagelado por los ángeles, 1639 (235 x 290 cm.), Claustro de los Jerónimos Guadalupe (Cáceres)
- La tentación de San Jerónimo, 1639 (235 x 290 cm.), Claustro de los Jerónimos Guadalupe (Cáceres)
- La Anunciación, 1638, (161 x 175 cm.) Museo de Grenoble (Francia)
- San Francisco arrodillado con una calavera en las manos, 1658 (84 x 53 cm.), Alte Pinakothek, Múnich
- Exposición del cuerpo de San Buenaventura, 1629 (250 x 225 cm.), Museo del Louvre, París
- Santa Apolonia. 1636 (113 × 66 cm.), Museo del Louvre, París
- San Serapio, 1628 (120 x 103 cm.) Wadsworth Athenaeum, Connecticut. USA
- Cristo en la Cruz, 1627 (290 x 168 cm), Art Institute, Chicago. USA
- Plato con limones, cesta con naranjas y taza con una rosa, 1633 (60 x 107 cm.), Museo Norton Simon, Los Ángeles. USA
- La Inmaculada Concepción, 1661 (136 x 102 cm.), Szépmüvészeti Múzeum, Budapest (Hungría)
- San Andrés 1630-1632, (146 x 60 cm.), Magyar Szépmüvészeti Múzeum, Budapest (Hungría)
- Circuncisión, 1639 (261 × 175 cm.), Museo de Grenoble (Francia)
- Adoración de los Magos, 1639 (261 x 175 cm.), Museo de Grenoble (Francia)
- Adoración de los pastores, 1638 (261 x 175 cm.), Museo de Grenoble (Francia)
- María niña, 1660 (73,5 × 53,5 cm.), Museo del Hermitage (San Petersburgo)
- Serie de cuadros de los 12 apóstoles (Convento de San Francisco, Lima, Perú)
- Cuatro tablas pintadas por él, en la parroquia de San Martín de Tours, Bollullos de la Mitación
- San Pedro (Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa, Portugal)
- San Francisco de rodillas con una calavera (Colección Plácido Domingo, Madrid)
- El entierro de Santa Catalina (Colección del Conde de Ibarra, Sevilla)
- La Rendición de Sevilla (Colección del Duque de Westminster, Londres, Reino Unido)
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Espero que esta recopilación de Francisco de Zurbarán os resulte imteresante.





Algunas obras



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San Lucas como pintor, ante Cristo en la Cruz, (Probable autorretrato de Zurbarán como San Lucas), 1630-1639. Óleo sobre lienzo, 105 × 84 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán.

Ante un fondo oscuro se recorta la figura casi escultórica del Crucificado al que devotamente mira un pintor. Se trata de San Lucas que, además de evangelista, fue médico y artista. Tras esa referencia de carácter bíblico quizá se esconde una alusión más general al valor de la pintura como arte que alcanzaba su mayor utilidad en su condición de instrumento devocional. También se ha apuntado que puede tratarse de un autorretrato -más alegórico que literal- de Zurbarán.

El Crucificado aparece clavado a la Cruz con cuatro clavos, fórmula que deriva en última instancia de Durero y que fue muy común entre los pintores que trabajaron en Sevilla en el siglo XVII, como Pacheco, Velázquez o Alonso Cano.

Esta obra perteneció al infante don Sebastián Gabriel (1811-1875) y, posteriormente, a su hijo don Alfonso de Borbón y Braganza. Fue adquirida para el Museo del Prado en 1936 con fondos del Legado del conde de Cartagena.


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La Inmaculada Concepción, 1630 (128 x 89). Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Santa Isabel de Portugal. Hacia 1635. Óleo sobre lienzo, 184 x 98 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Cristo crucificado con donante, 1640, óleo sobre lienzo, 244 x 167,5 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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La defensa de Cádiz, 1634 (302 x 323 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Muerte de Hércules, 1634. Óleo sobre lienzo, 136 × 167 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Hércules lucha contra la hidra de Lerna, 1634. Óleo sobre lienzo, 133 × 167 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Hércules lucha con el León de Nemea, 1634. Óleo sobre lienzo, 151 × 166 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Visión de san Pedro NolascoVisión de san Pedro Nolasco, óleo sobre lienzo, 179 x 223 cm, firmado, 1629. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Aparición de San Pedro a San Pedro Nolasco, 1629 (179 x 223 cm). Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Tazas y vasos, 1633 (46 x 84 cm). Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Agnus Dei, 1635-1640. Óleo sobre lienzo, 38 × 62 cm. Museo del Prado. Obra de Francisco de Zurbarán


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Cristo en la Cruz, 1627. Óleo sobre lienzo, 290 × 168 cm. Instituto de Arte de Chicago. USA. Obra de Francisco de Zurbarán


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San Serapio, 1628. Óleo sobre lienzo, 120 × 103 cm. Wadsworth Atheneum, Hartford, Estados Unidos. Obra de Francisco de Zurbarán


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Exposición del cuerpo de San Buenaventura, 1629. Óleo sobre lienzo, 250 × 225 cm. Museo del Louvre, París. Obra de Francisco de Zurbarán


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Visión de San Alonso Rodríguez, 1630. Óleo sobre lienzo, 266 × 167 cm. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. Obra de Francisco de Zurbarán


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Virgen niña en éxtasis, 1630. Óleo sobre lienzo, 117 × 94 cm. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York, Estados Unidos. Obra de Francisco de Zurbarán


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Casa de Nazareth, 1630. Óleo sobre lienzo, 165 × 230 cm. Museo de Arte de Cleveland, Cleveland, Estados Unidos. Obra de Francisco de Zurbarán


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Santa Águeda. Francisco de Zurbarán, 1630-1633. Óleo sobre lienzo, 127 × 60 cm. Museo Fabre, Montpellier, Francia. Obra de Francisco de Zurbarán


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Santa Margarita, 1631 - 1640. Óleo sobre lienzo, 163 × 105 cm. National Gallery de Londres, Londres, Reino Unido. Obra de Francisco de Zurbarán


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San Andrés, 1630-1632. Óleo sobre lienzo, 146 × 60 cm. Museo de Bellas Artes de Budapest, Budapest, Hungría. Obra de Francisco de Zurbarán


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Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, 1631. Óleo sobre lienzo, 475 × 375 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Obra de Francisco de Zurbarán


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San Hugo en el refectorio de los Cartujos, 1630-1635. Óleo sobre lienzo, 267 × 320 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Obra de Francisco de Zurbarán


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Inmaculada, 1632. Óleo sobre lienzo, 252 × 168. Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona. Obra de Francisco de Zurbarán


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Naturaleza muerta con limones, naranjas y taza. 1633. Óleo sobre lienzo, 60 × 107 cm. Museo Norton Simon (Los Ángeles). Estados Unidos. Obra de Francisco de Zurbarán


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Casa de Nazareth o Cristo y la Virgen de Nazareth, 1630. Óleo sobre lienzo, 165 × 230 cm. Museo de Arte de Cleveland, Cleveland, Estados Unidos. Obra de Francisco de Zurbarán


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Santa Apolonia, 1636. Óleo sobre lienzo, 113 × 66 cm. Museo del Louvre, París. Obra de Francisco de Zurbarán


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La Anunciación. 1638. Óleo sobre lienzo, 261 × 175 cm. Museo de Grenoble. Francia. Obra de Francisco de Zurbarán


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Adoración de los pastores. 1638. Óleo sobre lienzo, 261 × 175 cm. Museo de Grenoble. Francia. Obra de Francisco de Zurbarán


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Adoración de los Magos. 1639. Óleo sobre lienzo, 261 × 175 cm. Museo de Grenoble. Francia. Obra de Francisco de Zurbarán


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Circuncisión. 1639. Óleo sobre lienzo, 261 × 175 cm. Museo de Grenoble. Francia. Obra de Francisco de Zurbarán


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San Jerónimo flagelado por los ángeles. 1639. Óleo sobre lienzo, 235 × 290 cm. Claustro de los Jerónimos, Guadalupe (Cáceres). Obra de Francisco de Zurbarán


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La tentación de San Jerónimo. 1639. Óleo sobre lienzo, 235 × 290 cm. Claustro de los Jerónimos, Guadalupe (Cáceres). Obra de Francisco de Zurbarán


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San Francisco de rodillas con una calavera. 1658. Óleo sobre lienzo, 64 × 53 cm. Alte Pinakothek, Múnich. Alemania. Obra de Francisco de Zurbarán


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María niña, 1658 y 1660. Óleo sobre lienzo, 73.5 × 53.5. Museo del Hermitage, San Petersburgo. Rusia. Obra de Francisco de Zurbarán


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La Inmaculada Concepción. 1661. Óleo sobre lienzo, 136 x 102 cm. Szépmüvészeti Múzeum, Budapest. Hungría. Obra de Francisco de Zurbarán


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La Virgen de las Cuevas. 1655. Óleo sobre lienzo, 267 x 320 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Obra de Francisco de Zurbarán


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El Apostolado. Museo de Arte Sacro de la Iglesia de Santa María, Carmona (Sevilla). Obra de Francisco de Zurbarán


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La Inmaculada Concepción. Óleo sobre lienzo, 183 x 107 cm. Iglesia San Juan Bautista, Marchena (Sevilla). Obra de Francisco de Zurbarán


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Santo Domingo en Soriano. 1626. Óleo sobre lienzo, 190 x 230 cm. Iglesia del antiguo convento de San Pablo el Real (Sevilla). Obra de Francisco de Zurbarán


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San Andrés. 1630-1632. Óleo sobre lienzo, 146 × 60 cm. Szépmüvészeti Múzeum, Budapest (Hungría). Obra de Francisco de Zurbarán


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El lienzo de la Verónica (Paño de la Verónica; Santa Faz). Lienzo, 105 x 83,5 cm. Museo Nacional de Escultura, Valladolid. Obra de Francisco de Zurbarán


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El lienzo de la Verónica (Nationalmuseum, Estocolmo, Suecia). Obra de Francisco de Zurbarán

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Santa Lucía. 1636. Óleo sobre lienzo, 115 x 68 cm. Museo de Bellas Artes, Chartres, Francia. Obra de Francisco de Zurbarán


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Santa Lucía. 1641. Parroquia de San Martín. Óleo sobre lienzo, 71 x 40 cm. Bolullos de la Mitación (Sevilla). Obra de Francisco de Zurbarán. Comparada con la Santa Lucía que Zurbarán pintara años atrás y que hoy se expone en el Museo de Chartres, esta imagen sale perdiendo. Se trata evidentemente de una obra de taller, aunque imita y emula los modelos que el maestro proponía a sus pintores. Las características principales de la obra son similares a las comentadas en la Santa Catalina que forma parte del mismo conjunto.

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Los discípulos de Emaús (Museo de Bellas Artes, México). Obra de Francisco de Zurbarán

Adoración de San José. Obra de Francisco de Zurbarán. 1636. Óeo sobre lienzo, 124 x 104,5 cm. Colección Particular. Los encargos le llovían a Zurbarán en la época de esplendor artístico que constituyen las décadas de 1620' a 1640'. De hecho, era tan grande el volumen de trabajo que el maestro dirigía a varios pintores de menor rango que trabajaban a sus órdenes para cumplir las fechas de entrega. El cliente pagaba el grado de intervención del maestro, que podía abarcar la obra completa o tan sólo el boceto o el dibujo de rostros y manos. Esta obra puede achacarse a los pintores del taller de Zurbarán, dada la rigidez de las figuras y el escaso dominio de la técnica que Zurbarán exhibía a la hora de realizar rostros, tejidos, etc.

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'Virgen niña (Inmaculada Concepción de Jadraque)', de Zurbarán, cuadro del Museo Diocesano de Arte Antiguo Sigüenza, en Guadalajara.

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Estatua del pintor Francisco de Zurbarán en LLerena (Badajoz).

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Monumento a Zurbarán en Sevilla. Fue realizado en 1929 para la Exposición Iberoamericana de Sevilla y estuvo situado en el Parque de María Luisa hasta los años 50, cuando fue trasladado a la Plaza de Pilatos de la localidad. El pedestal está decorado con relieves: el frontal del cuadro del pintor de Santa Casilda, y los tres lados restantes con la Puerta de la Macarena de la muralla sevillana, la Torre del Oro tal y como debió ser hace siglos y el escudo de la localidad de Fuente de Cantos.

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio que he dedicado a Francisco de Zurbarán es uno de los grandes genios de la pintura de la época barroca española. Vivió durante el siglo XVII, es decir, en el primer Barroco. Fue discípulo del pintor Pedro Díaz de Villanueva, y donde conoció a Velázquez del que llegaría a ser gran amigo. Alcanzó el reconocimiento especialmente con sus cuadros de corte religioso y escenas de la vida monástica. El arte de Zurbarán aparece perfectamente definido, se aprecian en su pintura la fuerza realista propia de los mejores pintores de la época, su sentido de la ordenación y de la monumentalidad; el fondo oscuro de sus cuadros subraya ya entonces la presencia volumétrica de las figuras.

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